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Capitulo
XX.
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Tara baja rápido o llegarás tarde a tu segundo
día de clase.
Y si todo había
sido un sueño. Justin no venía aquí de intercambio, y no pasábamos el día
juntos bajo la sombra de los árboles, ni me taparía los ojos para darme un
sorpresa. Es mi rutina, y tengo que acostumbrarme a ello.
Desde que estoy
aquí no hay día que no me agobie la idea de no verle, y saber que no le voy a
ver durante nueve meses. Hoy es un día en el cual lo primero que pienso es
mandarlo todo a la mierda y que cada uno hagamos nuestro camino, pero por
separado. Es agobiante saber que no le voy a tener cerca, que no voy a sentir
su olor, su tacto, sus besos, su voz. Saber que en los días de invierno que
vienen ahora no estará el para abrazarme, ni para dejarme sus sudaderas, y
tampoco para caminar conmigo de la mano bajo los rascacielos de Atlanta mientras
esta nevando. Es duro, demasiado duro. Y yo soy una floja, no sé si podré con
esto, o esto podrá conmigo. Solo sé que estoy un poco harta de que todo me
salga mal.
-Tara venga,
llegarás tarde.
-Que ya voy
pesada.
Y suelto un
bufido al aire.
Cojo lo primero
que pillo, unos leggins negros, una sudadera azul,las converse bajas azules y
la gorra. La mochila, y me hago un coleta alta y un poco despeina. Hoy, no es
mi día.
-Ya estoy pesada.
-No me hables así
Tara Weasly.
-Mamá, es que aún
es temprano.
-Siempre te pasa
igual, desayuna algo anda.
-Mamá, es que
eres muy pesada en este tema. Pásame el zumo, anda.
- Porque siempre
llegas tarde, Tara. ¿Te pasa algo?
-Si mamá, lo de
todos los días.
-Tara, no te hace
ningún bien.
-Mamá, sé que no
me hace bien estar con un chico a distancia, pero le quiero, ante todo le
quiero. Quizás esto me supere y sea yo quien lo mande a la mierda, pero dejad
de agobiarme, es mi vida, y es mi decisión. Ya no tengo doce años, mamá. Déjame
equivocarme
- Lo siento, yo.
-No pasa nada, me
voy.
-Pasa un buen
día.
-Tú solo deséame suerte.
Y cogiendo la
mochila y los cascos del móvil salgo de
casa buscando una bocanada de aire fresco que me haga despejarme de toda la
mierda que me rodea. Mis padres y sus ‘no te conviene’, Mike y sus ‘estas más
delgada, ¿es que no comes?’ y mis abuelos y sus ‘ven pronto hija, te echo de
menos’. Me colapsa todo me colapsa.
Y después está
él, tan perfecto cómo siempre con sus ‘buenos días princesa’ ’te echo de menos’
’prométeme que es para toda la vida’ y demás.
¿Por qué la vida
es tan hija de puta conmigo? ¿Por qué no puedo ser feliz con mi novio sin que
exista la puta distancia? ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Alguien puede explicármelo,
por favor.
Tras diez minutos
en los que mis pensamientos se pegaban unos con otros he conseguido llegar al
instituto sin volverme loca, lo peor de todo es que de buena mañana me toca
filosofía, creo que mi cabeza hoy terminará explotando. No puedo más.
-¡Buenos días,
pequeña!
-¿Buenos días?
Serán para ti princesa.
-¿Qué te pasa
Tara? Últimamente me tienes muy preocupada.
-Carol, no empieces
tú también por favor.
-Vale, lo siento.
Cuenta.
-Tía no puedo
más. Llevo días separada de él, bueno mejor dicho semanas y ya me estoy
volviendo loca, ¿qué será de mi cuando lleve dos meses sin verle?
-Tara, tienes dos
opciones. La primera es seguir luchando día a día y pensar que puedes con esto,
y la segunda es mandarlo a la mierda porque tú misma crees que te viene grande.
-Si Carol, a mí
esto me viene muy grande.
-Solo piénsalo nena,
y al final del día toma una decisión.
-Lo haré. Gracias
por todo, Carol. No sé qué sería sin ti.
-Siempre te
quedará la loca de Alex.
-Sí, mi Alex.
-Vamos a clase
anda, que llegamos tarde y ya sabes cómo es Don Filosofía.
-Un loco.
Y
comenzamos a carcajear. Sinceramente, no sé qué sería de mi vida sin Carol.
Ella es cómo mi mano derecha, y mi cabeza cuando mi cerebro está colapsado de
tanta información de golpe. Es cómo mi hermana, es de esas amigas que
consideras tú familia. Ella, lo es todo para mí.
[…]
El
día ha trascurrido bastante bien, y no ha sido tan malo al final.
Todo
está pensado, y solo me queda una opción.
<<Para
Justin>>
Tenemos
que hablar, cuando termine de hacer deberes y colocar mi habitación te llamo
estate pendiente del teléfono ¿sí?
Besos.
<<De
Justin>>
Vale
enana, no tardes mucho, me muero por escucharte hablar, te echo de menos. Te
quiero.
Y
ahí, en este momento es cuándo se me parte el alma sabiendo que será la última
vez que leeré un te quiero de él y un te echo de menos.