sábado, 30 de noviembre de 2013

TRES.



· Capitulo 3.

|Narrador|

El despertador suena dando comienzo a nuevo día. Lauren se levanta de la cama dando un pequeño salto, alarmada por las voces de su padre mientras le grita que ha nevado, y que sigue nevando en Toronto. Sale de la cama y se envuelve en la primera manta que tiene a mano, y suelta un suspiro. Baja las escaleras de dos en dos, y se abalanza sobre su padre que le espera ansioso con los mismos nervios que un niño pequeño al ver que la ciudad se ha teñido de blanco por primera vez en el año, y en el mes de Septiembre.

-¡Que frio!—Se queja Lau mientras echa otra manta por encima suya.
-¡Quejica!—Dice su padre mientras le hace cosquillas.
-¡Para, papá!—Dice Lau mientras le mira seriamente y después rompe en una carcajada.

Ambos caminan entre risas hasta la cocina. Lau recuerda aquellos momentos cuando era pequeña, y venía a Canadá solo a visitar a sus abuelos. Recuerda cómo su madre la abrigaba con más capas que una cebolla, y una pequeña lágrima resbala por su mejilla.

Su padre la mira con una amplia sonrisa, y Lau recoge su lágrima con un puño, y sonríe a su padre.

-Te quiero, papá. —Dice Lau mientras le pega un trago al chocolate caliente.

En Stratford, Justin sigue aún metido en la cama. Su madre grita algo desde las escaleras, y la puerta del pasillo se abre de un portazo, mientras su hermana Jazzy de unos quince años grita cómo una loca bajando hasta el segundo piso de la casa.
Justin, sale de la cama, y se coloca una sudadera cualquiera para resguardarse del frío mañanero.

-¡Buenos días a ti también, mocosa! —dice mientras revuelve la rubia melena de su hermana pequeña.
-¡Estate quieto, estúpido! —dice Jazzy mientras se coloca el flequillo de nuevo.
-Parece ser que hoy nos hemos levantado con el pie izquierdo—dice Justin mientras camina hacia su madre depositando un beso en su frente. —¿Qué pasa?
-Mamá, que no se da cuenta de que estoy hasta las narices de que me ande mangoneando, yo no soy tu Justin, no soy igual de perfecta y no soy de su sangre—dice mientras le da un golpe a la mesa.
-¿Eres estúpida? —Dice Justin sentándose en la mesa—Hemos discutido este maldito tema unas ochenta veces Jazmin, te has criado aquí, cuando viniste tan solo tenías nueve meses, y claro que eres de nuestra sangre.
-¡No soy nada vuestro! —dice ahora la pequeña levantándose de la mesa.
-¡Pues lárgate! —Dice Justin apretando la mandíbula—¡Lárgate con tu padre! —dice ahora pegando un golpe a la mesa.
-¿Mi padre? —dice Jazzy desde el salón. —Te recuerdo que también es el tuyo.
-Ese hombre no es nada mío Jazzy, nos abandonó como a un perro, y a ti también. ¿Sabes? Si no llega a ser porque esa mujer que está ahí de pie llorando, tú ahora mismo estarías o muerta, o en un orfanato ¡ESTÚPIDA! —Dice ahora levantando el tono de voz.
-No tenía por qué hacerlo—dice ahora secándose las lágrimas—Ella no es mi madre, no tenía por qué cuidarme, ni recogerme.
-Te dejaron en la puerta de casa, ¿qué querías que hiciera? —dice ahora más calmado.
-Dejarme ahí.
-Eres una desagradecida, Jazmin.
-¡PARAD! —Grita Pattie. —Tú Jazmin estas castigada sin salir, y tú sube a tu cuarto y tampoco salgas Justin. —Dice soltando la taza en el fregadero —Y se acabó el tema.

Justin con la mandíbula apretada y los ojos llenos de lágrimas sube hasta su cuarto y cierra la puerta de un portazo, un portazo que retumba en toda la casa.

En Toronto. Lauren se dirige hasta su cuarto, y entra al cuarto de baño para preparar una ducha de agua caliente. La nieve la agota de solo verla, y hoy no habrá clase debido a que las carreteras de la ciudad están cortadas por la gran cantidad de nieve que ha caído.

Se sienta en la cama, y coge el teléfono móvil. Según entra a twitter, ve un tweet de este misterioso chico que sigue cada uno de sus movimientos en la red social.

Si lo sé, hoy no me levanto de la cama’

Baja su inicio, y se encuentra con una sucesión del mismo chico de antes.

‘Está claro, que para mí no existes’

‘Cría cuervos, y te sacarán los ojos’

| Narra Lau |

Dejo el móvil encima de la cama y camino hasta el cuarto de baño. Me desprendo de mi ropa, y un escalofrió recorre mi cuerpo de arriba abajo haciendo que mi vello se ponga de punta. Odio el invierno en Canadá, es cómo estar en el polo norte, aunque a ser verdad estamos casi al lado. Suspiro, y entro en la ducha. El agua caliente recorre mi cuerpo, y sonrío ante el tacto. Me pasaría aquí toda la mañana.

Cojo un poco de champú y lo esparzo por mi pelo. Y mientras, no puedo dejar de pensar en los tweet que he leído del chico misterioso.

[…]

Enciendo la radio, y está sonando ‘everything has change’ subo el volumen, y me tumbo en la cama, arropada con mi manta favorita. Los días sin clases, son realmente aburridos. Abro twitter, y acto seguido twitteo.

‘Sí supieras lo mucho que te echo de menos días como hoy’

‘Nadie es imprescindible’

‘Cuando menos te lo esperas, te pegan la patada’

‘Tu mejores amigos, pueden volverse tus peores enemigos’

| Narrador |

Justin tumbado sobre su cama mientras tira una pelota de goma contra la pared, suelta toda la rabia que lleva dentro. Lau, sentada en su cama, arropada con aquella manta de terciopelo que le regaló su madre antes de irse, no puede evitar llorar a escondidas mientras recuerda lo mucho que la echa de menos.

Justin saca el móvil de su bolsillo, y entra en twitter. Revisa algunas interacciones, y retwittea algún que otro tweet. Desesperado, reinicia el tl, y le sale ella. La chica misteriosa, bueno en realidad no.

‘Hola’
Escribe en el chat, y después de tirarse diez minutos pensando si mandarlo o no, lo borra.
‘Lo siento por lo de ayer, fui un poco estúpida’
Escribe ella, y segundo después borra.

[…]

Después de borrar el mensaje cómo ocho veces, Justin decide enviar el mensaje. Lau, por su parte también lo hace.

‘Hola Lau. Sé que esto es demasiado raro, pero créeme cuando te digo que no tengo ninguna intención de hacerte daño’
‘¿Drew? Es que aún no sé tu nombre. Yo quiero pedirte disculpas por mi comportamiento ayer, lo siento de corazón. No suelen preocuparse por mí…’

Y el móvil de ambos suena a la vez. De forma inconsciente se forma una sonrisa en la boca de ambos. Ambos desbloquean sus móviles de forma ansiosa, esperando la respuesta del otro.


‘Vaya, los dos a la vez’
Dice Lau, mientras piensa en que contestar.
‘Si, jaja. Sí, llámame drew si quieres. Te entiendo perfectamente, en serio. Yo no pretendía asustarte’
‘Era para asustarse, jaja. En realidad, fui algo estúpida contigo.. Solo querías ayudarme ¿no?’
Dice esta vez ella mientras la sonrisa, sigue en su boca.
Sí, solo quería ayudarte. ¿Estudias?’
‘Sí, estoy estudiando audiovisuales ¿y tú?’
‘Ade. Ya sabes, para seguir con los negocios familiares…’
‘Ajá.’ ‘Cómo te debo una por intentar ayudarme anoche, hoy me toca Drew, ¿qué te pasa?’
Dice ella de forma clara y directa. Las piernas le tiemblan por miedo a que él, se comporte como ella lo hizo, pero no es así.

[…]

‘Ya sabes que puedes contar conmigo, tú hermana es una cría en plena adolescencia, y lo de tu padre, bueno quizás algún día obtengas la respuesta a todo…’
‘Quizás’ ‘Me tengo que ir, ¡he quedado!’
‘Chao’
‘Hasta luego, Lau’

· Quince días más tarde…

Los días habían pasado. Lauren seguía con su vida, universidad y a casa. Justin, por su lado tenía una vida más ajetreada, había encontrado trabajo y lo compaginaba con las clases, mientras que también a veces tenía que quedarse en casa ayudando a su madre.

| Narra Lau |

Llego a casa y suelto la mochila en el primer sitio que encuentro, detrás de la puerta del comedor. Camino hasta la cocina, y no hay rastro de mi padre. Subo las escaleras hasta mi habitación, y me desplomo en la cama.

Estoy muy cansada. Tanto que no sé si soy una persona, o un perro. Todo el día de un lado hacia otro. A la facultad, a la compra, la casa, los estudios, clases particulares, y no doy más de mí. Necesito salir de casa, y respirar. ¿Dónde coño está Lisa cuando más la necesito?

Hablando de la reina de Roma, por mi teléfono asoma. Siento cómo vibra, y supongo que es ella. Es viernes, y seguro que tiene alguna fiesta preparada.

-¿Si?
-Esta noche a las nueve y media estoy en tú casa. ¡Ponte guapa!
Y sin más, me cuelga. ¡Estúpida Lisa!

Todo me supera. Mi padre está en plan enchochado con su nueva novia, y no entra en casa. Lisa está desparecida, y lleva dos días sin ir a la facultad, y por último está el chico misterioso, del que hace quince días que no sé nada de él.

Intento sacarme de la cabeza cada pensamiento que tengo con él. El dónde estará, si estará bien, si quizás ya no quiere saber nada de mí, y lo consigo, pero solo durante unos segundos, después las cuestiones vuelven a mí, y creo que me estoy volviendo loca.

| Narra Justin |

-¿Estás preparado, bro? —dice Ryan desde mi habitación.
-Colonia y nos vamos.
-Cait tiene que estar cómo loca—dice Ryan moviéndose de un lado a otro—Y Lisa ya ni te cuento.
-¡Me sacas de quicio, Ryan! —grito esta vez yo.
-Menos mal, que te has quedado aquí, sino llegas cuando se esté terminando todo.
-Sabes que estoy cansado, bro. ¡No paro! —digo tirándome del pelo.
-Deja de quejarte, abuelo. ¡Y vamos!

Salimos de casa, y caminamos hasta casa de Lisa. El jardín está lleno de gente. Chicas con vestidos cortos, y que parece que se han echado una colonia con olor a vodka. Tíos ligando de la forma más asquerosa que pueda haber. Borrachos tirados por los suelos, intentando ponerse en pie. Y al fondo, están mis amigos. Y lo mejor de todo, es que solo hace una hora que ha empezado la fiesta.

-¿Dónde estabais, tío? —dice Chaz dándole un trago al ron naranja.
-Justin, se estaba cambiando—dice Ryan mientras rueda los ojos.
-Tío, eres peor que una mujer—dice esta vez Chris haciendo el mismo gesto que Chaz.
-¡Iros a la mierda! —digo mientras cargo mi primera copa.

[…]

La noche pasa, y el efecto del alcohol ya se va notando en mi cuerpo. Tengo calor, y a la vez frío. Todas las chicas posan sus ojos deseosos y ardientes en mí, pero yo me he fijado en una, una especial. Esa chica, lleva toda la noche pasando desapercibida entre las demás. Y no, no lleva un vestido corto que hace que se le vea hasta el esternón. Leggins, camisa, y unas botas camperas.

| Narra Lau |
Estoy aislada entre gente que huele a vodka. Babosos que no dejan de tirarme los tratos con frases como ‘si te cojo, te hago un ocho’ ‘quítate esa camisa’ ‘¡Que buenas estas!’.
Camino entre la gente. Parejas que se están alcoholizando juntas, gente comiéndose la boca cómo si fuera tu plato preferido el día que más hambre tienes, gente tirada por el suelo, gente esparciendo su propio vómito. Estoy en esa fase de ‘tierra, trágame’, solo quiero salir corriendo.

Al final, veo un hueco libre, y entre tanta gente intento buscar a Lisa para decirla que me voy a casa. Y, justo cuando la encuentro y sigo caminando choco con alguien, que al parecer también va demasiado perjudicado.

-¡Ah! Eres tú—dice clavando sus ojos miel en mis labios.
-Veo que te has aficionado a chocarte conmigo—bromeo.
-¿Qué haces por aquí? —dice Justin mientras se tambalea de un lado a otro.
-Me iba ya para casa—digo escondiendo mi cara entre mi pelo.
-Te acompaño.
-No, cogeré un taxi.
-Es demasiado peligroso que una chica como tú, vaya sola a estas horas por la calle.
-Gracias, supongo—carcajeo.
-Déjame acompañarte, Lauren.
-Déjalo, Justin, en serio.
-¡Por favor!
-Está bien—asiento.

Justin camina hasta dónde están sus amigos a recoger su chaqueta, y le dice algo a Ryan que no consigo entender. ¡Maldito Ryan! Mientras espero a que venga, saco el móvil del bolsillo y le escribo un mensaje a Lisa.

Me voy a casa, ya sabes que un sitio como este no está hecho para mí. Llámame mañana cuando te despiertes, y hayas recogido todo esto. ¡Suerte con los vómitos! Te quiero.’

Envío el mensaje, y vuelvo a guardar mi móvil. Cuando estoy a punto de irme sin Justin, alguien agarra mi brazo.

-Ya tenías pensado escaparte sin mí. —dice mirándome esta vez a los ojos.
-Sí, quizás mañana te arrepientas de haber acompañado a casa a la rara del campus. —digo esta vez yo en un tono serio.
-No me importa arriesgarme—dice él mientras tira de mi brazo y me saca de aquel horroroso lugar.

| Narrador |

Lauren se coloca su chaqueta según sale de la casa, y coloca los brazos alrededor de su cuerpo para entrar en calor, pero es misión fallida. Son las cuatro y media de la mañana y en frío se apodera de cada rincón de Toronto. Justin, por su parte sigue en manga corta porque los efectos del alcohol siguen actuando sobre su cuerpo, y mientras camina sigue diciéndole disparates a Lauren que hace que ella sonría.

-¿Tienes frío? —dice él mientras se para en una calle para soltar su copa.
-No.
-¿Por qué mientes? —Dice mirándola fijamente a los ojos—¿Sabes que eres igual de trasparente que el agua?
-¿Qué quieres decir con eso?
-Que se te nota lo que sientes con solo mirarte a los ojos.
-Puede ser, quizás es que tú eres adivino.
-No hace falta ser muy listo para saber que tienes frío—bromea—Llevas tiritando desde que hemos salido de casa de Lisa.
-Bueno, quizás eso no ha jugado a mi favor.
-Toma mi chaqueta, ya me la devolverás.
-No hace falta.
-Toma.

Y al final accede. Lau envuelve su pequeño y diminuto cuerpo entre la amplia chaqueta de cuero de Justin. Justin la mira y sonríe.

El camino a casa de Lauren, caminando es bastante largo. Ella vive casi a la afueras de la ciudad, justo a unas manzanas más allá de la casa de Ryan. Ella, no puede dejar de pensar en la mirada que Ryan la ha echado, y Justin por su parte no puede dejar de pensar en la misteriosa chica a la que tanto le recuerda Lauren.

-Ahora tendrás que volver solo—dice rompiendo el silencio.
-Esperaré a Ryan en la puerta de casa—dice sonriente—No creo que tarde en venir.
-Ryan siempre deja unas llaves de repuesto en la maceta de flores—dice ella arrepintiéndose de lo que acaba de decir—el color de las flores es azul—sonríe.
-¿Cómo lo sabes?
-Mi padre y su padre son íntimos amigos—ríe—Cosas de la vida, supongo.
-¿Desde cuándo conoces a Ryan? —dice él.
-Desde que me mudé aquí—ríe—Mi padre vivía en Stratford cuando era pequeño, y se mudó a Europa y allí conoció a mi madre.
-¿Ahora vivís aquí los tres?
-¡Que va! —Dice agachando la cabeza—Mi madre nos abandonó cuando solo tenía siete años, y desde aquel día no sé nada de ella.
-Cuando te miro a los ojos, se te nota que por dentro estas dolida.
-Lo estoy. —Dice recogiendo la lágrima que acaba de caer por su mejilla—Pero ¿sabes? Si lo asumes, duele menos.

Justin se acerca más a ella rompiendo la distancia que los separaba. Envuelve su cuerpo entre sus brazos, y deposita un beso en su frente. Lauren sonríe.

-Y bueno, esa es mi vida—bromea.
-¿Y tú qué?
-Yo vivo en Stratford, conozco a Ryan desde que éramos pequeños, y vivo con mi madre y mi hermana pequeña.
-¿Tienes una hermana?
-Sí.
-¿Tú tienes hermanos?
-Sí.
-¿Dónde está?
-Mi hermano tenía solo dos años cuando todo pasó, y mi madre se lo quitó a papá.
-¿Se le llevó obligado?
-Sí. —Suspiró— Ella decía que al menos uno se tenía que ir con ella aunque no quisiera mi padre.
-¡Joder!
-¿Y tu padre?
-No me gusta hablar de ello.
-¡Oh, lo siento!
-No, tú no sabías nada—carcajea él.

El incómodo silencio se apodera de la situación, y después de una hora de camino han llegado a casa de Lauren.

-¡Gracias por acompañarme!
-Ha sido un placer.
-¡Hasta el lunes!
-Sí

Lauren camina hasta la puerta de su casa, y su sonrisa le ocupa toda la cara. Ella piensa que él es diferente, que él es algo similar a ella. Justin, observa como Lauren camina hasta su casa moviendo sus caderas, él cree que ella es la chica de su vida, aunque claro también está por medio la chica misteriosa a la que tiene abandonada.


Lauren entra en casa y cierra la puerta. Justin piensa que esta chica es  diferente a las demás, que cada una de sus rarezas le  parecen más  interesante, y esa forma que tiene de sonreír es lo más atractivos para él. Lauren le recuerda a Lau, la chica de internet. La chica misteriosa.

Justin piensa en todo el tiempo que lleva sin hablar con la chica, y cómo el alcohol aun está en su cuerpo se lanza. Lauren, se tumba en la cama y coge el móvil entre sus manos, Justin le recuerda a Drew, el chico misterioso. Su chico misterioso.

‘Lo siento. He estado trabajando, y no he tenido tiempo. Espero que puedas perdonarme, fea’
Dice Justin antes de rebuscar entre las macetas que Lauren le había dicho en busca de las llaves.
‘¿Y estas confianzas? No me llames fea’
Dice esta vez ella, llena de rabia. Ella piensa que si él cree, que tiene el derecho de hablarla simplemente cuando se aburre.
‘Lo siento’
Dice entrando él entrando en casa.
‘Déjame en paz, Drew. Hablamos otro día. ¡Buenas noches!’
Y Lauren, pone en silencio su móvil y se mete en la cama.
‘¡Hasta mañana, fea!

 ****

¡Hola! Sé que he tardado mucho tiempo en subir, pero tengo una buena escusa. ¡Estoy hasta arriba de todo! Y  no tengo tiempo ni para ver la tele casi. Espero que os haya merecido la pena esperar tanto, y que os haya gustado el capitulo. Intentaré subir más a menudo, en serio.

Si quieres que te avise del proximo capitulo da RT aquí. 




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sábado, 30 de noviembre de 2013

TRES.



· Capitulo 3.

|Narrador|

El despertador suena dando comienzo a nuevo día. Lauren se levanta de la cama dando un pequeño salto, alarmada por las voces de su padre mientras le grita que ha nevado, y que sigue nevando en Toronto. Sale de la cama y se envuelve en la primera manta que tiene a mano, y suelta un suspiro. Baja las escaleras de dos en dos, y se abalanza sobre su padre que le espera ansioso con los mismos nervios que un niño pequeño al ver que la ciudad se ha teñido de blanco por primera vez en el año, y en el mes de Septiembre.

-¡Que frio!—Se queja Lau mientras echa otra manta por encima suya.
-¡Quejica!—Dice su padre mientras le hace cosquillas.
-¡Para, papá!—Dice Lau mientras le mira seriamente y después rompe en una carcajada.

Ambos caminan entre risas hasta la cocina. Lau recuerda aquellos momentos cuando era pequeña, y venía a Canadá solo a visitar a sus abuelos. Recuerda cómo su madre la abrigaba con más capas que una cebolla, y una pequeña lágrima resbala por su mejilla.

Su padre la mira con una amplia sonrisa, y Lau recoge su lágrima con un puño, y sonríe a su padre.

-Te quiero, papá. —Dice Lau mientras le pega un trago al chocolate caliente.

En Stratford, Justin sigue aún metido en la cama. Su madre grita algo desde las escaleras, y la puerta del pasillo se abre de un portazo, mientras su hermana Jazzy de unos quince años grita cómo una loca bajando hasta el segundo piso de la casa.
Justin, sale de la cama, y se coloca una sudadera cualquiera para resguardarse del frío mañanero.

-¡Buenos días a ti también, mocosa! —dice mientras revuelve la rubia melena de su hermana pequeña.
-¡Estate quieto, estúpido! —dice Jazzy mientras se coloca el flequillo de nuevo.
-Parece ser que hoy nos hemos levantado con el pie izquierdo—dice Justin mientras camina hacia su madre depositando un beso en su frente. —¿Qué pasa?
-Mamá, que no se da cuenta de que estoy hasta las narices de que me ande mangoneando, yo no soy tu Justin, no soy igual de perfecta y no soy de su sangre—dice mientras le da un golpe a la mesa.
-¿Eres estúpida? —Dice Justin sentándose en la mesa—Hemos discutido este maldito tema unas ochenta veces Jazmin, te has criado aquí, cuando viniste tan solo tenías nueve meses, y claro que eres de nuestra sangre.
-¡No soy nada vuestro! —dice ahora la pequeña levantándose de la mesa.
-¡Pues lárgate! —Dice Justin apretando la mandíbula—¡Lárgate con tu padre! —dice ahora pegando un golpe a la mesa.
-¿Mi padre? —dice Jazzy desde el salón. —Te recuerdo que también es el tuyo.
-Ese hombre no es nada mío Jazzy, nos abandonó como a un perro, y a ti también. ¿Sabes? Si no llega a ser porque esa mujer que está ahí de pie llorando, tú ahora mismo estarías o muerta, o en un orfanato ¡ESTÚPIDA! —Dice ahora levantando el tono de voz.
-No tenía por qué hacerlo—dice ahora secándose las lágrimas—Ella no es mi madre, no tenía por qué cuidarme, ni recogerme.
-Te dejaron en la puerta de casa, ¿qué querías que hiciera? —dice ahora más calmado.
-Dejarme ahí.
-Eres una desagradecida, Jazmin.
-¡PARAD! —Grita Pattie. —Tú Jazmin estas castigada sin salir, y tú sube a tu cuarto y tampoco salgas Justin. —Dice soltando la taza en el fregadero —Y se acabó el tema.

Justin con la mandíbula apretada y los ojos llenos de lágrimas sube hasta su cuarto y cierra la puerta de un portazo, un portazo que retumba en toda la casa.

En Toronto. Lauren se dirige hasta su cuarto, y entra al cuarto de baño para preparar una ducha de agua caliente. La nieve la agota de solo verla, y hoy no habrá clase debido a que las carreteras de la ciudad están cortadas por la gran cantidad de nieve que ha caído.

Se sienta en la cama, y coge el teléfono móvil. Según entra a twitter, ve un tweet de este misterioso chico que sigue cada uno de sus movimientos en la red social.

Si lo sé, hoy no me levanto de la cama’

Baja su inicio, y se encuentra con una sucesión del mismo chico de antes.

‘Está claro, que para mí no existes’

‘Cría cuervos, y te sacarán los ojos’

| Narra Lau |

Dejo el móvil encima de la cama y camino hasta el cuarto de baño. Me desprendo de mi ropa, y un escalofrió recorre mi cuerpo de arriba abajo haciendo que mi vello se ponga de punta. Odio el invierno en Canadá, es cómo estar en el polo norte, aunque a ser verdad estamos casi al lado. Suspiro, y entro en la ducha. El agua caliente recorre mi cuerpo, y sonrío ante el tacto. Me pasaría aquí toda la mañana.

Cojo un poco de champú y lo esparzo por mi pelo. Y mientras, no puedo dejar de pensar en los tweet que he leído del chico misterioso.

[…]

Enciendo la radio, y está sonando ‘everything has change’ subo el volumen, y me tumbo en la cama, arropada con mi manta favorita. Los días sin clases, son realmente aburridos. Abro twitter, y acto seguido twitteo.

‘Sí supieras lo mucho que te echo de menos días como hoy’

‘Nadie es imprescindible’

‘Cuando menos te lo esperas, te pegan la patada’

‘Tu mejores amigos, pueden volverse tus peores enemigos’

| Narrador |

Justin tumbado sobre su cama mientras tira una pelota de goma contra la pared, suelta toda la rabia que lleva dentro. Lau, sentada en su cama, arropada con aquella manta de terciopelo que le regaló su madre antes de irse, no puede evitar llorar a escondidas mientras recuerda lo mucho que la echa de menos.

Justin saca el móvil de su bolsillo, y entra en twitter. Revisa algunas interacciones, y retwittea algún que otro tweet. Desesperado, reinicia el tl, y le sale ella. La chica misteriosa, bueno en realidad no.

‘Hola’
Escribe en el chat, y después de tirarse diez minutos pensando si mandarlo o no, lo borra.
‘Lo siento por lo de ayer, fui un poco estúpida’
Escribe ella, y segundo después borra.

[…]

Después de borrar el mensaje cómo ocho veces, Justin decide enviar el mensaje. Lau, por su parte también lo hace.

‘Hola Lau. Sé que esto es demasiado raro, pero créeme cuando te digo que no tengo ninguna intención de hacerte daño’
‘¿Drew? Es que aún no sé tu nombre. Yo quiero pedirte disculpas por mi comportamiento ayer, lo siento de corazón. No suelen preocuparse por mí…’

Y el móvil de ambos suena a la vez. De forma inconsciente se forma una sonrisa en la boca de ambos. Ambos desbloquean sus móviles de forma ansiosa, esperando la respuesta del otro.


‘Vaya, los dos a la vez’
Dice Lau, mientras piensa en que contestar.
‘Si, jaja. Sí, llámame drew si quieres. Te entiendo perfectamente, en serio. Yo no pretendía asustarte’
‘Era para asustarse, jaja. En realidad, fui algo estúpida contigo.. Solo querías ayudarme ¿no?’
Dice esta vez ella mientras la sonrisa, sigue en su boca.
Sí, solo quería ayudarte. ¿Estudias?’
‘Sí, estoy estudiando audiovisuales ¿y tú?’
‘Ade. Ya sabes, para seguir con los negocios familiares…’
‘Ajá.’ ‘Cómo te debo una por intentar ayudarme anoche, hoy me toca Drew, ¿qué te pasa?’
Dice ella de forma clara y directa. Las piernas le tiemblan por miedo a que él, se comporte como ella lo hizo, pero no es así.

[…]

‘Ya sabes que puedes contar conmigo, tú hermana es una cría en plena adolescencia, y lo de tu padre, bueno quizás algún día obtengas la respuesta a todo…’
‘Quizás’ ‘Me tengo que ir, ¡he quedado!’
‘Chao’
‘Hasta luego, Lau’

· Quince días más tarde…

Los días habían pasado. Lauren seguía con su vida, universidad y a casa. Justin, por su lado tenía una vida más ajetreada, había encontrado trabajo y lo compaginaba con las clases, mientras que también a veces tenía que quedarse en casa ayudando a su madre.

| Narra Lau |

Llego a casa y suelto la mochila en el primer sitio que encuentro, detrás de la puerta del comedor. Camino hasta la cocina, y no hay rastro de mi padre. Subo las escaleras hasta mi habitación, y me desplomo en la cama.

Estoy muy cansada. Tanto que no sé si soy una persona, o un perro. Todo el día de un lado hacia otro. A la facultad, a la compra, la casa, los estudios, clases particulares, y no doy más de mí. Necesito salir de casa, y respirar. ¿Dónde coño está Lisa cuando más la necesito?

Hablando de la reina de Roma, por mi teléfono asoma. Siento cómo vibra, y supongo que es ella. Es viernes, y seguro que tiene alguna fiesta preparada.

-¿Si?
-Esta noche a las nueve y media estoy en tú casa. ¡Ponte guapa!
Y sin más, me cuelga. ¡Estúpida Lisa!

Todo me supera. Mi padre está en plan enchochado con su nueva novia, y no entra en casa. Lisa está desparecida, y lleva dos días sin ir a la facultad, y por último está el chico misterioso, del que hace quince días que no sé nada de él.

Intento sacarme de la cabeza cada pensamiento que tengo con él. El dónde estará, si estará bien, si quizás ya no quiere saber nada de mí, y lo consigo, pero solo durante unos segundos, después las cuestiones vuelven a mí, y creo que me estoy volviendo loca.

| Narra Justin |

-¿Estás preparado, bro? —dice Ryan desde mi habitación.
-Colonia y nos vamos.
-Cait tiene que estar cómo loca—dice Ryan moviéndose de un lado a otro—Y Lisa ya ni te cuento.
-¡Me sacas de quicio, Ryan! —grito esta vez yo.
-Menos mal, que te has quedado aquí, sino llegas cuando se esté terminando todo.
-Sabes que estoy cansado, bro. ¡No paro! —digo tirándome del pelo.
-Deja de quejarte, abuelo. ¡Y vamos!

Salimos de casa, y caminamos hasta casa de Lisa. El jardín está lleno de gente. Chicas con vestidos cortos, y que parece que se han echado una colonia con olor a vodka. Tíos ligando de la forma más asquerosa que pueda haber. Borrachos tirados por los suelos, intentando ponerse en pie. Y al fondo, están mis amigos. Y lo mejor de todo, es que solo hace una hora que ha empezado la fiesta.

-¿Dónde estabais, tío? —dice Chaz dándole un trago al ron naranja.
-Justin, se estaba cambiando—dice Ryan mientras rueda los ojos.
-Tío, eres peor que una mujer—dice esta vez Chris haciendo el mismo gesto que Chaz.
-¡Iros a la mierda! —digo mientras cargo mi primera copa.

[…]

La noche pasa, y el efecto del alcohol ya se va notando en mi cuerpo. Tengo calor, y a la vez frío. Todas las chicas posan sus ojos deseosos y ardientes en mí, pero yo me he fijado en una, una especial. Esa chica, lleva toda la noche pasando desapercibida entre las demás. Y no, no lleva un vestido corto que hace que se le vea hasta el esternón. Leggins, camisa, y unas botas camperas.

| Narra Lau |
Estoy aislada entre gente que huele a vodka. Babosos que no dejan de tirarme los tratos con frases como ‘si te cojo, te hago un ocho’ ‘quítate esa camisa’ ‘¡Que buenas estas!’.
Camino entre la gente. Parejas que se están alcoholizando juntas, gente comiéndose la boca cómo si fuera tu plato preferido el día que más hambre tienes, gente tirada por el suelo, gente esparciendo su propio vómito. Estoy en esa fase de ‘tierra, trágame’, solo quiero salir corriendo.

Al final, veo un hueco libre, y entre tanta gente intento buscar a Lisa para decirla que me voy a casa. Y, justo cuando la encuentro y sigo caminando choco con alguien, que al parecer también va demasiado perjudicado.

-¡Ah! Eres tú—dice clavando sus ojos miel en mis labios.
-Veo que te has aficionado a chocarte conmigo—bromeo.
-¿Qué haces por aquí? —dice Justin mientras se tambalea de un lado a otro.
-Me iba ya para casa—digo escondiendo mi cara entre mi pelo.
-Te acompaño.
-No, cogeré un taxi.
-Es demasiado peligroso que una chica como tú, vaya sola a estas horas por la calle.
-Gracias, supongo—carcajeo.
-Déjame acompañarte, Lauren.
-Déjalo, Justin, en serio.
-¡Por favor!
-Está bien—asiento.

Justin camina hasta dónde están sus amigos a recoger su chaqueta, y le dice algo a Ryan que no consigo entender. ¡Maldito Ryan! Mientras espero a que venga, saco el móvil del bolsillo y le escribo un mensaje a Lisa.

Me voy a casa, ya sabes que un sitio como este no está hecho para mí. Llámame mañana cuando te despiertes, y hayas recogido todo esto. ¡Suerte con los vómitos! Te quiero.’

Envío el mensaje, y vuelvo a guardar mi móvil. Cuando estoy a punto de irme sin Justin, alguien agarra mi brazo.

-Ya tenías pensado escaparte sin mí. —dice mirándome esta vez a los ojos.
-Sí, quizás mañana te arrepientas de haber acompañado a casa a la rara del campus. —digo esta vez yo en un tono serio.
-No me importa arriesgarme—dice él mientras tira de mi brazo y me saca de aquel horroroso lugar.

| Narrador |

Lauren se coloca su chaqueta según sale de la casa, y coloca los brazos alrededor de su cuerpo para entrar en calor, pero es misión fallida. Son las cuatro y media de la mañana y en frío se apodera de cada rincón de Toronto. Justin, por su parte sigue en manga corta porque los efectos del alcohol siguen actuando sobre su cuerpo, y mientras camina sigue diciéndole disparates a Lauren que hace que ella sonría.

-¿Tienes frío? —dice él mientras se para en una calle para soltar su copa.
-No.
-¿Por qué mientes? —Dice mirándola fijamente a los ojos—¿Sabes que eres igual de trasparente que el agua?
-¿Qué quieres decir con eso?
-Que se te nota lo que sientes con solo mirarte a los ojos.
-Puede ser, quizás es que tú eres adivino.
-No hace falta ser muy listo para saber que tienes frío—bromea—Llevas tiritando desde que hemos salido de casa de Lisa.
-Bueno, quizás eso no ha jugado a mi favor.
-Toma mi chaqueta, ya me la devolverás.
-No hace falta.
-Toma.

Y al final accede. Lau envuelve su pequeño y diminuto cuerpo entre la amplia chaqueta de cuero de Justin. Justin la mira y sonríe.

El camino a casa de Lauren, caminando es bastante largo. Ella vive casi a la afueras de la ciudad, justo a unas manzanas más allá de la casa de Ryan. Ella, no puede dejar de pensar en la mirada que Ryan la ha echado, y Justin por su parte no puede dejar de pensar en la misteriosa chica a la que tanto le recuerda Lauren.

-Ahora tendrás que volver solo—dice rompiendo el silencio.
-Esperaré a Ryan en la puerta de casa—dice sonriente—No creo que tarde en venir.
-Ryan siempre deja unas llaves de repuesto en la maceta de flores—dice ella arrepintiéndose de lo que acaba de decir—el color de las flores es azul—sonríe.
-¿Cómo lo sabes?
-Mi padre y su padre son íntimos amigos—ríe—Cosas de la vida, supongo.
-¿Desde cuándo conoces a Ryan? —dice él.
-Desde que me mudé aquí—ríe—Mi padre vivía en Stratford cuando era pequeño, y se mudó a Europa y allí conoció a mi madre.
-¿Ahora vivís aquí los tres?
-¡Que va! —Dice agachando la cabeza—Mi madre nos abandonó cuando solo tenía siete años, y desde aquel día no sé nada de ella.
-Cuando te miro a los ojos, se te nota que por dentro estas dolida.
-Lo estoy. —Dice recogiendo la lágrima que acaba de caer por su mejilla—Pero ¿sabes? Si lo asumes, duele menos.

Justin se acerca más a ella rompiendo la distancia que los separaba. Envuelve su cuerpo entre sus brazos, y deposita un beso en su frente. Lauren sonríe.

-Y bueno, esa es mi vida—bromea.
-¿Y tú qué?
-Yo vivo en Stratford, conozco a Ryan desde que éramos pequeños, y vivo con mi madre y mi hermana pequeña.
-¿Tienes una hermana?
-Sí.
-¿Tú tienes hermanos?
-Sí.
-¿Dónde está?
-Mi hermano tenía solo dos años cuando todo pasó, y mi madre se lo quitó a papá.
-¿Se le llevó obligado?
-Sí. —Suspiró— Ella decía que al menos uno se tenía que ir con ella aunque no quisiera mi padre.
-¡Joder!
-¿Y tu padre?
-No me gusta hablar de ello.
-¡Oh, lo siento!
-No, tú no sabías nada—carcajea él.

El incómodo silencio se apodera de la situación, y después de una hora de camino han llegado a casa de Lauren.

-¡Gracias por acompañarme!
-Ha sido un placer.
-¡Hasta el lunes!
-Sí

Lauren camina hasta la puerta de su casa, y su sonrisa le ocupa toda la cara. Ella piensa que él es diferente, que él es algo similar a ella. Justin, observa como Lauren camina hasta su casa moviendo sus caderas, él cree que ella es la chica de su vida, aunque claro también está por medio la chica misteriosa a la que tiene abandonada.


Lauren entra en casa y cierra la puerta. Justin piensa que esta chica es  diferente a las demás, que cada una de sus rarezas le  parecen más  interesante, y esa forma que tiene de sonreír es lo más atractivos para él. Lauren le recuerda a Lau, la chica de internet. La chica misteriosa.

Justin piensa en todo el tiempo que lleva sin hablar con la chica, y cómo el alcohol aun está en su cuerpo se lanza. Lauren, se tumba en la cama y coge el móvil entre sus manos, Justin le recuerda a Drew, el chico misterioso. Su chico misterioso.

‘Lo siento. He estado trabajando, y no he tenido tiempo. Espero que puedas perdonarme, fea’
Dice Justin antes de rebuscar entre las macetas que Lauren le había dicho en busca de las llaves.
‘¿Y estas confianzas? No me llames fea’
Dice esta vez ella, llena de rabia. Ella piensa que si él cree, que tiene el derecho de hablarla simplemente cuando se aburre.
‘Lo siento’
Dice entrando él entrando en casa.
‘Déjame en paz, Drew. Hablamos otro día. ¡Buenas noches!’
Y Lauren, pone en silencio su móvil y se mete en la cama.
‘¡Hasta mañana, fea!

 ****

¡Hola! Sé que he tardado mucho tiempo en subir, pero tengo una buena escusa. ¡Estoy hasta arriba de todo! Y  no tengo tiempo ni para ver la tele casi. Espero que os haya merecido la pena esperar tanto, y que os haya gustado el capitulo. Intentaré subir más a menudo, en serio.

Si quieres que te avise del proximo capitulo da RT aquí. 




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