sábado, 22 de septiembre de 2012

Capítulo cinco 'En un ricón de California'



Capítulo cinco.


[1 MES MAS TARDE]

Todo era estraño, en la casa desde hace un mes se respiraba tranquilidad,y serenidad.
Yo había vuelto a ser la niña que era hace diez años,estaba inrreconocibe, desde que sonreía tanto incluso yo misma me veía mas guapa.

*Buenos días*- grité desde la escaleras.
Bajé corriendo las escaleras.

-Solo quedan dos días para tus dieciocho Betty- dijo Ari.
-Lo sé cariño-
-¿Te hace feliz verdad?-
-Si ¿y a tí?-
-Amí no, por que te vas a ir-
-Volveré-

Me abrazó con fuerzas.
Ella todos los días me decía que era su idola, su gran ejemplo a seguir, y que me iba a echar muchisimo de menos cuando me fuese a Californía.

*ding-dong* suena la puerta.
*Holly abre la puerta* - grité
*Betty es para tí* - me devolvió el grito.

Bajó corriendo las escaleras,y sí es Mario.
Eramos solos amigos, los mejores amigos, y él me iba a llevar a el aeropuerto a comprar el billete para irme a Californía en cuatro días.
No podía parar de pensar en como iba a ser aquello, terminaría de cursas bachillerato en un instituto ámericano, sería increíble.
En las playas de Californía, en la cantidad de gente famosa que habrá por allí, en volver a ver a mis primas, que también son mellizas Sandra y Carlota, pero
después lo pienso y me pongo triste, por que como os comenté me iba a tener que separar de Holly, dejaría aquí a Ari y a Amy, y sobre todo a Mario, que aunque solo era mi amigo, me importaba más que eso.

-Vamos pequeña-
-Si, vamos-

*me voy Amy*- grito.
*No vuelvas tarde- grita ella desde la 'habitación de Alexandro'.

Le doy dos besos y me monto en su super moto.
-¿Dónde me lleva usted guapo?-
-A comprar los billetes para que me abandones-
-Todos igual, volveré-

Me da un beso en la mejilla.
Cuando le tenía cerca, todas y cada una de las hormonas de mi cuerpo se revolucionaban, sentía algo por él, pero lo nuestro era imposible, yo me iba a Californía.
Y os preguntareís, pero desde hace cuatro años habreís tenido tiempo, mi contestación es que no, por que siempre nos hemos visto como dos buenos amigos y nunca hemos reconocido que nos volviamos locos el uno por el otro.

-Ya hemos llegado-
-Vamos- 

Billetes comprados.
Nos volvimos a montar en la moto.

-¿Donde me llevas?-
-A la playa-

Comenzé a reír como una estúpida niña de seis años cuando la compras la muñeca que ella quiere.
Todo era precioso, la puesta de sol,la playa, estar con él, su sonrísa.

-Quédate aquí conmigo Betty-
-No puedo Mario, mi tía ya me tiene guardada una plaza en el instituto-
-Por favor-
-No puedo-
-Por favor- cada vez más cerca
-No..-

Y me cortó el no puedo con un beso, el beso más magico de mi vida.
El primer beso que me habían dado de verdad, con pasión con amor.

Me tumbó sobre la arena y él encima mía.
-¿Estas preparada?
-Más que nunca- le besé.
Aquello era tierno dulce pero a la vez bruto y apasionado, lo necesitaba quería sentir a Mario dentro de mí,
quería que este fuese mi recuerdo al irme a Californía.

Estabamos semi desnudos, poco a poco nos quedamos desnudos por completo, el comenzó a besarme el cuello apasionadamente, y yo gemia.
Fue bajando hasta la boca, eran besos dulces y suaves, poco a poco bajó hasta mi seno, rodeando mi pezón con su lengua, y llegó hasta el ombligo.
Después introdució su pene en mi vajina, primero con movimientos lentos, después un poco más rápidos hasta lllegar a los más rapido posible.

Mientras me penetraba, su boca estaba a la altura de mi pecho, y rodeaba mis pezones con su lengua, mientras yo me fundía en leves gemidos de placer.
Me la sacó, me tocaba amí colocarme encima y así lo hize.
Comenzé a comerle la oreja poco a poco,el gemia de placer.
Bajé hasta su pecho donde con mi lengua lo acaricíe de arriba abajo, llegé a su pene, ahí lo introducí en mi boca, a los dos segundos lo saqué y lo introducí yo misma en mi vagina,
poco después los dos nos fundimos en un grandisimo y sincero orgasmo

-¿Estas bien?-
-¿Sí?-
-¿Te he echo daño?-
-Para nada-
-Eres bastante buena-
-Gracias, pero no me gustó aprender de esa forma-
-Tranquila princesa-

Nos montamos en la moto, y me devolvió a casa.

-Hasta mañana y gracias- le beso la mejilla
-Hasta mañana- me da un pico.

Aquel día había sido maravilloso.
Por fín mis días en ese chalet de dos pisos y buardilla de paredes blanca eres inolvidables.

