viernes, 25 de enero de 2013

· Capitulo XIV



· Capitulo XIV

La relación de Justin y Tara va viento en popa. La única discusión que tienen dónde van pasar el día. Quien roba más besos, o quien da mejores caricias. Se reconcilian con un beso o un abrazo. Están echos el uno para el otro. Unidos más que nunca. Pero no todo es para siempre, y el fin del verano llegará pronto. Cada uno volverá a su destino. Cada uno volverá a su ciudad dónde tienen su rutina. Sus amigos diarios. Su colegio. Su casa. Sus estudios. Dónde tienen todo.

Desde que están juntos es cómo si el tiempo pasara más rápido. Ya hace dos semanas que son pareja. Que son 'ellos'. Que pasan juntos veinticuatro horas al día. Que sus besos son la mejor medicina para los malos. Y que uno es el motivo de la sonrisa del otro.

-¿Dónde me llevas?Sabes que no me gustan las sorpresas.
-Calla.
-No Justin, ¿dónde vamos?
-Calla Tara.
-No me voy a callar hasta que no me digas dónde vamos.

Y la calla con un beso. Es la mejor manera de callarla, pero Tara no es muy conformista y seguirá insistiendo.
Van en el coche de camino a Dios sabe dónde. La vida de Justin es más interesante de lo que ella misma cree. Hay cosas que ella no sabe, y que algún día deberá saber si estoy sigue hacia adelante. Pero poco a poco, y tiempo al tiempo. ¿Por qué adelanta acontecimientos?

-Ya hemos llegado.
-Dios.
-¿Te gusta?
-Sí.

Justin la ha llevado a un lago. Un lago apartado de toda la ciudad. Dónde el pasa las noches que no sabe que hacer con su vida, o con sus sentimientos. El lago dónde despeja su cerebro, y reflexiona sobre todo lo que le preocupa.
Aún llevan dos semanas y ninguno se ha dedicado el primer 'te quiero' o el primer 'me haces falta'. Aún ninguno ha dado a demostrar sus sentimientos a base de palabras. Quizás sobren, pero ahora mismo faltan. Uno no lo dice por miedo a ir deprisa, y la otra por miedo a ser rechazada.

-Ven, vamos ahí.
-Aquí hace más frío que en la ciudad.
-Aquí apenas hay contaminación Tara, y eso cuenta.
-Estúpido.
-Imbécil

[...]

Tara y Justin se encuentran tumbados en el verde césped que rodea el lago. El viento remueve el pelo de Tara. 
Justin se levanta de un impulso y levanta a Tara con él. Necesita hacer algo.
La coge de la mano, y echa a correr, ella corre detrás de él, agarrada a su mano. El viento despeina el cabello de ambos, y no pueden parar de carcajear, tienen la adrenalina por las nubes.

-Estas loco.
-Podrías haberte soltado.
-Nunca te voy a soltar.
-Y claro que estoy loco Tara, por ti.

Agarrado de la mano y dedicándose mil y una mirada vuelven al sitio dónde estaban antes. Tara está preocupada, están a finales de Julio y en un mes y poco ella volverá a Atlanta, y Justin a Nueva York. Tiene miedo de saber que pasará con ellos, si seguirán juntos o no. Pero si algo tiene claro, es que va a disfrutar de él hasta el ultimo momento.

-Justin.
El acaricia su pelo cómo si de seda se tratase. Y ella le dedica sonrisas cada vez que se miran.
-¿Si?
-¿Que habrá después de esto?
-¿A que te refieres estúpida?
-Ya sabes, el verano se acaba.
-Acaba de empezar.
-Seamos realistas.
-Tara, yo estaré aquí a tu lado siempre.
-Un puñado de kilómetros no hará que te quiera menos.

¿Se han dicho te quiero?Ellos creen que no. Justin cree que es una simple expresión, y Tara cree estar arrepentida de ello, pero lo siente, siente que le quiere a cada día más, siente que es cómo su oxigeno, y que si ahora los separan no podría sobrevivir un día sin oler esa colonia que tanto le gusta, sin saborear sus besos con sabor a pasta de menta, o sin sus besos en el cuello. Y tampoco sin todos esos 'buenos días, princesa'

· Narra Tara.

