· Capitulo 42.
| Narrador |
Hay veces en la vida en las
que el amor no obceca tanto que no nos damos cuenta de lo que tenemos más allá
de nuestras jodidas narices. Hace que no veamos más allá de esa personas, de
sus virtudes y sus defectos, más allá de todo lo bueno que nos hace sentir y de
todas las mariposas que sentimos en el estómago. No nos damos cuenta de que
estamos siendo engañados por mil palabras bonitas sin ningún significado que
tarde o temprano el viento se hará dueña de ellas, que no hay un ‘te quiero’
valido si después no es demostrado. No nos damos cuenta de que el cielo no es tan
bonito cómo todos creemos, y que casi siempre hay que tener miedo a la altura
porque el golpe puede hacernos demasiado pequeños. Tampoco nos damos cuenta de
que las corazas no sirven para nada, porque todos saben nuestras debilidades en
el brillo de nuestros ojos, en el color de nuestra sonrisa, y en el tamaño de
nuestras ojeras. Que cuando ese amor se va, todo se vuelve gris y que por mucho
que intentemos convencer al mundo de que ya no nos importa, y en el cielo haya
un sol de color amarillo chillón nuestro cielo se vuelve gris de momento.
[…]
—Apaga el móvil o contesta.
—No.
—¿Por qué?
—Quiero estar contigo, no me
importa quién sea, ya llamará más tarde.
—Me está poniendo nerviosa—susurra
Tara.
—¿Por qué? —carcajea Justin
rompiendo de nuevo la tensión que hay en el ambiente.
—No sé, intento hablar
contigo y ese maldito ruido no me deja. —bufa y hace una mueca divertida.
Justin se pone en pie y se
aleja. Deja su móvil donde estaban los chicos. Mira la pantalla de su móvil,
otra vez ella. No es capaz de sacarla de su vida, ni con agua caliente. Le
sigue en cada movimiento, y a cada momento le mensajea o le llama por teléfono.
Controla su vida contra su propia voluntad.
—Ya está—carcajea esta vez el
rubio sentándose de nuevo. — ¿Por dónde íbamos?
—Íbamos por la parte en la
que yo te decía que estaba harta. —dice Tara bajando la vista al suelo.
— ¿Por qué estas harta, Tara?
— ¿Qué por qué estoy harta? —Dice
irónica —No sé Justin, cuéntamelo tú.
—Vale, sé que hemos tenido
mil subidas, y mil bajadas—se calla—Sé que no te estoy dando una relación de
cuento de hadas cómo te prometí, pero Tara no soy perfecto.
—No lo entiendes, a mí que seas perfecto o no me la suda.
— ¿Entonces?
—El problema es que apareces
en mi vida en el momento menos necesario. Llegas. La vuelves a poner patas
arriba con mil palabras bonitas, y después por algún motivo te vuelves a
largar. Estoy harta. Necesito estabilidad, Justin. —Sisea—Necesito alguien que
me cuide y esté pendiente de mí, no que se vaya fijando en el culo de mis
amigas—dice esta vez limpiando las lágrimas con sus puños.
| Narra Tara |
Justin se queda callado después de mis últimas
palabras. Y ahí estas en frente mía. Con la mirada pérdida vete tú a saber dónde.
Tus ojos han vuelto a perder brillo. Ese brillo que tenían la primera vez que
te vi. Ese brillo que hacía que el peor de mis días pareciese el mejor mientras
estaba contigo, y después volvía a la jodida rutina de echarte de menos. Te
echo de menos, y lo sabes. Te necesito. Eres mi droga, esa droga que mata. Lo
más insano para mí. Me destrozas por dentro haciendo que pierda todos mis
sentidos, y me destrozas por fuera porque mis lágrimas no dejan de caer. No hay
solución para esto.
Te acercas a mí. Te aferras
contra mí, y me haces sentir un poco más grande. Tus brazos envuelven mi
pequeño y débil cuerpo. Depositas un tierno beso en mi frente, y un suspiro se
escapa de tu boca. Sé que te sientes mal, y también que estás cansado de esta
mierda cómo yo. No entiendo que me pasa contigo, pero siento empatía con tan
solo mirarte a los ojos, puedo sentir todo lo que sientes e incluso todo lo que
se pasa por tú cabeza. Eres yo pero en chico. Yo soy tú pero en chica. Solo hay
algo que nos diferencia, y es que tú jamás serás capaz de sentir por mi todo
lo que yo siento por ti.
Sigues aferrado a mí. Un
abrazo cálido, sin ánimo de respuesta. Estoy pérdida porque he vuelto a caer.
