lunes, 24 de junio de 2013

30.

· Capitulo 30.

||  Nueva York. Una semana después ||

· Narra Justin.

    El sol se cuela divertido entre la persiana de mi habitación y rebota contra las paredes lilas que me rodean. El ruido de la aspiradora de mi madre hace que me sobresalte de la cama. El pie izquierdo toca el suelo, y un escalofrío recorre mi cuerpo debido a la temperatura que tiene este, y hace que mi piel se erice y mis pelos se pongan de punta.

Cojo uno bóxer del armario y me dirijo hasta el cuarto de baño. Abro el grifo de la ducha dejando que se caliente mientras da pequeños golpes contra el suelo de la bañera, me desprendo de mi ropa sucia que ahora mismo me sobra y la tiro sobre el cesto de la ropa sucia.

Últimamente todo me va demasiado bien. Puedo decir que soy yo mismo acompañado de una persona que me hace mantener los pies en el suelo, pero mentiría que si no dijese que tú, pasas cada día por mi cabeza. En realidad, sí, ella me hace feliz pero cada cosa que hago con ella me recuerda a ti. Sus besos. Sus abrazos. Sus te quiero. Su forma de comportarse algunos días. Todos me dicen que ella se parece bastante a ti y que me estoy volviendo un poco loco. Hace un mes y una semana que no se nada ti. Sólo queda un mes y medio para volver a vernos. Y sinceramente, no dejo de preguntarme cual será tu cara al verme.

Sacudo la cabeza sacando mis pensamientos y me meto debajo de la ducha. Dejo el agua caiga por mi espalda, y al segundo me aplico un poco de champú en el pelo masajeando mi cuero cabelludo. Aclaro con bastante agua, y esparzo en jabón por mi cuerpo quitando todo rastro de suciedad que pueda haber en él.

Enrollo una toalla a la altura de mi cintura, y sacudo mi pelo dando golpes secos con mi cuello de un lado a otro. Me coloco el bóxer y mis pantalones pitillos vaqueros favoritos, esos que a ti tanto te gustan. No sé porque últimamente no puedo dejar de pensar en ti, me estoy volviendo loco. Cojo mi camiseta blanca de pico y me la coloco, después esparzo unas gotitas de mi colonia favorita, tú colonia favorita, y me coloco las vans blancas. Preparado para empezar un día más lleno de mentiras y aparentar estar enamorado de ella cuándo en realidad, muero por volver a tenerte cerca por volver a sentir el roce de tú piel con la mía, y sentir cómo tu corazón se agita cuándo me tienes cerca.

[…]

Bajo las escaleras hasta el sótano y enciendo mi moto. Tres toques al acelerador y pongo camino al instituto. En diez minutos estaré allí.

|| Atlanta. Una semana después ||

· Narra Tara.

   Son las ocho de la mañana y tan solo queda media hora para que empiecen las clases de hoy. Sólo queda un mes y medio de vacaciones. Un mes y medio para volver a chocarme con tus ojos miel y el lunar que tienes en el lado derecho de la cara acompañado de esa cicatriz tan graciosa y apenas visible.

Todos queremos una relación. Todos queremos sentir que alguien nos quiere. Que venga cuando estemos malas. Que nos despierten con un ‘buenos días, pequeña’ y nos manden a dormir con un ‘descansa, enana’. Y cuando lo tienes, y se va te das cuenta de que no hay caladas que llenen el vació que te dejó, que nadie podrá llenar ese hueco que dejó en tu alma, y que no habrá clavo que sea capaz de sacar ese que el clavó en lo más hondo de ti. Que los petas ya no tiene sentido, y que no hay te quiero que valga si no sale de su boca. Que ya no hay cigarrillo de después, y que no habrá más ‘tengo ganas de besarte’ cuándo esté a centímetros de ti. Y que lo bonito es querer y ser correspondido, pero lo jodido es la puta despedida, es asumir que ya no estarás a mi lado en cada amanecer, y que tampoco habrá más noche en las que diremos adiós al sol, para dar la bienvenida a la luna acompañada de sus secuaces, las estrellas.

Y sí, es real. Te echo de menos. Hoy, justo hoy hace un mes y una semana que no sé nada de ti, no te voy a mentir, sigo cada paso que das a través de las redes sociales. Sé que ahora estás con ella, y sinceramente se te ve feliz. Tus ojos brillan, y últimamente son más miel de lo normal, más miel de los que yo conocía. Tengo ganas de ti, y no puedo evitarlo. Necesito tenerte cerca y sentir que eres mío sólo mío, necesito que seas un chico duro cuándo estés con ellos, y te ablandes cuando estés conmigo. Necesito una pequeña dosis de ti, ¿Qué cojones? Te necesito a ti, entero, y aquí conmigo. Pero, sé que en el fondo volverás a ser mío, porque nuestro destino está escrito juntos.


Te saco de mis pensamientos levantándome de la cama y poniendo la radio a toda hostia como cada mañana. Hoy, no me apetece ir a primera. Paso de dar filosofía, sé que tú también la odias. Acto seguido, busco mi emisora de radio favorita, y suena ‘we cant stop’ de Miley. Al ritmo de la música me dirijo hasta el baño y templo el agua para darme una larga, y relajada ducha.

[…]

- ¿Qué haces aquí todavía cielo? - me pregunta mi madre con el mandil puesto, y la jarra de zumo en las manos.
- Me he levantado tarde mamá, solo eso - digo quitándole la jarra de las manos para servirme un zumo.
- ¿O quizás te tocaba filosofía? - dice divertida.
- Ambas cosas - carcajeo.

Dejo la mirada fija en aquel punto. Aquel marco dónde Michel colocó aquella foto que nos hicimos los tres juntos justo el día antes de despedirnos.

{Flashback}

- ¿Vais a venir? - pregunta Mike mientras se coloca su camisa de cuadros blanca y azul.
- ¿Dónde? - pregunto curiosa mientras vierto un poco de agua en mi vaso.
- No sé dónde iremos, sólo que vamos a estar todos juntos. Es el último día de verano, últimos día juntos.
- ¿Qué dices Justin? - dice Mike mirándole.
- ¿Vamos no? - sonríe.
- Me visto, y vamos.

Subo las escaleras y abro mi armario de par en par. Último día con los chicos, duele pensarlo. Último día con Justin, bajo el mismo cielo, el mismo horizonte, y la misma zona horaria. Último día en Miami.
                          Me coloco mis pantalones cortos de color verde agua, y una camiseta blanca que deja mi barriga un poco descubierta con las vans blancas a conjunto con la camiseta, y una gorra. Me echo un poco de rímel, y raya. Base. Y unas gotas de mi perfume favorito. Estoy lista.

  […]

- ¿Tara?
-¿Si?
-¿Tienes la cámara?
- Obvio. Ella viene conmigo a todos sitios - carcajeo divertida.

Comienzo a hacer fotos a unos y a otros. Flashes por allí, flashes por allá. Y ahora es mi turno, me coloco entre mi hermano, y mi novio. Los dos pequeños que más quiero. Dos personas de las cuales soy dependiente. Y salta el flash.

{Fin del flashback}

Mis ojos comienzan a ponerse brillante, y parecen una piscina. Las lágrimas quieren salir y en mi garganta hay un nudo que no me deja pasar ni la saliva, tengo miedo y no quiero que mamá me vea llorar un día más por ti. Ella está convencida de que algún día volveremos a ser uno, el problema es que yo ya no estoy tan segura.


Y para colmo, de fondo, en la radio suena mi canción favorita. Esa que me ha acompañado en mis mejores momentos, pero también en mis peores. Esa que me recuerda a nuestro primer beso, nuestro primer te quiero y también nuestro primer baile bajo la luz de las estrellas en una noche de luna llena.

|| Nueva York. Narra Justin ||

   Aparco la moto frente a las escaleras, y según bajo de ella saco un cigarrillo rubio de mi chupa para después encenderle, y dar la primera calada del día. Mis pulmones están abiertos debido a la velocidad que traía en la moto, y el fresco mañanero que corre. Y al fondo, me encuentro con su sonrisa. La sonrisa de la que hoy es mi chica. Sarah.

Subo las escaleras a un paso medio. Tengo ganas de verla, pero tampoco demasiadas, si fueses tú créeme que ya habría volado si hiciese falta para estar contigo, y en un abrir y cerrar de ojos tendría mi boca pegada a tu nuca, mientras te susurro entre suspiro y suspiro lo mucho que te quiero.

- ¡Buenos días, Bieber! - dice dándome un pequeño beso mojado en el cuello.
- ¡Buenos días, empollona! - digo en un suspiro ahogado.
- Creía que no vendrías a primera, ya sabes, toca filosofía.
- Tú y tus presentimientos. Últimamente soy puntual empollona.
- Y así me gusta, que seas un chico responsable.
- No voy a ser responsable de mis actos cómo sigas provocándome así - digo mientras la pego más a mí.

Y cuándo menos me lo espero me encuentro con sus manos enganchadas en mi pelo, y nuestras lenguas se baten en un duelo, el duelo de quién tiene más ganas de quién. ¿Sabes quién ganas? Las ganas que tengo de ti ahora mismo, porque una vez más no puedo evitar pensar que eres tú la que me está besando, y que eres tú la que me está susurrando las ganas que tenia de verme.

|| Narrador. Un mes y medio después ||

Las clases han terminado para ambos. Hace una semana que Nolan volvió a Nueva York, y que Sarah volvió a Atlanta. Su relación con Justin se ha quedado en algo pasajero que les ha hecho disfrutar a ambos durante los últimos dos meses antes de que llegase el verano y terminasen las clases.

Chaz, Eric y Justin están graduados. ¡Por fin! Ya era hora de que saliesen de ese antro para empezar al año que viene con algo que realmente les guste. Tenemos a Ryan, matriculado en la universidad de empresariales juntos a Eric y Justin. Nolan, por otra parte irá a la misma universidad que ellos, pero matriculado en otras asignaturas, para conseguir el título de ingeniero de telecomunicaciones.

Y por otro lado, tenemos a Caroline que sigue en silla de ruedas después de su accidente y se mudará a vivir a España cuándo termine el verano, y Tara matriculada en la universidad de fotografía y bellas artes en Nueva York. Quiere estar allí, y se irá junto a su hermano Michel matriculado en la misma universidad que su amigo el rubio de ojos miel.

Y bueno, Alex se matriculará en fotografía, y también lo hará en Nueva York, no podía permitirse quedar sola a su mejor amiga. Pero antes de que todo eso llegase, les quedaba algo por vivir, un verano más juntos que añadir a su calendario.

|| Atlanta. Narra Tara ||

Es viernes. 21 de Junio para ser exactos. Hace una semana que las clases terminaron, y echamos las solicitudes de matrícula en nuestras universidades. Al año que viene me iré de aquí para estudiar lo que más me gusta, y junto a mi mejor amiga Alex. Ahora mismo, me encuentro colocando mi maleta para irme cómo todos los veranos a Miami, a casa de los abuelos. Es increíble cómo pasa el tiempo, hace un año que todo comenzó, y unos ocho meses que todo terminó.

En la radio suena mi canción favorita, suena Rihanna con su éxito más escuchado del verano de 2012 ‘diamonds’.  Termino de colocar todas mis camisetas, y por último meto la cámara, el maquillaje y el cargador del móvil. Cuándo esto cerrando la maleta el móvil comienza a vibrar. Corro a cogerlo con la esperanza de que seas tú el que me está escribiendo, pero no es así.

De Alexandra:

Hola. Sólo quedan unas horas para verte. Estoy ansiosa. ¡Joder! ¿Has cambiado mucho? ¿O sigues igual de preciosa que siempre? No te olvides de llamarme. Te quiero.

Para Alexandra:

Terremoto. Sí, termino de hacer las maletas y en unas cinco horas me tienes allí. Yo también tengo muchas ganas. ¿Sabes algo de las chicas?¿Y los demás han llegado ya? No he cambiado, sigo igual. ¿Y tú? ¡Oh Dios! Claro que no me olvidaré de llamarte Alex, ¿por quién me tomas? Por cierto, he visto una foto tuya y ese rubio te queda fenomenal. Nos vemos en un rato, terremoto, te quiero más.

De Alexandra:

Sí, están todas aquí, menos Kels. Ella vendrá más tarde. Y los chicos, están todos menos Justin, y Chaz que vive con él dia sí y día también no sabe nada de él, está asustado. Calla, estúpida que me da vergüenza. Termina ya de hacer las maletas, ¡por Dios! Necesito verte. Te quiero.

Después de leer el último mensaje de Alex no puedo evitar carcajear, aunque por dentro estoy nerviosa. ¿Dónde estará Justin? Quizás este verano decida no ir a Miami. Lo peor de todo es que ni Chaz sabe algo de él. Esto es demasiado raro.

