· Capitulo 3.
|Narrador|
El
despertador suena dando comienzo a nuevo día. Lauren se levanta de la cama
dando un pequeño salto, alarmada por las voces de su padre mientras le grita
que ha nevado, y que sigue nevando en Toronto. Sale de la cama y se envuelve en
la primera manta que tiene a mano, y suelta un suspiro. Baja las escaleras de
dos en dos, y se abalanza sobre su padre que le espera ansioso con los mismos
nervios que un niño pequeño al ver que la ciudad se ha teñido de blanco por
primera vez en el año, y en el mes de Septiembre.
-¡Que
frio!—Se queja Lau mientras echa otra manta
por encima suya.
-¡Quejica!—Dice su padre mientras le hace cosquillas.
-¡Para,
papá!—Dice Lau mientras le mira seriamente y
después rompe en una carcajada.
Ambos
caminan entre risas hasta la cocina. Lau recuerda aquellos momentos cuando era
pequeña, y venía a Canadá solo a visitar a sus abuelos. Recuerda cómo su madre
la abrigaba con más capas que una cebolla, y una pequeña lágrima resbala por su
mejilla.
Su
padre la mira con una amplia sonrisa, y Lau recoge su lágrima con un puño, y
sonríe a su padre.
-Te
quiero, papá. —Dice Lau mientras le pega un
trago al chocolate caliente.
En Stratford, Justin sigue aún metido en la
cama. Su madre grita algo desde las escaleras, y la puerta del pasillo se abre
de un portazo, mientras su hermana Jazzy de unos quince años grita cómo una
loca bajando hasta el segundo piso de la casa.
Justin,
sale de la cama, y se coloca una sudadera cualquiera para resguardarse del frío
mañanero.
-¡Buenos
días a ti también, mocosa! —dice mientras revuelve la
rubia melena de su hermana pequeña.
-¡Estate quieto, estúpido! —dice Jazzy mientras se coloca el
flequillo de nuevo.
-Parece ser que hoy nos hemos levantado con el pie izquierdo—dice
Justin mientras camina hacia su madre depositando un beso en su frente. —¿Qué
pasa?
-Mamá, que no se da cuenta de que estoy hasta las narices de que
me ande mangoneando, yo no soy tu Justin, no soy igual de perfecta y no soy de
su sangre—dice mientras le da un golpe a la mesa.
-¿Eres estúpida? —Dice Justin sentándose en la mesa—Hemos
discutido este maldito tema unas ochenta veces Jazmin, te has criado aquí,
cuando viniste tan solo tenías nueve meses, y claro que eres de nuestra sangre.
-¡No soy nada vuestro! —dice ahora la pequeña levantándose de la
mesa.
-¡Pues lárgate! —Dice Justin apretando la mandíbula—¡Lárgate con
tu padre! —dice ahora pegando un golpe a la mesa.
-¿Mi padre? —dice Jazzy desde el salón. —Te recuerdo que también
es el tuyo.
-Ese hombre no es nada mío Jazzy, nos abandonó como a un perro, y
a ti también. ¿Sabes? Si no llega a ser porque esa mujer que está ahí de pie
llorando, tú ahora mismo estarías o muerta, o en un orfanato ¡ESTÚPIDA! —Dice
ahora levantando el tono de voz.
-No tenía por qué hacerlo—dice ahora secándose las lágrimas—Ella
no es mi madre, no tenía por qué cuidarme, ni recogerme.
-Te dejaron en la puerta de casa, ¿qué querías que hiciera? —dice
ahora más calmado.
-Dejarme ahí.
-Eres una desagradecida, Jazmin.
-¡PARAD! —Grita Pattie. —Tú Jazmin estas castigada sin salir, y tú
sube a tu cuarto y tampoco salgas Justin. —Dice soltando la taza en el
fregadero —Y se acabó el tema.
Justin con la mandíbula apretada y los ojos llenos de lágrimas
sube hasta su cuarto y cierra la puerta de un portazo, un portazo que retumba
en toda la casa.
En Toronto.
