· Capitulo 30.
|| Nueva York. Una semana
después ||
· Narra Justin.
El sol se cuela divertido entre la persiana
de mi habitación y rebota contra las paredes lilas que me rodean. El ruido de
la aspiradora de mi madre hace que me sobresalte de la cama. El pie izquierdo
toca el suelo, y un escalofrío recorre mi cuerpo debido a la temperatura que
tiene este, y hace que mi piel se erice y mis pelos se pongan de punta.
Cojo uno bóxer del armario y me dirijo hasta el cuarto de baño. Abro
el grifo de la ducha dejando que se caliente mientras da pequeños golpes contra
el suelo de la bañera, me desprendo de mi ropa sucia que ahora mismo me sobra y
la tiro sobre el cesto de la ropa sucia.
Últimamente todo me va demasiado bien. Puedo decir que soy yo mismo
acompañado de una persona que me hace mantener los pies en el suelo, pero
mentiría que si no dijese que tú, pasas cada día por mi cabeza. En realidad,
sí, ella me hace feliz pero cada cosa que hago con ella me recuerda a ti. Sus
besos. Sus abrazos. Sus te quiero. Su forma de comportarse algunos días. Todos
me dicen que ella se parece bastante a ti y que me estoy volviendo un poco
loco. Hace un mes y una semana que no se nada ti. Sólo queda un mes y medio
para volver a vernos. Y sinceramente, no dejo de preguntarme cual será tu cara
al verme.
Sacudo la cabeza sacando mis pensamientos y me meto debajo de la
ducha. Dejo el agua caiga por mi espalda, y al segundo me aplico un poco de
champú en el pelo masajeando mi cuero cabelludo. Aclaro con bastante agua, y
esparzo en jabón por mi cuerpo quitando todo rastro de suciedad que pueda haber
en él.
Enrollo una toalla a la altura de mi cintura, y sacudo mi pelo dando
golpes secos con mi cuello de un lado a otro. Me coloco el bóxer y mis
pantalones pitillos vaqueros favoritos, esos que a ti tanto te gustan. No sé
porque últimamente no puedo dejar de pensar en ti, me estoy volviendo loco.
Cojo mi camiseta blanca de pico y me la coloco, después esparzo unas gotitas de
mi colonia favorita, tú colonia favorita, y me coloco las vans blancas.
Preparado para empezar un día más lleno de mentiras y aparentar estar enamorado
de ella cuándo en realidad, muero por volver a tenerte cerca por volver a
sentir el roce de tú piel con la mía, y sentir cómo tu corazón se agita cuándo
me tienes cerca.
[…]
Bajo las escaleras hasta el sótano y enciendo mi moto. Tres toques al
acelerador y pongo camino al instituto. En diez minutos estaré allí.
|| Atlanta. Una semana después ||
· Narra Tara.
Son las ocho de la mañana y
tan solo queda media hora para que empiecen las clases de hoy. Sólo queda un
mes y medio de vacaciones. Un mes y medio para volver a chocarme con tus ojos
miel y el lunar que tienes en el lado derecho de la cara acompañado de esa
cicatriz tan graciosa y apenas visible.
Todos queremos una relación. Todos queremos sentir que alguien nos
quiere. Que venga cuando estemos malas. Que nos despierten con un ‘buenos días,
pequeña’ y nos manden a dormir con un ‘descansa, enana’. Y cuando lo tienes, y
se va te das cuenta de que no hay caladas que llenen el vació que te dejó, que
nadie podrá llenar ese hueco que dejó en tu alma, y que no habrá clavo que sea
capaz de sacar ese que el clavó en lo más hondo de ti. Que los petas ya no
tiene sentido, y que no hay te quiero que valga si no sale de su boca. Que ya
no hay cigarrillo de después, y que no habrá más ‘tengo ganas de besarte’
cuándo esté a centímetros de ti. Y que lo bonito es querer y ser correspondido,
pero lo jodido es la puta despedida, es asumir que ya no estarás a mi lado en
cada amanecer, y que tampoco habrá más noche en las que diremos adiós al sol,
para dar la bienvenida a la luna acompañada de sus secuaces, las estrellas.
Y sí, es real. Te echo de menos. Hoy, justo hoy hace un mes y una
semana que no sé nada de ti, no te voy a mentir, sigo cada paso que das a
través de las redes sociales. Sé que ahora estás con ella, y sinceramente se te
ve feliz. Tus ojos brillan, y últimamente son más miel de lo normal, más miel
de los que yo conocía. Tengo ganas de ti, y no puedo evitarlo. Necesito tenerte
cerca y sentir que eres mío sólo mío, necesito que seas un chico duro cuándo
estés con ellos, y te ablandes cuando estés conmigo. Necesito una pequeña dosis
de ti, ¿Qué cojones? Te necesito a ti, entero, y aquí conmigo. Pero, sé que en
el fondo volverás a ser mío, porque nuestro destino está escrito juntos.
Te saco de mis pensamientos levantándome de la cama y poniendo la
radio a toda hostia como cada mañana. Hoy, no me apetece ir a primera. Paso de
dar filosofía, sé que tú también la odias. Acto seguido, busco mi emisora de
radio favorita, y suena ‘we cant stop’ de Miley. Al ritmo de la música me
dirijo hasta el baño y templo el agua para darme una larga, y relajada ducha.