Termino mi maleta, y la coloco en el coche. Sólo me quedan cinco horas de viaje para poder disfrutar del calor, la playa, hacer skate, y de mis amigos.

||Nueva York. Narra Justin ||

Mi maleta está terminada y mamá y los pequeños me están esperando abajo. Mi teléfono lleva sonando desde ayer, el capullo de Chazno deja de tuyirme a mensajes y siempre se me olvida contestarle. Ahora, cuándo me monte en el coche le contestaré con total tranquilidad.

Estoy montado en el coche. Me coloco mis cascos, y el primer pensamiento que se me viene a la cabeza es cómo reaccionar cuándo te vea. Te echo de menos, pero después de mis palabras la última vez que hablamos no sé si seguirás sintiendo lo mismo, el segundo pensamiento es si habrás cambiado, estarás mas guapa, tu color de pelo quizás sea distinto, y el tercero es uno que me hace reír, y es que seguro que sigues siendo la misma estúpida con pinta de machorro que va a todos lados con su gorra, sus vans y su skate, vacilando a todo aquel que quiera quedarse por encima de ti.

Cogo mi móvil y me digno a contestar a Chaz.

                                  
Para Somers:

Man, no me mates. He estado haciendo la maleta y no me ha dado tiempo de contestarte. ¿Cómo van las cosas por Miami? ¿Estáis ya todos?.


De Somers:

No te mataré man, pero créeme que me tienes preocupado, hace dos semanas que no se de ti y vivimos en la misma ciudad, vamos a ir a la misma universidad y íbamos al mismo instituto. Estás perdido, Bieber, más de lo normal. No, no estamos todos, faltáis tú y Weasly, tampoco se nada de ella.

Para Somers:

Bueno man, dicen que lo bueno se hace esperar. Estoy llegando al aeropuerto, nos vemos en unas horas. Un abrazo, bro.


Y sin esperar respuesta alguna guardo mi móvil en mi bolsillo, me bajo del coche y cojo camino al avión. Sólo me quedan cinco horas para volver a cruzarme con tu sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

lunes, 24 de junio de 2013

30.

· Capitulo 30.

||  Nueva York. Una semana después ||

· Narra Justin.

    El sol se cuela divertido entre la persiana de mi habitación y rebota contra las paredes lilas que me rodean. El ruido de la aspiradora de mi madre hace que me sobresalte de la cama. El pie izquierdo toca el suelo, y un escalofrío recorre mi cuerpo debido a la temperatura que tiene este, y hace que mi piel se erice y mis pelos se pongan de punta.

Cojo uno bóxer del armario y me dirijo hasta el cuarto de baño. Abro el grifo de la ducha dejando que se caliente mientras da pequeños golpes contra el suelo de la bañera, me desprendo de mi ropa sucia que ahora mismo me sobra y la tiro sobre el cesto de la ropa sucia.

Últimamente todo me va demasiado bien. Puedo decir que soy yo mismo acompañado de una persona que me hace mantener los pies en el suelo, pero mentiría que si no dijese que tú, pasas cada día por mi cabeza. En realidad, sí, ella me hace feliz pero cada cosa que hago con ella me recuerda a ti. Sus besos. Sus abrazos. Sus te quiero. Su forma de comportarse algunos días. Todos me dicen que ella se parece bastante a ti y que me estoy volviendo un poco loco. Hace un mes y una semana que no se nada ti. Sólo queda un mes y medio para volver a vernos. Y sinceramente, no dejo de preguntarme cual será tu cara al verme.

Sacudo la cabeza sacando mis pensamientos y me meto debajo de la ducha. Dejo el agua caiga por mi espalda, y al segundo me aplico un poco de champú en el pelo masajeando mi cuero cabelludo. Aclaro con bastante agua, y esparzo en jabón por mi cuerpo quitando todo rastro de suciedad que pueda haber en él.

