jueves, 6 de junio de 2013

28.








· Capitulo 28.

· Dos semanas después.

Hace dos semanas que Justin no pisa el instituto. Hoy después de estos quince días, ha decidido ir, sólo para ver la cara que se le quedará a Mr.Robbin cuándo le vea aparecer después de tanto tiempo.

Coge sus pitillos negros del fondo de su armario, sus vans verdes y su sudadera obey a juego. Se coloca su tupé cómoda cada mañana, y baja hasta el garaje para coger su moto e ir hasta el instituto. Se monta en ella, y cogiendo aire, arranca, dando dos golpes de muñeca en el acelerador para que la gente sepa que está ahí y que se irá.

[…]

Al cabo de unos diez minutos puesto en carretera, Justin se baja de su moto y la deja aparcada enfrente de las escaleras, subiendo las escaleras hasta la puerta principal saca un cigarro de su chupa de cuero negra, y se lo enciende dando la primera calada de la mañana que hace que le raspe las garganta abriendo más sus pulmones.

Dos caladas más, y cuándo está arriba apaga el cigarro entrando en el edificio. Da los buenos día al conserje y camina por los pasillos buscando su aula la ‘203’ 2 de bachillerato, A. Se coloca enfrente de la puerta con una sonrisa pícara y abre la puerta.

- ¡Buenos días, Robbin!
- Mr. Robbin para usted,  Bieber. De todos modos no pase, llega usted cinco tarde a clase.
- Robbin, a ti nunca te han dicho que más vale mejor tarde que nunca. Al menos he venido a su clase.
- Pero llega cinco minutos tarde, Bieber.
- No seas amargado Robbin, déjame pasar.
- Pase y siéntese a la mínima le mandaré a dirección.

Y Justin orgulloso de su conversación con el directo camina entre las mesas de sus compañeros, algunos le dedican una mirada de orgullo, y las demás le miran con cara de ‘hazme tuya’. Al final del pasillo visualiza a sus dos mejores amigos que le dedican una sonrisa y un poco más atrás está su mesa.

- ¿Qué haces aquí? ¿No ves que pone mi nombre? Es mi sitio.
- Lo era, ahora es mío. Encima, hay dos asientos, puede sentarte al lado de momento no como personas.
- Pero seguro que comes otras cosas.
- Estúpido.
- Creída.
- ¿Te puedes callar ya? Quiero enterarme de lo que Mr. Robbin explica.
- Encima empollona, cómo a mí me gustan, por cierto, no me dijiste tú nombre hace dos semanas cuándo nos conocimos.
- Tampoco tengo interés por hacerlo.
- Sarah, Sarah Steve.
- ¿Y tú como sabes mi…? - Justin la corta.
- Yo lo sé todo, empollona, todo.

Y una vez más escupe una sonrisa victoriosa.

[…]

La clase de filosofía está apunto de termina cuándo Robbin les da la noticia de que tendrán que hacer un trabajo por parejas, según se sientan en clase.

- Usted Bieber, también debe hacerlo si quiere aprobar la asignatura. Se juega un título, y el paso a la selectividad - replica.
- Bueno, en realidad, me gusta la compañera que me has adjudicado Robbin está bastante buena.
- ¡Cállate, estúpido! - dice la chica sintiéndose aludida.
- Bieber, más le vale comportarse.
- A sus órdenes mi capitán - bromea Justin.

La idea de compartir tiempo con Sarah le gustaba. A sí podría camelarla, y después llevarla a la cama.

El timbre suena, y da por finalizada la clase de filosofía.

- Justin - llama alguien con una voz de pito bastante desgradable. Y sí, es ella Emi Rose.
- ¿Qué quieres preciosa?
- Podíamos quedar está tarde, ya sabes tú y yo.
- Emi, cuándo te necesite ya te llamaré, ¿sí? Venga, ¡hasta luego!

Emi se queda observando atónita a Justin. La acaba de rechazar delante de toda la clase. Delante de la nueva. Y sobre todo, delante de sus amigas las plásticas animadoras rubias.

Justin se gira sobre sí mismo mirando a la nueva.

-¿En tú casa o en la mía, empollona?
- En tú casa, no quiero que mis padres me vean con un macarra como tú.
- Empollona, guárdate tus palabras, algún dia te arrepentirás de todo lo que me has dicho.
- ¿Por qué? - carcajea.
- Te volverás loca por mí, tanto que matarías si hiciese falta ¿sabes? Yo solo te aviso. Todas termináis cayendo, todas. ¿Y sabes que dicen? Que quien avisa no es traidor.
- Estúpido, prepotente, chulo playa.
- Empollona, a las seis en el parque, te pasaré a buscar allí. Se puntual, por favor. No me gusta esperar.

Y la lanza un beso. Si algo tiene claro, es que le devolverá todas las palabras que le dijo el primer día que se vieron que se le clavaron cómo puñales. Se las va a devolver una a una, y la mejor manera es enamorándola para dejarla tirada. Y de algo está seguro, lo conseguirá.

|| 4:30 de la tarde, Atlanta ||

Tara camina por los pasillos del hospital cómo una maldita condenada. Su mejor amiga, Caroline se ha caído del plinto de educación física y se ha roto la columna y ahora mismo la están operando.

-¿Quieres relajarte Tara? Terminarás haciendo un camino cómo sigas caminando de un lado a otro.
-¿Cómo quieres que me tranquilize, Nolan? Mi mejor amiga está ahí, y hay una posibilidad entre un millón de que no pueda volver a caminar.
- Exageras, todo saldrá bien, con la operación y un poco de rehabilitación.
- No Nolan, es la puta columna tío. Carol inválida, lo que me hacía falta. Yo tenía que haber parado el tiempo justo este verano, enserio. Sólo me pasan desgracias desde que el verano ha terminado.
- Tara, no todo son desgracias, solo que tú solo piensas en el idiota que te ha dejado escapar.
- No empecemos con este tema, de todos modos ese idiota es tú mejor amigo, o lo era.
- Lo sigue siendo, y por eso porque le conozco, es un idiota.

[…]

Nolan baja a por unos refrescos para él y para Tara, la operación aún no ha terminado. Tara está metida en sus pensamientos cuándo el teléfono de Nolan comienza a sonar.

-¿Si? - contesta Tara tímida. Sabe que es él, sabe que es Justin.
- ¿Nolan? Te ha cambiado un poco la voz, te veo cómo más afeminado. - carcajea.
Estúpido piensa ella.
- No soy Nolan.
- ¿Y entonces quién eres? Seguro que eres alguna puta que se está follando.
- No soy la puta a la que se está follando, ¿y tú no crees que te has vuelto un poco gilipollas?
-¿Y tú quién coño eres para decirme eso a mí? No me conoces, no me juzgues, zorra.
- Si te conozco imbécil, soy Weasly.
- ¿Y tú te atreves a decirme que he cambiado? No me seas patética Weasly, aquí la única que hizo algún cambio fuiste tú, te recuerdo que me cambiaste por mi mejor amigo.
- Rencoroso. ¿Nunca me vas a perdonar o qué?
- ¿Y tú nunca te vas a enterar de que para mí estas muerta o qué? - dice haciéndola burlas - paso de seguir malgastando mi tiempo contigo, perra. Dile a Nolan que le he llamado, y si pasas de decírselo, tranquila le llamaré más tarde.

Y cuelga.
Las lágrimas de Tara golpean contra sus mejillas. Cien toneladas de cemento acaban de caer sobre ella mismo, es cómo si una casa se hubiese derrumbado con ella dentro.

|| 6:00 Nueva York ||

Justin sale de casa y pone su moto en carretera de camino al parque en busca de Sarah para hacer el trabajo de filosofía.

Está lleno de rabia. Necesita desahogarse y la única manera es corriendo con su moto. Después de hablar con Tara es cómo que todo se le hace más pesado. Él lo sabe, y lo reconoce para sí mismo, sigue enamorado, la echa de menos, y sabe que nadie podrá ocupar el lugar que ella ha dejado en él, y también cree o piensa que lo mejor para intentar olvidarla un rato es comportarse cómo se comporta, su coraza, es lo que le hace sentirse importante y querido por los demás, es lo que le hace ser respetado.

El aire golpea con fuerza su cara debido a la velocidad que va, a la par que llora de rabia y de coraje. Él se muere por decirla todo lo que la echa de menos, pero no puede. Esta batalla tiene que ganarla él. Y la ganará. ¿Cómo? Eso le da igual.

Justin aparca su moto, y camina hasta dónde Sarah está.