Créeme que me iría al fin del mundo contigo sin importarme volver a darme de
bruces contra el suelo solo para que nos dejen ser felices. Estoy segura,
estamos hecho el uno para otro.
Te separas de mí y levantas
mi cabeza. Con la yema de tu dedo pulgar recoges cada lágrima de mí cara. Sonríes.
¿Por qué sonríes, estúpido? No hay motivo. Me contagias tu sonrisa. Estamos
sonriendo, los dos. Sin importarnos el dolor que llevamos dentro. Tú mirada se
clava en mis labios, y viceversa. Llámame
loca, pero me muero de ganas por besarte. Porque estando contigo me siento
masoca.
| Narra Justin |
Tengo la mirada pérdida en
tus labios, estoy deseando besarte. Hacerte mía. Hacerte saber que te necesito,
que eres la heroína de mi vida. Mi droga. Esa que te hace dependiente de ella.
Lo que está claro, es que te necesito en
mi vida.
Rompo la distancia de nuevo.
Me acerco a ti. A penas dos milímetros nos separan. Siento tu respiración en mi
cara. Ese aroma a vainilla que desprendes, y el olor a menta que desprende tu
pelo. Sonrío en tu boca. Me devuelves la sonrisa. Dos mil impulsos eléctricos recorren
mi columna. Rompo un milímetro más. Y de repente te veo sobre mis labios,
capturando mi sonrisa con tus labios. Un beso lento, con sentimientos. Llevas
el ritmo, pero ahora manejo yo. Le pido paso a tu boca para introducir la mía y
ambas se baten en un duelo de quién tenía más ganas de quién. Yo gano por supuesto.
Te separas. Coges aire. Y vuelves. Ahora es un beso virgen, rozas mis labios y sonríes.
—¿Ves? —dice soltando una
pequeña pero visible sonrisa. —A esto es a lo que yo me refería—dice recogiendo
el mechón que sale de su trenza detrás de la oreja—A que cuando te veo tengo
ganas de pegarte. —Carcajea— Pero cuando estamos solos te transformas, Justin—dice
ahora algo más seria—Eres dulce y parece que te importo más de lo que
demuestras, que me quieres—dice soltando un suspiro—Y al final me voy a volver
loca, porque no sé qué quieres.
—Te quiero a ti—digo sin pensarlo.
—Te quiero, Tara—digo rompiendo de nuevo la distancia y dejando un beso fugaz
en sus labios.
—No, no mientas—dice
ella volviendo a recuperar la distancia—Tú me quieres a mí y a mil más—sonríe.
—Pero a ninguna como a ti. Porque a
ti te quiero de noche y de día, cuando haga frio o calor, en Enero o en Junio,
los 365 días del año, a mi lado. Entre mis sabanas o entre las tuyas. —digo sonriendo.
—¿Sabes? No te pega nada el
rollito cursi—carcajea—Si Ryan te escucha, pensará que te has vuelto gay—digo
riendo.
—Estúpida—digo dándole un
pequeño golpe en el hombro—Encima—bufo.
—Sabes que me encanta. —sonríe
tímida.
Se pone en pie, y camina para
quedarse justo encima de mí. Se sienta entre mis piernas, y coge mis brazos envolviéndolos
alrededor de su cintura. Sonríe. Y besa tiernamente mi mejilla. Carcajeo ante
la situación. La echaba mucho de menos.
—¿Y eso? —digo apoyado en su
hombro.
—Por que dure lo que dure
esta nueva locura, no quiero despegarme de ti—sonríe—Quiero que estemos juntos
todo el tiempo, hasta que esto vuelva a explotar—dice dándose la vuelta y
quedando justo enfrente de mí—Porque aunque a mí me duela más que a ti, ambos
sabemos que volverá a estallar, y si no es hoy, será mañana—suspira—Porque
aunque estemos hecho para estar juntos, no podemos estar juntos. Somos tan
iguales, pero a la vez tan distintos—sonríe irónica.
Y no me lo pienso más,
capturo esa sonrisa con mis labios. Muerdo tu labio inferior. Y sonrió de nuevo
en tu boca. Te echaba demasiado de menos.
—Vamos con los demás, creo
que nos están empezando a echar de menos—ríe.
Y solo me limito a caminar
junto a su lado. Coge mi mano y entrelaza nuestros dedos.
—Te quiero.
—Deja de decir mentiras—escupe—Y vayamos con los demás—sonríe.
[…]
| Narrador |
Tara está sentada en la
toalla mientras sus amigas la bombardean a preguntas y ella solo se limita a
reír.
—¿Qué ha pasado? —dice Marie dándole
un trago a la Coca-Cola.
—Pues lo de siempre—ríe Tara.
—¿Qué es lo de siempre? —dice
esta vez Desirée.