Enrollo una toalla a la altura de mi cintura, y sacudo mi pelo dando golpes secos con mi cuello de un lado a otro. Me coloco el bóxer y mis pantalones pitillos vaqueros favoritos, esos que a ti tanto te gustan. No sé porque últimamente no puedo dejar de pensar en ti, me estoy volviendo loco. Cojo mi camiseta blanca de pico y me la coloco, después esparzo unas gotitas de mi colonia favorita, tú colonia favorita, y me coloco las vans blancas. Preparado para empezar un día más lleno de mentiras y aparentar estar enamorado de ella cuándo en realidad, muero por volver a tenerte cerca por volver a sentir el roce de tú piel con la mía, y sentir cómo tu corazón se agita cuándo me tienes cerca.

[…]

Bajo las escaleras hasta el sótano y enciendo mi moto. Tres toques al acelerador y pongo camino al instituto. En diez minutos estaré allí.

|| Atlanta. Una semana después ||

· Narra Tara.

   Son las ocho de la mañana y tan solo queda media hora para que empiecen las clases de hoy. Sólo queda un mes y medio de vacaciones. Un mes y medio para volver a chocarme con tus ojos miel y el lunar que tienes en el lado derecho de la cara acompañado de esa cicatriz tan graciosa y apenas visible.

Todos queremos una relación. Todos queremos sentir que alguien nos quiere. Que venga cuando estemos malas. Que nos despierten con un ‘buenos días, pequeña’ y nos manden a dormir con un ‘descansa, enana’. Y cuando lo tienes, y se va te das cuenta de que no hay caladas que llenen el vació que te dejó, que nadie podrá llenar ese hueco que dejó en tu alma, y que no habrá clavo que sea capaz de sacar ese que el clavó en lo más hondo de ti. Que los petas ya no tiene sentido, y que no hay te quiero que valga si no sale de su boca. Que ya no hay cigarrillo de después, y que no habrá más ‘tengo ganas de besarte’ cuándo esté a centímetros de ti. Y que lo bonito es querer y ser correspondido, pero lo jodido es la puta despedida, es asumir que ya no estarás a mi lado en cada amanecer, y que tampoco habrá más noche en las que diremos adiós al sol, para dar la bienvenida a la luna acompañada de sus secuaces, las estrellas.

Y sí, es real. Te echo de menos. Hoy, justo hoy hace un mes y una semana que no sé nada de ti, no te voy a mentir, sigo cada paso que das a través de las redes sociales. Sé que ahora estás con ella, y sinceramente se te ve feliz. Tus ojos brillan, y últimamente son más miel de lo normal, más miel de los que yo conocía. Tengo ganas de ti, y no puedo evitarlo. Necesito tenerte cerca y sentir que eres mío sólo mío, necesito que seas un chico duro cuándo estés con ellos, y te ablandes cuando estés conmigo. Necesito una pequeña dosis de ti, ¿Qué cojones? Te necesito a ti, entero, y aquí conmigo. Pero, sé que en el fondo volverás a ser mío, porque nuestro destino está escrito juntos.


Te saco de mis pensamientos levantándome de la cama y poniendo la radio a toda hostia como cada mañana. Hoy, no me apetece ir a primera. Paso de dar filosofía, sé que tú también la odias. Acto seguido, busco mi emisora de radio favorita, y suena ‘we cant stop’ de Miley. Al ritmo de la música me dirijo hasta el baño y templo el agua para darme una larga, y relajada ducha.

[…]

- ¿Qué haces aquí todavía cielo? - me pregunta mi madre con el mandil puesto, y la jarra de zumo en las manos.
- Me he levantado tarde mamá, solo eso - digo quitándole la jarra de las manos para servirme un zumo.
- ¿O quizás te tocaba filosofía? - dice divertida.
- Ambas cosas - carcajeo.

Dejo la mirada fija en aquel punto. Aquel marco dónde Michel colocó aquella foto que nos hicimos los tres juntos justo el día antes de despedirnos.

{Flashback}

- ¿Vais a venir? - pregunta Mike mientras se coloca su camisa de cuadros blanca y azul.
- ¿Dónde? - pregunto curiosa mientras vierto un poco de agua en mi vaso.
- No sé dónde iremos, sólo que vamos a estar todos juntos. Es el último día de verano, últimos día juntos.
- ¿Qué dices Justin? - dice Mike mirándole.
- ¿Vamos no? - sonríe.
- Me visto, y vamos.

Subo las escaleras y abro mi armario de par en par. Último día con los chicos, duele pensarlo. Último día con Justin, bajo el mismo cielo, el mismo horizonte, y la misma zona horaria. Último día en Miami.
                          Me coloco mis pantalones cortos de color verde agua, y una camiseta blanca que deja mi barriga un poco descubierta con las vans blancas a conjunto con la camiseta, y una gorra. Me echo un poco de rímel, y raya. Base. Y unas gotas de mi perfume favorito. Estoy lista.

  […]

- ¿Tara?
-¿Si?
-¿Tienes la cámara?
- Obvio. Ella viene conmigo a todos sitios - carcajeo divertida.

Comienzo a hacer fotos a unos y a otros. Flashes por allí, flashes por allá. Y ahora es mi turno, me coloco entre mi hermano, y mi novio. Los dos pequeños que más quiero. Dos personas de las cuales soy dependiente. Y salta el flash.

{Fin del flashback}

Mis ojos comienzan a ponerse brillante, y parecen una piscina. Las lágrimas quieren salir y en mi garganta hay un nudo que no me deja pasar ni la saliva, tengo miedo y no quiero que mamá me vea llorar un día más por ti. Ella está convencida de que algún día volveremos a ser uno, el problema es que yo ya no estoy tan segura.


Y para colmo, de fondo, en la radio suena mi canción favorita. Esa que me ha acompañado en mis mejores momentos, pero también en mis peores. Esa que me recuerda a nuestro primer beso, nuestro primer te quiero y también nuestro primer baile bajo la luz de las estrellas en una noche de luna llena.

|| Nueva York. Narra Justin ||

   Aparco la moto frente a las escaleras, y según bajo de ella saco un cigarrillo rubio de mi chupa para después encenderle, y dar la primera calada del día. Mis pulmones están abiertos debido a la velocidad que traía en la moto, y el fresco mañanero que corre. Y al fondo, me encuentro con su sonrisa. La sonrisa de la que hoy es mi chica. Sarah.

Subo las escaleras a un paso medio. Tengo ganas de verla, pero tampoco demasiadas, si fueses tú créeme que ya habría volado si hiciese falta para estar contigo, y en un abrir y cerrar de ojos tendría mi boca pegada a tu nuca, mientras te susurro entre suspiro y suspiro lo mucho que te quiero.

- ¡Buenos días, Bieber! - dice dándome un pequeño beso mojado en el cuello.
- ¡Buenos días, empollona! - digo en un suspiro ahogado.
- Creía que no vendrías a primera, ya sabes, toca filosofía.
- Tú y tus presentimientos. Últimamente soy puntual empollona.
- Y así me gusta, que seas un chico responsable.
- No voy a ser responsable de mis actos cómo sigas provocándome así - digo mientras la pego más a mí.

Y cuándo menos me lo espero me encuentro con sus manos enganchadas en mi pelo, y nuestras lenguas se baten en un duelo, el duelo de quién tiene más ganas de quién. ¿Sabes quién ganas? Las ganas que tengo de ti ahora mismo, porque una vez más no puedo evitar pensar que eres tú la que me está besando, y que eres tú la que me está susurrando las ganas que tenia de verme.

|| Narrador. Un mes y medio después ||

Las clases han terminado para ambos. Hace una semana que Nolan volvió a Nueva York, y que Sarah volvió a Atlanta. Su relación con Justin se ha quedado en algo pasajero que les ha hecho disfrutar a ambos durante los últimos dos meses antes de que llegase el verano y terminasen las clases.

Chaz, Eric y Justin están graduados. ¡Por fin! Ya era hora de que saliesen de ese antro para empezar al año que viene con algo que realmente les guste. Tenemos a Ryan, matriculado en la universidad de empresariales juntos a Eric y Justin. Nolan, por otra parte irá a la misma universidad que ellos, pero matriculado en otras asignaturas, para conseguir el título de ingeniero de telecomunicaciones.

Y por otro lado, tenemos a Caroline que sigue en silla de ruedas después de su accidente y se mudará a vivir a España cuándo termine el verano, y Tara matriculada en la universidad de fotografía y bellas artes en Nueva York. Quiere estar allí, y se irá junto a su hermano Michel matriculado en la misma universidad que su amigo el rubio de ojos miel.