- ¡Mueve tú culo! No tengo todo el día. Tengo cosas más importantes que hacer que pasar la tarde con una empollona y estirada cómo tú.
- ¡Relájate! Yo no soy tu perro para que me hables a sí.
- Eres algo parecido, ¡vamos!

Justin camina y Sarah le sigue. Le odia. Sarah le odia con toda su alma. Nunca ha visto tío tan estúpido, orgulloso, prepotente, borde, egocéntrico cómo él. Llegan a la moto.

- ¡Sube!
Y de un salto Sarah se coloca detrás de él.
- ¿Y el casco?
Justin no puede evitar carcajear.
- Yo no uso de eso, lo siento empollona. Tendrás que aguantarte con lo que hay, agárrate. ¿O tienes miedo?
-No será la primera vez que me monto en una moto.
- Una chica valiente - le susurra en el oído.
Esto hace que Sarah se ponga nerviosa. Quizás es un estúpido pero bueno está un rato.

Y pegando dos acelerones Justin se coloca en la carretera de camino a su casa.

[…]

- Está es mi casa.
- ¡Oh! Si eres un niño pijo, que vive en las afueras de la ciudad dónde están todos los chalets.
- ¿Niño pijo? Déjate de estupideces, empollona.

Justin deja su moto en el garaje, y sube las escaleras hasta su casa.

- Sube las escaleras, y sigue el pasillo todo recto. La segunda habitación a la izquierda, ahora voy yo.

Y dejándola en el hall, Justin camina hasta la cocina a coger una lata de cerveza.

[…]

-Llevo media hora esperándote.
- ¿Eres de Atlanta no?
- Sí.
- ¿Y vienes del instituto ‘Russon’?
- Sí.
- ¿Tenías amigas? Seguro que no. Eres un bicho raro, pero estás bastante buena.
- Imbécil, ya decía yo que estabas siendo demasiado amable conmigo.
- Contesta.
- Sí tenía amigas.
- ¿Cómo se llamaban?
En realidad a Justin todo esto se le sudaba, sólo quería averiguar una cosa y era si conocía a Tara.
- Caroline.
- ¿Caroline?
- Sí. ¿A qué viene tanta pregunta?
Sarah se queda observando una de las fotos que Justin tiene puestas en su habitación.
- Yo conozco a este chico. O sea, quiero decir, él es Nolan Murray el que ha ido a mi instituto por mí.
- Lo sé, él era mi mejor amigo.
- ¿Ya no lo es?
- No.
- ¿Por qué?
-No te interesa.

Y Sarah se queda callada. El silencio absorbe la habitación. Sarah teclea en el ordenador en busca de información para el trabajo, y Justin está tumbado en la cama pensando en cómo puede sacarle información sobre si conoce o no Tara. Si se conociesen sería un punto a su favor. A sí, le pagaría a Tara con la misma moneda, y haría sufrir a Sara cómo una maldita perra.

- Y a esa chica de ahí, también la conozco. - dice señalando la foto de carnet que Justin tiene puesta en un marco de Tara.
- ¿La conoces?
- Sí, es Tara Weasly, la mejor amiga de mi prima Caroline.
Justin se queda callado.
- ¿Os conocéis?
- No te importa, aquí las preguntas las hago yo, que no se te olvide.
- Por hoy está bien empollona, nos vemos mañana en clase, puedes lárgarte de mi casa.
- Per… - Justin la corta.
- Puedes irte, he dicho.

Y Sarah sale de la habitación de Justin murmurando algo que él no logra descifrar.

|| Atlanta 21:00||

La operación de Caroline ha salido bastante bien, ya se encuentra en planta.
Tara está apoyada sobre la ventana pensando en la conversación que hoy ha tenido con Justin por el teléfono de Nolan, y una vez más un jodido teléfono la saca de sus pensamientos.

- ¿Sí? - contesta con la voz ronca debido a lo cansada que está.
- ¿Tara?
- Si, ¿quién eres?
- Soy Sarah.
- ¡Ah! ¿Qué quieres?
- Nada, quería preguntarle a mi prima si conocía a un chico de aquí.
Y a Tara se le para el corazón. Quizás es Justin. Quizás ella y Justin están juntos.
- Puedes preguntarme a mí, ya sabes que yo conozco a todos los que tú prima conoce.
- ¿Conoces a Justin? ¿Justin Bieber?


El teléfono se le cae de las manos, y las lágrimas de nuevo comienzan a golpear su cara. Está pérdida, totalmente pérdida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

jueves, 6 de junio de 2013

28.








· Capitulo 28.

· Dos semanas después.

Hace dos semanas que Justin no pisa el instituto. Hoy después de estos quince días, ha decidido ir, sólo para ver la cara que se le quedará a Mr.Robbin cuándo le vea aparecer después de tanto tiempo.

Coge sus pitillos negros del fondo de su armario, sus vans verdes y su sudadera obey a juego. Se coloca su tupé cómoda cada mañana, y baja hasta el garaje para coger su moto e ir hasta el instituto. Se monta en ella, y cogiendo aire, arranca, dando dos golpes de muñeca en el acelerador para que la gente sepa que está ahí y que se irá.

[…]

Al cabo de unos diez minutos puesto en carretera, Justin se baja de su moto y la deja aparcada enfrente de las escaleras, subiendo las escaleras hasta la puerta principal saca un cigarro de su chupa de cuero negra, y se lo enciende dando la primera calada de la mañana que hace que le raspe las garganta abriendo más sus pulmones.

Dos caladas más, y cuándo está arriba apaga el cigarro entrando en el edificio. Da los buenos día al conserje y camina por los pasillos buscando su aula la ‘203’ 2 de bachillerato, A. Se coloca enfrente de la puerta con una sonrisa pícara y abre la puerta.

- ¡Buenos días, Robbin!
- Mr. Robbin para usted,  Bieber. De todos modos no pase, llega usted cinco tarde a clase.
- Robbin, a ti nunca te han dicho que más vale mejor tarde que nunca. Al menos he venido a su clase.
- Pero llega cinco minutos tarde, Bieber.
- No seas amargado Robbin, déjame pasar.
- Pase y siéntese a la mínima le mandaré a dirección.

Y Justin orgulloso de su conversación con el directo camina entre las mesas de sus compañeros, algunos le dedican una mirada de orgullo, y las demás le miran con cara de ‘hazme tuya’. Al final del pasillo visualiza a sus dos mejores amigos que le dedican una sonrisa y un poco más atrás está su mesa.

- ¿Qué haces aquí? ¿No ves que pone mi nombre? Es mi sitio.
- Lo era, ahora es mío. Encima, hay dos asientos, puede sentarte al lado de momento no como personas.
- Pero seguro que comes otras cosas.
- Estúpido.
- Creída.
- ¿Te puedes callar ya? Quiero enterarme de lo que Mr. Robbin explica.
- Encima empollona, cómo a mí me gustan, por cierto, no me dijiste tú nombre hace dos semanas cuándo nos conocimos.
- Tampoco tengo interés por hacerlo.
- Sarah, Sarah Steve.
- ¿Y tú como sabes mi…? - Justin la corta.
- Yo lo sé todo, empollona, todo.

Y una vez más escupe una sonrisa victoriosa.

[…]

La clase de filosofía está apunto de termina cuándo Robbin les da la noticia de que tendrán que hacer un trabajo por parejas, según se sientan en clase.

- Usted Bieber, también debe hacerlo si quiere aprobar la asignatura. Se juega un título, y el paso a la selectividad - replica.
- Bueno, en realidad, me gusta la compañera que me has adjudicado Robbin está bastante buena.
- ¡Cállate, estúpido! - dice la chica sintiéndose aludida.
- Bieber, más le vale comportarse.
- A sus órdenes mi capitán - bromea Justin.

La idea de compartir tiempo con Sarah le gustaba. A sí podría camelarla, y después llevarla a la cama.

El timbre suena, y da por finalizada la clase de filosofía.

- Justin - llama alguien con una voz de pito bastante desgradable. Y sí, es ella Emi Rose.
- ¿Qué quieres preciosa?
- Podíamos quedar está tarde, ya sabes tú y yo.
- Emi, cuándo te necesite ya te llamaré, ¿sí? Venga, ¡hasta luego!

Emi se queda observando atónita a Justin. La acaba de rechazar delante de toda la clase. Delante de la nueva. Y sobre todo, delante de sus amigas las plásticas animadoras rubias.

Justin se gira sobre sí mismo mirando a la nueva.