Lauren se dirige hasta su cuarto, y entra al cuarto de baño para preparar una
ducha de agua caliente. La nieve la agota de solo verla, y hoy no habrá clase
debido a que las carreteras de la ciudad están cortadas por la gran cantidad de
nieve que ha caído.
Se sienta en la cama, y coge el teléfono móvil. Según entra a
twitter, ve un tweet de este misterioso chico que sigue cada uno de sus
movimientos en la red social.
‘Si lo sé, hoy no me levanto
de la cama’
Baja su inicio, y se encuentra con una sucesión del mismo chico de
antes.
‘Está claro, que para mí no existes’
‘Cría cuervos, y te sacarán los ojos’
| Narra Lau |
Dejo el móvil encima de la cama y camino hasta el cuarto de baño.
Me desprendo de mi ropa, y un escalofrió recorre mi cuerpo de arriba abajo
haciendo que mi vello se ponga de punta. Odio el invierno en Canadá, es cómo estar
en el polo norte, aunque a ser verdad estamos casi al lado. Suspiro, y entro en
la ducha. El agua caliente recorre mi cuerpo, y sonrío ante el tacto. Me
pasaría aquí toda la mañana.
Cojo un poco de champú y lo esparzo por mi pelo. Y mientras, no
puedo dejar de pensar en los tweet que he leído del chico misterioso.
[…]
Enciendo la radio, y está sonando ‘everything has change’ subo el
volumen, y me tumbo en la cama, arropada con mi manta favorita. Los días sin
clases, son realmente aburridos. Abro twitter, y acto seguido twitteo.
‘Sí supieras lo mucho que te echo de
menos días como hoy’
‘Nadie es imprescindible’
‘Cuando menos te lo esperas, te pegan
la patada’
‘Tu mejores amigos, pueden volverse
tus peores enemigos’
| Narrador |
Justin tumbado sobre su cama mientras tira una pelota de goma
contra la pared, suelta toda la rabia que lleva dentro. Lau, sentada en su
cama, arropada con aquella manta de terciopelo que le regaló su madre antes de
irse, no puede evitar llorar a escondidas mientras recuerda lo mucho que la
echa de menos.
Justin saca el móvil de su bolsillo, y entra en twitter. Revisa
algunas interacciones, y retwittea algún que otro tweet. Desesperado, reinicia
el tl, y le sale ella. La chica
misteriosa, bueno en realidad no.
‘Hola’
Escribe en el chat, y después de tirarse diez minutos pensando si
mandarlo o no, lo borra.
‘Lo siento por lo de ayer, fui un
poco estúpida’
Escribe ella, y segundo después borra.
[…]
Después de borrar el mensaje cómo ocho veces, Justin decide enviar
el mensaje. Lau, por su parte también lo hace.
‘Hola Lau. Sé que esto es demasiado
raro, pero créeme cuando te digo que no tengo ninguna intención de hacerte daño’
‘¿Drew? Es que aún no sé tu nombre. Yo quiero pedirte
disculpas por mi comportamiento ayer, lo siento de corazón. No suelen
preocuparse por mí…’
Y
el móvil de ambos suena a la vez. De forma inconsciente se forma una sonrisa en
la boca de ambos. Ambos desbloquean sus móviles de forma ansiosa, esperando la
respuesta del otro.
‘Vaya, los dos a la vez’
Dice
Lau, mientras piensa en que contestar.
‘Si, jaja. Sí, llámame drew si quieres. Te
entiendo perfectamente, en serio. Yo no pretendía asustarte’
‘Era para asustarse, jaja. En realidad, fui algo
estúpida contigo.. Solo querías ayudarme ¿no?’
Dice
esta vez ella mientras la sonrisa,
sigue en su boca.
‘Sí, solo quería ayudarte. ¿Estudias?’
‘Sí, estoy estudiando audiovisuales ¿y tú?’
‘Ade. Ya sabes, para seguir con los negocios
familiares…’
‘Ajá.’ ‘Cómo te debo una por intentar ayudarme
anoche, hoy me toca Drew, ¿qué te pasa?’
Dice
ella de forma clara y directa. Las piernas le tiemblan por miedo a que él, se
comporte como ella lo hizo, pero no es así.
[…]
‘Ya sabes que puedes contar conmigo, tú hermana
es una cría en plena adolescencia, y lo de tu padre, bueno quizás algún día
obtengas la respuesta a todo…’
‘Quizás’ ‘Me tengo que ir, ¡he quedado!’
‘Chao’
‘Hasta luego, Lau’
·
Quince días más tarde…
Los
días habían pasado. Lauren seguía con su vida, universidad y a casa. Justin,
por su lado tenía una vida más ajetreada, había encontrado trabajo y lo
compaginaba con las clases, mientras que también a veces tenía que quedarse en
casa ayudando a su madre.
| Narra Lau |
Llego
a casa y suelto la mochila en el primer sitio que encuentro, detrás de la
puerta del comedor. Camino hasta la cocina, y no hay rastro de mi padre. Subo
las escaleras hasta mi habitación, y me desplomo en la cama.
Estoy
muy cansada. Tanto que no sé si soy una persona, o un perro. Todo el día de un
lado hacia otro. A la facultad, a la compra, la casa, los estudios, clases
particulares, y no doy más de mí. Necesito salir de casa, y respirar. ¿Dónde coño
está Lisa cuando más la necesito?
Hablando
de la reina de Roma, por mi teléfono asoma. Siento cómo vibra, y supongo que es
ella. Es viernes, y seguro que tiene alguna fiesta preparada.
-¿Si?
-Esta
noche a las nueve y media estoy en tú casa. ¡Ponte guapa!
Y
sin más, me cuelga. ¡Estúpida Lisa!
Todo
me supera. Mi padre está en plan enchochado con su nueva novia, y no entra en
casa. Lisa está desparecida, y lleva dos días sin ir a la facultad, y por
último está el chico misterioso, del que hace quince días que no sé nada de él.
Intento
sacarme de la cabeza cada pensamiento que tengo con él. El dónde estará, si
estará bien, si quizás ya no quiere saber nada de mí, y lo consigo, pero solo
durante unos segundos, después las cuestiones vuelven a mí, y creo que me estoy
volviendo loca.
| Narra Justin |
-¿Estás
preparado, bro? —dice Ryan desde mi habitación.
-Colonia y nos vamos.
-Cait tiene que estar cómo loca—dice Ryan moviéndose de un lado a
otro—Y Lisa ya ni te cuento.
-¡Me sacas de quicio, Ryan! —grito
esta vez yo.
-Menos
mal, que te has quedado aquí, sino llegas cuando se esté terminando todo.
-Sabes
que estoy cansado, bro. ¡No paro! —digo tirándome del
pelo.
-Deja de quejarte, abuelo. ¡Y vamos!
Salimos de casa, y caminamos hasta casa de Lisa. El jardín está
lleno de gente. Chicas con vestidos cortos, y que parece que se han echado una
colonia con olor a vodka. Tíos ligando de la forma más asquerosa que pueda
haber. Borrachos tirados por los suelos, intentando ponerse en pie. Y al fondo,
están mis amigos. Y lo mejor de todo, es que solo hace una hora que ha empezado
la fiesta.
-¿Dónde estabais, tío? —dice Chaz dándole un trago al ron naranja.
-Justin, se estaba cambiando—dice Ryan mientras rueda los ojos.
-Tío, eres peor que una mujer—dice esta vez Chris haciendo el
mismo gesto que Chaz.
-¡Iros a la mierda! —digo mientras cargo mi primera copa.
[…]
La noche pasa, y el efecto del alcohol ya se va notando en mi
cuerpo. Tengo calor, y a la vez frío. Todas las chicas posan sus ojos deseosos
y ardientes en mí, pero yo me he fijado en una, una especial. Esa chica, lleva
toda la noche pasando desapercibida entre las demás. Y no, no lleva un vestido
corto que hace que se le vea hasta el esternón. Leggins, camisa, y unas botas
camperas.
| Narra Lau |
Estoy
aislada entre gente que huele a vodka. Babosos que no dejan de tirarme los
tratos con frases como ‘si te cojo, te hago un ocho’ ‘quítate esa camisa’ ‘¡Que
buenas estas!’.
Camino
entre la gente. Parejas que se están alcoholizando juntas, gente comiéndose la
boca cómo si fuera tu plato preferido el día que más hambre tienes, gente
tirada por el suelo, gente esparciendo su propio vómito. Estoy en esa fase de ‘tierra,
trágame’, solo quiero salir corriendo.
Al
final, veo un hueco libre, y entre tanta gente intento buscar a Lisa para
decirla que me voy a casa. Y, justo cuando la encuentro y sigo caminando choco
con alguien, que al parecer también va demasiado perjudicado.
-¡Ah!
Eres tú—dice clavando sus ojos miel en mis labios.
-Veo que te has aficionado a chocarte conmigo—bromeo.
-¿Qué
haces por aquí? —dice Justin mientras se tambalea de
un lado a otro.
-Me iba ya para casa—digo escondiendo mi cara entre mi pelo.
-Te acompaño.
-No, cogeré un taxi.
-Es demasiado peligroso que una chica como tú, vaya sola a estas
horas por la calle.
-Gracias, supongo—carcajeo.
-Déjame acompañarte, Lauren.
-Déjalo, Justin, en serio.
-¡Por favor!
-Está bien—asiento.
Justin camina hasta dónde están sus amigos a recoger su chaqueta,
y le dice algo a Ryan que no consigo entender. ¡Maldito Ryan! Mientras espero a
que venga, saco el móvil del bolsillo y le escribo un mensaje a Lisa.
‘Me voy a casa, ya sabes que un sitio como este no está hecho para mí. Llámame
mañana cuando te despiertes, y hayas recogido todo esto. ¡Suerte con los
vómitos! Te quiero.’
Envío
el mensaje, y vuelvo a guardar mi móvil. Cuando estoy a punto de irme sin Justin,
alguien agarra mi brazo.
-Ya
tenías pensado escaparte sin mí. —dice mirándome esta
vez a los ojos.
-Sí, quizás mañana te arrepientas de haber acompañado a casa a la
rara del campus. —digo esta vez yo en un tono serio.
-No me importa arriesgarme—dice él mientras tira de mi brazo y me
saca de aquel horroroso lugar.
| Narrador |
Lauren se coloca su chaqueta según sale de la casa, y coloca los
brazos alrededor de su cuerpo para entrar en calor, pero es misión fallida. Son
las cuatro y media de la mañana y en frío se apodera de cada rincón de Toronto.
Justin, por su parte sigue en manga corta porque los efectos del alcohol siguen
actuando sobre su cuerpo, y mientras camina sigue diciéndole disparates a
Lauren que hace que ella sonría.
-¿Tienes frío? —dice él mientras se para en una calle para soltar
su copa.
-No.
-¿Por qué mientes? —Dice mirándola fijamente a los ojos—¿Sabes que
eres igual de trasparente que el agua?
-¿Qué quieres decir con eso?
-Que se te nota lo que sientes con solo mirarte a los ojos.
-Puede ser, quizás es que tú eres adivino.
-No hace falta ser muy listo para saber que tienes frío—bromea—Llevas
tiritando desde que hemos salido de casa de Lisa.
-Bueno, quizás eso no ha jugado a mi favor.
-Toma mi chaqueta, ya me la devolverás.
-No hace falta.
-Toma.
Y al final accede. Lau envuelve su pequeño y diminuto cuerpo entre
la amplia chaqueta de cuero de Justin. Justin la mira y sonríe.
El camino a casa de Lauren, caminando es bastante largo. Ella vive
casi a la afueras de la ciudad, justo a unas manzanas más allá de la casa de
Ryan. Ella, no puede dejar de pensar en la mirada que Ryan la ha echado, y
Justin por su parte no puede dejar de pensar en la misteriosa chica a la que
tanto le recuerda Lauren.
-Ahora tendrás que volver solo—dice rompiendo el silencio.
-Esperaré a Ryan en la puerta de casa—dice sonriente—No creo que
tarde en venir.
-Ryan siempre deja unas llaves de repuesto en la maceta de flores—dice
ella arrepintiéndose de lo que acaba de decir—el color de las flores es azul—sonríe.
-¿Cómo lo sabes?
-Mi padre y su padre son íntimos amigos—ríe—Cosas de la vida,
supongo.
-¿Desde cuándo conoces a Ryan? —dice él.
-Desde que me mudé aquí—ríe—Mi padre vivía en Stratford cuando era
pequeño, y se mudó a Europa y allí conoció a mi madre.
-¿Ahora vivís aquí los tres?
-¡Que va! —Dice agachando la cabeza—Mi madre nos abandonó cuando
solo tenía siete años, y desde aquel día no sé nada de ella.
-Cuando te miro a los ojos, se te nota que por dentro estas
dolida.
-Lo estoy. —Dice recogiendo la lágrima que acaba de caer por su
mejilla—Pero ¿sabes? Si lo asumes, duele
menos.
Justin se acerca más a ella rompiendo la distancia que los
separaba. Envuelve su cuerpo entre sus brazos, y deposita un beso en su frente.
Lauren sonríe.
-Y bueno, esa es mi vida—bromea.
-¿Y tú qué?
-Yo vivo en Stratford, conozco a Ryan desde que éramos pequeños, y
vivo con mi madre y mi hermana pequeña.
-¿Tienes una hermana?
-Sí.
-¿Tú tienes hermanos?
-Sí.
-¿Dónde está?
-Mi hermano tenía solo dos años cuando todo pasó, y mi madre se lo
quitó a papá.
-¿Se le llevó obligado?
-Sí. —Suspiró— Ella decía que al menos uno se tenía que ir con
ella aunque no quisiera mi padre.
-¡Joder!
-¿Y tu padre?
-No me gusta hablar de ello.
-¡Oh, lo siento!
-No, tú no sabías nada—carcajea él.
El incómodo silencio se apodera de la situación, y después de una
hora de camino han llegado a casa de Lauren.
-¡Gracias por acompañarme!
-Ha sido un placer.
-¡Hasta el lunes!
-Sí
Lauren camina hasta la puerta de su casa, y su sonrisa le ocupa
toda la cara. Ella piensa que él es diferente, que él es algo similar a ella.
Justin, observa como Lauren camina hasta su casa moviendo sus caderas, él cree
que ella es la chica de su vida, aunque claro también está por medio la chica misteriosa a la que tiene
abandonada.
Lauren entra en casa y cierra la puerta. Justin piensa que esta
chica es diferente a las demás, que cada
una de sus rarezas le parecen más interesante, y esa forma que tiene de sonreír
es lo más atractivos para él. Lauren le recuerda a Lau, la chica de internet.
La chica misteriosa.
Justin piensa en todo el tiempo que lleva sin hablar con la chica,
y cómo el alcohol aun está en su cuerpo se lanza. Lauren, se tumba en la cama y
coge el móvil entre sus manos, Justin le recuerda a Drew, el chico misterioso. Su chico misterioso.
‘Lo siento. He estado trabajando, y
no he tenido tiempo. Espero que puedas perdonarme, fea’
Dice Justin antes de rebuscar entre las macetas que Lauren le había
dicho en busca de las llaves.
‘¿Y estas confianzas? No me llames
fea’
Dice esta vez ella, llena de rabia. Ella piensa que si él cree,
que tiene el derecho de hablarla simplemente cuando se aburre.
‘Lo siento’
Dice entrando él entrando en casa.
‘Déjame en paz, Drew. Hablamos otro
día. ¡Buenas noches!’
Y Lauren, pone en silencio su móvil y se mete en la cama.
‘¡Hasta mañana, fea!
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¡Hola! Sé que he tardado mucho tiempo en subir, pero tengo una buena escusa. ¡Estoy hasta arriba de todo! Y no tengo tiempo ni para ver la tele casi. Espero que os haya merecido la pena esperar tanto, y que os haya gustado el capitulo. Intentaré subir más a menudo, en serio.
Si quieres que te avise del proximo capitulo da RT aquí.