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sábado, 22 de septiembre de 2012

Capítulo cinco 'En un ricón de California'



Capítulo cinco.


[1 MES MAS TARDE]

Todo era estraño, en la casa desde hace un mes se respiraba tranquilidad,y serenidad.
Yo había vuelto a ser la niña que era hace diez años,estaba inrreconocibe, desde que sonreía tanto incluso yo misma me veía mas guapa.

*Buenos días*- grité desde la escaleras.
Bajé corriendo las escaleras.

-Solo quedan dos días para tus dieciocho Betty- dijo Ari.
-Lo sé cariño-
-¿Te hace feliz verdad?-
-Si ¿y a tí?-
-Amí no, por que te vas a ir-
-Volveré-

Me abrazó con fuerzas.
Ella todos los días me decía que era su idola, su gran ejemplo a seguir, y que me iba a echar muchisimo de menos cuando me fuese a Californía.

*ding-dong* suena la puerta.
*Holly abre la puerta* - grité
*Betty es para tí* - me devolvió el grito.

Bajó corriendo las escaleras,y sí es Mario.
Eramos solos amigos, los mejores amigos, y él me iba a llevar a el aeropuerto a comprar el billete para irme a Californía en cuatro días.
No podía parar de pensar en como iba a ser aquello, terminaría de cursas bachillerato en un instituto ámericano, sería increíble.
En las playas de Californía, en la cantidad de gente famosa que habrá por allí, en volver a ver a mis primas, que también son mellizas Sandra y Carlota, pero
después lo pienso y me pongo triste, por que como os comenté me iba a tener que separar de Holly, dejaría aquí a Ari y a Amy, y sobre todo a Mario, que aunque solo era mi amigo, me importaba más que eso.

-Vamos pequeña-
-Si, vamos-

*me voy Amy*- grito.
*No vuelvas tarde- grita ella desde la 'habitación de Alexandro'.

Le doy dos besos y me monto en su super moto.
-¿Dónde me lleva usted guapo?-
-A comprar los billetes para que me abandones-
-Todos igual, volveré-

Me da un beso en la mejilla.
Cuando le tenía cerca, todas y cada una de las hormonas de mi cuerpo se revolucionaban, sentía algo por él, pero lo nuestro era imposible, yo me iba a Californía.
Y os preguntareís, pero desde hace cuatro años habreís tenido tiempo, mi contestación es que no, por que siempre nos hemos visto como dos buenos amigos y nunca hemos reconocido que nos volviamos locos el uno por el otro.

-Ya hemos llegado-
-Vamos- 

Billetes comprados.
Nos volvimos a montar en la moto.

-¿Donde me llevas?-
-A la playa-

Comenzé a reír como una estúpida niña de seis años cuando la compras la muñeca que ella quiere.
Todo era precioso, la puesta de sol,la playa, estar con él, su sonrísa.

-Quédate aquí conmigo Betty-
-No puedo Mario, mi tía ya me tiene guardada una plaza en el instituto-
-Por favor-
-No puedo-
-Por favor- cada vez más cerca
-No..-

Y me cortó el no puedo con un beso, el beso más magico de mi vida.
El primer beso que me habían dado de verdad, con pasión con amor.

Me tumbó sobre la arena y él encima mía.
-¿Estas preparada?
-Más que nunca- le besé.
Aquello era tierno dulce pero a la vez bruto y apasionado, lo necesitaba quería sentir a Mario dentro de mí,
quería que este fuese mi recuerdo al irme a Californía.

Estabamos semi desnudos, poco a poco nos quedamos desnudos por completo, el comenzó a besarme el cuello apasionadamente, y yo gemia.
Fue bajando hasta la boca, eran besos dulces y suaves, poco a poco bajó hasta mi seno, rodeando mi pezón con su lengua, y llegó hasta el ombligo.
Después introdució su pene en mi vajina, primero con movimientos lentos, después un poco más rápidos hasta lllegar a los más rapido posible.

Mientras me penetraba, su boca estaba a la altura de mi pecho, y rodeaba mis pezones con su lengua, mientras yo me fundía en leves gemidos de placer.
Me la sacó, me tocaba amí colocarme encima y así lo hize.
Comenzé a comerle la oreja poco a poco,el gemia de placer.
Bajé hasta su pecho donde con mi lengua lo acaricíe de arriba abajo, llegé a su pene, ahí lo introducí en mi boca, a los dos segundos lo saqué y lo introducí yo misma en mi vagina,
poco después los dos nos fundimos en un grandisimo y sincero orgasmo

-¿Estas bien?-
-¿Sí?-
-¿Te he echo daño?-
-Para nada-
-Eres bastante buena-
-Gracias, pero no me gustó aprender de esa forma-
-Tranquila princesa-

Nos montamos en la moto, y me devolvió a casa.

-Hasta mañana y gracias- le beso la mejilla
-Hasta mañana- me da un pico.

Aquel día había sido maravilloso.
Por fín mis días en ese chalet de dos pisos y buardilla de paredes blanca eres inolvidables.

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