—Tía, pues me he hecho la
dura pero he terminado llorando, y al final pues cómo siempre nos hemos besado—dice
bajando la mirada.
—¿Estáis juntos? —dice esta
vez Alex.
—No. Yo en ningún momento le
he dicho que estemos juntos—sonríe.
—Quizás el piensa que sí—dice
Kels haciendo una mueca graciosa—El parece que te quiere.
—Esto es lo de siempre
chicas. —dice robándole la Coca-Cola a Marie.
—¿A qué te refieres? —Dice
Alex sin pillar lo que su amiga quiere decir—Es lo de siempre porque tú vuelves
como una tonta.
—Me refiero a que es cómo el
disco que se ralla cuando vas en el coche y siempre suenan las mismas
canciones, o el típico recorrido que hacéis en vuestras cosas cuándo tenéis que
volver a casa después del verano, o como cuando estáis mal y camináis por ese
sitio que os trae buenos recuerdos y os hace sonreír sin daros cuenta—sonríe—Es
la misma historia de siempre. Y aunque sé que a mí no me hace bien, quiero
disfrutar del día que estamos bien, aunque después me tire un mes llorando,
porque me merece la pena. —suspira.
Tara camina hasta sus amigas dándolas
un abrazo. No sabe que haría sin ellas. Son las que realmente la soportan y se
siente estúpida por haberla dejado de lado por no encontrarse a Justin, cómo un
sabio dijo hace muchos años ‘los miedos
se superan afrontándolos y no huyendo como un cobarde’.
—Lo que tengo claro esta vez
es que aunque todo vuelva a ir mal—sisea—no me volveré a alejar de vosotras,
esta vez cogeré el toro por los cuernos.
—¿Estas segura? —Dice Kels—Me
refiero a que quizás no es tan fácil como crees. Si algún día Justin se
presenta con su novia, ¿lo soportarás?
—Sí.
[…]
Todos están en el agua. Todos
menos Tara. Ella está tumbada en la toalla, con sus cascos puestos escuchando
música. ¡Bendita música! Esa que hace que se olvide de los malos momentos,
aunque a veces su reproductor esté también en su contra.
Siente cómo alguien se tumba
encima de ella, dejando pequeños besos desde su espalda hasta su cuello. Tara
se gira, y Justin se tumba a su lado quedando esta vez ambos boca arriba.
—¡IDIOTA! —Dice haciéndose la
enfadada—Ya estaba seca—y ahora hace un puchero.
—Lo siento—dice Justin robándole un beso.
Y de nuevo aquel mágico
momento dónde sus miradas están clavadas la una en la otra, y la otra en la una
es interrumpido por el ruido del móvil de Justin.
—Cógelo tú, o lo cojo yo. —amenaza
Tara.
—Cógelo tú. No me apetece
levantarme de la toalla—carcajea.
Tara se levanta de la toalla
y camina hasta donde están las mochilas. Después de dos minutos encuentra la
mochila de Justin, y el móvil ha dejado de sonar un segundo. Quien sea es
demasiado insistente.
Saco el móvil del bolsillo
pequeño, y desbloqueo la pantalla. Mi cara se vuelve pálida. La sonrisa se ha
borrado de momento y las lágrimas luchan de nuevo por salir de mis ojos. Desbloqueo,
y descuelgo en teléfono.
—¿Sí? —dice Tara con un nudo
en la garganta.
—¿Eres Tara? —dice la chica
que está en la otra línea.
—¡Sí! —Suspira—¿Qué quieres?
—¿Estás con Justin?
—Sí.
—¿Se puede poner?
—Supongo.
—Vale.
Tara camina luchando contra
ella misma por las lágrimas no caigan. Lucha contra no ponerse a gritar cómo
una estúpida, y lucha por no matarle a puñetazos. Ahora mismo sus sentimientos
se resumen en decepción, dolor, rabia y
coraje.
—Toma, tu amiga Lou—sonríe
Tara.
—Tara, espera…—dice Justin.
—No quiero saber nada,
Justin. Tú y yo no estamos juntos.
Y se aleja de allí. Dejándole
allí. Abandonado y roto, una vez más.
| Narra Tara |
Cojo el teléfono de Justin, y
miro la pantalla. ‘Lou Collins’. Me quedo en shock y mi cara se vuelve pálida,
puedo notarlo. Un escalofrío recorre mi cuerpo de arriba abajo. Mis ojos se encharcan
de lágrimas que están deseando salir. Hago fuerzas para que se queden allí. Me
lleno de fuerzas, y desbloqueo el teléfono. Y descuelgo.
—¿Sí? —digo con un nudo en la
garganta. Y mi voz suena ronca.
—¿Eres Tara? —dice Lou
—¡Sí! —Suspiro —¿Qué quieres?
—¿Estás con Justin?
—Sí.
—¿Se puede poner?
—Supongo.
—Vale.
Camino hasta donde está
Justin. Camino luchando contra mis ojos para que no dejen que las lágrimas
caigan de nuevo. Lucho contra mí misma para no ponerme a gritar y salir
corriendo cómo hago siempre. Yo sabía que esto no podía ir tan bien, que
siempre hay algo que jode la tranquilidad.
—Toma, tu amiga Lou—sonrío
Tara.
—Tara, espera…—dice Justin.
—No quiero saber nada,
Justin. Tú y yo no estamos juntos—digo mientras camino a la playa.
Las chicas viene hacia a mí y
me vuelve a avasallar a preguntas. Yo solo me limito a contestarlas con monosílabos.
Esto rota una vez más.
[…]
—Puedo explicártelo—dice
mientras carga la mochila en su espalda.
—No quiero saber nada, Justin—sonrió.
—Pe…pero…
—Pero nada. Que nos hayamos
dado dos besos tontos, y nos hayamos dedicados palabras bonitas no significa
que seamos nada, Justin.
—Tara…
—En serio, espero que te ella
te haga la mitad de feliz que te hice yo. —Digo dándole un beso en la mejilla—Te
deseo lo mejor—sonrió.
—Yo te quiero a ti.
—Recuerda, hay personas que están destinada a enamorarse pero no están destinadas a estar juntas.
Y me alejo de él. Suelto la
mochila en el maletero del todo-terreno de mí hermano, y entro en el coche.
| Narrador |
Justin camina hasta su coche.
Se quita las gafas de sol y tirando de los extremos de su pelo suelta un grito
ahogado que solo puede escuchar él. Las lágrimas comienzan a caer por sus
mejillas. La ha vuelto a perder de
nuevo.
Saca el teléfono móvil de su
bolsillo, y busca su número.
Para Weasly:
Sé feliz, estúpida.
Por el otro lado Tara siente
cómo su móvil vibra. Saca el móvil de su bolsillo, y sonríe.
Para Bieber:
Seré feliz, créeme. No me
eches de menos, ¡eh!
Justin espera ansioso una
respuesta. Y cuando su móvil suena, sonríe.
Para Weasly:
Te echaré de menos, pequeña. Te
quiero, y mucho Weasly.
Tara siente de nuevo su móvil
vibrar.
Para Bieber:
Yo también te echaré de
menos, estúpido. Yo más, y ya sabes que esta vez no puedes llevarme la
contraria, es más creo que me atrevería a decir que… Te amo.
Justin mira en mensaje y no
puede evitar sonreír una y otra vez.
Para Weasly:
Te prometo que aunque tenga
que estar con mil tías más, llegará el momento en el que encuentre una solución
para que tú y yo podamos estar juntos. Yo también, te amo aunque menos.
Una lágrima recorre la cara
de Tara siendo calmada por una sonrisa al leer al mensaje.
Para Bieber:
Créeme que sí, que algún día
encontraremos la manera de estar juntos. Adiós, Bieber. Te quiero.
Justin lee el mensaje, y sonríe.
Está seguro de que moverá cielo y tierra para encontrar la solución de poder
estar con ella.
Para Weasly:
‘Recuerda que me enamoraste
con odio’. Te quiero, Weasly.
‘Weasly’
‘¿Sí?
‘Tienes un bonito culo’
‘Piérdete, Bieber’
‘En tus sueños’
Tara saca el móvil del
bolsillo, y sonríe. Un montón de imágenes pasan por su mente de un momento a
otro. Será duro, pero lo superará. Sonríe de nuevo al aire.
Justin por su parte guarda el
móvil en el bolsillo, y arranca su moto. Dejando en aquella playa quizás uno de
los mejores días de su vida.
—Está claro que eres para mí—piensa
él.
Y suspira.
—Espero que cumplas tu
promesa, estaré esperándote—piensa ella.
Y suspira de nuevo al aire, regándole
también una sonrisa.
****
¡BUENAS! Sé que el último capitulo fue un caos, porque se me olvidó poner lo del tweet, y demás, xd. Es que iba con prisa, como hoy, JAJAJA. Espero que no me mateis por no subir tan seguido, pero es que tengo otras cosas que hacer, xd.
Bueno, como soy demasiado tardona subiendo capitulos os voy a dejar una adelanto DA AQUI PARA VER EL ADELANTO. Espero que os guste.
Y si quieres que te avise para el proximo capitulo dale RT AQUÍ♥.
¡GRAAAAAAAAAAAAAAAAACIAS POR LEEEEER! OS QUIERO♥