[…]
- ¿Qué haces aquí todavía cielo? - me pregunta mi madre con el mandil
puesto, y la jarra de zumo en las manos.
- Me he levantado tarde mamá, solo eso - digo quitándole la jarra de
las manos para servirme un zumo.
- ¿O quizás te tocaba filosofía? - dice divertida.
- Ambas cosas - carcajeo.
Dejo la mirada fija en aquel punto. Aquel marco dónde Michel colocó
aquella foto que nos hicimos los tres juntos justo el día antes de despedirnos.
{Flashback}
- ¿Vais a venir? - pregunta Mike mientras se coloca su camisa de
cuadros blanca y azul.
- ¿Dónde? - pregunto curiosa mientras vierto un poco de agua en mi
vaso.
- No sé dónde iremos, sólo que vamos a estar todos juntos. Es el
último día de verano, últimos día juntos.
- ¿Qué dices Justin? - dice Mike mirándole.
- ¿Vamos no? - sonríe.
- Me visto, y vamos.
Subo las escaleras y abro mi armario de par en par. Último día con los
chicos, duele pensarlo. Último día con Justin, bajo el mismo cielo, el mismo
horizonte, y la misma zona horaria. Último día en Miami.
Me coloco mis pantalones cortos de color verde
agua, y una camiseta blanca que deja mi barriga un poco descubierta con las
vans blancas a conjunto con la camiseta, y una gorra. Me echo un poco de rímel,
y raya. Base. Y unas gotas de mi perfume favorito. Estoy lista.
[…]
- ¿Tara?
-¿Si?
-¿Tienes la cámara?
- Obvio. Ella viene conmigo a todos sitios - carcajeo divertida.
Comienzo a hacer fotos a unos y a otros. Flashes por allí, flashes por
allá. Y ahora es mi turno, me coloco entre mi hermano, y mi novio. Los dos
pequeños que más quiero. Dos personas de las cuales soy dependiente. Y salta el
flash.
{Fin del flashback}
Mis ojos comienzan a ponerse brillante, y parecen una piscina. Las
lágrimas quieren salir y en mi garganta hay un nudo que no me deja pasar ni la
saliva, tengo miedo y no quiero que mamá me vea llorar un día más por ti. Ella
está convencida de que algún día volveremos a ser uno, el problema es que yo ya
no estoy tan segura.
Y para colmo, de fondo, en la radio suena mi canción favorita. Esa que
me ha acompañado en mis mejores momentos, pero también en mis peores. Esa que
me recuerda a nuestro primer beso, nuestro primer te quiero y también nuestro
primer baile bajo la luz de las estrellas en una noche de luna llena.
|| Nueva York. Narra Justin ||
Aparco la moto frente a las
escaleras, y según bajo de ella saco un cigarrillo rubio de mi chupa para
después encenderle, y dar la primera calada del día. Mis pulmones están
abiertos debido a la velocidad que traía en la moto, y el fresco mañanero que
corre. Y al fondo, me encuentro con su sonrisa. La sonrisa de la que hoy es mi
chica. Sarah.
Subo las escaleras a un paso medio. Tengo ganas de verla, pero tampoco
demasiadas, si fueses tú créeme que ya habría volado si hiciese falta para
estar contigo, y en un abrir y cerrar de ojos tendría mi boca pegada a tu nuca,
mientras te susurro entre suspiro y suspiro lo mucho que te quiero.
- ¡Buenos días, Bieber! - dice dándome un pequeño beso mojado en el
cuello.
- ¡Buenos días, empollona! - digo en un suspiro ahogado.
- Creía que no vendrías a primera, ya sabes, toca filosofía.
- Tú y tus presentimientos. Últimamente soy puntual empollona.
- Y así me gusta, que seas un chico responsable.
- No voy a ser responsable de mis actos cómo sigas provocándome así -
digo mientras la pego más a mí.
Y cuándo menos me lo espero me encuentro con sus manos enganchadas en
mi pelo, y nuestras lenguas se baten en un duelo, el duelo de quién tiene más
ganas de quién. ¿Sabes quién ganas? Las ganas que tengo de ti ahora mismo,
porque una vez más no puedo evitar pensar que eres tú la que me está besando, y
que eres tú la que me está susurrando las ganas que tenia de verme.
|| Narrador. Un mes y medio después ||
Las clases han terminado para ambos. Hace una semana que Nolan volvió
a Nueva York, y que Sarah volvió a Atlanta. Su relación con Justin se ha
quedado en algo pasajero que les ha hecho disfrutar a ambos durante los últimos
dos meses antes de que llegase el verano y terminasen las clases.
Chaz, Eric y Justin están graduados. ¡Por fin! Ya era hora de que
saliesen de ese antro para empezar al año que viene con algo que realmente les
guste. Tenemos a Ryan, matriculado en la universidad de empresariales juntos a
Eric y Justin. Nolan, por otra parte irá a la misma universidad que ellos, pero
matriculado en otras asignaturas, para conseguir el título de ingeniero de
telecomunicaciones.