-¿En tú casa o en la mía, empollona?
- En tú casa, no quiero que mis padres me vean con un macarra como tú.
- Empollona, guárdate tus palabras, algún dia te arrepentirás de todo lo que me has dicho.
- ¿Por qué? - carcajea.
- Te volverás loca por mí, tanto que matarías si hiciese falta ¿sabes? Yo solo te aviso. Todas termináis cayendo, todas. ¿Y sabes que dicen? Que quien avisa no es traidor.
- Estúpido, prepotente, chulo playa.
- Empollona, a las seis en el parque, te pasaré a buscar allí. Se puntual, por favor. No me gusta esperar.

Y la lanza un beso. Si algo tiene claro, es que le devolverá todas las palabras que le dijo el primer día que se vieron que se le clavaron cómo puñales. Se las va a devolver una a una, y la mejor manera es enamorándola para dejarla tirada. Y de algo está seguro, lo conseguirá.

|| 4:30 de la tarde, Atlanta ||

Tara camina por los pasillos del hospital cómo una maldita condenada. Su mejor amiga, Caroline se ha caído del plinto de educación física y se ha roto la columna y ahora mismo la están operando.

-¿Quieres relajarte Tara? Terminarás haciendo un camino cómo sigas caminando de un lado a otro.
-¿Cómo quieres que me tranquilize, Nolan? Mi mejor amiga está ahí, y hay una posibilidad entre un millón de que no pueda volver a caminar.
- Exageras, todo saldrá bien, con la operación y un poco de rehabilitación.
- No Nolan, es la puta columna tío. Carol inválida, lo que me hacía falta. Yo tenía que haber parado el tiempo justo este verano, enserio. Sólo me pasan desgracias desde que el verano ha terminado.
- Tara, no todo son desgracias, solo que tú solo piensas en el idiota que te ha dejado escapar.
- No empecemos con este tema, de todos modos ese idiota es tú mejor amigo, o lo era.
- Lo sigue siendo, y por eso porque le conozco, es un idiota.

[…]

Nolan baja a por unos refrescos para él y para Tara, la operación aún no ha terminado. Tara está metida en sus pensamientos cuándo el teléfono de Nolan comienza a sonar.

-¿Si? - contesta Tara tímida. Sabe que es él, sabe que es Justin.
- ¿Nolan? Te ha cambiado un poco la voz, te veo cómo más afeminado. - carcajea.
Estúpido piensa ella.
- No soy Nolan.
- ¿Y entonces quién eres? Seguro que eres alguna puta que se está follando.
- No soy la puta a la que se está follando, ¿y tú no crees que te has vuelto un poco gilipollas?
-¿Y tú quién coño eres para decirme eso a mí? No me conoces, no me juzgues, zorra.
- Si te conozco imbécil, soy Weasly.
- ¿Y tú te atreves a decirme que he cambiado? No me seas patética Weasly, aquí la única que hizo algún cambio fuiste tú, te recuerdo que me cambiaste por mi mejor amigo.
- Rencoroso. ¿Nunca me vas a perdonar o qué?
- ¿Y tú nunca te vas a enterar de que para mí estas muerta o qué? - dice haciéndola burlas - paso de seguir malgastando mi tiempo contigo, perra. Dile a Nolan que le he llamado, y si pasas de decírselo, tranquila le llamaré más tarde.

Y cuelga.
Las lágrimas de Tara golpean contra sus mejillas. Cien toneladas de cemento acaban de caer sobre ella mismo, es cómo si una casa se hubiese derrumbado con ella dentro.

|| 6:00 Nueva York ||

Justin sale de casa y pone su moto en carretera de camino al parque en busca de Sarah para hacer el trabajo de filosofía.

Está lleno de rabia. Necesita desahogarse y la única manera es corriendo con su moto. Después de hablar con Tara es cómo que todo se le hace más pesado. Él lo sabe, y lo reconoce para sí mismo, sigue enamorado, la echa de menos, y sabe que nadie podrá ocupar el lugar que ella ha dejado en él, y también cree o piensa que lo mejor para intentar olvidarla un rato es comportarse cómo se comporta, su coraza, es lo que le hace sentirse importante y querido por los demás, es lo que le hace ser respetado.

El aire golpea con fuerza su cara debido a la velocidad que va, a la par que llora de rabia y de coraje. Él se muere por decirla todo lo que la echa de menos, pero no puede. Esta batalla tiene que ganarla él. Y la ganará. ¿Cómo? Eso le da igual.

Justin aparca su moto, y camina hasta dónde Sarah está.

- ¡Mueve tú culo! No tengo todo el día. Tengo cosas más importantes que hacer que pasar la tarde con una empollona y estirada cómo tú.
- ¡Relájate! Yo no soy tu perro para que me hables a sí.
- Eres algo parecido, ¡vamos!

Justin camina y Sarah le sigue. Le odia. Sarah le odia con toda su alma. Nunca ha visto tío tan estúpido, orgulloso, prepotente, borde, egocéntrico cómo él. Llegan a la moto.

- ¡Sube!
Y de un salto Sarah se coloca detrás de él.
- ¿Y el casco?
Justin no puede evitar carcajear.
- Yo no uso de eso, lo siento empollona. Tendrás que aguantarte con lo que hay, agárrate. ¿O tienes miedo?
-No será la primera vez que me monto en una moto.
- Una chica valiente - le susurra en el oído.
Esto hace que Sarah se ponga nerviosa. Quizás es un estúpido pero bueno está un rato.

Y pegando dos acelerones Justin se coloca en la carretera de camino a su casa.

[…]

- Está es mi casa.
- ¡Oh! Si eres un niño pijo, que vive en las afueras de la ciudad dónde están todos los chalets.
- ¿Niño pijo? Déjate de estupideces, empollona.

Justin deja su moto en el garaje, y sube las escaleras hasta su casa.

- Sube las escaleras, y sigue el pasillo todo recto. La segunda habitación a la izquierda, ahora voy yo.

Y dejándola en el hall, Justin camina hasta la cocina a coger una lata de cerveza.

[…]

-Llevo media hora esperándote.
- ¿Eres de Atlanta no?
- Sí.
- ¿Y vienes del instituto ‘Russon’?
- Sí.
- ¿Tenías amigas? Seguro que no. Eres un bicho raro, pero estás bastante buena.
- Imbécil, ya decía yo que estabas siendo demasiado amable conmigo.
- Contesta.
- Sí tenía amigas.
- ¿Cómo se llamaban?
En realidad a Justin todo esto se le sudaba, sólo quería averiguar una cosa y era si conocía a Tara.
- Caroline.
- ¿Caroline?
- Sí. ¿A qué viene tanta pregunta?
Sarah se queda observando una de las fotos que Justin tiene puestas en su habitación.
- Yo conozco a este chico. O sea, quiero decir, él es Nolan Murray el que ha ido a mi instituto por mí.
- Lo sé, él era mi mejor amigo.
- ¿Ya no lo es?
- No.
- ¿Por qué?
-No te interesa.

Y Sarah se queda callada. El silencio absorbe la habitación. Sarah teclea en el ordenador en busca de información para el trabajo, y Justin está tumbado en la cama pensando en cómo puede sacarle información sobre si conoce o no Tara. Si se conociesen sería un punto a su favor. A sí, le pagaría a Tara con la misma moneda, y haría sufrir a Sara cómo una maldita perra.

- Y a esa chica de ahí, también la conozco. - dice señalando la foto de carnet que Justin tiene puesta en un marco de Tara.
- ¿La conoces?
- Sí, es Tara Weasly, la mejor amiga de mi prima Caroline.
Justin se queda callado.
- ¿Os conocéis?
- No te importa, aquí las preguntas las hago yo, que no se te olvide.
- Por hoy está bien empollona, nos vemos mañana en clase, puedes lárgarte de mi casa.
- Per… - Justin la corta.
- Puedes irte, he dicho.

Y Sarah sale de la habitación de Justin murmurando algo que él no logra descifrar.

|| Atlanta 21:00||

La operación de Caroline ha salido bastante bien, ya se encuentra en planta.
Tara está apoyada sobre la ventana pensando en la conversación que hoy ha tenido con Justin por el teléfono de Nolan, y una vez más un jodido teléfono la saca de sus pensamientos.

- ¿Sí? - contesta con la voz ronca debido a lo cansada que está.
- ¿Tara?
- Si, ¿quién eres?
- Soy Sarah.
- ¡Ah! ¿Qué quieres?
- Nada, quería preguntarle a mi prima si conocía a un chico de aquí.
Y a Tara se le para el corazón. Quizás es Justin. Quizás ella y Justin están juntos.
- Puedes preguntarme a mí, ya sabes que yo conozco a todos los que tú prima conoce.
- ¿Conoces a Justin? ¿Justin Bieber?


El teléfono se le cae de las manos, y las lágrimas de nuevo comienzan a golpear su cara. Está pérdida, totalmente pérdida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario