jueves, 18 de julio de 2013

36.


· Capitulo 36.

|| Narra Tara ||

Podía sentir cómo el aire daba de lleno en mi cara y despeinaba mi larga melena morena. También sentía cómo sus manos apoyadas en las mías mientras íbamos montados en aquella moto a aquel misterioso lugar.

La sensación de sentir su respiración en mi nuca hace que todas las mariposas que están esparcidas por mi cuerpo se concentren en un único punto, mi estómago. Y ahí, comienzan a revolotear creándome cosquillas, y ganas de reír sin motivo alguno. Aunque quizás el motivo de tener ganas de reír es porque solo somos tú y yo ahora mismo, y el lugar, el tiempo o la hora, o incluso todas las personas que nos rodean son segundarias. La sensación de tener a Justin cerca es una de las mejores sensaciones que he vivido a lo largo de toda mi vida. Es como cuando por primera vez te haces independiente, y dejas de tener miedo a la oscuridad. Es algo que te hace sentir grande y a la vez pequeña. Es algo difícil de explicar. Justin es el grano de sal en mi azúcar, y la gota de oxígeno en mi sangre. Es lo que me da fuerzas día a día para seguir luchando por todo. Quizás no salga bien, pero sé que el tiempo que estemos juntos será para no olvidar. Porque ha marcado mi vida.

Al fondo, puedo ver cómo una especie de montaña. Hace cómo diez minutos que hemos dejado atrás las grandes calles llenas de palmeras de Miami. La intriga y el nerviosismo empiezan a hacerse dueña de cada milímetro de mi cuerpo, y la risa nerviosa se está empezando a apoderar de mí también. ¿Por qué tanto misterio?

Sonrió al aire al pensar que quizás él quiere que no sea un día más en nuestro calendario, y quiere que este día sea más especial que todos los demás, aunque para mí con Justin todos los días son especiales, aunque el miedo esté dentro de mí y no esté segura de todo lo que estoy haciendo.

Adoro cuándo él se comporta conmigo cómo un friqui enamorado conmigo, y deja de lado su lado chulesco y prepotente, cuándo intenta hacerme sentir especial y no le importa lo que piensen los demás.

Lo más arriesgado de toda esta relación es que el siente mucho más que yo. Sé que no estoy a su altura, y sé que el da más por mí de todo lo que yo doy por él, pero vivo con la esperanza de que algún día, ambos queramos igual, y ambos sintamos lo mismo.

Ya hemos llegado — dice bajándome de la moto de un salto.
Esto es precioso, Justin — digo dándole un tierno beso en los labios — ¿cómo sabias que esto estaba aquí?
Aquí es donde yo venía cada día de verano después de dejarlo con mi ex novia. Esa que me puteo tanto la vida. Un día cogí mi moto y empecé a andar por la carretera, hasta que terminé aquí. No me preguntes cómo Tara, porque no sé porque razón solo sé que terminé aquí. Y desde ese día, aquí es cuando vengo cuando estoy mal los días de verano. — dice en un susurro.
Esto es precioso Justin. Las cascadas me recuerdan a unas vacaciones que pasé con mi familia antes de que pasara toda la mierda que está pasando. Y el olor a campo me recuerda a cuando era pequeña y vivía en aquella granja pérdida del mundo industrial. — Digo sonriendo — gracias.

Coge mi mano y comenzamos a andar. Subimos una pequeña cuesta y caminando un poco nos colocamos en un pequeño acantilado que da con el marantial. El paisaje es precioso. Los pájaros canturrean. El sol parece divertir. Las nubes son invisibles. El ruido de la cascada relaja. Este sitio es perfecto. Y por cosas así cada día le quiero más, y estoy más segura de que quizás él sea el hombre de mi vida, y el padre de mis hijos. El futuro ahora es lo que menos me importa, solo solos él y yo. Aquí, en este paraíso perdido del mundo.

¿Te gusta? — dice  clavado en mis ojos.
¿Estás de broma? Me encanta. ¿Sabes el tiempo que hacía que no me sentía así de libre? — Carcajeo — me siento cómo un pájaro fuera de una jaula.
—Entonces todo está genial ¿no? — dice dándome un tierno beso.
—El lugar no importa siempre y cuando tú estés conmigo, Justin.
—Aún no logro entender cómo paso todo esto, Tara — dice echándose hacia atrás en aquella especie de césped.
—Yo tampoco sé cuál fue el momento exacto en el que empecé a enamorarme de ti, aquel momento en el que empezaste a enamorarme con odio. — digo tumbándome a su lado mientras apoyo la cabeza en su pecho.
— ¿Te enamoré con odio? — Carcajea.
—Sí, me enamoraste con odio.

Y comienza a dibujar pequeños círculos en mi cabeza al son que toca mi pelo cómo si fuese el último día en el que estaremos juntos. Cómo si no hubiese un mañana y el sol fuese a apagarse para siempre.

Nunca te duerma sin sueño, ni sueñes sin ganas, no bebas agua sin sed, ni comas sin hambre, tampoco corras si no es necesario, y no tengas prisa para encontrar algo que algún día llegará, pero sobre todo nunca digas que odias a algo que al final terminarás amando, porque se puede odiar después de amar, pero también amar después de odiar. Y eso me pasó a mí, me quede enganchada en su sonrisa cuándo días antes era lo que más odiaba de él, o simplemente yo creía eso.

El sol da de lleno en nuestras caras. Estoy tumbada su lado mientras él va dejando rastros de besos por mis mejillas, mi cuello e incluso alguna vez que otra ha rozado mis labios.

¿Te vienes? — dice levantándose y quitándose su camiseta.
¿A dónde? — Carcajeo — No sé porque preguntas, ya sabes que yo contigo me iría al fin del mundo si hiciese falta.
Quítate la ropa, y dame la mano Tara. Venga, confía en mí. — dice guiñándome un ojo.

Y no lo dudo. Dejo mis vaqueros, mi camiseta y mis vans encima de la rama de un árbol, y me agarro a su mano.

Enserio, Justin ¿dónde vamos?
—A ser felices — susurra.

Y cuándo menos me quiero dar cuenta me encuentro suspendida en el aire bajando a toda velocidad por el acantilado hacia abajo. La sensación es increíble siento como si todas mis extremidades estuviesen esparcidas por el aire e incluso alguna se hayan quedado ahí arriba, aunque lo mejor de todo es sentir su mano agarra de la mía.

     No me sueltes nunca — grité.
     Weasly, contigo hasta el final de mundo. Si te estampas tú, yo me estampo contigo.

Y al final hemos llegado abajo. Comienzo a reír tanto que me duele hasta el estómago. Al final, vivir arriesgando es la mejor manera de disfrutar cada paso que vas dando, ya sea en falso o no.

[…]

Estoy en el largo, debajo de la cascada para ser exactos. Justin está haciéndose unos largos según él, y simplemente está de un lado a otro debajo del agua cómo tal carpa. Comienzo a nadar y a nadar, y siento cómo unas manos se posan en mis ojos. Es él, lo sé. Carcajeo de forma inmediata. Las manos desaparecen de mis ojos para colocarse rodeando mi cintura, y apoya su barbilla en el hueco que hay entre el cuello y el hombro. Suelta un beso mojado allí. Y me susurra algo al odio que no logro entender.

Cuando estás enamorada aunque en tu relación hayan pasado mil y una cosa malas y solo novecientas buenas, la parte mala pasa a seguir segundaria, de tal forma que perdonas todo lo que haga. Olvidas si alguna vez te ha humillado, insultado, tratado mal, amenazado u obligado a hacer algo que tú en ese momento no querías hacer. Ya no importa quizás que te haya deseado la muerte, o que te haya llamado puta o fácil, porque él es lo más necesario en tú vida. Es cómo el cigarrito para el fumador, el sol en el cielo, la lluvia en el mes de abril, un grano de cal en una montaña de arena, el oxígeno de tus pulmones, tú estabilidad, él pasa a ser todo. Todo lo que tú crees que necesitas para poder sobrevivir a esto que llamamos vida.

Me encanta cuándo estoy cerca y tú corazón y tu respiración comienzan a ir cómo a doscientos por hora — susurra en mi oído.
A mí me encanta cuándo juegas sucio de esta manera — cojo aire — me encanta cuándo me susurras al oído que te encanto intentando que me estremezca y corra a besarte — digo dándome la vuelta para quedarme mirando a sus ojos miel — pero esta vez no te saldrás con la tuya. — carcajeo de nuevo.
No te puedes resistir a besarme.
Ya lo hice ¿recuerdas? Hace un año, y justo el día que volví a pisar Miami, no me desafíes Bieber, sabes que puedo dejarte cómo tal chicle en el suelo — digo dejando un tierno beso en la comisura de sus labios.
¿Quién está jugando sucio ahora, Weasly? — dice tragando saliva.
No sé, pero te veo algo desesperado ¿no? — susurro esta vez yo en su oreja — desesperado por besarme.
¿Por qué no me besas ya y te callas?
Cállame con un beso — término diciendo divertida.

Y no se lo piensa dos veces. Se lanza a mis besos con ternura, y poco a poco comienza a subir la intensidad, pide paso para hacerse el dueño de mi boca una vez más. Comienzo a reír en su boca. Y él ríe en la mía. Vuelve a rozar nuestros labios, al mismo tiempo acaricia mi espalda. Mis manos están enredadas en su pelo cómo siempre, y acarician su cuello de tal manera que hace que sus pelos se pongan de punta. Suelto un grito ahogado en su boca. Y el ríe.

—¿Para toda la vida? — susurra en mi boca.

—Hasta dónde el destino quiera, pero estoy dispuesta a arriesgar solo por ti — digo mientras apoyo mi cabeza en su pecho.

                     *******                                              

Buenas, primero de todo me quería volver a disculpar por tardar tanto tiempo en subir, pero con esto de que es verano y salgo, a penas tengo tiempo para escribir. Gracias por vuestra paciencia.

Si queréis que os avise, dad RT al enlace que dejo, si no me es imposible recordar todos los users, y es más complicado para mí ¿vale?

DA RT AQUI SI HAS LEIDO EL CAPITULO 36 Y QUIERES QUE TE AVISE.

2 comentarios:

  1. JOJOJOJOJOJOJOJOJOJOOJOJOJODEEEEER.
    En serio me encanta. Muero de amor con esto. Es que son jodidamente adorables. El sitio. Ellos. Sus besos. Sus sonrisas. Esto es lo que YO echaba de menos, lo que yo necesitaba leer. Que esten juntos siempre. Que se arriesguen, que dejen todo fluir y vean que se aman, que estan hechos el uno para el otro.
    Jopetas, me ha encantado este capítulo, diría que es uno de mis favoritos. Aunque eso de que Justin siente más que Tara es verdad y me da pena mi niño, el merece que ella sienta lo mismo aunque seguramente con el tiempo suceda.
    Te juro que hay veces que me creo que soy Tara, no sé, es la forma que tienes de escribir. Haces que mi mente viaje a Miami y que me imagine encima de la moto con Justin, sintiendo que esas palabras son para mi y no sabes lo bien que me hace sentir eso. Por ese motivo amo tanto tu novela.
    No la dejes NUNCA.
    SIGUIENTE.
    ATTE: ALYSA BIEBER SMILER UNBROKEN

    ResponderEliminar
  2. Cielo, cuando subes el siguiente? :)

    ResponderEliminar

jueves, 18 de julio de 2013

36.


· Capitulo 36.

|| Narra Tara ||

Podía sentir cómo el aire daba de lleno en mi cara y despeinaba mi larga melena morena. También sentía cómo sus manos apoyadas en las mías mientras íbamos montados en aquella moto a aquel misterioso lugar.

La sensación de sentir su respiración en mi nuca hace que todas las mariposas que están esparcidas por mi cuerpo se concentren en un único punto, mi estómago. Y ahí, comienzan a revolotear creándome cosquillas, y ganas de reír sin motivo alguno. Aunque quizás el motivo de tener ganas de reír es porque solo somos tú y yo ahora mismo, y el lugar, el tiempo o la hora, o incluso todas las personas que nos rodean son segundarias. La sensación de tener a Justin cerca es una de las mejores sensaciones que he vivido a lo largo de toda mi vida. Es como cuando por primera vez te haces independiente, y dejas de tener miedo a la oscuridad. Es algo que te hace sentir grande y a la vez pequeña. Es algo difícil de explicar. Justin es el grano de sal en mi azúcar, y la gota de oxígeno en mi sangre. Es lo que me da fuerzas día a día para seguir luchando por todo. Quizás no salga bien, pero sé que el tiempo que estemos juntos será para no olvidar. Porque ha marcado mi vida.

Al fondo, puedo ver cómo una especie de montaña. Hace cómo diez minutos que hemos dejado atrás las grandes calles llenas de palmeras de Miami. La intriga y el nerviosismo empiezan a hacerse dueña de cada milímetro de mi cuerpo, y la risa nerviosa se está empezando a apoderar de mí también. ¿Por qué tanto misterio?

Sonrió al aire al pensar que quizás él quiere que no sea un día más en nuestro calendario, y quiere que este día sea más especial que todos los demás, aunque para mí con Justin todos los días son especiales, aunque el miedo esté dentro de mí y no esté segura de todo lo que estoy haciendo.

Adoro cuándo él se comporta conmigo cómo un friqui enamorado conmigo, y deja de lado su lado chulesco y prepotente, cuándo intenta hacerme sentir especial y no le importa lo que piensen los demás.

Lo más arriesgado de toda esta relación es que el siente mucho más que yo. Sé que no estoy a su altura, y sé que el da más por mí de todo lo que yo doy por él, pero vivo con la esperanza de que algún día, ambos queramos igual, y ambos sintamos lo mismo.

Ya hemos llegado — dice bajándome de la moto de un salto.
Esto es precioso, Justin — digo dándole un tierno beso en los labios — ¿cómo sabias que esto estaba aquí?
Aquí es donde yo venía cada día de verano después de dejarlo con mi ex novia. Esa que me puteo tanto la vida. Un día cogí mi moto y empecé a andar por la carretera, hasta que terminé aquí. No me preguntes cómo Tara, porque no sé porque razón solo sé que terminé aquí. Y desde ese día, aquí es cuando vengo cuando estoy mal los días de verano. — dice en un susurro.
Esto es precioso Justin. Las cascadas me recuerdan a unas vacaciones que pasé con mi familia antes de que pasara toda la mierda que está pasando. Y el olor a campo me recuerda a cuando era pequeña y vivía en aquella granja pérdida del mundo industrial. — Digo sonriendo — gracias.

Coge mi mano y comenzamos a andar. Subimos una pequeña cuesta y caminando un poco nos colocamos en un pequeño acantilado que da con el marantial. El paisaje es precioso. Los pájaros canturrean. El sol parece divertir. Las nubes son invisibles. El ruido de la cascada relaja. Este sitio es perfecto. Y por cosas así cada día le quiero más, y estoy más segura de que quizás él sea el hombre de mi vida, y el padre de mis hijos. El futuro ahora es lo que menos me importa, solo solos él y yo. Aquí, en este paraíso perdido del mundo.

¿Te gusta? — dice  clavado en mis ojos.
¿Estás de broma? Me encanta. ¿Sabes el tiempo que hacía que no me sentía así de libre? — Carcajeo — me siento cómo un pájaro fuera de una jaula.
—Entonces todo está genial ¿no? — dice dándome un tierno beso.
—El lugar no importa siempre y cuando tú estés conmigo, Justin.
—Aún no logro entender cómo paso todo esto, Tara — dice echándose hacia atrás en aquella especie de césped.
—Yo tampoco sé cuál fue el momento exacto en el que empecé a enamorarme de ti, aquel momento en el que empezaste a enamorarme con odio. — digo tumbándome a su lado mientras apoyo la cabeza en su pecho.
— ¿Te enamoré con odio? — Carcajea.
—Sí, me enamoraste con odio.

Y comienza a dibujar pequeños círculos en mi cabeza al son que toca mi pelo cómo si fuese el último día en el que estaremos juntos. Cómo si no hubiese un mañana y el sol fuese a apagarse para siempre.

Nunca te duerma sin sueño, ni sueñes sin ganas, no bebas agua sin sed, ni comas sin hambre, tampoco corras si no es necesario, y no tengas prisa para encontrar algo que algún día llegará, pero sobre todo nunca digas que odias a algo que al final terminarás amando, porque se puede odiar después de amar, pero también amar después de odiar. Y eso me pasó a mí, me quede enganchada en su sonrisa cuándo días antes era lo que más odiaba de él, o simplemente yo creía eso.

El sol da de lleno en nuestras caras. Estoy tumbada su lado mientras él va dejando rastros de besos por mis mejillas, mi cuello e incluso alguna vez que otra ha rozado mis labios.

¿Te vienes? — dice levantándose y quitándose su camiseta.
¿A dónde? — Carcajeo — No sé porque preguntas, ya sabes que yo contigo me iría al fin del mundo si hiciese falta.
Quítate la ropa, y dame la mano Tara. Venga, confía en mí. — dice guiñándome un ojo.

Y no lo dudo. Dejo mis vaqueros, mi camiseta y mis vans encima de la rama de un árbol, y me agarro a su mano.

Enserio, Justin ¿dónde vamos?
—A ser felices — susurra.

Y cuándo menos me quiero dar cuenta me encuentro suspendida en el aire bajando a toda velocidad por el acantilado hacia abajo. La sensación es increíble siento como si todas mis extremidades estuviesen esparcidas por el aire e incluso alguna se hayan quedado ahí arriba, aunque lo mejor de todo es sentir su mano agarra de la mía.

     No me sueltes nunca — grité.
     Weasly, contigo hasta el final de mundo. Si te estampas tú, yo me estampo contigo.

Y al final hemos llegado abajo. Comienzo a reír tanto que me duele hasta el estómago. Al final, vivir arriesgando es la mejor manera de disfrutar cada paso que vas dando, ya sea en falso o no.

[…]

Estoy en el largo, debajo de la cascada para ser exactos. Justin está haciéndose unos largos según él, y simplemente está de un lado a otro debajo del agua cómo tal carpa. Comienzo a nadar y a nadar, y siento cómo unas manos se posan en mis ojos. Es él, lo sé. Carcajeo de forma inmediata. Las manos desaparecen de mis ojos para colocarse rodeando mi cintura, y apoya su barbilla en el hueco que hay entre el cuello y el hombro. Suelta un beso mojado allí. Y me susurra algo al odio que no logro entender.

Cuando estás enamorada aunque en tu relación hayan pasado mil y una cosa malas y solo novecientas buenas, la parte mala pasa a seguir segundaria, de tal forma que perdonas todo lo que haga. Olvidas si alguna vez te ha humillado, insultado, tratado mal, amenazado u obligado a hacer algo que tú en ese momento no querías hacer. Ya no importa quizás que te haya deseado la muerte, o que te haya llamado puta o fácil, porque él es lo más necesario en tú vida. Es cómo el cigarrito para el fumador, el sol en el cielo, la lluvia en el mes de abril, un grano de cal en una montaña de arena, el oxígeno de tus pulmones, tú estabilidad, él pasa a ser todo. Todo lo que tú crees que necesitas para poder sobrevivir a esto que llamamos vida.

Me encanta cuándo estoy cerca y tú corazón y tu respiración comienzan a ir cómo a doscientos por hora — susurra en mi oído.
A mí me encanta cuándo juegas sucio de esta manera — cojo aire — me encanta cuándo me susurras al oído que te encanto intentando que me estremezca y corra a besarte — digo dándome la vuelta para quedarme mirando a sus ojos miel — pero esta vez no te saldrás con la tuya. — carcajeo de nuevo.
No te puedes resistir a besarme.
Ya lo hice ¿recuerdas? Hace un año, y justo el día que volví a pisar Miami, no me desafíes Bieber, sabes que puedo dejarte cómo tal chicle en el suelo — digo dejando un tierno beso en la comisura de sus labios.
¿Quién está jugando sucio ahora, Weasly? — dice tragando saliva.
No sé, pero te veo algo desesperado ¿no? — susurro esta vez yo en su oreja — desesperado por besarme.
¿Por qué no me besas ya y te callas?
Cállame con un beso — término diciendo divertida.

Y no se lo piensa dos veces. Se lanza a mis besos con ternura, y poco a poco comienza a subir la intensidad, pide paso para hacerse el dueño de mi boca una vez más. Comienzo a reír en su boca. Y él ríe en la mía. Vuelve a rozar nuestros labios, al mismo tiempo acaricia mi espalda. Mis manos están enredadas en su pelo cómo siempre, y acarician su cuello de tal manera que hace que sus pelos se pongan de punta. Suelto un grito ahogado en su boca. Y el ríe.

—¿Para toda la vida? — susurra en mi boca.

—Hasta dónde el destino quiera, pero estoy dispuesta a arriesgar solo por ti — digo mientras apoyo mi cabeza en su pecho.

                     *******                                              

Buenas, primero de todo me quería volver a disculpar por tardar tanto tiempo en subir, pero con esto de que es verano y salgo, a penas tengo tiempo para escribir. Gracias por vuestra paciencia.

Si queréis que os avise, dad RT al enlace que dejo, si no me es imposible recordar todos los users, y es más complicado para mí ¿vale?

DA RT AQUI SI HAS LEIDO EL CAPITULO 36 Y QUIERES QUE TE AVISE.

2 comentarios:

  1. JOJOJOJOJOJOJOJOJOJOOJOJOJODEEEEER.
    En serio me encanta. Muero de amor con esto. Es que son jodidamente adorables. El sitio. Ellos. Sus besos. Sus sonrisas. Esto es lo que YO echaba de menos, lo que yo necesitaba leer. Que esten juntos siempre. Que se arriesguen, que dejen todo fluir y vean que se aman, que estan hechos el uno para el otro.
    Jopetas, me ha encantado este capítulo, diría que es uno de mis favoritos. Aunque eso de que Justin siente más que Tara es verdad y me da pena mi niño, el merece que ella sienta lo mismo aunque seguramente con el tiempo suceda.
    Te juro que hay veces que me creo que soy Tara, no sé, es la forma que tienes de escribir. Haces que mi mente viaje a Miami y que me imagine encima de la moto con Justin, sintiendo que esas palabras son para mi y no sabes lo bien que me hace sentir eso. Por ese motivo amo tanto tu novela.
    No la dejes NUNCA.
    SIGUIENTE.
    ATTE: ALYSA BIEBER SMILER UNBROKEN

    ResponderEliminar
  2. Cielo, cuando subes el siguiente? :)

    ResponderEliminar