¡LOOOOOOOOO SIENTO!¡LO SIENTO!¡LO SIENTO!¡LO SIENTO! MIL PERDONES DE VERDAD. LO SIENTO POR TARDAR CASI DOS MESES EN SUBIR CAPITULO, PERO EN JULIO EMPEZARON LA FIESTAS DE LOS PUEBLOS DE ALREDEDOR DEL MÍO Y CLARO ME LAS HE RECORRIDO TODAS, Y AHORA PUES HE ESTADO ESTUDIANDO PARA LOS EXÁMENES DE RECUPERACIÓN, ENSERIO SIENTO HABER ESTADO TAN DESPARECIDA, ESPERO QUE OS GUSTE MUCHO EL CAPITULO. Y QUE DISFRUTEÍS DE ÉL, PRONTO SUBIRÉ OTRO.
¡GRACIAS!¡GRACIAS! Y MILLONES DE GRACIAS. OS QUIERO.
Si quereís comentarme algo de la novela, el hastag es #Menamorastesconodio. || OS QUIERO.
*****
· Capitulo 37.
|| Narrador ||
Suena su despertador cómo cada mañana al ritmo de
‘no air’ de Chris Brown. Da dos
vueltas sobre sí misma y apaga el despertador de un golpe. Odia levantarse
temprano y más cuándo es para salir de su casa.
Se levanta de la cama, y dando un pequeño bostezo
se mete en el cuarto de baño, pero no sin antes colocar el disco de éxitos del
verano. Abre el grifo deja que el agua se temple antes de meterse bajo el
chorro. No deja de pensar en cómo estará todo aquello, hace más de cinco años
que no pisa aquel lugar.
Se desprende del pijama de verano tirándole al
cesto de la ropa, y ya lo lavará cuando vuelva de esta visita espontanea que
sus padres le han preparado. Mete su melena de color rubio cobrizo debajo del
agua dejando que las gotas resbalen por su espalda creándola pequeños
escalofríos. Mientras coge su champú con olor a vainilla tararea la canción que
está sonando en la radio, ‘we can’t stop’
de Miley Cyrus. Esparce el jabón con
tranquilidad por su larga melena, que aproximadamente le llega a la altura de
la cintura. Enjuaga su pelo. Y poco después enjabona su cuerpo. Sale de la
ducha con una toalla enredada al cuerpo y otra al pelo.
—¿Qué te queda, cielo?
—Aún tengo que colocar la maleta,
mamá. No seas pesada. El vuelo no sale hasta la una y media, y son las nueve de
la mañana.
—Deberías relajarte un poco, cielo. A
mí me hace la misma ilusión que a ti volver a pisar aquel lugar, pero tú padre
lo necesita. Date prisa, si no quieres que se enfade.
—Sí, mamá.
Y suelta un bufido.
Subiéndose a un pequeño taburete que
tiene en su habitación coge la maleta que se encuentra en la repisa del
armario. La baja de un golpe, y comienza a sacar ropa de aquel inmenso armario
de color gris azulado, al igual que todos los muebles que hay en su habitación.
—Esto es increíble, ahora tampoco sé
que ropa tengo que coger. El tiempo allí es algo inesperado, un día te hace
calor y al otro dia quizás te tengas que tragar una tormenta de verano—refunfuña
para sus adentros— Ahora que me había acostumbrado a este mierda de clima, y a
esa mierda de tradiciones tendré que olvidarlas por un tiempo—dice subiendo el
volumen de la música—esta casa cada día más asco. —termina añadiendo.
—¿Quieres dejar de quejarte? —dice su
hermano desde la puerta.
—¿A ti quien te ha dado vela en este
entierro? —dice enfadada.
—Venga, que te ayudo—dice mostrándole
una amplia sonrisa a su hermana mayor.
—No necesito tú ayuda, enano. Sé
cuidarme solita.
—Eres algo hipócrita, te crees que a
los demás no nos afecta volver a pisar aquel sitio, y volver a recordar todo
aquello. Si lo recuerdas, volvimos aquí por ti, porque tú no querías seguir
viviendo en aquellas cuatro paredes, y por ti dejamos nuestras vidas. —dice el ‘enano’
—Venga, enano. ¿Tú podías vivir allí
soportando todos los recuerdos? No seas estúpido.
—Es obvio que no, pero le echaba
huevos al asunto, y con solo once años.
—Tú sabes lo que significaban los
abuelos para mí, tú sabias que ellos aportaban todo a mi vida. Tú demostraste
ser más maduro que yo con solo diez años, y yo sé que lloraba por cada esquina
con quince, pero no era fácil para mí y tampoco lo será volver a pasar por
delante de aquella casa y no poder correr a abrazarlos. —dice rompiendo a
llorar.
—Lo siento, no quería ser demasiado
bruto. Tata, tienes ya veinte años, y créeme que aunque sea duro el primer día
al final te acostumbrarás, hazlo por papá, ya sabes las ganas que tiene de
volver a encontrarse con sus amigos, ¿Y tú? ¿No tienes ganas de volver a
verlos? —dice su hermano pequeño abrazándola.
—Sí, muchas—sonríe y se limpia las
lágrimas.
—Venga, vístete y termina de hacer la
maleta, pondremos camino al aeropuerto en una hora.
—Eh, enano.
—¿Sí?
—Te quiero, y gracias.
—A ti, tata. A ti.
Su hermano pequeño abandona su
habitación dejándola sola, y ‘hundida’ mientras coloca toda la ropa en la maleta.
El pequeño Marc tenía razón, ya era hora de volver a enfrentarse a los miedos y
de superar aquello que hace cinco años le había marcado. Ya era hora de volver
a sentarse en los parques de Miami con sus amigos, y coger su moto para
despeinar su melena al viento por aquellas calles repletas de palmeras. Ahora
sí, Lou Collins estaba preparada para volver a su nueva vida.
· Al día siguiente por la tarde…
|| Narra Justin ||
Los chicos están algo alborotados.
Todos están de un lado hacia otro sin poder quedar su jodido culo sentado en el
banco más de cinco minutos. Yo no entiendo nada. No sabemos nada de las chicas,
sólo que han quedado para pasar una tarde ellas solas y contarse sus cosas.
Algo normal en ellas.
—¿Queréis parar quietos un segundo? —Digo
mientras suelto un bufido—Vais a hacer un agujero en el suelo.
—Bro, es imposible que podamos
quedarnos quietos, no entiendes nada. —dice Nolan.
—Y si no me lo explicáis menos entenderé
aun—digo rodando mis ojos.
—Bro, está a punto de pasar, ten paciencia.
Ya lo entenderás todo.
—Paciencia llevo teniendo durante
tres horas y media, que creo que os habéis quedado todos sin uñas y yo sigo sin
pillar porque cojones estáis tan nerviosos y porqué tanto jodido misterio—digo mientras
saco un cigarrillo de mi chupa.
Y justo cuándo Chaz está a punto de
contestarme el ruido de un moto, concretamente de una ‘Harley’ llega a nuestro
oídos haciendo que todos nos levantemos de golpe y nuestras bocas se queden
completamente abiertas.
Una melena rubia, de un rubio cobrizo
asoma por debajo del casco y unas curvas bien definidas debajo de la chupa de
cuero y esos vaqueros rotos tan ajustados. Ahora mismo creo que debajo de
nosotros debe haber cómo cinco charcos de babas.
La rubia se quita el casco y deja ver
su cara. Una tez morena, con los ojos verde esmeralda, y los dientes
perfectamente alineados, y una sonrisa totalmente perfecta. Los chicos corren
hacia ella, ¿quién demonios será la rubia?
—¿Chaz quién es? —digo con intriga.
—Es Lou, Lou Collins. Hace cinco años
veraneaba aquí, era parte de nuestro grupo. Las chicas también la conocen, en
especial Tara y Alex, ellas tres lo hacían todo juntas, pero tras la muerte de
sus abuelos Lou se fue del país a vivir a España y nunca más volvimos a saber
de ella. Ahora dicen que es peligrosa, que todo hombre que se le acerca termina
cayendo en su tentación, que no hay hombre que la rechace, que encandila con
sus ojos y que es una apasionada de las motos. Ten cuidado, Bieber. Lou es más
peligrosa de lo que parece. —dice Chaz justo dos minutos antes de echar a
correr hacia Lou.
*****
Da RT AQUI. si te ha gustado el capitulo 37 y quieres que te avise del próximo.