Y por otro lado, tenemos a Caroline que sigue en silla de ruedas
después de su accidente y se mudará a vivir a España cuándo termine el verano,
y Tara matriculada en la universidad de fotografía y bellas artes en Nueva
York. Quiere estar allí, y se irá junto a su hermano Michel matriculado en la
misma universidad que su amigo el rubio de ojos miel.
Y bueno, Alex se matriculará en fotografía, y también lo hará en Nueva
York, no podía permitirse quedar sola a su mejor amiga. Pero antes de que todo
eso llegase, les quedaba algo por vivir, un verano más juntos que añadir a su
calendario.
|| Atlanta. Narra Tara ||
Es viernes. 21 de Junio para ser exactos. Hace una semana que las
clases terminaron, y echamos las solicitudes de matrícula en nuestras
universidades. Al año que viene me iré de aquí para estudiar lo que más me
gusta, y junto a mi mejor amiga Alex. Ahora mismo, me encuentro colocando mi
maleta para irme cómo todos los veranos a Miami, a casa de los abuelos. Es
increíble cómo pasa el tiempo, hace un año que todo comenzó, y unos ocho meses
que todo terminó.
En la radio suena mi canción favorita, suena Rihanna con su éxito más
escuchado del verano de 2012 ‘diamonds’.
Termino de colocar todas mis camisetas, y por último meto la cámara, el
maquillaje y el cargador del móvil. Cuándo esto cerrando la maleta el móvil
comienza a vibrar. Corro a cogerlo con la esperanza de que seas tú el que me
está escribiendo, pero no es así.
De Alexandra:
Hola. Sólo quedan
unas horas para verte. Estoy ansiosa. ¡Joder! ¿Has cambiado mucho? ¿O sigues
igual de preciosa que siempre? No te olvides de llamarme. Te quiero.
Para Alexandra:
Terremoto. Sí,
termino de hacer las maletas y en unas cinco horas me tienes allí. Yo también
tengo muchas ganas. ¿Sabes algo de las chicas?¿Y los demás han llegado ya? No
he cambiado, sigo igual. ¿Y tú? ¡Oh Dios! Claro que no me olvidaré de llamarte
Alex, ¿por quién me tomas? Por cierto, he visto una foto tuya y ese rubio te
queda fenomenal. Nos vemos en un rato, terremoto, te quiero más.
De Alexandra:
Sí, están todas
aquí, menos Kels. Ella vendrá más tarde. Y los chicos, están todos menos
Justin, y Chaz que vive con él dia sí y día también no sabe nada de él, está
asustado. Calla, estúpida que me da vergüenza. Termina ya de hacer las maletas,
¡por Dios! Necesito verte. Te quiero.
Después de leer el último mensaje de Alex no puedo evitar carcajear,
aunque por dentro estoy nerviosa. ¿Dónde estará Justin? Quizás este verano
decida no ir a Miami. Lo peor de todo es que ni Chaz sabe algo de él. Esto es
demasiado raro.
Termino mi maleta, y la coloco en el coche. Sólo me quedan cinco horas
de viaje para poder disfrutar del calor, la playa, hacer skate, y de mis
amigos.
||Nueva York. Narra Justin ||
Mi maleta está terminada y mamá y los pequeños me están esperando
abajo. Mi teléfono lleva sonando desde ayer, el capullo de Chazno deja de
tuyirme a mensajes y siempre se me olvida contestarle. Ahora, cuándo me monte
en el coche le contestaré con total tranquilidad.
Estoy montado en el coche. Me coloco mis cascos, y el primer
pensamiento que se me viene a la cabeza es cómo reaccionar cuándo te vea. Te
echo de menos, pero después de mis palabras la última vez que hablamos no sé si
seguirás sintiendo lo mismo, el segundo pensamiento es si habrás cambiado,
estarás mas guapa, tu color de pelo quizás sea distinto, y el tercero es uno
que me hace reír, y es que seguro que sigues siendo la misma estúpida con pinta
de machorro que va a todos lados con su gorra, sus vans y su skate, vacilando a
todo aquel que quiera quedarse por encima de ti.
Cogo mi móvil y me digno a contestar a Chaz.
Para Somers:
Man, no me mates. He
estado haciendo la maleta y no me ha dado tiempo de contestarte. ¿Cómo van las
cosas por Miami? ¿Estáis ya todos?.
De Somers:
No te mataré man,
pero créeme que me tienes preocupado, hace dos semanas que no se de ti y
vivimos en la misma ciudad, vamos a ir a la misma universidad y íbamos al mismo
instituto. Estás perdido, Bieber, más de lo normal. No, no estamos todos,
faltáis tú y Weasly, tampoco se nada de ella.
Para Somers:
Bueno man, dicen que
lo bueno se hace esperar. Estoy llegando al aeropuerto, nos vemos en unas
horas. Un abrazo, bro.
Y sin esperar respuesta alguna guardo mi móvil en mi bolsillo, me bajo
del coche y cojo camino al avión. Sólo me quedan cinco horas para volver a
cruzarme con tu sonrisa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario