sábado, 14 de diciembre de 2013

Capitulo uno.




· Capitulo uno.

| Narra Beth |

¿Buenos días? Buenos días serían si no estuviese metida en un maldito coche a las siete y media de la mañana de camino a Ohio, y con el frío que hace. No sé porque mi madre tiene que irse de Londres, y mucho menos sé porque no nos lleva con ella cómo ha hecho siempre, pero realmente me da igual. Estoy harta de que siempre me oculte cosas, y ahora para colmo me mande a la otra parte del mundo con un hombre que a pesar de ser llamado ‘mi padre’ para mí es un tremendo desconocido, y es mucho más pesado cuando tengo que aguantar a su adorable hija pequeña, Alice. La que supuestamente es ‘mi hermana’. No, no son buenos días.

-¡Ed!digo quitándole los cascos.
-¿Qué?
-Tienes que hacerme una promesa antes de montarnos en ese avión, —digo casi susurrándole para que mi madre no pueda escucharnos.
-¡Suéltalo ya!dice mirándome a los ojos.
-Prométeme, que no me dejarás sola, ¡por favor!
-Beth, confía en mídice dándome un cálido abrazoNunca te dejaría sola, créeme.

Sonrío como una estúpida agarrada de la mano de mi hermano. Estoy realmente cagada de miedo, para mí es un cambio total. Dejar mi vida, aunque no fuese la mejor, aparcada aquí en Londres, para empezar una nueva vida en Ohio por no sé cuánto tiempo.

-¡Venga, chicos!Dice mamá bajándose del coche.
-¿Preparada?Dice Ed agarrándome la mano.
-Sí, obvioescupo con ironíaPara esto nunca estaré preparada.
-¡Venga, Beth! Me tienes a mídice abandonando el coche.

Caminamos hasta la sala donde tenemos que esperar nuestro vuelo. Mamá cogerá otro vuelo a no sabemos dónde, pero le cogerá cinco minutos más tarde que el nuestro. Mamá, mueve la pierna nerviosa de un lado hacia otro, Ed se come las uñas mientras escucha música en su iPod, y yo estoy sentada en estas sillas frías y duras con el móvil entre las manos esperando un milagro del espíritu Santo que haga que no me tenga que mover de Londres, pero mi esperanzas no sirven para nada, porque por la megafonía ya suena el nombre de nuestro vuelo.

Me levanto del asiento y cojo las maletas. Las facturamos. Ed se abraza a mama mientras llora cómo un niño pequeño, y mamá le susurra una cosa al oído que seguramente sea mía. Camino hasta donde están, y me uno al abrazo. El último abrazo familiar con mamá.

-Te echaré de menos, mamádice Ed mientras pasa a facturar las maletas.
-Beth.dice ahora mirándome a los ojos.
-Dime, mamá.
-Prométeme que intentarás ser amable con tu padre, y su familia.
-Lo intentaré, mamá.
-¡Ven aquí!dice envolviéndome en su brazos y depositando un tierno beso en mi frente.
-Te voy a echar tanto de menosdigo recogiendo mis lágrimas con los puñosincluso echaré de menos cuando te pones pesada.río.
-Mándame un mensaje cuando estéis allí, tu padre irá a recogeros en coche.
-¡Te quiero mamá!digo lanzándola un beso con la mano.

[…]

El avión por fin ha aterrizado, y Ed está totalmente dormido. Le tambaleo de un lado hacia otro gritándole en el oído que hay turbulencias, y me sonríe de una manera irónica. El miedo está en mi cuerpo otra vez, me sudan las manos y me tiemblan las piernas. Con lo a gusto que podía estar yo en mi casa, tumbada en mi habitación escuchando música.

-¡Ed, Beth!¡Aquí!Dice mi padre mientas mueve sus manos de un lado a otro haciendo una mueca graciosa que haga que ría.
-Sin duda es élle digo a Ed arrastrando mis maletas.
-¡No cambia!dice Ed riendo.

Ed camina hasta papá y se envuelven en un cálido abrazo, un abrazo con sabor a te he echado de menos. Papá limpia las lágrimas de sus ojos, esperando a que mi recibimiento sea igual o parecido al de Ed, pero mi cuerpo y mi mente no me dejan. Tengo demasiado rencor guardado, demasiadas cosas en la recamara, y una parte de mi quiere salir corriendo de nuevo hacia Londres, pero otra quiere aprender a querer algo que algún día quiso y por circunstancias de la vida, la llama se apagó.

Camino erguida, y arrastro mis maletas. Intento mantenerme en pie, pero mis piernas que han comenzado a temblar me lo impiden. Acelero el ritmo en mis piernas, y me paro en frente del que según dicen es mi padre. Sonríe y tira de mi para depositas más tarde un beso en mi frente, le sonrío de manera forzada, al igual que su mujer y el pequeño diablo vestido de niña, Alice.

[…]

Ya hemos llegado a casa de mi padre, la casa es bastante grande comprada con el pequeño piso que teníamos en Londres. Tiene un amplio salón, con sofás de color marrón de piel, y un mueble que ocupa casi toda la pared frontal. En el mueble hay muchísimas fotos, y entre ellas sonrío al encontrarme una foto mía con papá, y Ed cuando este último tan solo tenía un año. Él se sigue acordando de nosotros, y nos tiene presente en su día a día, pero es difícil entender por qué se fue dejándonos allí solos.

Es difícil volver a querer a alguien cuando te has dado realmente cuenta de que no es necesario en tu vida, y tu creías que sí. Después de haber pasado unos trece cumpleaños sin él, trece navidades, trece años sin un padre que te dé su apoyo cuando lo necesitas, que se haya perdido la edad del pavo, tu primer suspenso, tu primer amor, tu primer beso. Esa persona a la que has echado de menos en cada abrazo familiar, cada cena, cada comida, cada desayuno. Es duro darte cuenta que no has tenido un padre que te de las buenas noches, ni lo buenos días, ni que te ponga las cosas claras cuando la has cagado, y pensar que tu madre ha hecho ambos papeles, siendo duro para ella. Duro verla sufrir cada noche desde que el desapareció de nuestras vida, yo nunca dije que fuera imposible volver a recuperarme, lo único que le advertí a mi madre antes de irme fue que no sería fácil, pero que por ella le daría la oportunidad de que me recuperase, esa segunda oportunidad que según la ley ética todos merecemos.

-¿Te gusta la casa?dice Liam, mi padre, detrás de mí.
-Sí, está muy bien decorada y es ampliadigo soltando el marco que tenía entre mis manos.
-Tu habitación está arribadice señalando las escalerasla última puerta.
-¡Gracias, Liam!digo subiendo las maletas cómo buenamente puedo.

La cara de mi padre se vuelve pálida al escuchar ese Liam, pero me dedica una sonrisa. Sé que él me entiende, y sé que él sabe que para mí esto no es fácil.

Termino de subir las escaleras, y camino hasta el final del pasillo. En la puerta pone mi nombre con figuras graciosas, y río. Abro la puerta y me encuentro una habitación enorme. Las paredes pintadas de verde pistacho, y los muebles rosas fucsias. La cama es grande, de matrimonio, y tiene una colcha de ambos colores. En las paredes hay fotos mías pegadas, fotos con mis amigas, y en el techo una foto de mi grupo favorito, Little mix. Sonrío. Mamá ha tenido que ayudar a Liam a hacer esto, y me tumbo en la cama riendo.

Observo cada rincón, y me doy cuenta de que al final en la pared pegada a la ventana hay un radiocasete enorme, y una guitarra de color rosa. La música siempre ha sido mi vía de escape, desde pequeña.

Quizás había exagerado y la convivencia aquí no iba a ser del todo mala

****

¡Hola! Os habia prometido una novela nueva, por la otra y aquí estoy. Espero que os haya gustado el capitulo uno y la sinopsis. Mañana intentaré subir capitulo si me da tiempo. ¡GRACIAS!

DEJAME VUESTRO COMENTARIO O AQUI ABAJO O EN TWITTER @BIEBSDRAUHL__

Y DAD RT AQUÍ. SI QUIERES LEER EL CAPITULO DOS. ♥

Sinopsis 'change me'


·Sinopsis.

Me llamo Beth, Beth Nelson. Tengo dieciocho años y resido en Londres, aunque no por mucho tiempo. La relación con el que se hace llamar padre, es mínima, por no decir nula. Él vive en Ohio, un pequeño estado al oeste de América. Vivo con mi hermano pequeño, Ed. Soy la típica chica que saca buenas notas, y apenas sale de casa. Lo que más me gusta es mi es mi pelo, y mis ojos. Y mi vida, la verdad es que no ha sido nada fácil desde que mis padres se separaron, pero quizás este verano mi vida pegue un giro de trescientos ochenta grados, y supongo que cómo siempre será a peor. No quiero irme a Ohio, y mucho menos separarme de lo que tengo aquí.

Me llamo Justin, Justin Bieber. Tengo dieciocho años, y resido en Ohio. Mi padre murió en un accidente de avión. Vivo con mi madre, y mis dos hermanos pequeños, Jaxon de quince años y Jazzy de la misma edad. Soy el típico pringado al que nadie se acerca, no me interesa lo más mínimo salir de fiesta y mucho menos que cada noche pase una tía nueva por mi cama. Lo pasé bastante mal en mi última relación, y desde ahí no he vuelto a fiarme de nadie. Soy frio y distante. Mi vida no ha sido fácil, siempre he sido el pardillo al que todo el mundo insulta desde primaria, el cebo para todo niño cruel. Pensé, que según fuese pasando el tiempo, la cosa cambiaria, pero no es así, en el instituto han sido mucho peor que en el colegio, y estoy deseando empezar la universidad. Necesito que alguien cambie mi vida.



TRAILER.


¿FIN?

¡Hola! Primeramente, os quiero pedir perdón por tirarme tantísimo tiempo sin subir, y segundo os quería decir que dejo la novela, pero haré otra. Dejo esta novela, porque no sé por donde cogerla, y entre el poco tiempo que tengo y el tener que pensar me he terminado agobiando.

Sé que no es justo para vosotras, aunque solo llevaba tres capítulos más sinopsis, pero os prometo que os recompensaré con una mejor. Lo siento, de verdad.

Si queréis leer mi próxima novela dad RT aquí.

¡Gracias! Espero que lo entendais. Os quiero. ♥

sábado, 30 de noviembre de 2013

TRES.



· Capitulo 3.

|Narrador|

El despertador suena dando comienzo a nuevo día. Lauren se levanta de la cama dando un pequeño salto, alarmada por las voces de su padre mientras le grita que ha nevado, y que sigue nevando en Toronto. Sale de la cama y se envuelve en la primera manta que tiene a mano, y suelta un suspiro. Baja las escaleras de dos en dos, y se abalanza sobre su padre que le espera ansioso con los mismos nervios que un niño pequeño al ver que la ciudad se ha teñido de blanco por primera vez en el año, y en el mes de Septiembre.

-¡Que frio!—Se queja Lau mientras echa otra manta por encima suya.
-¡Quejica!—Dice su padre mientras le hace cosquillas.
-¡Para, papá!—Dice Lau mientras le mira seriamente y después rompe en una carcajada.

Ambos caminan entre risas hasta la cocina. Lau recuerda aquellos momentos cuando era pequeña, y venía a Canadá solo a visitar a sus abuelos. Recuerda cómo su madre la abrigaba con más capas que una cebolla, y una pequeña lágrima resbala por su mejilla.

Su padre la mira con una amplia sonrisa, y Lau recoge su lágrima con un puño, y sonríe a su padre.

-Te quiero, papá. —Dice Lau mientras le pega un trago al chocolate caliente.

En Stratford, Justin sigue aún metido en la cama. Su madre grita algo desde las escaleras, y la puerta del pasillo se abre de un portazo, mientras su hermana Jazzy de unos quince años grita cómo una loca bajando hasta el segundo piso de la casa.
Justin, sale de la cama, y se coloca una sudadera cualquiera para resguardarse del frío mañanero.

-¡Buenos días a ti también, mocosa! —dice mientras revuelve la rubia melena de su hermana pequeña.
-¡Estate quieto, estúpido! —dice Jazzy mientras se coloca el flequillo de nuevo.
-Parece ser que hoy nos hemos levantado con el pie izquierdo—dice Justin mientras camina hacia su madre depositando un beso en su frente. —¿Qué pasa?
-Mamá, que no se da cuenta de que estoy hasta las narices de que me ande mangoneando, yo no soy tu Justin, no soy igual de perfecta y no soy de su sangre—dice mientras le da un golpe a la mesa.
-¿Eres estúpida? —Dice Justin sentándose en la mesa—Hemos discutido este maldito tema unas ochenta veces Jazmin, te has criado aquí, cuando viniste tan solo tenías nueve meses, y claro que eres de nuestra sangre.
-¡No soy nada vuestro! —dice ahora la pequeña levantándose de la mesa.
-¡Pues lárgate! —Dice Justin apretando la mandíbula—¡Lárgate con tu padre! —dice ahora pegando un golpe a la mesa.
-¿Mi padre? —dice Jazzy desde el salón. —Te recuerdo que también es el tuyo.
-Ese hombre no es nada mío Jazzy, nos abandonó como a un perro, y a ti también. ¿Sabes? Si no llega a ser porque esa mujer que está ahí de pie llorando, tú ahora mismo estarías o muerta, o en un orfanato ¡ESTÚPIDA! —Dice ahora levantando el tono de voz.
-No tenía por qué hacerlo—dice ahora secándose las lágrimas—Ella no es mi madre, no tenía por qué cuidarme, ni recogerme.
-Te dejaron en la puerta de casa, ¿qué querías que hiciera? —dice ahora más calmado.
-Dejarme ahí.
-Eres una desagradecida, Jazmin.
-¡PARAD! —Grita Pattie. —Tú Jazmin estas castigada sin salir, y tú sube a tu cuarto y tampoco salgas Justin. —Dice soltando la taza en el fregadero —Y se acabó el tema.

Justin con la mandíbula apretada y los ojos llenos de lágrimas sube hasta su cuarto y cierra la puerta de un portazo, un portazo que retumba en toda la casa.

En Toronto. Lauren se dirige hasta su cuarto, y entra al cuarto de baño para preparar una ducha de agua caliente. La nieve la agota de solo verla, y hoy no habrá clase debido a que las carreteras de la ciudad están cortadas por la gran cantidad de nieve que ha caído.

Se sienta en la cama, y coge el teléfono móvil. Según entra a twitter, ve un tweet de este misterioso chico que sigue cada uno de sus movimientos en la red social.

Si lo sé, hoy no me levanto de la cama’

Baja su inicio, y se encuentra con una sucesión del mismo chico de antes.

‘Está claro, que para mí no existes’

‘Cría cuervos, y te sacarán los ojos’

| Narra Lau |

Dejo el móvil encima de la cama y camino hasta el cuarto de baño. Me desprendo de mi ropa, y un escalofrió recorre mi cuerpo de arriba abajo haciendo que mi vello se ponga de punta. Odio el invierno en Canadá, es cómo estar en el polo norte, aunque a ser verdad estamos casi al lado. Suspiro, y entro en la ducha. El agua caliente recorre mi cuerpo, y sonrío ante el tacto. Me pasaría aquí toda la mañana.

Cojo un poco de champú y lo esparzo por mi pelo. Y mientras, no puedo dejar de pensar en los tweet que he leído del chico misterioso.

[…]

Enciendo la radio, y está sonando ‘everything has change’ subo el volumen, y me tumbo en la cama, arropada con mi manta favorita. Los días sin clases, son realmente aburridos. Abro twitter, y acto seguido twitteo.

‘Sí supieras lo mucho que te echo de menos días como hoy’

‘Nadie es imprescindible’

‘Cuando menos te lo esperas, te pegan la patada’

‘Tu mejores amigos, pueden volverse tus peores enemigos’

| Narrador |

Justin tumbado sobre su cama mientras tira una pelota de goma contra la pared, suelta toda la rabia que lleva dentro. Lau, sentada en su cama, arropada con aquella manta de terciopelo que le regaló su madre antes de irse, no puede evitar llorar a escondidas mientras recuerda lo mucho que la echa de menos.

Justin saca el móvil de su bolsillo, y entra en twitter. Revisa algunas interacciones, y retwittea algún que otro tweet. Desesperado, reinicia el tl, y le sale ella. La chica misteriosa, bueno en realidad no.

‘Hola’
Escribe en el chat, y después de tirarse diez minutos pensando si mandarlo o no, lo borra.
‘Lo siento por lo de ayer, fui un poco estúpida’
Escribe ella, y segundo después borra.

[…]

Después de borrar el mensaje cómo ocho veces, Justin decide enviar el mensaje. Lau, por su parte también lo hace.

‘Hola Lau. Sé que esto es demasiado raro, pero créeme cuando te digo que no tengo ninguna intención de hacerte daño’
‘¿Drew? Es que aún no sé tu nombre. Yo quiero pedirte disculpas por mi comportamiento ayer, lo siento de corazón. No suelen preocuparse por mí…’

Y el móvil de ambos suena a la vez. De forma inconsciente se forma una sonrisa en la boca de ambos. Ambos desbloquean sus móviles de forma ansiosa, esperando la respuesta del otro.


‘Vaya, los dos a la vez’
Dice Lau, mientras piensa en que contestar.
‘Si, jaja. Sí, llámame drew si quieres. Te entiendo perfectamente, en serio. Yo no pretendía asustarte’
‘Era para asustarse, jaja. En realidad, fui algo estúpida contigo.. Solo querías ayudarme ¿no?’
Dice esta vez ella mientras la sonrisa, sigue en su boca.
Sí, solo quería ayudarte. ¿Estudias?’
‘Sí, estoy estudiando audiovisuales ¿y tú?’
‘Ade. Ya sabes, para seguir con los negocios familiares…’
‘Ajá.’ ‘Cómo te debo una por intentar ayudarme anoche, hoy me toca Drew, ¿qué te pasa?’
Dice ella de forma clara y directa. Las piernas le tiemblan por miedo a que él, se comporte como ella lo hizo, pero no es así.

[…]

‘Ya sabes que puedes contar conmigo, tú hermana es una cría en plena adolescencia, y lo de tu padre, bueno quizás algún día obtengas la respuesta a todo…’
‘Quizás’ ‘Me tengo que ir, ¡he quedado!’
‘Chao’
‘Hasta luego, Lau’

· Quince días más tarde…

Los días habían pasado. Lauren seguía con su vida, universidad y a casa. Justin, por su lado tenía una vida más ajetreada, había encontrado trabajo y lo compaginaba con las clases, mientras que también a veces tenía que quedarse en casa ayudando a su madre.

| Narra Lau |

Llego a casa y suelto la mochila en el primer sitio que encuentro, detrás de la puerta del comedor. Camino hasta la cocina, y no hay rastro de mi padre. Subo las escaleras hasta mi habitación, y me desplomo en la cama.

Estoy muy cansada. Tanto que no sé si soy una persona, o un perro. Todo el día de un lado hacia otro. A la facultad, a la compra, la casa, los estudios, clases particulares, y no doy más de mí. Necesito salir de casa, y respirar. ¿Dónde coño está Lisa cuando más la necesito?

Hablando de la reina de Roma, por mi teléfono asoma. Siento cómo vibra, y supongo que es ella. Es viernes, y seguro que tiene alguna fiesta preparada.

-¿Si?
-Esta noche a las nueve y media estoy en tú casa. ¡Ponte guapa!
Y sin más, me cuelga. ¡Estúpida Lisa!

Todo me supera. Mi padre está en plan enchochado con su nueva novia, y no entra en casa. Lisa está desparecida, y lleva dos días sin ir a la facultad, y por último está el chico misterioso, del que hace quince días que no sé nada de él.

Intento sacarme de la cabeza cada pensamiento que tengo con él. El dónde estará, si estará bien, si quizás ya no quiere saber nada de mí, y lo consigo, pero solo durante unos segundos, después las cuestiones vuelven a mí, y creo que me estoy volviendo loca.

| Narra Justin |

-¿Estás preparado, bro? —dice Ryan desde mi habitación.
-Colonia y nos vamos.
-Cait tiene que estar cómo loca—dice Ryan moviéndose de un lado a otro—Y Lisa ya ni te cuento.
-¡Me sacas de quicio, Ryan! —grito esta vez yo.
-Menos mal, que te has quedado aquí, sino llegas cuando se esté terminando todo.
-Sabes que estoy cansado, bro. ¡No paro! —digo tirándome del pelo.
-Deja de quejarte, abuelo. ¡Y vamos!

Salimos de casa, y caminamos hasta casa de Lisa. El jardín está lleno de gente. Chicas con vestidos cortos, y que parece que se han echado una colonia con olor a vodka. Tíos ligando de la forma más asquerosa que pueda haber. Borrachos tirados por los suelos, intentando ponerse en pie. Y al fondo, están mis amigos. Y lo mejor de todo, es que solo hace una hora que ha empezado la fiesta.

-¿Dónde estabais, tío? —dice Chaz dándole un trago al ron naranja.
-Justin, se estaba cambiando—dice Ryan mientras rueda los ojos.
-Tío, eres peor que una mujer—dice esta vez Chris haciendo el mismo gesto que Chaz.
-¡Iros a la mierda! —digo mientras cargo mi primera copa.

[…]

La noche pasa, y el efecto del alcohol ya se va notando en mi cuerpo. Tengo calor, y a la vez frío. Todas las chicas posan sus ojos deseosos y ardientes en mí, pero yo me he fijado en una, una especial. Esa chica, lleva toda la noche pasando desapercibida entre las demás. Y no, no lleva un vestido corto que hace que se le vea hasta el esternón. Leggins, camisa, y unas botas camperas.

| Narra Lau |
Estoy aislada entre gente que huele a vodka. Babosos que no dejan de tirarme los tratos con frases como ‘si te cojo, te hago un ocho’ ‘quítate esa camisa’ ‘¡Que buenas estas!’.
Camino entre la gente. Parejas que se están alcoholizando juntas, gente comiéndose la boca cómo si fuera tu plato preferido el día que más hambre tienes, gente tirada por el suelo, gente esparciendo su propio vómito. Estoy en esa fase de ‘tierra, trágame’, solo quiero salir corriendo.