Y bueno, Alex se matriculará en fotografía, y también lo hará en Nueva York, no podía permitirse quedar sola a su mejor amiga. Pero antes de que todo eso llegase, les quedaba algo por vivir, un verano más juntos que añadir a su calendario.

|| Atlanta. Narra Tara ||

Es viernes. 21 de Junio para ser exactos. Hace una semana que las clases terminaron, y echamos las solicitudes de matrícula en nuestras universidades. Al año que viene me iré de aquí para estudiar lo que más me gusta, y junto a mi mejor amiga Alex. Ahora mismo, me encuentro colocando mi maleta para irme cómo todos los veranos a Miami, a casa de los abuelos. Es increíble cómo pasa el tiempo, hace un año que todo comenzó, y unos ocho meses que todo terminó.

En la radio suena mi canción favorita, suena Rihanna con su éxito más escuchado del verano de 2012 ‘diamonds’.  Termino de colocar todas mis camisetas, y por último meto la cámara, el maquillaje y el cargador del móvil. Cuándo esto cerrando la maleta el móvil comienza a vibrar. Corro a cogerlo con la esperanza de que seas tú el que me está escribiendo, pero no es así.

De Alexandra:

Hola. Sólo quedan unas horas para verte. Estoy ansiosa. ¡Joder! ¿Has cambiado mucho? ¿O sigues igual de preciosa que siempre? No te olvides de llamarme. Te quiero.

Para Alexandra:

Terremoto. Sí, termino de hacer las maletas y en unas cinco horas me tienes allí. Yo también tengo muchas ganas. ¿Sabes algo de las chicas?¿Y los demás han llegado ya? No he cambiado, sigo igual. ¿Y tú? ¡Oh Dios! Claro que no me olvidaré de llamarte Alex, ¿por quién me tomas? Por cierto, he visto una foto tuya y ese rubio te queda fenomenal. Nos vemos en un rato, terremoto, te quiero más.

De Alexandra:

Sí, están todas aquí, menos Kels. Ella vendrá más tarde. Y los chicos, están todos menos Justin, y Chaz que vive con él dia sí y día también no sabe nada de él, está asustado. Calla, estúpida que me da vergüenza. Termina ya de hacer las maletas, ¡por Dios! Necesito verte. Te quiero.

Después de leer el último mensaje de Alex no puedo evitar carcajear, aunque por dentro estoy nerviosa. ¿Dónde estará Justin? Quizás este verano decida no ir a Miami. Lo peor de todo es que ni Chaz sabe algo de él. Esto es demasiado raro.

Termino mi maleta, y la coloco en el coche. Sólo me quedan cinco horas de viaje para poder disfrutar del calor, la playa, hacer skate, y de mis amigos.

||Nueva York. Narra Justin ||

Mi maleta está terminada y mamá y los pequeños me están esperando abajo. Mi teléfono lleva sonando desde ayer, el capullo de Chazno deja de tuyirme a mensajes y siempre se me olvida contestarle. Ahora, cuándo me monte en el coche le contestaré con total tranquilidad.

Estoy montado en el coche. Me coloco mis cascos, y el primer pensamiento que se me viene a la cabeza es cómo reaccionar cuándo te vea. Te echo de menos, pero después de mis palabras la última vez que hablamos no sé si seguirás sintiendo lo mismo, el segundo pensamiento es si habrás cambiado, estarás mas guapa, tu color de pelo quizás sea distinto, y el tercero es uno que me hace reír, y es que seguro que sigues siendo la misma estúpida con pinta de machorro que va a todos lados con su gorra, sus vans y su skate, vacilando a todo aquel que quiera quedarse por encima de ti.

Cogo mi móvil y me digno a contestar a Chaz.

                                  
Para Somers:

Man, no me mates. He estado haciendo la maleta y no me ha dado tiempo de contestarte. ¿Cómo van las cosas por Miami? ¿Estáis ya todos?.


De Somers:

No te mataré man, pero créeme que me tienes preocupado, hace dos semanas que no se de ti y vivimos en la misma ciudad, vamos a ir a la misma universidad y íbamos al mismo instituto. Estás perdido, Bieber, más de lo normal. No, no estamos todos, faltáis tú y Weasly, tampoco se nada de ella.

Para Somers:

Bueno man, dicen que lo bueno se hace esperar. Estoy llegando al aeropuerto, nos vemos en unas horas. Un abrazo, bro.


Y sin esperar respuesta alguna guardo mi móvil en mi bolsillo, me bajo del coche y cojo camino al avión. Sólo me quedan cinco horas para volver a cruzarme con tu sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario