martes, 15 de octubre de 2013

Cuarenta y cinco. {Maratón 2/2}



{Maratón 2/2 }
· Capitulo 45.

| Narra Tara |

Cojo las llaves de casa, y las meto en el bolsillo derecho de mi jean, y al otro lado el móvil. Entro en la cocina, y allí esta mamá con mis abuelos y mis tíos, y los pequeños, Harry y Louis. Camino hasta ellos para saludarles.

-¿Te vas? —dice mi madre mientras vierte un poco de té en su taza.
-Sí, he quedado.
-¿Vendrás tarde? —dice esta vez mi abuela.
-Supongo que no, si no me surge nada, estaré para la hora de cenar—sonrío— ¿Qué harás esta noche abuela? ¿Tu famosa lasaña o tu famosa pizza casera?
-Aún no sé, lo que vote la mayoría.
-Yo opto por la pizza—dice mi abuelo haciendo una mueca bastante graciosa.
-Yo estoy con el abuelo—y él sonríe victorioso—Ahora os dejo, portaos bien ¡eh! —digo señalando a mis primos—Arriba esta Mike, corred a quitarle la play—digo mientras les doy dos besos. —Luego nos vemos.

Y salgo de casa. Cierro la puerta de un portazo sin darme cuenta, lo que me hace recibir un grito de mi madre. Bufo y sigo caminando. Son las cinco, y una vez más llego tarde.

[…]

Estoy en frente de la puerta del parque. Al fondo veo a una pareja de novios besándose, y regalándose sonrisas. Me resultan muy familiares, y creo que a algunos de los dos conozco.

Saco el móvil del bolsillo, y cambio de canción ‘the a team’ de Ed Sheeran, suena ahora en mis oídos. Me siento en el banco esperando que aparezca por algún lado.

· Una hora más tarde…

Hace una hora que estoy sentada en este asqueroso banco de madera, escuchando música, y llorando. Me ha dejado plantada. Yo pensé que esto sería diferente, que no habría caídas cómo las hubo anteriormente, que no tendría que preocuparme de si estaba con otras o no. El frío, empieza apoderarse de mi cuerpo, y me hace falta algo más que esta simple sudadera, quizás un abrazo suyo, no lo sé.

Estoy a punto de volver a romper a llorar, y encima mi reproductor no es que me ayude mucho. Ahora, suena una cover de la canción ‘nothing like us’. Las lágrimas empiezan a brotar. Las gafas de sol ya no me sirven de nada porque el cielo está empezando a hacerse oscuro. Mi mente me dice que salga corriendo de aquí y que lo olvide, pero mi corazón me dice que espere diez minutos más, que el vendrá.

| Narra Justin |

Soy un idiota. Ryan me llamó para que fuese a su casa un momento porque necesitaba ayuda con una cosa. Y ahora llegaré una hora más tarde. Corro hacia el parque con la esperanza de que aún este ahí. Sigo cagándola, y estoy seguro de que una vez más mi relación con Tara se irá a la mierda por mi culpa.

· Una semana atrás… {Flashback}

Son tan solo las cinco de la tarde y las paredes de mi casa se caen encima. Lou lleva llamándome como dos horas, y no se cansa. Especialmente, no tengo ganas de hablar con nadie. Hoy haría un año y un mes con Tara. Un puto año juntos, si yo no la hubiese cagado de la manera que la cagué la última vez.

No quiero salir de casa aunque todos estos rincones se me estén quedando pequeños y todo me recuerde a ella, cada esquina de mi casa, cada rincón, cada lugar. El salón me recuerda a la primera vez que la traje a casa y Jazzy se puso a jugar con ella. La cocina a cuando me preparó la comida cuando mi madre se fue a pasar el día a casa de mis abuelos. El baño a aquella vez que se quedó a dormir en mi casa y nos duchamos juntos, y mi habitación, especialmente mi cama a todos los besos que nos hemos dedicado, acompañados de sonrisas. La echo de menos a ella, esa jodida rutina que nos mataba pero que a la vez nos hacía aún más fuertes.

| Narra Tara |

¿Quién me iba a decir a mí que teniendo a mi lado a una persona tan increíble como es Steve me iba a seguir acordando de ti? Hoy haría 13 meses que empezamos esta relación tan jodidamente difícil, si se puede llamar relación.

Estoy en mi cama, totalmente desnuda, y solo me cubre una sábana. A mi lado, tengo a Steve, al que ahora puedo llamar novio desde hace una semana. Realmente, Steve me hace rozar el cielo con la punta de los dedos cada vez que estamos juntos, pero el problema es que todo lo que hago con él, me recuerda a Justin. Esta sería mi primera vez con Steve, y realmente tendría que estar pensando en lo maravilloso que ha sido, pero no, estoy pensando en lo maravillosa que fue nuestra primera vez.

Tú y yo, bajo las estrellas, en la azotea de tu casa, los dos solos. Siendo el uno del otro, regalándonos un te quiero después de cada beso, haciéndome tuya, y yo sintiéndote mío.

Estoy confusa, y necesito intentarlo aunque sea una última vez, la definitiva. Rompo a llorar en brazos de Steve, y el no entiende nada.

-¿Qué te pasa, Tara? —Dice colocándose su bóxer.
-No es nada. —Sonrió tímidamente mientras me pongo mi ropa interior.
-Venga Tara, puedes confiar en mí—dice regalándome un tierno beso en la frente.
-Steve, no quiero hacerte daño—y rompo a llorar de nuevo—No estoy segura de esto.
-¿Justin?
-Sí.
-¿Qué pasa con él?
-Le necesito en mi vida. Es como una droga. El me mata, pero es necesario. Tanto cómo el oxígeno para sobrevivir.
-Te entiendo, supongo.
-Gracias, en serio. Ha sido maravilloso, pero estoy segura de que esto no irá a ningún lado, yo le necesito a él, y no puedo darte todo de mí como te mereces.
-No pasa nada, Tara. Puedes contar conmigo siempre que me necesites.

Steve sale de mi cuarto dedicándome una sonrisa. Sinceramente, parece que le utilizado cómo a un trapo viejo, pero no es así. Si he estado con él, es porque realmente lo sentía y sentía que tenía que hacerlo. Una vez más he fallado, porque a mí el refrán de ‘un clavo saca otro clavo’ no me sirve, porque el clavo está bien hondo.

| Narra Justin |

Estoy dando vueltas en mi cama. Y escucho mi teléfono sonar, la pesada de Lou otra vez. Camino hasta la mesita de noche, y lo cojo.

-¿Si?
-Llevo llamándote toda el día.
-Lo siento, no he tenido el móvil encima—miento.
-Habíamos quedado ¿lo sabias?
-No me apetece salir.
-¿No te apetece ver a tu novia? —ríe irónica.
-No me apetece ver a nadie, Lou.
-¿Qué te pasa? ¿Es ella verdad?
-Sí, es ella.
-¿Qué pasa ahora?
-Mira Lou, lo mejor es que desparezcas de mi vida, yo lo siento, pero no puedo estar con alguien que no sea Tara.
-Estúpido—dice gritando—He sido tu muñeca durante este tiempo, eres un imbécil.
-Lou, no me jodas—carcajeo—Tú sabias perfectamente que yo no sentía nada por ti, y tú has fuiste la que elegiste quedarte a pesar de todo, ¿qué me vienes contando ahora?

Y cuelgo. Estúpida. Maldita zorra. Estar con ella ha sido el mayor error de mi vida, pero cómo dice mi amigo Ryan ‘que nos quiten lo follado’

[…]

Salgo de la ducha, y mi teléfono suena otra vez, pero esta vez no es Lou, es Tara. Soy una idiota, debería haberme comido mi orgullo cómo lo ha hecho ella.

-¿Si? —digo casi en un hilo de voz.
-¿Recuerdas el día que me dijiste que aunque no estuviésemos juntos si te necesitaba vendrías hasta donde yo estoy? —dice con un nudo en la garganta.
-Sí, lo recuerdo.
-Ese momento es ahora, Justin. Te necesito.
-¿Dónde y a qué hora?
-En el parque de siempre, en quince minutos.
-Eso está hecho.
-No tardes, todos sabemos cómo eres—bromea.
-No tardaré.
-Adiós Justin.
-Hasta ahora, Tara.

Y cuelgo. Siento las mariposas volver a mi estómago, y las punzadas eléctricas recorrer mi columna vertebral. La sonrisa ha vuelto a mi cara, y el espacio que hace poco me estaba encerrando ahora me permite sentirme libre. Esta es mi oportunidad, mi última oportunidad.

[…]

-Ya estoy aquí—digo depositando un beso en cada mejilla. — ¿Ves? He sido puntual.
-Has tardado dos minutos—bromea.
-¿Qué querías Tara?
-A ti.
-¿Cómo? —digo aun asimilando lo que me ha dicho.
-Que te quiero a ti, en mi vida. Que no puedo vivir sin ti, aunque todo esto sea una mierda, que eres tú el que tiene que estar en mi vida aunque a veces me sienta cómo una mierda, es que estoy segura de que eres tú el hombre de mi vida—dice rompiendo a llorar.
-¿Recuerdas cuándo te dije que haría lo que fuera por volver contigo?
-Sí—dice tímida.
-Te fallé.
-No, no lo has hecho ¿por qué dices eso?
-Porque eres tú la que has acudido a mí, y yo sin embargo…
-Y tú sin embargo has venido en cuanto te he llamado.
-Te dije que aunque pasaran mil tías por mi cama, yo solo te quería a ti en ella. Los trescientos sesenta y cinco días del año, las cuatro estaciones, haciéndote reír después de haberte hecho llorar, ¿por qué sabes qué?
-¿Qué?
-Que lo más bonito de nuestra relación es cuándo después de todas las mierdas, nos buscamos cómo locos, y todo vuelve a ser como antes.
-¿Entonces lo intentamos?
-Una última vez.
-Sí.
-Si esta no sale bien, lo daremos por imposible ¿no?
-Lo darás por imposible tú, Justin. Yo seguiré luchando hasta que esta jodida montaña rusa, tenga más subidas que bajadas, y hasta que el número de golpes sea mínimo. Porque todo esto merece la pena con tal de saber que esa sonrisa es por mi culpa, y que podré despertarme cada mañana a tú lado.

Y no se lo piensa más, captura mi sonrisa con sus labios, haciéndose dueña de mi boca una vez más. El beso se vuelve más intenso y en nuestras caras se puede notar ese ‘te echaba de menos’. Se separa de mí por poco tiempo, y ríe en mi boca, y justo atrapo su labio inferior.

-Te quiero, Justin.
{Final del flashback}

| Narra Justin |

Saco el teléfono móvil del bolsillo, y mientras camino lo más rápido que puedo marco su número de teléfono. Un bip, dos bip, tres bip, y me sale comunicando.
Me maldigo a mí mismo por ser tan idiota y no llevar un jodido reloj que me avise cada vez que llegue la hora de quedar con ella. Soy un estúpido, un completo estúpido. Ahora que las cosas volvían a estar bien, y que no había nada que pudiera jodernos, llego yo y meto la pata hasta el fondo.

| Narra Tara |

Estoy sentada en el banco y decidida a irme cuándo mi teléfono suena. Es Ryan. ¿Qué quiere Ryan a estas horas? Es demasiado raro. Se supone que él tiene que estar en su casa cenando con Desirée.

Descuelgo el teléfono al tercer bip.

-¿Si?
-¿Tara?
-Dime.
-Lo siento.
-¿Por qué?
-Justin llega tarde por mi culpa—dice algo tímido—Yo no sabia cómo colocar la mesa y las velas por mi habitación para que quedasen bonitas, y en fin.. —se para un poco—llamé a Justin.
-Ah, no te preocupes, Ryan.
-¿Estas enfadada con él verdad?
-Sí—digo seria—Aunque menos que antes, porque al mes podría haberme avisado.
-Yo no le di tiempo a nada—ríe—Estaba demasiado agobiado—termina confesándome. —No discutáis, por favor.
-Tranquilo Ryan. Justin te debe una—carcajeo.
-¿Por?
-Estaba a punto de irme antes de recibir tú llamada.
-Estará al caer, ya verás.
-Adiós Ryan.
-Te quiero Tara.

Y cuelgo no antes de dedicarle un ‘yo también’.
Me siento de nuevo en aquel banco de madera frío, y coloco de nuevo mis cascos. Justin tiene que estar al llegar, o eso es lo que ha dicho Ryan. En realidad, estoy un poco cabreada, y si no llega a ser por la llamada de Ryan, le habría mandado a la mierda.

[…]




Han pasado quince minutos de la llamada de Ryan. La verdad es que la casa de Ryan pilla bastante lejos de aquí. Me remuevo en el banco porque ya me duele hasta el trasero de estar sentada en este trozo de madera. Son las seis y media de la tarde, y sigue sin dar señales de vida.

Estoy sentada con las manos en la cara, cuando siento cómo unas manos se posan encima de las mías. Es él.

-Lo siento—tartamudea.
-No pasa nada—sonrío.
-¿Qué?
-¿Te pensabas que te iba a poner como un trapo verdad? —digo riendo.
-Sí.
-Me tienes cómo a un ogro.
-Yo lo haría. Si yo quedo contigo y tardas una hora y media en aparecer, me lo tomaría muy mal—dice sincerándose y sentándose a mi lado.
-Yo sé que lo tuyo ha sido por ayudar a un amigo.
-¡Maldito Ryan!
-Le debes una.
-El me la debe a mí.
-Os la debéis mutuamente supongo.
-Yo le ayudo a que su noche sea perfecta, y el casi me jode una relación ¿quién se la debe a quién? —dice poniendo pucheros.
-Vale, Ryan te la debe a ti.

Y sonríe victorioso. Y antes de que pueda decirle algo, atrapa mis labios. Un beso tierno, sin lengua. En el que recoge el aroma de mis labios con su lengua, y acto seguido se separa de mí para sonreír.

-Lo siento, no podía aguantar más. —ríe
-Yo también lo estaba deseando—digo escondiendo mi cara detrás de mí pelo.
-¿Sabes? Me gusta cuándo te escondes detrás de los mechones sueltos de tú pelo. —Dice poniéndome el mechón detrás de la oreja—Me pareces demasiado tierna.
-Es que a veces, tú mirada me intimida—digo notando en rubor subir por mis mejillas.
-Eres preciosa.
-Deja de mentir.
-Para ti siempre miento, Tara.

Y no le dejo terminar, me lanzo sobre él. No podía aguantar más las ganas de besarle. Sus labios son pura adicción. Nuestras lenguas están batiéndose en un duelo. Dos coches de fórmula uno luchando por ser los ganadores. Está claro que esta vez gano yo. Me despego de él, y le dejo un beso virgen en los labios. Relamo mi labio inferior recogiendo su aroma, y encajo mi cabeza en el hueco de su hombro.

-Necesitaba abrazarte—le susurro en el oído.
-Yo te necesito a ti.

Le dejo un tierno beso mojado en el cuello. Y otro. Y otro, y otro más. Hasta dejarle una pequeña marca de color morado. Río victoriosa.

-Ven aquí—dice señalando su regazo.
-No.
-Ven, tonta.
-No.
-Ven.
-No.
-Tara.
-Justin.
-Ven.
-No.
-Por favor.
-Eso ya es otra cosa. —carcajeo.

Me levanto de mi sitio y camino hasta él. Sentándome en su regazo, puedo notar cómo su corazón se ha disparado y su respiración en mi nuca provocándome escalofríos.

Me hace girarme, de tal manera que mis piernas están sobre las suyas, y nuestras caras están justo una enfrente de la otra. Bajo mi cabeza en sigo no de timidez y agarra mi mentón haciendo que mis ojos choquen directamente con los suyos. Esos ojos color miel que tanto brillan.

-Idiota—susurra.
-Estúpido—digo recortando un poco más de distancia.
-Machorra.
Y se acerca más a mi.
-Canalla.
Y doy el siguiente paso.
-Impertinente.
Y ahora solo nos separan escasos milímetros.
-Mujeriego.
Y ahora un escaso milímetro, siento su respiración en mi cara.
-Te quiero.
Y ahora nuestros labios están a punto de volver a ser uno.
-Yo más—susurro en su boca.

Y me besa. Captura mis labios. Sonríe en ellos. Se separa de mí y pasa la yema de su dedo pulgar por mis labios. Sonrío ante el gesto. Y me vuelve a besar. De nuevo la misma lucha. El pide paso a mi boca, y yo me niego. Sonrío, y el aprovecha. Una vez más ha ganado el juego. Y no me rindo, un beso tras otro, y las últimas diez rondas finales las gano yo.

-Te quiero, Weasly.
-Yo más, Bieber.

| Narrador |

 Aunque no lo sabían estaban siendo embriagados cada vez más por el amor. Eran las pequeñas acciones, los mínimos pensamientos, como el desear encontrar al otro en lugares inesperados los que sin querer los acercaban. Era el salir de sus esquemas cuando estaban juntos, el discutir por cosas irrelevantes, el hablar de las cosas que los hacia felices. Pero más que cualquier cosa, disfrutaban cuando estaban juntos.

Sin darse cuenta estaban justo en el mismo lugar, donde se habían roto el corazón miles de veces, pero también en aquel banco dónde se habían regalado las mejores sonrisas y se habían robado los mejores besos. Justo en el momento que ambos querían estar. 

****

Espero que os hayan gustado estos dos capitulos, porque llevo toda la tarde liada con ellos, y la semana pasada intentando hacerlos y la verdad, no me salían. Espero que hayais disfrutado y que me dejeis vuestro comentario o abajo, o en el twitter, porque quiero saber vuestras opiniones. Tengo otra noticia, y es que cómo en la novela el otoño se acerca, significa que llegará también el final de la novela, pero tranquilas aun quedan capítulos. OS RUEGO QUE ME DEJEÍS UN COMENTARIO, ¡POR FAVOR!

También quería pediros el favor de que leais la novela de una amiga mía, su twitter es @smokingthepain, y su blog www.nuncatedejareirjustin.blogpot.com.es || Está bastante bien la verdad, y ánimo a que os paseís.

Y ahora lo de siempre, y lo que pasa al final de cada capitulo. Si quieres que te avise para el capitulo cuarenta y seis hazle clik dónde pone AQUÍ, y da RT -> AQUÍ.

¡GRAAAAAAAAAAACIAS POR LEER UN DÍA MÁS! OS QUIERO. ♥

4 comentarios:

  1. OMFG!!! Te matooo!! Noo, no te matoo! Siii Nooo No lo seee!! Aahhh! Dios miooo!
    Al principio pensaba que los mensajes eran entre ellos, despues pensé que no, porque era todo demasiado perfecto, pero cuando me di cuenta de que eran entre ellos dos... Dios... Casi me da algoo! Ha sido un maraton tan asdfghjkl porque ellos son tan asdfghjkl juntooos!! Jajajajaja
    muchisimas gracias por subir cielo! <3 Siguelaa
    @consutorres

    ResponderEliminar
  2. awwww esque son tan monos sfhajsagjsk menosmal que estan juntos dios por un momento pensé que no, que se iban a pelear y shoro mucho jo asfghsajk que decirte que no te haya dicho ya, que me encanta esta novela y espero que sigas pronto, vas a llegar muy alto que lo sepas, ya verás.
    Te sigo, un besazo muuuuuuuuuuuuuuuy grande amol <33
    PD: soy @smokingthepain

    ResponderEliminar
  3. Y muchisisisisiisimas gracias por poner ahí mi novela jo

    ResponderEliminar
  4. HOLA. :) Me pasaba para pedirte un favor.
    ¿Te podrías pasar por mi novela? Es esta: http://talkdirtybieber.blogspot.com.es/
    Muchas gracias. Sigue la novela cuando puedas, es perfecta.
    @talkdirtybieber

    ResponderEliminar

martes, 15 de octubre de 2013

Cuarenta y cinco. {Maratón 2/2}



{Maratón 2/2 }
· Capitulo 45.

| Narra Tara |

Cojo las llaves de casa, y las meto en el bolsillo derecho de mi jean, y al otro lado el móvil. Entro en la cocina, y allí esta mamá con mis abuelos y mis tíos, y los pequeños, Harry y Louis. Camino hasta ellos para saludarles.

-¿Te vas? —dice mi madre mientras vierte un poco de té en su taza.
-Sí, he quedado.
-¿Vendrás tarde? —dice esta vez mi abuela.
-Supongo que no, si no me surge nada, estaré para la hora de cenar—sonrío— ¿Qué harás esta noche abuela? ¿Tu famosa lasaña o tu famosa pizza casera?
-Aún no sé, lo que vote la mayoría.
-Yo opto por la pizza—dice mi abuelo haciendo una mueca bastante graciosa.
-Yo estoy con el abuelo—y él sonríe victorioso—Ahora os dejo, portaos bien ¡eh! —digo señalando a mis primos—Arriba esta Mike, corred a quitarle la play—digo mientras les doy dos besos. —Luego nos vemos.

Y salgo de casa. Cierro la puerta de un portazo sin darme cuenta, lo que me hace recibir un grito de mi madre. Bufo y sigo caminando. Son las cinco, y una vez más llego tarde.

[…]

Estoy en frente de la puerta del parque. Al fondo veo a una pareja de novios besándose, y regalándose sonrisas. Me resultan muy familiares, y creo que a algunos de los dos conozco.

Saco el móvil del bolsillo, y cambio de canción ‘the a team’ de Ed Sheeran, suena ahora en mis oídos. Me siento en el banco esperando que aparezca por algún lado.

· Una hora más tarde…

Hace una hora que estoy sentada en este asqueroso banco de madera, escuchando música, y llorando. Me ha dejado plantada. Yo pensé que esto sería diferente, que no habría caídas cómo las hubo anteriormente, que no tendría que preocuparme de si estaba con otras o no. El frío, empieza apoderarse de mi cuerpo, y me hace falta algo más que esta simple sudadera, quizás un abrazo suyo, no lo sé.

Estoy a punto de volver a romper a llorar, y encima mi reproductor no es que me ayude mucho. Ahora, suena una cover de la canción ‘nothing like us’. Las lágrimas empiezan a brotar. Las gafas de sol ya no me sirven de nada porque el cielo está empezando a hacerse oscuro. Mi mente me dice que salga corriendo de aquí y que lo olvide, pero mi corazón me dice que espere diez minutos más, que el vendrá.

| Narra Justin |

Soy un idiota. Ryan me llamó para que fuese a su casa un momento porque necesitaba ayuda con una cosa. Y ahora llegaré una hora más tarde. Corro hacia el parque con la esperanza de que aún este ahí. Sigo cagándola, y estoy seguro de que una vez más mi relación con Tara se irá a la mierda por mi culpa.

· Una semana atrás… {Flashback}

Son tan solo las cinco de la tarde y las paredes de mi casa se caen encima. Lou lleva llamándome como dos horas, y no se cansa. Especialmente, no tengo ganas de hablar con nadie. Hoy haría un año y un mes con Tara. Un puto año juntos, si yo no la hubiese cagado de la manera que la cagué la última vez.

No quiero salir de casa aunque todos estos rincones se me estén quedando pequeños y todo me recuerde a ella, cada esquina de mi casa, cada rincón, cada lugar. El salón me recuerda a la primera vez que la traje a casa y Jazzy se puso a jugar con ella. La cocina a cuando me preparó la comida cuando mi madre se fue a pasar el día a casa de mis abuelos. El baño a aquella vez que se quedó a dormir en mi casa y nos duchamos juntos, y mi habitación, especialmente mi cama a todos los besos que nos hemos dedicado, acompañados de sonrisas. La echo de menos a ella, esa jodida rutina que nos mataba pero que a la vez nos hacía aún más fuertes.

| Narra Tara |

¿Quién me iba a decir a mí que teniendo a mi lado a una persona tan increíble como es Steve me iba a seguir acordando de ti? Hoy haría 13 meses que empezamos esta relación tan jodidamente difícil, si se puede llamar relación.

Estoy en mi cama, totalmente desnuda, y solo me cubre una sábana. A mi lado, tengo a Steve, al que ahora puedo llamar novio desde hace una semana. Realmente, Steve me hace rozar el cielo con la punta de los dedos cada vez que estamos juntos, pero el problema es que todo lo que hago con él, me recuerda a Justin. Esta sería mi primera vez con Steve, y realmente tendría que estar pensando en lo maravilloso que ha sido, pero no, estoy pensando en lo maravillosa que fue nuestra primera vez.

Tú y yo, bajo las estrellas, en la azotea de tu casa, los dos solos. Siendo el uno del otro, regalándonos un te quiero después de cada beso, haciéndome tuya, y yo sintiéndote mío.

