viernes, 11 de enero de 2013

· Capitulo 8.


·Capitulo VIII

Un nuevo día comienza para Tara que no pudo pegar ojo hasta las ocho de la mañana debido a que su mejor amiga aún no habia llegado a casa. 
Cómo sabeis Alex despareció con Harry, su ex novio. Bueno es relativamente porque después de estar con Harry estuvo con Butler.

-Alexandra.
-¿Que quieres pesada?
-Tía no me vuelvas a hacer eso, estaba super asustada.
-Tía lo siento.
-No pasa nada, pero no lo vuelvas a hacer.
-¿Que hora es?
-Son las cuatro de la tarde Alex.

Tara se levanta de la cama de impulso aunque el sueño puede con ella. Sólo ha dormido ocho horas, y la noche fue bastanta larga. La pesa la cabeza y tiene un sed que se bebería un tanque entero de agua, todos los conocemos cómo resaca, aunque su dolor de cabeza no solo es por los efectos segundarios del alchol si no también por todas las vueltas que le dió anoche a su beso, mejor dicho a sus besos con Justin. Sabe que no fue lo correcto porque quedó cómo una chica fácil cuándo bebe, pero tiene claro que lo de anoche no fue el comienzo de ninguna historia, ni nada por el estilo. Fue un lio rápido y punto.

Tara se mete en la ducha intentado despejar sus ideas, pero no puede sacarse el beso de la cabeza, ni mucho menos las palabras de Justin. Ella le gustaba eso está claro, y también viceversa. Tara estaba empezando a sentir por Justin, algo raro más que odio, un sentimiento contradictorio. 
Tras una media hora contada por el reloj de su mejor amiga, Tara sale del baño. 

-Tía, Tara
-Dime 
-¿Que cojones te pasa?
-Amí, nada.

[...]

Alex ya ha ido de casa de Tara. Y la verdad estaba más feliz de lo normal. ¿El motivo? Alex ha vuelto con Harry, si forma parte del grupo de los estúpidos pero él es diferente a los demás. Es distinto. No se mete con la gente por sentirse mejor, ni fuma ninguna sustancia extraña. Es él en cada momento y realmente es lo que más le gusta a Alex, que siendo cómo es sus amigos le siguen aceptando.

· Narra Tara.

No sé que hacer y toda la habitación me da vueltas. No me encuentro bien, y necesito dormir sólo que el beso me sigue quitando el sueño. ¿Porqué jodida razón le doy tantisima importancia? No sentí nada especial. Sentí lo mismo que cuando me besé con mi hermano Mike por equivocación. El sentimiento fue nulo.

Necesito desconectar y vuelvo a descolgar mi guitarra. Dos días seguidos no es una buena señal. Toco por entretenimiento, pero también cuando estoy mal, y necesito liberarme.

Acordes por aquí. Y acordes por allá. Nada en claro sale. Sólo un conjunto de notas que no me van a llevar a ninguna parte.
Es hora de demostrar todo lo que sé. Y comienzo a tocar Diamonds de Rihanna. Me tiré dos semanas para poder aprenderme todas y cada una de las notas, porque la letra ya me la sabía. Es una idola. Y es mi idola.
Quizás algun día yo sea cómo ella, pero sólo quizás.

-Tara.
-¿Que quieres Mike?
-Tienes visita.
-Que pase.

Y no miro a la puerta. No tengo ganas. Aunque mis pintas son algo considerables. Mi pantalón corto del pijama, con una camiseta que se me ve el ombligo que pone 'Swag on you' y un moño deshecho debido a que no me apetecía peinarme más de lo que estoy. Y no me preocupa quien sea, quizás sea Alex otra vez, o mi abuela, quizás sea alguna de las vecinas del barrio, o algun amigo del Mike con el que me llevo bien. Aunque de esos hay pocos.

-Weasly.
-¿Que cojones haces aquí Justin? 
Y suelto la guitarra. No entiendo nada. ¿Que hace aquí?¿Que quiere?¿Porqué?
Que se large.
-Buenos días a ti también.
-En todo caso buenas tardes. ¡Largate!
-Anoche no decías eso.
Y ¡zas! en toda mi jodida boca. Este tipo de reproches son los que yo quería quitar del medio. Ahora el tira y afloja será mas intenso que antes y más sabiendo que los dos nos gustamos, y que lo que más nos gusta a uno del otro es este caracter.
-¡Que te larges!
-Sólo venia a darte esto. Se te perdió anoche cuando te fuistes.
-Anoche, anoche y más anoche. Bieber lo de anoche no significó nada. Te dije que no soy fácil. Un beso guarro, con un estúpido cualquiera. Vuelve a tu habitat quizás tu reala de perros te esté esperando.
-Eres una borde.
-Y tu un estúpido inmaduro. ¿Que te crees que no sé a los que has venido? Bieber, Bieber. Sé mucho más que tú.
-¿A que he venido lista?
-A por otra dosís de besos. Anoche me quedó claro que te mueres por mis huesos. Y la tortillas se ha dado la vuelta, esta vez soy yo la que tiene en la palma de su mano a uno de los estúpidos. 

Y se va. Sé que he sido dura. No es mi mejor momento y quizás lo haya pagado con él. Odio al tipo de chicos cómo él. Si se cree que me tendrá en su mano al segundo día de comerme la boca, la lleva clara. Poco a poco si quiere, y a mi ritmo, aunque realmente eso él no lo sabe.

Ahora me siento mal. Quizás me haya pasado demasiado con él. En el fondo nunca me ha echo daño. Quizás con alguno de sus comentarios, pero sinceramente que me llamen lesbiana no me afecta, no es verdad, así que me es indiferente.

-Justin.
-¿Si?
-Lo siento, creo que me he pasado. Ahora ¡lárgate! no quiero saber nada más de ti.
-Poco a poco Weasly.
-No. Aquí mando yo. Y las cosas a mi ritmo. Te odio.

Y Justin cierra la puerta de un portazo. Parecemos novios, y realmente me asusta.
No sé que voy a hacer con mi vida, este chico me está volviendo totalmente loca. Es cómo si me estuviese enamorando con odio. Y día que pasa mis pensamientos se lían más y más, cómo el garabato que pinta un crío diciendo que son su mamá y su papa.
No sé dónde me he metido, solo sé que de aquí, quizás no sea capaz de salir sin heridas, pero creo que valdrá la pena.
Por una vez, Tara Weasly es la que lleva los pantalones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

viernes, 11 de enero de 2013

· Capitulo 8.


·Capitulo VIII

Un nuevo día comienza para Tara que no pudo pegar ojo hasta las ocho de la mañana debido a que su mejor amiga aún no habia llegado a casa. 
Cómo sabeis Alex despareció con Harry, su ex novio. Bueno es relativamente porque después de estar con Harry estuvo con Butler.

-Alexandra.
-¿Que quieres pesada?
-Tía no me vuelvas a hacer eso, estaba super asustada.
-Tía lo siento.
-No pasa nada, pero no lo vuelvas a hacer.
-¿Que hora es?
-Son las cuatro de la tarde Alex.

Tara se levanta de la cama de impulso aunque el sueño puede con ella. Sólo ha dormido ocho horas, y la noche fue bastanta larga. La pesa la cabeza y tiene un sed que se bebería un tanque entero de agua, todos los conocemos cómo resaca, aunque su dolor de cabeza no solo es por los efectos segundarios del alchol si no también por todas las vueltas que le dió anoche a su beso, mejor dicho a sus besos con Justin. Sabe que no fue lo correcto porque quedó cómo una chica fácil cuándo bebe, pero tiene claro que lo de anoche no fue el comienzo de ninguna historia, ni nada por el estilo. Fue un lio rápido y punto.

Tara se mete en la ducha intentado despejar sus ideas, pero no puede sacarse el beso de la cabeza, ni mucho menos las palabras de Justin. Ella le gustaba eso está claro, y también viceversa. Tara estaba empezando a sentir por Justin, algo raro más que odio, un sentimiento contradictorio. 
Tras una media hora contada por el reloj de su mejor amiga, Tara sale del baño. 

-Tía, Tara
-Dime 
-¿Que cojones te pasa?
-Amí, nada.

[...]

Alex ya ha ido de casa de Tara. Y la verdad estaba más feliz de lo normal. ¿El motivo? Alex ha vuelto con Harry, si forma parte del grupo de los estúpidos pero él es diferente a los demás. Es distinto. No se mete con la gente por sentirse mejor, ni fuma ninguna sustancia extraña. Es él en cada momento y realmente es lo que más le gusta a Alex, que siendo cómo es sus amigos le siguen aceptando.

· Narra Tara.

No sé que hacer y toda la habitación me da vueltas. No me encuentro bien, y necesito dormir sólo que el beso me sigue quitando el sueño. ¿Porqué jodida razón le doy tantisima importancia? No sentí nada especial. Sentí lo mismo que cuando me besé con mi hermano Mike por equivocación. El sentimiento fue nulo.

Necesito desconectar y vuelvo a descolgar mi guitarra. Dos días seguidos no es una buena señal. Toco por entretenimiento, pero también cuando estoy mal, y necesito liberarme.

Acordes por aquí. Y acordes por allá. Nada en claro sale. Sólo un conjunto de notas que no me van a llevar a ninguna parte.
Es hora de demostrar todo lo que sé. Y comienzo a tocar Diamonds de Rihanna. Me tiré dos semanas para poder aprenderme todas y cada una de las notas, porque la letra ya me la sabía. Es una idola. Y es mi idola.
Quizás algun día yo sea cómo ella, pero sólo quizás.

-Tara.
-¿Que quieres Mike?
-Tienes visita.
-Que pase.

Y no miro a la puerta. No tengo ganas. Aunque mis pintas son algo considerables. Mi pantalón corto del pijama, con una camiseta que se me ve el ombligo que pone 'Swag on you' y un moño deshecho debido a que no me apetecía peinarme más de lo que estoy. Y no me preocupa quien sea, quizás sea Alex otra vez, o mi abuela, quizás sea alguna de las vecinas del barrio, o algun amigo del Mike con el que me llevo bien. Aunque de esos hay pocos.

-Weasly.
-¿Que cojones haces aquí Justin? 
Y suelto la guitarra. No entiendo nada. ¿Que hace aquí?¿Que quiere?¿Porqué?
Que se large.
-Buenos días a ti también.
-En todo caso buenas tardes. ¡Largate!
-Anoche no decías eso.
Y ¡zas! en toda mi jodida boca. Este tipo de reproches son los que yo quería quitar del medio. Ahora el tira y afloja será mas intenso que antes y más sabiendo que los dos nos gustamos, y que lo que más nos gusta a uno del otro es este caracter.
-¡Que te larges!
-Sólo venia a darte esto. Se te perdió anoche cuando te fuistes.
-Anoche, anoche y más anoche. Bieber lo de anoche no significó nada. Te dije que no soy fácil. Un beso guarro, con un estúpido cualquiera. Vuelve a tu habitat quizás tu reala de perros te esté esperando.
-Eres una borde.
-Y tu un estúpido inmaduro. ¿Que te crees que no sé a los que has venido? Bieber, Bieber. Sé mucho más que tú.
-¿A que he venido lista?
-A por otra dosís de besos. Anoche me quedó claro que te mueres por mis huesos. Y la tortillas se ha dado la vuelta, esta vez soy yo la que tiene en la palma de su mano a uno de los estúpidos. 

Y se va. Sé que he sido dura. No es mi mejor momento y quizás lo haya pagado con él. Odio al tipo de chicos cómo él. Si se cree que me tendrá en su mano al segundo día de comerme la boca, la lleva clara. Poco a poco si quiere, y a mi ritmo, aunque realmente eso él no lo sabe.

Ahora me siento mal. Quizás me haya pasado demasiado con él. En el fondo nunca me ha echo daño. Quizás con alguno de sus comentarios, pero sinceramente que me llamen lesbiana no me afecta, no es verdad, así que me es indiferente.

-Justin.
-¿Si?
-Lo siento, creo que me he pasado. Ahora ¡lárgate! no quiero saber nada más de ti.
-Poco a poco Weasly.
-No. Aquí mando yo. Y las cosas a mi ritmo. Te odio.

Y Justin cierra la puerta de un portazo. Parecemos novios, y realmente me asusta.
No sé que voy a hacer con mi vida, este chico me está volviendo totalmente loca. Es cómo si me estuviese enamorando con odio. Y día que pasa mis pensamientos se lían más y más, cómo el garabato que pinta un crío diciendo que son su mamá y su papa.
No sé dónde me he metido, solo sé que de aquí, quizás no sea capaz de salir sin heridas, pero creo que valdrá la pena.
Por una vez, Tara Weasly es la que lleva los pantalones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario