· Capitulo 33.
Hace un tiempo bastante bueno en Miami. El sol se apodera del cielo, y
no hay rastro de las nubes, y solo son las diez
y media de la mañana. Hace un calor que se puede soportar y los pájaros
cantan alegres mientras se apoyan en las ramas de cualquier árbol.
Justin se encuentra en la piscina de su casa jugando con sus hermanos
pequeños, mientras su madre le prepara el desayuno. No puede dejar de pensar en
las palabras de Tara ‘y yo’ después de aquel encontronazo que es se esperaba de
otra manera.
Tara, por el otro lado aún se encuentra durmiendo. Está cansada del
día de ayer, y más porque tuvo que aguantar al borracho de Butler, que no podía
ni tenerse en pie. Ella, está soñando una historia de libros con Justin, una
historia en la que todo saliese bien, en la que no hubiese distancia, ni
orgullo. Una historia de película. Algo, que ella misma sabe nunca será
posible. Pues su historia con Justin ya es algo increíble algo de película.
Lo que está claro es que el corazón de ambos late fuerte y rápido
cuando se sienten cerca. Que las mariposas se mueven por sus estómagos
queriendo salir, y que la ilusión de que todo sea cómo antes poco a poco se
apodera de sus cuerpos. Que están nerviosos, y se mueren de ganas de comerse a
besos en el uno al otro. Un beso por cada kilómetro que les ha separado, y un
abrazo por cada mes que han estado separados.
|| Narra Tara. Dos horas y media después ||
Son las doce y media de la mañana y el canto de los pájaros que se
encuentran alegres esta mañana y el ruido que mi madre hace mientras limpia la
casa me despierta. Hoy sinceramente, no sé qué me depara el día. Doy un bostezo
ahogado sobre, y doy dos vueltas sobre mi misma y esto hace que casi me caiga
de la cama.
Cojo el móvil que se encuentra de mi mesita de noche, y miro el
whatsapp, y me encuentro con doscientos mensajes del grupo que hemos creado
para este verano.
-¡BUENOS DÍAS! - digo divertida.
Y se hace el silencio. No sé cómo lo hacen pero siempre me dejan
hablando sola. Esto es algo insoportable. Dejo el móvil en la mesilla, y me
acerco hasta el ventanal para subir la persiana, y abrir las ventanas.
Y allí, en el fondo de la calle, en la casa de enfrente, estás tú.
Sonrió de manera inconsciente al verte echado sobre la cama con el móvil en las
manos, y acto seguido me doy la vuelta para volver a coger mi móvil en busca de
una respuesta.
- ¡BUENOS DÍAS, TARA! Dice mamá que bajes a desayunar, y dejes de
hacerte la remolona - dice Michel.
- ¿Al final que vamos a hacer hoy? - pregunta Kels.
- Yo me acabo de despertar, no tengo ni idea de lo que habéis hablado,
no me voy a leer todos esos mensajes. - digo yo.
- Ryan, había dicho que nos fuésemos a la piscina - contesta Desi.
- Pf, que pereza ir hasta la otra punta de la ciudad - añade Chaz.
- Eres un flojo - dice esta vez Carli.
- ¿Por qué no venís a mis piscina? - dice Justin.
- Vale - contestan todos a la vez.
- Yo, bueno… mejor me quedo en casa y así ayudo a mi madre - digo esta
vez yo.
- ¡Vamos, Tara! - dice Kels - no seas aburrida - añade.
- No sé, ya veré. Bueno, voy a desayunar, os quiero *corazón*.
- Adiós - dicen todos a la vez.
Y cuando esto apunto de bloquear mi móvil, miro por última vez el
grupo.
- Weasly, no como. Hasta luego idiota, te quiero más - dice Justin.
No puedo evitar soltar una sonrisita ahogada que se junta con mis
pensamientos. Realmente, estoy pérdida, no sé si aguantaré un día más sin poder
besarte y decirte lo mucho que he echado de menos.
|| Narrador ||
La mañana ha pasado rápida.
Tara tumbada en su cama leía los mensajes del grupo de los chicos y
los planes para esta tarde, al final eran todos contra una y han decidido ir a
la piscina de la casa de Justin. Ella, se quedará en casa tocando su guitarra,
y componiendo alguna que otra canción, y si se aburre irá al parque a hacer un
poco de skate, un poco de tiempo para ella nunca le vendrá mal.
Justin recibe a sus amigos con una sonrisa en la boca, aunque no puede
evitar dejar de pensar en ella. La necesita. Quiere verla. Aunque cómo siempre
sea de lejos, pero necesita verla. Coge su móvil.
|| Narra Tara ||
Apago la radio y me siento en la cama a tocar la guitarra. Acordes por
aquí y acordes por allá y no consigo sacar una puta melodía en condiciones.
Cuándo estoy a punto de meterme en el baño a darme una ducha para despejar mis
ideas, suena mi móvil. Estoy segura de que es él.
De idiota:
Entonces, veo que es
de verdad que no vas a venir.
Para idiota:
¿Me ves allí? No.
¿Entonces por qué haces preguntas absurdas? Es de locos. No voy a ir tú casa.
¿Estamos tontos o qué?
De idiota:
Weasly, no seas
cría. Ven. Y si no...
Para idiota:
¿Qué? ¿Me vas a
obligar? Ay, Bieber, Bieber que fe tienes.
Y no obtengo respuesta. Dejo el móvil encima de la mesita, y enciendo
de nuevo la radio buscando mi emisora de radio favorita.
[…]
La ducha es lo mejor del mundo. Estoy despejada del todo. Y desde mi
casa puedo escuchar a Kels gritando diciéndole a Michel que ni se le ocurra
tirarla a la piscina vestida, mientras todos los demás carcajean. Hay algo raro
en todo esto, y es que entre todas esas carcajadas no logro encontrar la tuya.
Tú no estás ahí. ¿Qué cojones está pasando?
Me tumbo en la cama, y sí, llevo puesta la camiseta que le robé los
dos días antes de irme para Atlanta. Huele a él. Aunque la haya lavado, también
le robé un poco de su perfume favorito.
Suena el timbre de casa. Quizás son mamá y papá y los abuelos que ya
han vuelto de hacer la compra, o quizás es Mike huyendo de su novia porque al
final la ha tirado al agua con ropa.
Bajo las escaleras lo más rápido que puedo, y al abrir la puerta me
encuentro contigo, con tus ojos miel, y con tú sonrisa.
|| Narra Justin ||
No puedo dejar de darle vueltas a la cabeza. Y me incómoda la
situación de que ella no esté aquí. Los chicos se divierten ahogándose unos a
otros, y en plan parejitas y aquí me faltas tú.
Salgo de casa sin decirle nada a nadie. Me planto delante de tu casa.
Estoy preparado, no me moveré de aquí sin que te vengas conmigo, y mucho menos
sin un beso. Dicen que a la tercera va la vencida.
- ¿Qué haces aquí?
La miro de arriba abajo. Es jodidamente sexy. Lo mejor de todo es que
lleva mi camiseta. La que me quitó días antes de irse a Atlanta.
- Bieber, mis ojos están aquí arriba.
- Lo siento, es que eres jodidamente sexy.
- Al grano, ¿qué quieres?
- Un beso.
- No empieces, por favor.
- Es broma.
- ¿Entonces? - dice rodando los ojos.
- Quiero que vengas allí, con todos.
- Me niego.
Y cuando está a punto de cerrar la puerta, entro.
Haciendo cómo que no estoy, sube las escaleras hasta su habitación y
en una carrera la cojo.
- Escúchame.
- No quiero.
- Tara.
- Justin.
Y mi corazón se vuelve a parar. Es la primera que me llama por mi
nombre desde el día que nos despedimos. Sí, me estoy volviendo aún más loco.
- Escúchame, por favor. O si no...
- ¿O si no qué?
Y corro detrás de ella para hacerla cosquillas, y al final no consigo
atraparla. Se encierra en el cuarto de baño. Su respiración está agitada, y no
puede dejar de reír. Me contagia su risa.
- ¿Por qué cambiaste tanto, Justin?
Su voz cambia. Lo dice en un hilo de voz. Está triste.
- Tara, yo no cambié, tú me hiciste cambiar. Tía, te follastes a mi
mejor amigo. ¿No había más tíos en el mundo?
- Lo sé. Y me equivoqué. Y lo siento Justin.
- Tara, sal de ahí. Es demasiado raro hablar con una puerta ¿sabes?
- No.
- ¿Por qué?
- Tengo miedo.
- ¿A qué?
- A quedarme de nuevo enganchada en tú sonrisa.
- ¿Temes a enamorarte de mí?
- No. Yo llevo enamorada de ti demasiado tiempo
Y se hace el silencio. Nos tiramos diez minutos sin hablar. Yo puedo
escuchar sus sollozos, y estoy segura de que ella también puede escuchar los
míos.
- Tara, me voy. Si quieres venir, allí estamos.
Y no obtengo ninguna respuesta. Era obvio que no me iba a contestar.
Me siento estúpido. Ella me jodió, pero yo la jodí a ella el doble. Y cuándo
estoy a punto de irme, la puerta del baño se abre y ella tira de mí.
- No te vayas, por favor. Quédate conmigo.
- Esto es demasiado raro, Tara. ¿A qué juegas? Yo te quiero.
- Y yo a ti. Sólo quédate, no hagas más preguntas.
- Está bien.
Y sentado en el pasillo de su casa, Tara hunde su cabeza en mi pecho y
se ahoga en un mal de lágrimas. Sus mejillas son de color rosado, y sus ojos
están bastante rojo. Me duele verla así y más sabiendo que yo soy el culpable.
- Lo siento. Lo siento por todo. Me obcequé en olvidarme de ti, y no
sabía cómo hacerlo.
- Decirme que para ti estoy muerta no era la mejor manera, Justin.
- Tara, lo sé. Pero tía, ¿Y si yo me hubiese acostado con Carol? ¿O
con Alex? ¿Qué pasaría Tara? ¿Qué sentirías? Yo sentí un nudo en el estómago.
Tenía ganas de llorar, de salir corriendo y no volver a aparecer por mi casa.
Tenía ganas de dejar de existir, pero ¿sabes qué? No pude hacerlo. Soy Justin
Bieber, el que nunca se enamora, y no podía derrumbarme delante de mis amigos.
- Eres Justin Bieber el que nunca se enamora, pero no eres de hierro.
- No has contestado a mi pregunta.
- No sé cómo reaccionaría, quizás lo más bonito que te habría dicho
sería ‘muérete’
Y me callo. Odio esta situación. Odio verla llorar. Odio llorar
delante de ella. Lo odio todo ahora mismo.
- Yo sólo quiero demostrarte que sigo queriendo Tara, y que lo siento
de corazón.
- Me lo estas demostrando ahora.
- ¿Cómo?
- Te he pedido que te quedases conmigo, sin ser nada y te has quedado.
Si tú no sintieses algo por mí, sé que no lo habrías hecho.
- Tara, déjalo. Es igual.
- Te quiero, Bieber.
Y se vuelve a hundir en mi pecho. Me mira a los ojos y me quedo
colgado en su mirada. Diez minutos. Cronometrados. El tiempo se pasa rápido si
estoy contigo. Te necesito. Enserio, no es un puto capricho. Tenerte a mi lado
es necesario, cómo el aire para sobrevivir. Eres mi oxígeno.
- Nos vemos, mañana.
- Adiós, Bieber.
Me levanto, y dedicándole una sonrisa salgo de su casa. Esto es más
complicado de lo que yo creía.
|| Narra Tara. Diez minutos más
tarde ||
Después de todo lo que acaba de pasar hace diez minutos no me puedo
permitir volver a perder a Justin. Todo lo que pasó, en realidad fue culpa mía.
Yo le deje. Yo me tiré a su mejor amigo. Y yo le desquicié para que me
terminase diciéndome eso. He estado
ciega todo este tiempo creyendo que él, era el culpable de todas y cada una de
mis desgracias y no, no es así.
Me coloco el biquini blanco de rayas azules. Unos shorts. Una
camiseta. Y las vans. Cojo la toalla, el móvil y las llaves y voy hasta la
piscina.
Llamo al timbre. Una vez. No obtengo respuesta. Otra vez. Tampoco
obtengo respuesta. Y a la tercera, va la vencida.
- Vas a quemar el timbre a los Bieber, tía. - carcajea Desi.
- Calla idiota.
- Sabía que terminarías viniendo.
Y la contesto con una sonrisa. Dejamos la puerta principal atrás y
caminamos hasta el jardín entre carcajeo y carcajeo. Todos los chicos vienen a
saludarme menos él. Justin está dentro del agua, y me mira con cara de furia.
Hoy me odias más que nunca, lo sé. Pero créeme que necesitaba saber si
estabas dispuesto a estar ahí, por y para mí.
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Gracias por leer.
Dioooooooos tía mother of goooooood!!!!! No puedes hacer esto. NOOO! Que monada por dios, me muero de amor, me puto muero.
ResponderEliminarSe que llevo siglos sin comentar ( MATAME ) pero no he tenido PC desde que acabo el curso y desde la BB es un poco coñazo.
Pero que yo siempre leo tu novela porque la amo. Adoro como escribes, es mágico, me transportas al lugar donde están ellos...Es algo indescriptible, es no se tía. La verdad es que me evades de mis problemas y haces que sonría cuando estoy mal, seriously.
Una cosa que me gusta mucho es el realismo que tiene tu novela ya que en otras la distancia la rompen yéndose a vivir con el otro o cosas que en la vida real son inverosimiles y tu las haces verosímiles por eso me gusta tanto como escribes, por eso me he hecho adicta a esta historia.
Te juro que te mataba. Cuando ellos estaban separados, Nolán, Sara, dios te hubiese matado. Los odiaba sin haber hecho nada grave.
Justin se paso pero es normal tío...Yo en su lugar hubiese sido más borde porque Tara telita...Pero ahora están juntos y mas o menos bien, eso para mi es lo que vale.
De verdad que cada capítulo me gusta mas. Espero que vuelvan por favor...Merecen ser felices y olvidar la distancia hasta Septiembre.
Dios sube prontoo.
Te quiero
Atte: Alysa Bieber Smiler Unbroken