Estoy confusa, y necesito intentarlo aunque sea una última vez, la definitiva. Rompo a llorar en brazos de Steve, y el no entiende nada.

-¿Qué te pasa, Tara? —Dice colocándose su bóxer.
-No es nada. —Sonrió tímidamente mientras me pongo mi ropa interior.
-Venga Tara, puedes confiar en mí—dice regalándome un tierno beso en la frente.
-Steve, no quiero hacerte daño—y rompo a llorar de nuevo—No estoy segura de esto.
-¿Justin?
-Sí.
-¿Qué pasa con él?
-Le necesito en mi vida. Es como una droga. El me mata, pero es necesario. Tanto cómo el oxígeno para sobrevivir.
-Te entiendo, supongo.
-Gracias, en serio. Ha sido maravilloso, pero estoy segura de que esto no irá a ningún lado, yo le necesito a él, y no puedo darte todo de mí como te mereces.
-No pasa nada, Tara. Puedes contar conmigo siempre que me necesites.

Steve sale de mi cuarto dedicándome una sonrisa. Sinceramente, parece que le utilizado cómo a un trapo viejo, pero no es así. Si he estado con él, es porque realmente lo sentía y sentía que tenía que hacerlo. Una vez más he fallado, porque a mí el refrán de ‘un clavo saca otro clavo’ no me sirve, porque el clavo está bien hondo.

| Narra Justin |

Estoy dando vueltas en mi cama. Y escucho mi teléfono sonar, la pesada de Lou otra vez. Camino hasta la mesita de noche, y lo cojo.

-¿Si?
-Llevo llamándote toda el día.
-Lo siento, no he tenido el móvil encima—miento.
-Habíamos quedado ¿lo sabias?
-No me apetece salir.
-¿No te apetece ver a tu novia? —ríe irónica.
-No me apetece ver a nadie, Lou.
-¿Qué te pasa? ¿Es ella verdad?
-Sí, es ella.
-¿Qué pasa ahora?
-Mira Lou, lo mejor es que desparezcas de mi vida, yo lo siento, pero no puedo estar con alguien que no sea Tara.
-Estúpido—dice gritando—He sido tu muñeca durante este tiempo, eres un imbécil.
-Lou, no me jodas—carcajeo—Tú sabias perfectamente que yo no sentía nada por ti, y tú has fuiste la que elegiste quedarte a pesar de todo, ¿qué me vienes contando ahora?

Y cuelgo. Estúpida. Maldita zorra. Estar con ella ha sido el mayor error de mi vida, pero cómo dice mi amigo Ryan ‘que nos quiten lo follado’

[…]

Salgo de la ducha, y mi teléfono suena otra vez, pero esta vez no es Lou, es Tara. Soy una idiota, debería haberme comido mi orgullo cómo lo ha hecho ella.

-¿Si? —digo casi en un hilo de voz.
-¿Recuerdas el día que me dijiste que aunque no estuviésemos juntos si te necesitaba vendrías hasta donde yo estoy? —dice con un nudo en la garganta.
-Sí, lo recuerdo.
-Ese momento es ahora, Justin. Te necesito.
-¿Dónde y a qué hora?
-En el parque de siempre, en quince minutos.
-Eso está hecho.
-No tardes, todos sabemos cómo eres—bromea.
-No tardaré.
-Adiós Justin.
-Hasta ahora, Tara.

Y cuelgo. Siento las mariposas volver a mi estómago, y las punzadas eléctricas recorrer mi columna vertebral. La sonrisa ha vuelto a mi cara, y el espacio que hace poco me estaba encerrando ahora me permite sentirme libre. Esta es mi oportunidad, mi última oportunidad.

[…]

-Ya estoy aquí—digo depositando un beso en cada mejilla. — ¿Ves? He sido puntual.
-Has tardado dos minutos—bromea.
-¿Qué querías Tara?
-A ti.
-¿Cómo? —digo aun asimilando lo que me ha dicho.
-Que te quiero a ti, en mi vida. Que no puedo vivir sin ti, aunque todo esto sea una mierda, que eres tú el que tiene que estar en mi vida aunque a veces me sienta cómo una mierda, es que estoy segura de que eres tú el hombre de mi vida—dice rompiendo a llorar.
-¿Recuerdas cuándo te dije que haría lo que fuera por volver contigo?
-Sí—dice tímida.
-Te fallé.
-No, no lo has hecho ¿por qué dices eso?
-Porque eres tú la que has acudido a mí, y yo sin embargo…
-Y tú sin embargo has venido en cuanto te he llamado.
-Te dije que aunque pasaran mil tías por mi cama, yo solo te quería a ti en ella. Los trescientos sesenta y cinco días del año, las cuatro estaciones, haciéndote reír después de haberte hecho llorar, ¿por qué sabes qué?
-¿Qué?
-Que lo más bonito de nuestra relación es cuándo después de todas las mierdas, nos buscamos cómo locos, y todo vuelve a ser como antes.
-¿Entonces lo intentamos?
-Una última vez.
-Sí.
-Si esta no sale bien, lo daremos por imposible ¿no?
-Lo darás por imposible tú, Justin. Yo seguiré luchando hasta que esta jodida montaña rusa, tenga más subidas que bajadas, y hasta que el número de golpes sea mínimo. Porque todo esto merece la pena con tal de saber que esa sonrisa es por mi culpa, y que podré despertarme cada mañana a tú lado.

Y no se lo piensa más, captura mi sonrisa con sus labios, haciéndose dueña de mi boca una vez más. El beso se vuelve más intenso y en nuestras caras se puede notar ese ‘te echaba de menos’. Se separa de mí por poco tiempo, y ríe en mi boca, y justo atrapo su labio inferior.

-Te quiero, Justin.
{Final del flashback}

| Narra Justin |

Saco el teléfono móvil del bolsillo, y mientras camino lo más rápido que puedo marco su número de teléfono. Un bip, dos bip, tres bip, y me sale comunicando.
Me maldigo a mí mismo por ser tan idiota y no llevar un jodido reloj que me avise cada vez que llegue la hora de quedar con ella. Soy un estúpido, un completo estúpido. Ahora que las cosas volvían a estar bien, y que no había nada que pudiera jodernos, llego yo y meto la pata hasta el fondo.

| Narra Tara |

Estoy sentada en el banco y decidida a irme cuándo mi teléfono suena. Es Ryan. ¿Qué quiere Ryan a estas horas? Es demasiado raro. Se supone que él tiene que estar en su casa cenando con Desirée.

Descuelgo el teléfono al tercer bip.

-¿Si?
-¿Tara?
-Dime.
-Lo siento.
-¿Por qué?
-Justin llega tarde por mi culpa—dice algo tímido—Yo no sabia cómo colocar la mesa y las velas por mi habitación para que quedasen bonitas, y en fin.. —se para un poco—llamé a Justin.
-Ah, no te preocupes, Ryan.
-¿Estas enfadada con él verdad?
-Sí—digo seria—Aunque menos que antes, porque al mes podría haberme avisado.
-Yo no le di tiempo a nada—ríe—Estaba demasiado agobiado—termina confesándome. —No discutáis, por favor.
-Tranquilo Ryan. Justin te debe una—carcajeo.
-¿Por?
-Estaba a punto de irme antes de recibir tú llamada.
-Estará al caer, ya verás.
-Adiós Ryan.
-Te quiero Tara.

Y cuelgo no antes de dedicarle un ‘yo también’.
Me siento de nuevo en aquel banco de madera frío, y coloco de nuevo mis cascos. Justin tiene que estar al llegar, o eso es lo que ha dicho Ryan. En realidad, estoy un poco cabreada, y si no llega a ser por la llamada de Ryan, le habría mandado a la mierda.

[…]




Han pasado quince minutos de la llamada de Ryan. La verdad es que la casa de Ryan pilla bastante lejos de aquí. Me remuevo en el banco porque ya me duele hasta el trasero de estar sentada en este trozo de madera. Son las seis y media de la tarde, y sigue sin dar señales de vida.

Estoy sentada con las manos en la cara, cuando siento cómo unas manos se posan encima de las mías. Es él.

-Lo siento—tartamudea.
-No pasa nada—sonrío.
-¿Qué?
-¿Te pensabas que te iba a poner como un trapo verdad? —digo riendo.
-Sí.
-Me tienes cómo a un ogro.
-Yo lo haría. Si yo quedo contigo y tardas una hora y media en aparecer, me lo tomaría muy mal—dice sincerándose y sentándose a mi lado.
-Yo sé que lo tuyo ha sido por ayudar a un amigo.
-¡Maldito Ryan!
-Le debes una.
-El me la debe a mí.
-Os la debéis mutuamente supongo.
-Yo le ayudo a que su noche sea perfecta, y el casi me jode una relación ¿quién se la debe a quién? —dice poniendo pucheros.
-Vale, Ryan te la debe a ti.

Y sonríe victorioso. Y antes de que pueda decirle algo, atrapa mis labios. Un beso tierno, sin lengua. En el que recoge el aroma de mis labios con su lengua, y acto seguido se separa de mí para sonreír.

-Lo siento, no podía aguantar más. —ríe
-Yo también lo estaba deseando—digo escondiendo mi cara detrás de mí pelo.
-¿Sabes? Me gusta cuándo te escondes detrás de los mechones sueltos de tú pelo. —Dice poniéndome el mechón detrás de la oreja—Me pareces demasiado tierna.
-Es que a veces, tú mirada me intimida—digo notando en rubor subir por mis mejillas.
-Eres preciosa.
-Deja de mentir.
-Para ti siempre miento, Tara.

Y no le dejo terminar, me lanzo sobre él. No podía aguantar más las ganas de besarle. Sus labios son pura adicción. Nuestras lenguas están batiéndose en un duelo. Dos coches de fórmula uno luchando por ser los ganadores. Está claro que esta vez gano yo. Me despego de él, y le dejo un beso virgen en los labios. Relamo mi labio inferior recogiendo su aroma, y encajo mi cabeza en el hueco de su hombro.

-Necesitaba abrazarte—le susurro en el oído.
-Yo te necesito a ti.

Le dejo un tierno beso mojado en el cuello. Y otro. Y otro, y otro más. Hasta dejarle una pequeña marca de color morado. Río victoriosa.

-Ven aquí—dice señalando su regazo.
-No.
-Ven, tonta.
-No.
-Ven.
-No.
-Tara.
-Justin.
-Ven.
-No.
-Por favor.
-Eso ya es otra cosa. —carcajeo.

Me levanto de mi sitio y camino hasta él. Sentándome en su regazo, puedo notar cómo su corazón se ha disparado y su respiración en mi nuca provocándome escalofríos.

Me hace girarme, de tal manera que mis piernas están sobre las suyas, y nuestras caras están justo una enfrente de la otra. Bajo mi cabeza en sigo no de timidez y agarra mi mentón haciendo que mis ojos choquen directamente con los suyos. Esos ojos color miel que tanto brillan.

-Idiota—susurra.
-Estúpido—digo recortando un poco más de distancia.
-Machorra.
Y se acerca más a mi.
-Canalla.
Y doy el siguiente paso.
-Impertinente.
Y ahora solo nos separan escasos milímetros.
-Mujeriego.
Y ahora un escaso milímetro, siento su respiración en mi cara.
-Te quiero.
Y ahora nuestros labios están a punto de volver a ser uno.
-Yo más—susurro en su boca.

Y me besa. Captura mis labios. Sonríe en ellos. Se separa de mí y pasa la yema de su dedo pulgar por mis labios. Sonrío ante el gesto. Y me vuelve a besar. De nuevo la misma lucha. El pide paso a mi boca, y yo me niego. Sonrío, y el aprovecha. Una vez más ha ganado el juego. Y no me rindo, un beso tras otro, y las últimas diez rondas finales las gano yo.

-Te quiero, Weasly.
-Yo más, Bieber.

| Narrador |

 Aunque no lo sabían estaban siendo embriagados cada vez más por el amor. Eran las pequeñas acciones, los mínimos pensamientos, como el desear encontrar al otro en lugares inesperados los que sin querer los acercaban. Era el salir de sus esquemas cuando estaban juntos, el discutir por cosas irrelevantes, el hablar de las cosas que los hacia felices. Pero más que cualquier cosa, disfrutaban cuando estaban juntos.

Sin darse cuenta estaban justo en el mismo lugar, donde se habían roto el corazón miles de veces, pero también en aquel banco dónde se habían regalado las mejores sonrisas y se habían robado los mejores besos. Justo en el momento que ambos querían estar. 

****

Espero que os hayan gustado estos dos capitulos, porque llevo toda la tarde liada con ellos, y la semana pasada intentando hacerlos y la verdad, no me salían. Espero que hayais disfrutado y que me dejeis vuestro comentario o abajo, o en el twitter, porque quiero saber vuestras opiniones. Tengo otra noticia, y es que cómo en la novela el otoño se acerca, significa que llegará también el final de la novela, pero tranquilas aun quedan capítulos. OS RUEGO QUE ME DEJEÍS UN COMENTARIO, ¡POR FAVOR!

También quería pediros el favor de que leais la novela de una amiga mía, su twitter es @smokingthepain, y su blog www.nuncatedejareirjustin.blogpot.com.es || Está bastante bien la verdad, y ánimo a que os paseís.

Y ahora lo de siempre, y lo que pasa al final de cada capitulo. Si quieres que te avise para el capitulo cuarenta y seis hazle clik dónde pone AQUÍ, y da RT -> AQUÍ.

¡GRAAAAAAAAAAACIAS POR LEER UN DÍA MÁS! OS QUIERO. ♥

4 comentarios:

  1. OMFG!!! Te matooo!! Noo, no te matoo! Siii Nooo No lo seee!! Aahhh! Dios miooo!
    Al principio pensaba que los mensajes eran entre ellos, despues pensé que no, porque era todo demasiado perfecto, pero cuando me di cuenta de que eran entre ellos dos... Dios... Casi me da algoo! Ha sido un maraton tan asdfghjkl porque ellos son tan asdfghjkl juntooos!! Jajajajaja
    muchisimas gracias por subir cielo! <3 Siguelaa
    @consutorres

    ResponderEliminar
  2. awwww esque son tan monos sfhajsagjsk menosmal que estan juntos dios por un momento pensé que no, que se iban a pelear y shoro mucho jo asfghsajk que decirte que no te haya dicho ya, que me encanta esta novela y espero que sigas pronto, vas a llegar muy alto que lo sepas, ya verás.
    Te sigo, un besazo muuuuuuuuuuuuuuuy grande amol <33
    PD: soy @smokingthepain

    ResponderEliminar
  3. Y muchisisisisiisimas gracias por poner ahí mi novela jo

    ResponderEliminar
  4. HOLA. :) Me pasaba para pedirte un favor.
    ¿Te podrías pasar por mi novela? Es esta: http://talkdirtybieber.blogspot.com.es/
    Muchas gracias. Sigue la novela cuando puedas, es perfecta.
    @talkdirtybieber

    ResponderEliminar