Al final, veo un hueco libre, y entre tanta gente intento buscar a Lisa para decirla que me voy a casa. Y, justo cuando la encuentro y sigo caminando choco con alguien, que al parecer también va demasiado perjudicado.

-¡Ah! Eres tú—dice clavando sus ojos miel en mis labios.
-Veo que te has aficionado a chocarte conmigo—bromeo.
-¿Qué haces por aquí? —dice Justin mientras se tambalea de un lado a otro.
-Me iba ya para casa—digo escondiendo mi cara entre mi pelo.
-Te acompaño.
-No, cogeré un taxi.
-Es demasiado peligroso que una chica como tú, vaya sola a estas horas por la calle.
-Gracias, supongo—carcajeo.
-Déjame acompañarte, Lauren.
-Déjalo, Justin, en serio.
-¡Por favor!
-Está bien—asiento.

Justin camina hasta dónde están sus amigos a recoger su chaqueta, y le dice algo a Ryan que no consigo entender. ¡Maldito Ryan! Mientras espero a que venga, saco el móvil del bolsillo y le escribo un mensaje a Lisa.

Me voy a casa, ya sabes que un sitio como este no está hecho para mí. Llámame mañana cuando te despiertes, y hayas recogido todo esto. ¡Suerte con los vómitos! Te quiero.’

Envío el mensaje, y vuelvo a guardar mi móvil. Cuando estoy a punto de irme sin Justin, alguien agarra mi brazo.

-Ya tenías pensado escaparte sin mí. —dice mirándome esta vez a los ojos.
-Sí, quizás mañana te arrepientas de haber acompañado a casa a la rara del campus. —digo esta vez yo en un tono serio.
-No me importa arriesgarme—dice él mientras tira de mi brazo y me saca de aquel horroroso lugar.

| Narrador |

Lauren se coloca su chaqueta según sale de la casa, y coloca los brazos alrededor de su cuerpo para entrar en calor, pero es misión fallida. Son las cuatro y media de la mañana y en frío se apodera de cada rincón de Toronto. Justin, por su parte sigue en manga corta porque los efectos del alcohol siguen actuando sobre su cuerpo, y mientras camina sigue diciéndole disparates a Lauren que hace que ella sonría.

-¿Tienes frío? —dice él mientras se para en una calle para soltar su copa.
-No.
-¿Por qué mientes? —Dice mirándola fijamente a los ojos—¿Sabes que eres igual de trasparente que el agua?
-¿Qué quieres decir con eso?
-Que se te nota lo que sientes con solo mirarte a los ojos.
-Puede ser, quizás es que tú eres adivino.
-No hace falta ser muy listo para saber que tienes frío—bromea—Llevas tiritando desde que hemos salido de casa de Lisa.
-Bueno, quizás eso no ha jugado a mi favor.
-Toma mi chaqueta, ya me la devolverás.
-No hace falta.
-Toma.

Y al final accede. Lau envuelve su pequeño y diminuto cuerpo entre la amplia chaqueta de cuero de Justin. Justin la mira y sonríe.

El camino a casa de Lauren, caminando es bastante largo. Ella vive casi a la afueras de la ciudad, justo a unas manzanas más allá de la casa de Ryan. Ella, no puede dejar de pensar en la mirada que Ryan la ha echado, y Justin por su parte no puede dejar de pensar en la misteriosa chica a la que tanto le recuerda Lauren.

-Ahora tendrás que volver solo—dice rompiendo el silencio.
-Esperaré a Ryan en la puerta de casa—dice sonriente—No creo que tarde en venir.
-Ryan siempre deja unas llaves de repuesto en la maceta de flores—dice ella arrepintiéndose de lo que acaba de decir—el color de las flores es azul—sonríe.
-¿Cómo lo sabes?
-Mi padre y su padre son íntimos amigos—ríe—Cosas de la vida, supongo.
-¿Desde cuándo conoces a Ryan? —dice él.
-Desde que me mudé aquí—ríe—Mi padre vivía en Stratford cuando era pequeño, y se mudó a Europa y allí conoció a mi madre.
-¿Ahora vivís aquí los tres?
-¡Que va! —Dice agachando la cabeza—Mi madre nos abandonó cuando solo tenía siete años, y desde aquel día no sé nada de ella.
-Cuando te miro a los ojos, se te nota que por dentro estas dolida.
-Lo estoy. —Dice recogiendo la lágrima que acaba de caer por su mejilla—Pero ¿sabes? Si lo asumes, duele menos.

Justin se acerca más a ella rompiendo la distancia que los separaba. Envuelve su cuerpo entre sus brazos, y deposita un beso en su frente. Lauren sonríe.

-Y bueno, esa es mi vida—bromea.
-¿Y tú qué?
-Yo vivo en Stratford, conozco a Ryan desde que éramos pequeños, y vivo con mi madre y mi hermana pequeña.
-¿Tienes una hermana?
-Sí.
-¿Tú tienes hermanos?
-Sí.
-¿Dónde está?
-Mi hermano tenía solo dos años cuando todo pasó, y mi madre se lo quitó a papá.
-¿Se le llevó obligado?
-Sí. —Suspiró— Ella decía que al menos uno se tenía que ir con ella aunque no quisiera mi padre.
-¡Joder!
-¿Y tu padre?
-No me gusta hablar de ello.
-¡Oh, lo siento!
-No, tú no sabías nada—carcajea él.

El incómodo silencio se apodera de la situación, y después de una hora de camino han llegado a casa de Lauren.

-¡Gracias por acompañarme!
-Ha sido un placer.
-¡Hasta el lunes!
-Sí

Lauren camina hasta la puerta de su casa, y su sonrisa le ocupa toda la cara. Ella piensa que él es diferente, que él es algo similar a ella. Justin, observa como Lauren camina hasta su casa moviendo sus caderas, él cree que ella es la chica de su vida, aunque claro también está por medio la chica misteriosa a la que tiene abandonada.


Lauren entra en casa y cierra la puerta. Justin piensa que esta chica es  diferente a las demás, que cada una de sus rarezas le  parecen más  interesante, y esa forma que tiene de sonreír es lo más atractivos para él. Lauren le recuerda a Lau, la chica de internet. La chica misteriosa.

Justin piensa en todo el tiempo que lleva sin hablar con la chica, y cómo el alcohol aun está en su cuerpo se lanza. Lauren, se tumba en la cama y coge el móvil entre sus manos, Justin le recuerda a Drew, el chico misterioso. Su chico misterioso.

‘Lo siento. He estado trabajando, y no he tenido tiempo. Espero que puedas perdonarme, fea’
Dice Justin antes de rebuscar entre las macetas que Lauren le había dicho en busca de las llaves.
‘¿Y estas confianzas? No me llames fea’
Dice esta vez ella, llena de rabia. Ella piensa que si él cree, que tiene el derecho de hablarla simplemente cuando se aburre.
‘Lo siento’
Dice entrando él entrando en casa.
‘Déjame en paz, Drew. Hablamos otro día. ¡Buenas noches!’
Y Lauren, pone en silencio su móvil y se mete en la cama.
‘¡Hasta mañana, fea!

 ****

¡Hola! Sé que he tardado mucho tiempo en subir, pero tengo una buena escusa. ¡Estoy hasta arriba de todo! Y  no tengo tiempo ni para ver la tele casi. Espero que os haya merecido la pena esperar tanto, y que os haya gustado el capitulo. Intentaré subir más a menudo, en serio.

Si quieres que te avise del proximo capitulo da RT aquí. 




domingo, 17 de noviembre de 2013

dos.



· Capitulo dos.

Martes.

| Narra Justin |

Las siete de la mañana y el despertador está sonando sacándome de un sueño bastante raro, yo mejor lo llamaría pesadilla. Salgo de la cama moviendo mi cabeza de un lado hacia otro, gracias a Dios, hoy solo tengo dos horas de clases, pero por otra parte odio las clases de economía con la Señora Hundson.

Abro el armario y rebusco algo cómodo para ponerme. Un jean de color negro, una sudadera de color gris, y las supra. Saco el gorro de lana de mi cajón, y me lo coloco. Hoy no tengo ganas de peinarme. Camino hasta el baño, y abro el grifo del lavabo hasta que el agua se templa, cojo un poco y lo estampo contra mi cara. Unas gotas de colonia, y listo para un nuevo día.

Bajo las escaleras con el móvil en mis manos y abro twitter cómo cada mañana. ‘BUENOS DÍAS, MUNDO.’ Es lo primero que escribo. Llego hasta  la cocina, y cojo un bol de armario, y acto seguido vierto un poco de leche y cereales en él.

| Narra Lau |

Llevo cómo dos horas dando vueltas sobre la cama. Son las siete de la mañana, y no tengo clase hasta las ocho. De un esfuerzo me levanto de la cama, y corro hasta el cuarto de baño para lavarme la cara e intentar disimular las ojeras. He tenido un sueño bastante raro.

Estaba en la universidad y un chico se acercaba a mí y no para de preguntarme cual era mi nombre. Él daba vueltas y vueltas sobre mí y yo no conseguía verle la cara. Muevo la cabeza de un lado a otro intentando quitare esa imagen de mi cabeza, y después de cinco intentos lo consigo.

Me siento en mi cama con las piernas cruzadas pensando en que me voy a poner hoy, con el móvil entre mis manos. Desbloqueo el móvil, y entro en twitter. ‘¡PUTA PESADILLA! ¿BUENOS DÍAS?’

Miro el reloj y solo me queda media hora para cambiarme, y desayunar. Odio los martes, solo tengo dos horas de clase pero me toca teoría sobre cómo manejar un editor de video, y odio al profesor, el Señor Kanter.

[…]

-¡ME VOY!-grito para que mi padre pueda escucharme.
-¡Ve con cuidado, Lauren!-dice él desde la cocina.

Cojo las llaves del coche y salgo de casa. Sólo me quedan diez minutos hasta llegar al campus, y si llego tarde Kanter no me dejará pasar.
| Narra Justin |

Son las ocho y veinte minutos. Y sólo me quedan cinco minutos para llegar hasta el parking de la universidad. Corro lo más que puedo desde dónde está aparcado mi coche hasta la puerta principal de campus. Aún me quedan unos cinco minutos para poder entrar en clase y no quedarme en la calle por culpa de la hija de puta de Hundson.

Miro el reloj mientras corro y de repente siempre cómo chocho con alguien. Maldigo al grandísimo hijo de puta que me esté haciendo perder tiempo, al final me habré hecho ciento treinta kilómetros para nada.

Levanto mi cabeza del suelo y miro hacia arriba. Me encuentro con una chica de un metro sesenta y cinco por lo alto, de ojos grises y pelo moreno. Ella sonríe tímida. Agacha su cabeza para recoger los libros que el golpe ha hecho que yo tire al suelo, y me mira.

-Lo siento. —Se disculpa ella mientras sus mejillas toman color.
-No es nada, también ha sido culpa mía. —Admito.

Justo cuándo estamos a punto de dejar de mirarnos cómo dos estúpidos el timbre del comienzo de las clases suena. ¡MIERDA!-pienso-. Ya no me dejarán entrar en clase, y no puedo volver a casa o mi madre me matará.

Ella sigue ahí con la mirada clavada en mí y sigue sin decirme nada. Empiezo a ponerme nervioso, su amplia mirada gris me está empezando a intimidar más de la cuenta. ¿Qué te pasa Bieber?-pienso-las chicas nunca te intimidan. Se da la vuelta caminando hasta su coche.

-¡Espera! —Digo mientras rasco la parte de atrás de mi nuca.
-¿Sí? —Dice ella mientras abre su coche.
-¿No vas a clase?
¡Estúpido!-vuelvo a pensar-
-No, el Señor Kanter no me dejará entrar, han pasado cinco minutos desde que tocó el timbre de entrada—dice colocando su mochila en el asiento delantero del coche.
-Si quieres, vamos a tomar un café…—digo mientras pienso en lo que acabo de decir- O sea, a mí tampoco me dejarán entrar y vivo lejos de aquí—digo mientras muevo mi pierna nerviosa de un lado a otro.
-Está bien—sonríe—Dejo las cosas aquí y vamos a la cafetería, está cruzando la esquina.
-Vale—digo mientras saco el teléfono del bolsillo.


Saco el teléfono y entro en twitter. Veo que la chica que aparece tanto por mi TL acaba de twittear ‘¡QUE BIEN! EL SEGUNDO DÍA DE CLASE Y YA VOY TARDE. ¡APLAUSOS PARA TI LAU!’. Ya se algo más de esta chica, se llama Lau, y es una tardona cómo yo por lo que puedo apreciar en sus tweet. Después de echar una vista a mi inicio mientras espero que esta desconocida de ojos grises coloque sus cosas, me decido a twittear ‘¡GENIAL! LA SEÑORA HUNDSON ME PATEARÁ EL CULO EL PROXIMO DÍA DE CLASE’ y cierro.

| Narra Lau |

Meto la mochila y los papeles en la parte delantera del coche. Este chico, se mueve de un lado a otro mientras observa la pantalla de su móvil bastante entretenido. Cierro la puerta del coche, y saco el móvil de mi bolsillo. Entro en twitter, es el único sitio donde realmente puedo ser yo mismo, y donde hay un montón de gente que piensa cómo yo.
Abro la app, y escribo ‘¡Genial! ¿Qué me deparará la mañana?’. Y cierro.

-¿Vamos? —digo mientras camino dirección a la cafetería.
-Sí, lo siento—se vuelve a disculpar él.

[…]

-¿Y bueno cómo te llamas? —dice el chico mientras le pega un trago a su cappuccino con nata.
-Me llamo, Lauren. —sonrío—¿Y tú?.
-Yo soy Justin—dice mientras se limpia los restos de nata del alrededor de su boca.
-Encantada, Justin—carcajeo.

La mañana pasa rápida. Este chico es bastante majo, y es de un pueblecito de aquí al lado. Vive solo con su madre, y su padre les abandono, algo parecido a lo que me pasó a mí, pero al revés.

-Bueno Justin, yo me tengo que ir le dije a mi padre que volvería sobre las once, y son las doce, estará preocupado—digo mientras pago la cuenta.
-¡Hostias! —dice el con cara de preocupación-Mi madre tiene que estar dando vueltas alrededor de salón porque aún no he llegado a casa—dice tímido.
-Estará preocupada, tú tienes un largo camino—me sincero.
-¡Hasta otro día Lauren! —dice Justin mientras corre.
-¡Adiós, Justin! —digo casi en un suspiro.

Por la tarde. | Lauren |

Enciendo el ordenador mientras la bañera se templa, o necesito un día de baño. La mañana ha sido bastante rara, pero demasiado cómoda. Hacía mucho tiempo que no me sentía así con un chico, él tiene pinta de ser distinto, especial. Es tan diferente, que Ryan a su lado es lo más hijo de puta del mundo.

Escucho cómo mi padre abre la puerta, y habla con alguien. Hoy viene acompañado, acompañado del padre del estúpido de Ryan. Mi padre, y su padre son amigos desde que eran dos críos, mi padre veraneaba en el pueblo de Stratford, y el padre de Ryan vivía allí. Al divorciarse de la madre de Ryan, el padre, Louis se vino a vivir a la ciudad y así poder seguir con sus trabajos. Ryan y yo no nos aguantamos. El me odia, yo le odio. Sin embargo, Carla mi hermana mayor se llevaba genial con él.

Mi hermana se marchó de casa hace dos años cuando cumplió dieciocho. Ella se fue a Europa a vivir con su novio, al que conoció en un intercambio, lo que es la vida…

Pongo la música el portátil. Cierro la puerta de mi habitación, y me meto en la ducha. El agua está realmente caliente, y me hundo poco a poco.

[…]

-¡LAUREN! —Grita mi padre desde las escaleras. Suelto un bufido, no quiero bajar a cenar y menos con Ryan.
-¿Qué? —digo desde la puerta.
-¿No tienes pensado bajar a cenar? Lou, y Ryan está aquí?
-Ya voy papa. —digo desganada.

Cierro la puerta y me cepillo el pelo dejándole totalmente suelto y ondulado. Me pongo las gafas, ya que las lentillas las he abandonado en algún lugar de la habitación, y cojo el móvil. ‘¡QUE GUAY! Odio a las visitas de mi padre!’ y pincho en twittear.

-¡Hola! —dice el Sr. Butler mientras camina hacia a mí para darme un abrazo.
-¡Hola! —digo mientras me siento en la mesa.
-¿Qué tal tus estudios, Lauren? —dice Ryan.
-Aun no sé, acabamos de empezar—digo en un tono demasiado borde.
Mi padre se da cuenta y me propina una patada por debajo de la mesa. Le miro con cara de pocos amigos, y después sonrío a los Butler que no me quitan el ojo de encima.

[…]

La cena ha sido demasiado coñazo. Según va pasando el tiempo desde que pasó aquello con Ryan, más asco le tengo. Subo las escaleras, y camino hasta mi habitación. Me siento encima de la cama con el ordenador, y entro en mis interacciones. Y la verdad es que la tengo petadas, demasiado petadas. Miro y tengo un nuevo seguidor ‘drew’. ¿Quién será?

Entro en su perfil y de fondo tiene una foto de un chico de espaldas jugando al fútbol, supongo que será el. En el icon tiene una foto de un escudo de fútbol, que realmente no sé cual él. Miro sus tweets y veo algún que otro tweet mío. Este el chico que me acosa a retweets cada dos por tres. Río ante mi pensamiento, y le devuelvo el follow.

Apago el ordenador, y cojo el móvil. Lisa me está petando el móvil a whatsapp, y veo que tengo una actualización en el bbm. Entro y observo. Es este chico, me ha mandado una petición.

| Narra Justin |

Mi cabeza está hecha un lio y estoy nervioso. Ryan me ha mandado un mensaje diciéndome que está en casa de su ex novia, Brook cenando. Caitlin está en casa de su amiga Lisa, y Chaz y Chris están viciados a la play en casa de Somers.

Miro el twitter por enésima vez a ver si esa chica al final ha visto mi follow. Miro un nuevo seguidor, ‘Lauren’. Sonrío, es ella. Un cosquilleo recorre mi estómago, y no entiendo porque. No conozco a esta chica, y no sé ni que cara tiene.

Su perfil está decorado. Su encabezado es la ciudad de Nueva York de noche. El icon es el de una chica de espaldas haciendo un corte de manga, y en un bg hay una frase, una frase en latín que dice ‘vive el momento, sé tú mismo’.

Entro en el bbm, y tengo una actualización. Es ella, me ha aceptado. Entro en chats, y abro el suyo. Hay un ‘hola’ escrito, pero no sé si me atreveré a mandarlo. Borro el mensaje, y entro a twitter. Una sucesión de tweets suyos aparecen en mi inicio.

‘No sabes lo mucho que te quise, y el daño que me hiciste’

‘Lo peor es que aun te sigo echando de menos’

‘¿Seré lo que alguien está buscando?’

‘Y la música es lo único capaz de hacerme reír cuando realmente quiero llorar’

‘Lego house’

‘Siempre seré el bicho raro’

‘Cascos, manta, película... y ¡buenas noches!’

Abro de nuevo el bbm y me lleno de fuerzas para hablarle.

‘Hola’
Espero observando la foto que tiene de perfil, es la misma que la que tiene en el twitter, supongo que será ella. Mi móvil vibra.
‘Hola, eres mi admirador secreto ¿o qué? jaja’
Una risa nerviosa se escapa de mi boca, y me empiezan a temblar las piernas.
‘¿Yo?¿Por qué dices eso?’
Al segundo mi móvil vuelve a vibrar, mi miedo de que me mande a la mierda ha desparecido, y ahora me siento seguro.
‘Tú eres el mismo que me saltakea twitter ¿o no?’
‘Sí’
‘Por eso lo decía’
‘No sé quién eres, pero me resultas interesante’
‘Quizás por eso te resulto interesante’
‘No creo, tienes pinta de ser una chica que liga’
‘¿Estas de broma? Yo no ligo’
‘¿No?’
‘No, además tampoco creo que te interese mucho mi vida, no me conoces’
‘Te hablé porque he visto tus tweets ¿desafortunada en el amor?’
‘No creo que te importe’
‘Lo siento’

Y no obtengo respuesta. Entro de nuevo a twitter y ella ha vuelto a escribir.

‘Lo que me hacía falta ya esta noche, que un loco se preocupe por mí sin conocerme.  ¡Lo que hay que ver! Bueno, mejor dicho leer’

| Narra Lau |

Entro en twitter y me pongo a twittear. ¿Quién coño será ese chico? En realidad, estoy asustada. No sé si es un loco psicópata, o quizás es algún gracioso de la universidad que intenta vacilarme. Veo, que ha contestado al tweet que he puesto, y mi cara cambia completamente.

‘Quizás sí que estoy loco, pero es verdad, hay algo que me dice que eres interesante’

Le doy retweet y contesto.

Si me conocieras, no pensarías eso de mí. Soy lo más monótono y aburrido que hay en el mundo. ¡Buenas noches, chico misterioso!’

Cierro el twitter, y me pongo los cascos, al ritmo de ‘lego house’ de mi pelirrojo, me quedo dormida.

****

¡Hola! Bueno quería daros las gracias por leer la novela principalmente, y por esperar a que suba capitulo. Mi vida es demasiado ajetreada, y bueno... entre trabajar, estudiar y el carnet no tengo tiempo ni de ir al baño. Espero que os haya gustado, y si queréis leer una novela nueva id al twitter de @patthunds0n o de @biebsftg0mez y ellas tienen una, pedirles el blog. ♥

Si has leido el capitulo dos, y quieres que te avise del tres, haz clic en la x {x}.
¡OS QUIERO!♥♥♥♥♥


sábado, 14 de diciembre de 2013

Capitulo uno.




· Capitulo uno.

| Narra Beth |

¿Buenos días? Buenos días serían si no estuviese metida en un maldito coche a las siete y media de la mañana de camino a Ohio, y con el frío que hace. No sé porque mi madre tiene que irse de Londres, y mucho menos sé porque no nos lleva con ella cómo ha hecho siempre, pero realmente me da igual. Estoy harta de que siempre me oculte cosas, y ahora para colmo me mande a la otra parte del mundo con un hombre que a pesar de ser llamado ‘mi padre’ para mí es un tremendo desconocido, y es mucho más pesado cuando tengo que aguantar a su adorable hija pequeña, Alice. La que supuestamente es ‘mi hermana’. No, no son buenos días.

-¡Ed!digo quitándole los cascos.
-¿Qué?
-Tienes que hacerme una promesa antes de montarnos en ese avión, —digo casi susurrándole para que mi madre no pueda escucharnos.
-¡Suéltalo ya!dice mirándome a los ojos.
-Prométeme, que no me dejarás sola, ¡por favor!
-Beth, confía en mídice dándome un cálido abrazoNunca te dejaría sola, créeme.

Sonrío como una estúpida agarrada de la mano de mi hermano. Estoy realmente cagada de miedo, para mí es un cambio total. Dejar mi vida, aunque no fuese la mejor, aparcada aquí en Londres, para empezar una nueva vida en Ohio por no sé cuánto tiempo.

-¡Venga, chicos!Dice mamá bajándose del coche.
-¿Preparada?Dice Ed agarrándome la mano.
-Sí, obvioescupo con ironíaPara esto nunca estaré preparada.
-¡Venga, Beth! Me tienes a mídice abandonando el coche.

Caminamos hasta la sala donde tenemos que esperar nuestro vuelo. Mamá cogerá otro vuelo a no sabemos dónde, pero le cogerá cinco minutos más tarde que el nuestro. Mamá, mueve la pierna nerviosa de un lado hacia otro, Ed se come las uñas mientras escucha música en su iPod, y yo estoy sentada en estas sillas frías y duras con el móvil entre las manos esperando un milagro del espíritu Santo que haga que no me tenga que mover de Londres, pero mi esperanzas no sirven para nada, porque por la megafonía ya suena el nombre de nuestro vuelo.

Me levanto del asiento y cojo las maletas. Las facturamos. Ed se abraza a mama mientras llora cómo un niño pequeño, y mamá le susurra una cosa al oído que seguramente sea mía. Camino hasta donde están, y me uno al abrazo. El último abrazo familiar con mamá.

-Te echaré de menos, mamádice Ed mientras pasa a facturar las maletas.
-Beth.dice ahora mirándome a los ojos.
-Dime, mamá.
-Prométeme que intentarás ser amable con tu padre, y su familia.
-Lo intentaré, mamá.
-¡Ven aquí!dice envolviéndome en su brazos y depositando un tierno beso en mi frente.
-Te voy a echar tanto de menosdigo recogiendo mis lágrimas con los puñosincluso echaré de menos cuando te pones pesada.río.
-Mándame un mensaje cuando estéis allí, tu padre irá a recogeros en coche.
-¡Te quiero mamá!digo lanzándola un beso con la mano.

[…]

El avión por fin ha aterrizado, y Ed está totalmente dormido. Le tambaleo de un lado hacia otro gritándole en el oído que hay turbulencias, y me sonríe de una manera irónica. El miedo está en mi cuerpo otra vez, me sudan las manos y me tiemblan las piernas. Con lo a gusto que podía estar yo en mi casa, tumbada en mi habitación escuchando música.

-¡Ed, Beth!¡Aquí!Dice mi padre mientas mueve sus manos de un lado a otro haciendo una mueca graciosa que haga que ría.
-Sin duda es élle digo a Ed arrastrando mis maletas.
-¡No cambia!dice Ed riendo.

Ed camina hasta papá y se envuelven en un cálido abrazo, un abrazo con sabor a te he echado de menos. Papá limpia las lágrimas de sus ojos, esperando a que mi recibimiento sea igual o parecido al de Ed, pero mi cuerpo y mi mente no me dejan. Tengo demasiado rencor guardado, demasiadas cosas en la recamara, y una parte de mi quiere salir corriendo de nuevo hacia Londres, pero otra quiere aprender a querer algo que algún día quiso y por circunstancias de la vida, la llama se apagó.

Camino erguida, y arrastro mis maletas. Intento mantenerme en pie, pero mis piernas que han comenzado a temblar me lo impiden. Acelero el ritmo en mis piernas, y me paro en frente del que según dicen es mi padre. Sonríe y tira de mi para depositas más tarde un beso en mi frente, le sonrío de manera forzada, al igual que su mujer y el pequeño diablo vestido de niña, Alice.

[…]

Ya hemos llegado a casa de mi padre, la casa es bastante grande comprada con el pequeño piso que teníamos en Londres. Tiene un amplio salón, con sofás de color marrón de piel, y un mueble que ocupa casi toda la pared frontal. En el mueble hay muchísimas fotos, y entre ellas sonrío al encontrarme una foto mía con papá, y Ed cuando este último tan solo tenía un año. Él se sigue acordando de nosotros, y nos tiene presente en su día a día, pero es difícil entender por qué se fue dejándonos allí solos.

Es difícil volver a querer a alguien cuando te has dado realmente cuenta de que no es necesario en tu vida, y tu creías que sí. Después de haber pasado unos trece cumpleaños sin él, trece navidades, trece años sin un padre que te dé su apoyo cuando lo necesitas, que se haya perdido la edad del pavo, tu primer suspenso, tu primer amor, tu primer beso. Esa persona a la que has echado de menos en cada abrazo familiar, cada cena, cada comida, cada desayuno. Es duro darte cuenta que no has tenido un padre que te de las buenas noches, ni lo buenos días, ni que te ponga las cosas claras cuando la has cagado, y pensar que tu madre ha hecho ambos papeles, siendo duro para ella. Duro verla sufrir cada noche desde que el desapareció de nuestras vida, yo nunca dije que fuera imposible volver a recuperarme, lo único que le advertí a mi madre antes de irme fue que no sería fácil, pero que por ella le daría la oportunidad de que me recuperase, esa segunda oportunidad que según la ley ética todos merecemos.

-¿Te gusta la casa?dice Liam, mi padre, detrás de mí.
-Sí, está muy bien decorada y es ampliadigo soltando el marco que tenía entre mis manos.
-Tu habitación está arribadice señalando las escalerasla última puerta.
-¡Gracias, Liam!digo subiendo las maletas cómo buenamente puedo.

La cara de mi padre se vuelve pálida al escuchar ese Liam, pero me dedica una sonrisa. Sé que él me entiende, y sé que él sabe que para mí esto no es fácil.

Termino de subir las escaleras, y camino hasta el final del pasillo. En la puerta pone mi nombre con figuras graciosas, y río. Abro la puerta y me encuentro una habitación enorme. Las paredes pintadas de verde pistacho, y los muebles rosas fucsias. La cama es grande, de matrimonio, y tiene una colcha de ambos colores. En las paredes hay fotos mías pegadas, fotos con mis amigas, y en el techo una foto de mi grupo favorito, Little mix. Sonrío. Mamá ha tenido que ayudar a Liam a hacer esto, y me tumbo en la cama riendo.

Observo cada rincón, y me doy cuenta de que al final en la pared pegada a la ventana hay un radiocasete enorme, y una guitarra de color rosa. La música siempre ha sido mi vía de escape, desde pequeña.

Quizás había exagerado y la convivencia aquí no iba a ser del todo mala

****

¡Hola! Os habia prometido una novela nueva, por la otra y aquí estoy. Espero que os haya gustado el capitulo uno y la sinopsis. Mañana intentaré subir capitulo si me da tiempo. ¡GRACIAS!

DEJAME VUESTRO COMENTARIO O AQUI ABAJO O EN TWITTER @BIEBSDRAUHL__

Y DAD RT AQUÍ. SI QUIERES LEER EL CAPITULO DOS. ♥

Sinopsis 'change me'


·Sinopsis.

Me llamo Beth, Beth Nelson. Tengo dieciocho años y resido en Londres, aunque no por mucho tiempo. La relación con el que se hace llamar padre, es mínima, por no decir nula. Él vive en Ohio, un pequeño estado al oeste de América. Vivo con mi hermano pequeño, Ed. Soy la típica chica que saca buenas notas, y apenas sale de casa. Lo que más me gusta es mi es mi pelo, y mis ojos. Y mi vida, la verdad es que no ha sido nada fácil desde que mis padres se separaron, pero quizás este verano mi vida pegue un giro de trescientos ochenta grados, y supongo que cómo siempre será a peor. No quiero irme a Ohio, y mucho menos separarme de lo que tengo aquí.

Me llamo Justin, Justin Bieber. Tengo dieciocho años, y resido en Ohio. Mi padre murió en un accidente de avión. Vivo con mi madre, y mis dos hermanos pequeños, Jaxon de quince años y Jazzy de la misma edad. Soy el típico pringado al que nadie se acerca, no me interesa lo más mínimo salir de fiesta y mucho menos que cada noche pase una tía nueva por mi cama. Lo pasé bastante mal en mi última relación, y desde ahí no he vuelto a fiarme de nadie. Soy frio y distante. Mi vida no ha sido fácil, siempre he sido el pardillo al que todo el mundo insulta desde primaria, el cebo para todo niño cruel. Pensé, que según fuese pasando el tiempo, la cosa cambiaria, pero no es así, en el instituto han sido mucho peor que en el colegio, y estoy deseando empezar la universidad. Necesito que alguien cambie mi vida.



TRAILER.


¿FIN?

¡Hola! Primeramente, os quiero pedir perdón por tirarme tantísimo tiempo sin subir, y segundo os quería decir que dejo la novela, pero haré otra. Dejo esta novela, porque no sé por donde cogerla, y entre el poco tiempo que tengo y el tener que pensar me he terminado agobiando.

Sé que no es justo para vosotras, aunque solo llevaba tres capítulos más sinopsis, pero os prometo que os recompensaré con una mejor. Lo siento, de verdad.

Si queréis leer mi próxima novela dad RT aquí.

¡Gracias! Espero que lo entendais. Os quiero. ♥

sábado, 30 de noviembre de 2013

TRES.



· Capitulo 3.

|Narrador|

El despertador suena dando comienzo a nuevo día. Lauren se levanta de la cama dando un pequeño salto, alarmada por las voces de su padre mientras le grita que ha nevado, y que sigue nevando en Toronto. Sale de la cama y se envuelve en la primera manta que tiene a mano, y suelta un suspiro. Baja las escaleras de dos en dos, y se abalanza sobre su padre que le espera ansioso con los mismos nervios que un niño pequeño al ver que la ciudad se ha teñido de blanco por primera vez en el año, y en el mes de Septiembre.

-¡Que frio!—Se queja Lau mientras echa otra manta por encima suya.
-¡Quejica!—Dice su padre mientras le hace cosquillas.
-¡Para, papá!—Dice Lau mientras le mira seriamente y después rompe en una carcajada.

Ambos caminan entre risas hasta la cocina. Lau recuerda aquellos momentos cuando era pequeña, y venía a Canadá solo a visitar a sus abuelos. Recuerda cómo su madre la abrigaba con más capas que una cebolla, y una pequeña lágrima resbala por su mejilla.

Su padre la mira con una amplia sonrisa, y Lau recoge su lágrima con un puño, y sonríe a su padre.

-Te quiero, papá. —Dice Lau mientras le pega un trago al chocolate caliente.

En Stratford, Justin sigue aún metido en la cama. Su madre grita algo desde las escaleras, y la puerta del pasillo se abre de un portazo, mientras su hermana Jazzy de unos quince años grita cómo una loca bajando hasta el segundo piso de la casa.
Justin, sale de la cama, y se coloca una sudadera cualquiera para resguardarse del frío mañanero.

-¡Buenos días a ti también, mocosa! —dice mientras revuelve la rubia melena de su hermana pequeña.
-¡Estate quieto, estúpido! —dice Jazzy mientras se coloca el flequillo de nuevo.
-Parece ser que hoy nos hemos levantado con el pie izquierdo—dice Justin mientras camina hacia su madre depositando un beso en su frente. —¿Qué pasa?
-Mamá, que no se da cuenta de que estoy hasta las narices de que me ande mangoneando, yo no soy tu Justin, no soy igual de perfecta y no soy de su sangre—dice mientras le da un golpe a la mesa.
-¿Eres estúpida? —Dice Justin sentándose en la mesa—Hemos discutido este maldito tema unas ochenta veces Jazmin, te has criado aquí, cuando viniste tan solo tenías nueve meses, y claro que eres de nuestra sangre.
-¡No soy nada vuestro! —dice ahora la pequeña levantándose de la mesa.
-¡Pues lárgate! —Dice Justin apretando la mandíbula—¡Lárgate con tu padre! —dice ahora pegando un golpe a la mesa.
-¿Mi padre? —dice Jazzy desde el salón. —Te recuerdo que también es el tuyo.
-Ese hombre no es nada mío Jazzy, nos abandonó como a un perro, y a ti también. ¿Sabes? Si no llega a ser porque esa mujer que está ahí de pie llorando, tú ahora mismo estarías o muerta, o en un orfanato ¡ESTÚPIDA! —Dice ahora levantando el tono de voz.
-No tenía por qué hacerlo—dice ahora secándose las lágrimas—Ella no es mi madre, no tenía por qué cuidarme, ni recogerme.
-Te dejaron en la puerta de casa, ¿qué querías que hiciera? —dice ahora más calmado.
-Dejarme ahí.
-Eres una desagradecida, Jazmin.
-¡PARAD! —Grita Pattie. —Tú Jazmin estas castigada sin salir, y tú sube a tu cuarto y tampoco salgas Justin. —Dice soltando la taza en el fregadero —Y se acabó el tema.

Justin con la mandíbula apretada y los ojos llenos de lágrimas sube hasta su cuarto y cierra la puerta de un portazo, un portazo que retumba en toda la casa.

En Toronto. Lauren se dirige hasta su cuarto, y entra al cuarto de baño para preparar una ducha de agua caliente. La nieve la agota de solo verla, y hoy no habrá clase debido a que las carreteras de la ciudad están cortadas por la gran cantidad de nieve que ha caído.

Se sienta en la cama, y coge el teléfono móvil. Según entra a twitter, ve un tweet de este misterioso chico que sigue cada uno de sus movimientos en la red social.

Si lo sé, hoy no me levanto de la cama’

Baja su inicio, y se encuentra con una sucesión del mismo chico de antes.

‘Está claro, que para mí no existes’

‘Cría cuervos, y te sacarán los ojos’

| Narra Lau |

Dejo el móvil encima de la cama y camino hasta el cuarto de baño. Me desprendo de mi ropa, y un escalofrió recorre mi cuerpo de arriba abajo haciendo que mi vello se ponga de punta. Odio el invierno en Canadá, es cómo estar en el polo norte, aunque a ser verdad estamos casi al lado. Suspiro, y entro en la ducha. El agua caliente recorre mi cuerpo, y sonrío ante el tacto. Me pasaría aquí toda la mañana.

Cojo un poco de champú y lo esparzo por mi pelo. Y mientras, no puedo dejar de pensar en los tweet que he leído del chico misterioso.

[…]

Enciendo la radio, y está sonando ‘everything has change’ subo el volumen, y me tumbo en la cama, arropada con mi manta favorita. Los días sin clases, son realmente aburridos. Abro twitter, y acto seguido twitteo.

‘Sí supieras lo mucho que te echo de menos días como hoy’

‘Nadie es imprescindible’

‘Cuando menos te lo esperas, te pegan la patada’

‘Tu mejores amigos, pueden volverse tus peores enemigos’

| Narrador |

Justin tumbado sobre su cama mientras tira una pelota de goma contra la pared, suelta toda la rabia que lleva dentro. Lau, sentada en su cama, arropada con aquella manta de terciopelo que le regaló su madre antes de irse, no puede evitar llorar a escondidas mientras recuerda lo mucho que la echa de menos.

Justin saca el móvil de su bolsillo, y entra en twitter. Revisa algunas interacciones, y retwittea algún que otro tweet. Desesperado, reinicia el tl, y le sale ella. La chica misteriosa, bueno en realidad no.

‘Hola’
Escribe en el chat, y después de tirarse diez minutos pensando si mandarlo o no, lo borra.
‘Lo siento por lo de ayer, fui un poco estúpida’
Escribe ella, y segundo después borra.

[…]

Después de borrar el mensaje cómo ocho veces, Justin decide enviar el mensaje. Lau, por su parte también lo hace.

‘Hola Lau. Sé que esto es demasiado raro, pero créeme cuando te digo que no tengo ninguna intención de hacerte daño’
‘¿Drew? Es que aún no sé tu nombre. Yo quiero pedirte disculpas por mi comportamiento ayer, lo siento de corazón. No suelen preocuparse por mí…’

Y el móvil de ambos suena a la vez. De forma inconsciente se forma una sonrisa en la boca de ambos. Ambos desbloquean sus móviles de forma ansiosa, esperando la respuesta del otro.


‘Vaya, los dos a la vez’
Dice Lau, mientras piensa en que contestar.
‘Si, jaja. Sí, llámame drew si quieres. Te entiendo perfectamente, en serio. Yo no pretendía asustarte’
‘Era para asustarse, jaja. En realidad, fui algo estúpida contigo.. Solo querías ayudarme ¿no?’
Dice esta vez ella mientras la sonrisa, sigue en su boca.
Sí, solo quería ayudarte. ¿Estudias?’
‘Sí, estoy estudiando audiovisuales ¿y tú?’
‘Ade. Ya sabes, para seguir con los negocios familiares…’
‘Ajá.’ ‘Cómo te debo una por intentar ayudarme anoche, hoy me toca Drew, ¿qué te pasa?’
Dice ella de forma clara y directa. Las piernas le tiemblan por miedo a que él, se comporte como ella lo hizo, pero no es así.

[…]

‘Ya sabes que puedes contar conmigo, tú hermana es una cría en plena adolescencia, y lo de tu padre, bueno quizás algún día obtengas la respuesta a todo…’
‘Quizás’ ‘Me tengo que ir, ¡he quedado!’
‘Chao’
‘Hasta luego, Lau’

· Quince días más tarde…

Los días habían pasado. Lauren seguía con su vida, universidad y a casa. Justin, por su lado tenía una vida más ajetreada, había encontrado trabajo y lo compaginaba con las clases, mientras que también a veces tenía que quedarse en casa ayudando a su madre.

| Narra Lau |

Llego a casa y suelto la mochila en el primer sitio que encuentro, detrás de la puerta del comedor. Camino hasta la cocina, y no hay rastro de mi padre. Subo las escaleras hasta mi habitación, y me desplomo en la cama.

Estoy muy cansada. Tanto que no sé si soy una persona, o un perro. Todo el día de un lado hacia otro. A la facultad, a la compra, la casa, los estudios, clases particulares, y no doy más de mí. Necesito salir de casa, y respirar. ¿Dónde coño está Lisa cuando más la necesito?

Hablando de la reina de Roma, por mi teléfono asoma. Siento cómo vibra, y supongo que es ella. Es viernes, y seguro que tiene alguna fiesta preparada.

-¿Si?
-Esta noche a las nueve y media estoy en tú casa. ¡Ponte guapa!
Y sin más, me cuelga. ¡Estúpida Lisa!

Todo me supera. Mi padre está en plan enchochado con su nueva novia, y no entra en casa. Lisa está desparecida, y lleva dos días sin ir a la facultad, y por último está el chico misterioso, del que hace quince días que no sé nada de él.

Intento sacarme de la cabeza cada pensamiento que tengo con él. El dónde estará, si estará bien, si quizás ya no quiere saber nada de mí, y lo consigo, pero solo durante unos segundos, después las cuestiones vuelven a mí, y creo que me estoy volviendo loca.

| Narra Justin |

-¿Estás preparado, bro? —dice Ryan desde mi habitación.
-Colonia y nos vamos.
-Cait tiene que estar cómo loca—dice Ryan moviéndose de un lado a otro—Y Lisa ya ni te cuento.
-¡Me sacas de quicio, Ryan! —grito esta vez yo.
-Menos mal, que te has quedado aquí, sino llegas cuando se esté terminando todo.
-Sabes que estoy cansado, bro. ¡No paro! —digo tirándome del pelo.
-Deja de quejarte, abuelo. ¡Y vamos!

Salimos de casa, y caminamos hasta casa de Lisa. El jardín está lleno de gente. Chicas con vestidos cortos, y que parece que se han echado una colonia con olor a vodka. Tíos ligando de la forma más asquerosa que pueda haber. Borrachos tirados por los suelos, intentando ponerse en pie. Y al fondo, están mis amigos. Y lo mejor de todo, es que solo hace una hora que ha empezado la fiesta.

-¿Dónde estabais, tío? —dice Chaz dándole un trago al ron naranja.
-Justin, se estaba cambiando—dice Ryan mientras rueda los ojos.
-Tío, eres peor que una mujer—dice esta vez Chris haciendo el mismo gesto que Chaz.
-¡Iros a la mierda! —digo mientras cargo mi primera copa.

[…]

La noche pasa, y el efecto del alcohol ya se va notando en mi cuerpo. Tengo calor, y a la vez frío. Todas las chicas posan sus ojos deseosos y ardientes en mí, pero yo me he fijado en una, una especial. Esa chica, lleva toda la noche pasando desapercibida entre las demás. Y no, no lleva un vestido corto que hace que se le vea hasta el esternón. Leggins, camisa, y unas botas camperas.

| Narra Lau |
Estoy aislada entre gente que huele a vodka. Babosos que no dejan de tirarme los tratos con frases como ‘si te cojo, te hago un ocho’ ‘quítate esa camisa’ ‘¡Que buenas estas!’.
Camino entre la gente. Parejas que se están alcoholizando juntas, gente comiéndose la boca cómo si fuera tu plato preferido el día que más hambre tienes, gente tirada por el suelo, gente esparciendo su propio vómito. Estoy en esa fase de ‘tierra, trágame’, solo quiero salir corriendo.

Al final, veo un hueco libre, y entre tanta gente intento buscar a Lisa para decirla que me voy a casa. Y, justo cuando la encuentro y sigo caminando choco con alguien, que al parecer también va demasiado perjudicado.

-¡Ah! Eres tú—dice clavando sus ojos miel en mis labios.
-Veo que te has aficionado a chocarte conmigo—bromeo.
-¿Qué haces por aquí? —dice Justin mientras se tambalea de un lado a otro.
-Me iba ya para casa—digo escondiendo mi cara entre mi pelo.
-Te acompaño.
-No, cogeré un taxi.
-Es demasiado peligroso que una chica como tú, vaya sola a estas horas por la calle.
-Gracias, supongo—carcajeo.
-Déjame acompañarte, Lauren.
-Déjalo, Justin, en serio.
-¡Por favor!
-Está bien—asiento.

Justin camina hasta dónde están sus amigos a recoger su chaqueta, y le dice algo a Ryan que no consigo entender. ¡Maldito Ryan! Mientras espero a que venga, saco el móvil del bolsillo y le escribo un mensaje a Lisa.

Me voy a casa, ya sabes que un sitio como este no está hecho para mí. Llámame mañana cuando te despiertes, y hayas recogido todo esto. ¡Suerte con los vómitos! Te quiero.’

Envío el mensaje, y vuelvo a guardar mi móvil. Cuando estoy a punto de irme sin Justin, alguien agarra mi brazo.

-Ya tenías pensado escaparte sin mí. —dice mirándome esta vez a los ojos.
-Sí, quizás mañana te arrepientas de haber acompañado a casa a la rara del campus. —digo esta vez yo en un tono serio.
-No me importa arriesgarme—dice él mientras tira de mi brazo y me saca de aquel horroroso lugar.

| Narrador |

Lauren se coloca su chaqueta según sale de la casa, y coloca los brazos alrededor de su cuerpo para entrar en calor, pero es misión fallida. Son las cuatro y media de la mañana y en frío se apodera de cada rincón de Toronto. Justin, por su parte sigue en manga corta porque los efectos del alcohol siguen actuando sobre su cuerpo, y mientras camina sigue diciéndole disparates a Lauren que hace que ella sonría.

-¿Tienes frío? —dice él mientras se para en una calle para soltar su copa.
-No.
-¿Por qué mientes? —Dice mirándola fijamente a los ojos—¿Sabes que eres igual de trasparente que el agua?
-¿Qué quieres decir con eso?
-Que se te nota lo que sientes con solo mirarte a los ojos.
-Puede ser, quizás es que tú eres adivino.
-No hace falta ser muy listo para saber que tienes frío—bromea—Llevas tiritando desde que hemos salido de casa de Lisa.
-Bueno, quizás eso no ha jugado a mi favor.
-Toma mi chaqueta, ya me la devolverás.
-No hace falta.
-Toma.

Y al final accede. Lau envuelve su pequeño y diminuto cuerpo entre la amplia chaqueta de cuero de Justin. Justin la mira y sonríe.

El camino a casa de Lauren, caminando es bastante largo. Ella vive casi a la afueras de la ciudad, justo a unas manzanas más allá de la casa de Ryan. Ella, no puede dejar de pensar en la mirada que Ryan la ha echado, y Justin por su parte no puede dejar de pensar en la misteriosa chica a la que tanto le recuerda Lauren.

-Ahora tendrás que volver solo—dice rompiendo el silencio.
-Esperaré a Ryan en la puerta de casa—dice sonriente—No creo que tarde en venir.
-Ryan siempre deja unas llaves de repuesto en la maceta de flores—dice ella arrepintiéndose de lo que acaba de decir—el color de las flores es azul—sonríe.
-¿Cómo lo sabes?
-Mi padre y su padre son íntimos amigos—ríe—Cosas de la vida, supongo.
-¿Desde cuándo conoces a Ryan? —dice él.
-Desde que me mudé aquí—ríe—Mi padre vivía en Stratford cuando era pequeño, y se mudó a Europa y allí conoció a mi madre.
-¿Ahora vivís aquí los tres?
-¡Que va! —Dice agachando la cabeza—Mi madre nos abandonó cuando solo tenía siete años, y desde aquel día no sé nada de ella.
-Cuando te miro a los ojos, se te nota que por dentro estas dolida.
-Lo estoy. —Dice recogiendo la lágrima que acaba de caer por su mejilla—Pero ¿sabes? Si lo asumes, duele menos.

Justin se acerca más a ella rompiendo la distancia que los separaba. Envuelve su cuerpo entre sus brazos, y deposita un beso en su frente. Lauren sonríe.

-Y bueno, esa es mi vida—bromea.
-¿Y tú qué?
-Yo vivo en Stratford, conozco a Ryan desde que éramos pequeños, y vivo con mi madre y mi hermana pequeña.
-¿Tienes una hermana?
-Sí.
-¿Tú tienes hermanos?
-Sí.
-¿Dónde está?
-Mi hermano tenía solo dos años cuando todo pasó, y mi madre se lo quitó a papá.
-¿Se le llevó obligado?
-Sí. —Suspiró— Ella decía que al menos uno se tenía que ir con ella aunque no quisiera mi padre.
-¡Joder!
-¿Y tu padre?
-No me gusta hablar de ello.
-¡Oh, lo siento!
-No, tú no sabías nada—carcajea él.

El incómodo silencio se apodera de la situación, y después de una hora de camino han llegado a casa de Lauren.

-¡Gracias por acompañarme!
-Ha sido un placer.
-¡Hasta el lunes!
-Sí

Lauren camina hasta la puerta de su casa, y su sonrisa le ocupa toda la cara. Ella piensa que él es diferente, que él es algo similar a ella. Justin, observa como Lauren camina hasta su casa moviendo sus caderas, él cree que ella es la chica de su vida, aunque claro también está por medio la chica misteriosa a la que tiene abandonada.


Lauren entra en casa y cierra la puerta. Justin piensa que esta chica es  diferente a las demás, que cada una de sus rarezas le  parecen más  interesante, y esa forma que tiene de sonreír es lo más atractivos para él. Lauren le recuerda a Lau, la chica de internet. La chica misteriosa.

Justin piensa en todo el tiempo que lleva sin hablar con la chica, y cómo el alcohol aun está en su cuerpo se lanza. Lauren, se tumba en la cama y coge el móvil entre sus manos, Justin le recuerda a Drew, el chico misterioso. Su chico misterioso.

‘Lo siento. He estado trabajando, y no he tenido tiempo. Espero que puedas perdonarme, fea’
Dice Justin antes de rebuscar entre las macetas que Lauren le había dicho en busca de las llaves.
‘¿Y estas confianzas? No me llames fea’
Dice esta vez ella, llena de rabia. Ella piensa que si él cree, que tiene el derecho de hablarla simplemente cuando se aburre.
‘Lo siento’
Dice entrando él entrando en casa.
‘Déjame en paz, Drew. Hablamos otro día. ¡Buenas noches!’
Y Lauren, pone en silencio su móvil y se mete en la cama.
‘¡Hasta mañana, fea!

 ****

¡Hola! Sé que he tardado mucho tiempo en subir, pero tengo una buena escusa. ¡Estoy hasta arriba de todo! Y  no tengo tiempo ni para ver la tele casi. Espero que os haya merecido la pena esperar tanto, y que os haya gustado el capitulo. Intentaré subir más a menudo, en serio.

Si quieres que te avise del proximo capitulo da RT aquí. 




domingo, 17 de noviembre de 2013

dos.



· Capitulo dos.

Martes.

| Narra Justin |

Las siete de la mañana y el despertador está sonando sacándome de un sueño bastante raro, yo mejor lo llamaría pesadilla. Salgo de la cama moviendo mi cabeza de un lado hacia otro, gracias a Dios, hoy solo tengo dos horas de clases, pero por otra parte odio las clases de economía con la Señora Hundson.

Abro el armario y rebusco algo cómodo para ponerme. Un jean de color negro, una sudadera de color gris, y las supra. Saco el gorro de lana de mi cajón, y me lo coloco. Hoy no tengo ganas de peinarme. Camino hasta el baño, y abro el grifo del lavabo hasta que el agua se templa, cojo un poco y lo estampo contra mi cara. Unas gotas de colonia, y listo para un nuevo día.

Bajo las escaleras con el móvil en mis manos y abro twitter cómo cada mañana. ‘BUENOS DÍAS, MUNDO.’ Es lo primero que escribo. Llego hasta  la cocina, y cojo un bol de armario, y acto seguido vierto un poco de leche y cereales en él.

| Narra Lau |

Llevo cómo dos horas dando vueltas sobre la cama. Son las siete de la mañana, y no tengo clase hasta las ocho. De un esfuerzo me levanto de la cama, y corro hasta el cuarto de baño para lavarme la cara e intentar disimular las ojeras. He tenido un sueño bastante raro.

Estaba en la universidad y un chico se acercaba a mí y no para de preguntarme cual era mi nombre. Él daba vueltas y vueltas sobre mí y yo no conseguía verle la cara. Muevo la cabeza de un lado a otro intentando quitare esa imagen de mi cabeza, y después de cinco intentos lo consigo.

Me siento en mi cama con las piernas cruzadas pensando en que me voy a poner hoy, con el móvil entre mis manos. Desbloqueo el móvil, y entro en twitter. ‘¡PUTA PESADILLA! ¿BUENOS DÍAS?’

Miro el reloj y solo me queda media hora para cambiarme, y desayunar. Odio los martes, solo tengo dos horas de clase pero me toca teoría sobre cómo manejar un editor de video, y odio al profesor, el Señor Kanter.

[…]

-¡ME VOY!-grito para que mi padre pueda escucharme.
-¡Ve con cuidado, Lauren!-dice él desde la cocina.

Cojo las llaves del coche y salgo de casa. Sólo me quedan diez minutos hasta llegar al campus, y si llego tarde Kanter no me dejará pasar.
| Narra Justin |

Son las ocho y veinte minutos. Y sólo me quedan cinco minutos para llegar hasta el parking de la universidad. Corro lo más que puedo desde dónde está aparcado mi coche hasta la puerta principal de campus. Aún me quedan unos cinco minutos para poder entrar en clase y no quedarme en la calle por culpa de la hija de puta de Hundson.

Miro el reloj mientras corro y de repente siempre cómo chocho con alguien. Maldigo al grandísimo hijo de puta que me esté haciendo perder tiempo, al final me habré hecho ciento treinta kilómetros para nada.

Levanto mi cabeza del suelo y miro hacia arriba. Me encuentro con una chica de un metro sesenta y cinco por lo alto, de ojos grises y pelo moreno. Ella sonríe tímida. Agacha su cabeza para recoger los libros que el golpe ha hecho que yo tire al suelo, y me mira.

-Lo siento. —Se disculpa ella mientras sus mejillas toman color.
-No es nada, también ha sido culpa mía. —Admito.

Justo cuándo estamos a punto de dejar de mirarnos cómo dos estúpidos el timbre del comienzo de las clases suena. ¡MIERDA!-pienso-. Ya no me dejarán entrar en clase, y no puedo volver a casa o mi madre me matará.

Ella sigue ahí con la mirada clavada en mí y sigue sin decirme nada. Empiezo a ponerme nervioso, su amplia mirada gris me está empezando a intimidar más de la cuenta. ¿Qué te pasa Bieber?-pienso-las chicas nunca te intimidan. Se da la vuelta caminando hasta su coche.

-¡Espera! —Digo mientras rasco la parte de atrás de mi nuca.
-¿Sí? —Dice ella mientras abre su coche.
-¿No vas a clase?
¡Estúpido!-vuelvo a pensar-
-No, el Señor Kanter no me dejará entrar, han pasado cinco minutos desde que tocó el timbre de entrada—dice colocando su mochila en el asiento delantero del coche.
-Si quieres, vamos a tomar un café…—digo mientras pienso en lo que acabo de decir- O sea, a mí tampoco me dejarán entrar y vivo lejos de aquí—digo mientras muevo mi pierna nerviosa de un lado a otro.
-Está bien—sonríe—Dejo las cosas aquí y vamos a la cafetería, está cruzando la esquina.
-Vale—digo mientras saco el teléfono del bolsillo.


Saco el teléfono y entro en twitter. Veo que la chica que aparece tanto por mi TL acaba de twittear ‘¡QUE BIEN! EL SEGUNDO DÍA DE CLASE Y YA VOY TARDE. ¡APLAUSOS PARA TI LAU!’. Ya se algo más de esta chica, se llama Lau, y es una tardona cómo yo por lo que puedo apreciar en sus tweet. Después de echar una vista a mi inicio mientras espero que esta desconocida de ojos grises coloque sus cosas, me decido a twittear ‘¡GENIAL! LA SEÑORA HUNDSON ME PATEARÁ EL CULO EL PROXIMO DÍA DE CLASE’ y cierro.

| Narra Lau |

Meto la mochila y los papeles en la parte delantera del coche. Este chico, se mueve de un lado a otro mientras observa la pantalla de su móvil bastante entretenido. Cierro la puerta del coche, y saco el móvil de mi bolsillo. Entro en twitter, es el único sitio donde realmente puedo ser yo mismo, y donde hay un montón de gente que piensa cómo yo.
Abro la app, y escribo ‘¡Genial! ¿Qué me deparará la mañana?’. Y cierro.

-¿Vamos? —digo mientras camino dirección a la cafetería.
-Sí, lo siento—se vuelve a disculpar él.

[…]

-¿Y bueno cómo te llamas? —dice el chico mientras le pega un trago a su cappuccino con nata.
-Me llamo, Lauren. —sonrío—¿Y tú?.
-Yo soy Justin—dice mientras se limpia los restos de nata del alrededor de su boca.
-Encantada, Justin—carcajeo.

La mañana pasa rápida. Este chico es bastante majo, y es de un pueblecito de aquí al lado. Vive solo con su madre, y su padre les abandono, algo parecido a lo que me pasó a mí, pero al revés.

-Bueno Justin, yo me tengo que ir le dije a mi padre que volvería sobre las once, y son las doce, estará preocupado—digo mientras pago la cuenta.
-¡Hostias! —dice el con cara de preocupación-Mi madre tiene que estar dando vueltas alrededor de salón porque aún no he llegado a casa—dice tímido.
-Estará preocupada, tú tienes un largo camino—me sincero.
-¡Hasta otro día Lauren! —dice Justin mientras corre.
-¡Adiós, Justin! —digo casi en un suspiro.

Por la tarde. | Lauren |

Enciendo el ordenador mientras la bañera se templa, o necesito un día de baño. La mañana ha sido bastante rara, pero demasiado cómoda. Hacía mucho tiempo que no me sentía así con un chico, él tiene pinta de ser distinto, especial. Es tan diferente, que Ryan a su lado es lo más hijo de puta del mundo.

Escucho cómo mi padre abre la puerta, y habla con alguien. Hoy viene acompañado, acompañado del padre del estúpido de Ryan. Mi padre, y su padre son amigos desde que eran dos críos, mi padre veraneaba en el pueblo de Stratford, y el padre de Ryan vivía allí. Al divorciarse de la madre de Ryan, el padre, Louis se vino a vivir a la ciudad y así poder seguir con sus trabajos. Ryan y yo no nos aguantamos. El me odia, yo le odio. Sin embargo, Carla mi hermana mayor se llevaba genial con él.

Mi hermana se marchó de casa hace dos años cuando cumplió dieciocho. Ella se fue a Europa a vivir con su novio, al que conoció en un intercambio, lo que es la vida…

Pongo la música el portátil. Cierro la puerta de mi habitación, y me meto en la ducha. El agua está realmente caliente, y me hundo poco a poco.

[…]

-¡LAUREN! —Grita mi padre desde las escaleras. Suelto un bufido, no quiero bajar a cenar y menos con Ryan.
-¿Qué? —digo desde la puerta.
-¿No tienes pensado bajar a cenar? Lou, y Ryan está aquí?
-Ya voy papa. —digo desganada.

Cierro la puerta y me cepillo el pelo dejándole totalmente suelto y ondulado. Me pongo las gafas, ya que las lentillas las he abandonado en algún lugar de la habitación, y cojo el móvil. ‘¡QUE GUAY! Odio a las visitas de mi padre!’ y pincho en twittear.

-¡Hola! —dice el Sr. Butler mientras camina hacia a mí para darme un abrazo.
-¡Hola! —digo mientras me siento en la mesa.
-¿Qué tal tus estudios, Lauren? —dice Ryan.
-Aun no sé, acabamos de empezar—digo en un tono demasiado borde.
Mi padre se da cuenta y me propina una patada por debajo de la mesa. Le miro con cara de pocos amigos, y después sonrío a los Butler que no me quitan el ojo de encima.

[…]

La cena ha sido demasiado coñazo. Según va pasando el tiempo desde que pasó aquello con Ryan, más asco le tengo. Subo las escaleras, y camino hasta mi habitación. Me siento encima de la cama con el ordenador, y entro en mis interacciones. Y la verdad es que la tengo petadas, demasiado petadas. Miro y tengo un nuevo seguidor ‘drew’. ¿Quién será?

Entro en su perfil y de fondo tiene una foto de un chico de espaldas jugando al fútbol, supongo que será el. En el icon tiene una foto de un escudo de fútbol, que realmente no sé cual él. Miro sus tweets y veo algún que otro tweet mío. Este el chico que me acosa a retweets cada dos por tres. Río ante mi pensamiento, y le devuelvo el follow.

Apago el ordenador, y cojo el móvil. Lisa me está petando el móvil a whatsapp, y veo que tengo una actualización en el bbm. Entro y observo. Es este chico, me ha mandado una petición.

| Narra Justin |

Mi cabeza está hecha un lio y estoy nervioso. Ryan me ha mandado un mensaje diciéndome que está en casa de su ex novia, Brook cenando. Caitlin está en casa de su amiga Lisa, y Chaz y Chris están viciados a la play en casa de Somers.

Miro el twitter por enésima vez a ver si esa chica al final ha visto mi follow. Miro un nuevo seguidor, ‘Lauren’. Sonrío, es ella. Un cosquilleo recorre mi estómago, y no entiendo porque. No conozco a esta chica, y no sé ni que cara tiene.

Su perfil está decorado. Su encabezado es la ciudad de Nueva York de noche. El icon es el de una chica de espaldas haciendo un corte de manga, y en un bg hay una frase, una frase en latín que dice ‘vive el momento, sé tú mismo’.

Entro en el bbm, y tengo una actualización. Es ella, me ha aceptado. Entro en chats, y abro el suyo. Hay un ‘hola’ escrito, pero no sé si me atreveré a mandarlo. Borro el mensaje, y entro a twitter. Una sucesión de tweets suyos aparecen en mi inicio.

‘No sabes lo mucho que te quise, y el daño que me hiciste’

‘Lo peor es que aun te sigo echando de menos’

‘¿Seré lo que alguien está buscando?’

‘Y la música es lo único capaz de hacerme reír cuando realmente quiero llorar’

‘Lego house’

‘Siempre seré el bicho raro’

‘Cascos, manta, película... y ¡buenas noches!’

Abro de nuevo el bbm y me lleno de fuerzas para hablarle.

‘Hola’
Espero observando la foto que tiene de perfil, es la misma que la que tiene en el twitter, supongo que será ella. Mi móvil vibra.
‘Hola, eres mi admirador secreto ¿o qué? jaja’
Una risa nerviosa se escapa de mi boca, y me empiezan a temblar las piernas.
‘¿Yo?¿Por qué dices eso?’
Al segundo mi móvil vuelve a vibrar, mi miedo de que me mande a la mierda ha desparecido, y ahora me siento seguro.
‘Tú eres el mismo que me saltakea twitter ¿o no?’
‘Sí’
‘Por eso lo decía’
‘No sé quién eres, pero me resultas interesante’
‘Quizás por eso te resulto interesante’
‘No creo, tienes pinta de ser una chica que liga’
‘¿Estas de broma? Yo no ligo’
‘¿No?’
‘No, además tampoco creo que te interese mucho mi vida, no me conoces’
‘Te hablé porque he visto tus tweets ¿desafortunada en el amor?’
‘No creo que te importe’
‘Lo siento’

Y no obtengo respuesta. Entro de nuevo a twitter y ella ha vuelto a escribir.

‘Lo que me hacía falta ya esta noche, que un loco se preocupe por mí sin conocerme.  ¡Lo que hay que ver! Bueno, mejor dicho leer’

| Narra Lau |

Entro en twitter y me pongo a twittear. ¿Quién coño será ese chico? En realidad, estoy asustada. No sé si es un loco psicópata, o quizás es algún gracioso de la universidad que intenta vacilarme. Veo, que ha contestado al tweet que he puesto, y mi cara cambia completamente.

‘Quizás sí que estoy loco, pero es verdad, hay algo que me dice que eres interesante’

Le doy retweet y contesto.

Si me conocieras, no pensarías eso de mí. Soy lo más monótono y aburrido que hay en el mundo. ¡Buenas noches, chico misterioso!’

Cierro el twitter, y me pongo los cascos, al ritmo de ‘lego house’ de mi pelirrojo, me quedo dormida.

****

¡Hola! Bueno quería daros las gracias por leer la novela principalmente, y por esperar a que suba capitulo. Mi vida es demasiado ajetreada, y bueno... entre trabajar, estudiar y el carnet no tengo tiempo ni de ir al baño. Espero que os haya gustado, y si queréis leer una novela nueva id al twitter de @patthunds0n o de @biebsftg0mez y ellas tienen una, pedirles el blog. ♥

Si has leido el capitulo dos, y quieres que te avise del tres, haz clic en la x {x}.
¡OS QUIERO!♥♥♥♥♥