Mi corazón va a mil por hora cada vez que le noto cerca. Es cómo si el mismo fuese el responsable de que mi corazón de latidos, de que mis pulmones se llenen de oxígeno, el responsable de que todos y cada uno de mis órganos funcionen cómo es debido. Estoy segura de que me he acostumbrado a él. A sus buenos días princesa, a sus estúpida, a sus besos, a sus abrazos, a que me agarre de la mano, a que me retire el pelo de la cara, a que todos los días me diga lo guapa que estoy. Creo que me he vuelto adicta a su colonia, adicta a besos con sabor a menta. Estoy segura de que tiene parte de mi corazón, pero también aseguro que es la pieza del puzzle que faltaba en mi vida. Es quien me da emoción, sentimiento, pasión, cariño. Es todo lo que me faltaba.
Me llena. Cuando me separo de él me siento vacía. Sé que el también.
Cuando nos despedimos y sólo han pasado dos minutos ya le he echo de menos.
Creo que me estoy volviendo loca. Yo era de las que decía que no puedes querer algo que antes has odiado, pero que si puedes odiar algo que has querido. Es irónico. Ahora estoy aquí, abrazada al chico que me ha sacado de quicio más de mil veces por día, al que me ha insultado sólo porque no era suya, al que he vuelto loca. Lo único es que el no sabe que el también me tenía loca amí, que ha puesto mi vida patas arriba. Sólo una cosa más, 'se que merecerá la pena'
Y también de que estamos echos el uno para el otro. Y que lo que ha unido el destino no podrá separarlo un puñado de kilómetros. 
Por último también estoy segura de que le quiero, y para el resto de mi vida.

-Justin.
-Dime estúpida.
-Te quiero imbécil.
Y le beso.Ahora sí estoy segura de todo esto. Y también estoy segura que lucharé hasta el final para tenerle conmigo hasta que mi pelo este lleno de blanco, y mis arrugas sean lo más marcado de mi cara.
-Yo también te quiero estúpida.

Y me besa. Dulce. Tierno. Cariñoso. Apasionado.
Tengo ganas de él a todas horas del día. Tengo ganas de que por fin algo salga bien, y sé que es el chico perfecto. Sólos el y yo.

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viernes, 25 de enero de 2013

· Capitulo XIV



· Capitulo XIV

La relación de Justin y Tara va viento en popa. La única discusión que tienen dónde van pasar el día. Quien roba más besos, o quien da mejores caricias. Se reconcilian con un beso o un abrazo. Están echos el uno para el otro. Unidos más que nunca. Pero no todo es para siempre, y el fin del verano llegará pronto. Cada uno volverá a su destino. Cada uno volverá a su ciudad dónde tienen su rutina. Sus amigos diarios. Su colegio. Su casa. Sus estudios. Dónde tienen todo.

Desde que están juntos es cómo si el tiempo pasara más rápido. Ya hace dos semanas que son pareja. Que son 'ellos'. Que pasan juntos veinticuatro horas al día. Que sus besos son la mejor medicina para los malos. Y que uno es el motivo de la sonrisa del otro.

-¿Dónde me llevas?Sabes que no me gustan las sorpresas.
-Calla.
-No Justin, ¿dónde vamos?
-Calla Tara.
-No me voy a callar hasta que no me digas dónde vamos.

Y la calla con un beso. Es la mejor manera de callarla, pero Tara no es muy conformista y seguirá insistiendo.
Van en el coche de camino a Dios sabe dónde. La vida de Justin es más interesante de lo que ella misma cree. Hay cosas que ella no sabe, y que algún día deberá saber si estoy sigue hacia adelante. Pero poco a poco, y tiempo al tiempo. ¿Por qué adelanta acontecimientos?

-Ya hemos llegado.
-Dios.
-¿Te gusta?
-Sí.

Justin la ha llevado a un lago. Un lago apartado de toda la ciudad. Dónde el pasa las noches que no sabe que hacer con su vida, o con sus sentimientos. El lago dónde despeja su cerebro, y reflexiona sobre todo lo que le preocupa.
Aún llevan dos semanas y ninguno se ha dedicado el primer 'te quiero' o el primer 'me haces falta'. Aún ninguno ha dado a demostrar sus sentimientos a base de palabras. Quizás sobren, pero ahora mismo faltan. Uno no lo dice por miedo a ir deprisa, y la otra por miedo a ser rechazada.

-Ven, vamos ahí.
-Aquí hace más frío que en la ciudad.
-Aquí apenas hay contaminación Tara, y eso cuenta.
-Estúpido.
-Imbécil

[...]

Tara y Justin se encuentran tumbados en el verde césped que rodea el lago. El viento remueve el pelo de Tara. 
Justin se levanta de un impulso y levanta a Tara con él. Necesita hacer algo.
La coge de la mano, y echa a correr, ella corre detrás de él, agarrada a su mano. El viento despeina el cabello de ambos, y no pueden parar de carcajear, tienen la adrenalina por las nubes.

-Estas loco.
-Podrías haberte soltado.
-Nunca te voy a soltar.
-Y claro que estoy loco Tara, por ti.

Agarrado de la mano y dedicándose mil y una mirada vuelven al sitio dónde estaban antes. Tara está preocupada, están a finales de Julio y en un mes y poco ella volverá a Atlanta, y Justin a Nueva York. Tiene miedo de saber que pasará con ellos, si seguirán juntos o no. Pero si algo tiene claro, es que va a disfrutar de él hasta el ultimo momento.

-Justin.
El acaricia su pelo cómo si de seda se tratase. Y ella le dedica sonrisas cada vez que se miran.
-¿Si?
-¿Que habrá después de esto?
-¿A que te refieres estúpida?
-Ya sabes, el verano se acaba.
-Acaba de empezar.
-Seamos realistas.
-Tara, yo estaré aquí a tu lado siempre.
-Un puñado de kilómetros no hará que te quiera menos.

¿Se han dicho te quiero?Ellos creen que no. Justin cree que es una simple expresión, y Tara cree estar arrepentida de ello, pero lo siente, siente que le quiere a cada día más, siente que es cómo su oxigeno, y que si ahora los separan no podría sobrevivir un día sin oler esa colonia que tanto le gusta, sin saborear sus besos con sabor a pasta de menta, o sin sus besos en el cuello. Y tampoco sin todos esos 'buenos días, princesa'

· Narra Tara.

Mi corazón va a mil por hora cada vez que le noto cerca. Es cómo si el mismo fuese el responsable de que mi corazón de latidos, de que mis pulmones se llenen de oxígeno, el responsable de que todos y cada uno de mis órganos funcionen cómo es debido. Estoy segura de que me he acostumbrado a él. A sus buenos días princesa, a sus estúpida, a sus besos, a sus abrazos, a que me agarre de la mano, a que me retire el pelo de la cara, a que todos los días me diga lo guapa que estoy. Creo que me he vuelto adicta a su colonia, adicta a besos con sabor a menta. Estoy segura de que tiene parte de mi corazón, pero también aseguro que es la pieza del puzzle que faltaba en mi vida. Es quien me da emoción, sentimiento, pasión, cariño. Es todo lo que me faltaba.
Me llena. Cuando me separo de él me siento vacía. Sé que el también.
Cuando nos despedimos y sólo han pasado dos minutos ya le he echo de menos.
Creo que me estoy volviendo loca. Yo era de las que decía que no puedes querer algo que antes has odiado, pero que si puedes odiar algo que has querido. Es irónico. Ahora estoy aquí, abrazada al chico que me ha sacado de quicio más de mil veces por día, al que me ha insultado sólo porque no era suya, al que he vuelto loca. Lo único es que el no sabe que el también me tenía loca amí, que ha puesto mi vida patas arriba. Sólo una cosa más, 'se que merecerá la pena'
Y también de que estamos echos el uno para el otro. Y que lo que ha unido el destino no podrá separarlo un puñado de kilómetros. 
Por último también estoy segura de que le quiero, y para el resto de mi vida.

-Justin.
-Dime estúpida.
-Te quiero imbécil.
Y le beso.Ahora sí estoy segura de todo esto. Y también estoy segura que lucharé hasta el final para tenerle conmigo hasta que mi pelo este lleno de blanco, y mis arrugas sean lo más marcado de mi cara.
-Yo también te quiero estúpida.

Y me besa. Dulce. Tierno. Cariñoso. Apasionado.
Tengo ganas de él a todas horas del día. Tengo ganas de que por fin algo salga bien, y sé que es el chico perfecto. Sólos el y yo.

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