martes, 2 de julio de 2013

34.



Capitulo 34.

|| Narra Tarra ||

El olor a café se cuela por mis fosas nasales haciendo que me despierte con una sonrisa. Amo el olor a café por la mañana, junto al olor de las tortitas que mi abuela prepara. Están demasiado ricas y son algo irresistibles.

Me levanto de la cama de un pequeño salto. Y camino hasta el ventanal para subir las persianas y abrir la ventana para ver el día que hace hoy. Aunque por el ambiente que hay en mi habitación parece hacer más calor que de costumbre. Y así es, no me equivoco un día más soleado en Miami, un día más de verano.

Y al fondo estás tú. Sentado en tu ventanal mirando hacia mi ventana. Lo sé. Te presiento. Sonríes al verme recién levantada, sé que te gusta verme así. Me quedo observando diez minutos tu ventana, y estoy enganchada en tú sonrisa. Cuando de repente, sacas papel escrito a rotulador rojo en el que pone ‘bésame, estúpida’ y no puedo evitar reír. Me doy la vuelta en busca de un papel y un folio para poder contestarte, y al final lo encuentro y en él escribo ‘Bieber, suplicar no es lo tuyo. Déjalo’ al que me contestas con un ‘bésame, y cállate ya’ y no puedo evitar carcajear. Lanzo un beso al aire, y cojo de nuevo el folio ‘date por besado, idiota’ y me voy dejándote con una sonrisa de oreja a oreja que yo misma he creado de forma inconsciente.

Bajo las escaleras dando pequeños saltos y tarareando una de mis canciones favoritas ‘let it be’ de The Beatles. Amo esa canción, y me ha acompañado a lo largo de la vida. Es cómo mi banda sonora. Mi mamá me la cantaba de pequeña, y yo recuerdo que me quedaba colgada en su mirada. Recuerdo que brillaba, y que ella se sentía feliz cantándola. Y ahora, se siente feliz cuando soy yo quien la canto.

- ¡Buenos días! - digo dándole un muerdo a una de las tortitas.
- Hola, fea - dice Michel.
- ¿Y mamá? - pregunto confusa - O sea, yo creía que era ella la que estaba haciendo café.
- Y lo era, pero hace diez minutos Tara. - carcajea.
- ¿Y dónde han ido?
- Han ido al pueblo de al lado a hacer una compras, volverán por la noche.
- Todo el día fuera de casa estos cuatro - carcajeo de nuevo.

Sigo conversando con mi hermano. Carcajadas. Risas. Más carcajadas. Ataques de cosquillas. Contestaciones graciosas. Y así durante una hora y media.

[…]

-¿Vas a venir al parque?
-Sí, supongo.
- Te espero.
- Sí, dame diez minutos.
- No tardes, Tara.
- Que pesado eres, hijo mío

Y ambos carcajeamos.  Michel es lo mejor de mi vida. Él está cuando caigo. Está cuando me equivoco. Está cuando río. Está cuando lloro. Está en cada uno de los pasos que doy. Lo que más adoro de mi relación con él, es que me dice todo tal cual lo piensa. Él es sincero conmigo, y eso es lo que más valoro de todo esto. Sí. Tuvimos nuestra época mala, pero gracias a Dios todo terminó. Aquellos días eran completos infiernos para mí. Cuando le decía que le odiaba, o que me daba real asco me dolía más a mí que a él, nunca he sentido odio hacia él. ¿Cómo voy a odiar a la persona que es capaz de mantenerme de pie aunque me estén pegando golpes para caerme? Es algo imposible, bueno improbable. El día que tenga separarme de él, lo pasaré mal. Estamos creciendo y está claro que en nuestro destino no está escrito que tengamos que vivir ambos bajo el mismo techo.

Salgo de la ducha, y solo me quedan dos minutos y medio para arreglar. Sólo dos minutos para ahorrarme las voces de mi hermano mayor gritándome que baje corriendo o él se va. Sé que son amenazas insignificantes, y sé que no se irá sin mí, pero la presión me agobia y me pone de mala leche. Cosa que es muy común en él. Sí me regala los mejores días, pero también me hace ponerme cabreada con sólo dos palabras.

Me coloco mis pitillos vaqueros de color amarillo. Las converse bajas blancas y una camiseta de mangas cortas que deja mi barriga un poco al descubierto. Me desenredo el pelo, y me coloco una diadema blanca a conjunto con la camiseta y las zapatillas, y me echo un poco de mi perfume favorito. Estoy lista. Tiempo récord. Dos minutos.

- ¿Te queda mucho?
- No, pesado. Cojo las cosas y nos vamos.
- Vale.

Cojo las gafas de sol, y todas las demás cosas para meterlas en la mochila. Y hoy, no sé porque me apetece sacarme la cámara. Quizás, surja un día de fotos. No hay nada mejor que hace.

|| Narra Justin ||

Estoy en el parque sentado con Chaz, Nolan, Ryan y Chris. Estamos esperando a las chicas y a Michel que no terminan de venir. Nuestra conversación es mínima ya que estamos o con el móvil, o fumando.

- Tío, esto parece un velatorio.
- Nos espera así toda la tarde, no hay planes mejores, bro - añade Somers.
- Me niego - dice Ryan dándole la última calada a su cigarro.
- Yo también me niego, esto es insoportable - dice Nolan.
- Bueno, yo ya sabéis lo que pienso - digo yo sacando un cigarrillo de mi mochila.
- ¿Y qué hacemos? - dice Chaz.
- No sé, man. Algo. Tú eres un perezoso.

Y se me viene una idea a la cabeza. Esta tarde será divertida. Carcajeo por mis adentros.

|| Narra Tara ||

Michel está enfadado conmigo. Al final, he decidido ponerme un short vaquero y he tardado dos minutos más de lo acordado. Le miro con carita de cachorro, y hago que termine carcajeando. Está listo, me ha perdonado. Michel es de enfado rápido, es decir se enfada por todo y al rato se le ha olvidado que estaba enfadado. Otra cualidad más de él que me encanta. A días, me encantaría parecerme un poquito más a mi hermano en muchos aspectos, lo que está claro es que yo soy mucho más guapa.


Llegamos al parque y al fondo se encuentran todos. Ya solo faltamos Michel y yo. Ryan llama a Michel porque tiene algo que contarle.  Traman algo y puedo notarlo en la mirada de Justin. Le conozco y sé que tiene algo entre manos, y algo no muy bueno. Me asusta.

- Taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaara - dice Desirée a lo lejos.
- Voy chicas. Un momento.

Camino hasta dónde está mi hermano con Ryan, y le miro de una manera algo cómplice. Cojo mi móvil de su bolsillo, y camino hasta dónde están las chicas.

[…]

Los chicos vienen hacía nosotras. Michel corre hasta Kels para cogerla en brazos y darle un beso. Es su forma de recibirse. Ryan camina hasta Desi para hacer lo mismo. Chaz camina hasta Alex para decirle algo al oído que hace que esta se sonroje. Sí, Alex y Chaz están juntos. Llevan juntos todo el invierno. Él iba a verla a California, y nadie sabía nada. Ni yo, que soy la mejor amiga de Alex. Y por último, Nolan. Que no es Nolan Murray el mejor amigo de Justin, es Nolan Smith camina hasta Marie también para saludarla. Y entre todos esos, estoy yo que me encuentro mirándoles como una estúpida mientras pienso en lo maravilloso que sería que tú y yo estuviésemos juntos, y estas tu que te encuentras cómo yo o en peores condiciones.

- ¿Estáis listos? - pregunta Justin.
- Sí. - dicen los demás.

Cuando menos me quiero dar cuenta estoy en volandas. Justin me ha cogido y se dirige hasta la fuente. Espero que no se atreva a tirarme al agua, si no él y yo tendremos algo más que palabras. Los cinco corren al mismo ritmo. Y cuentan tres. Y sí, ha tenido el valor de tirarme al agua con ropa.

|| Narra Justin ||

Dije que esta tarde iba a ser divertida. Estoy sentado en el banco enfrente a la fuente con un ataque de risa que está haciendo que se me salten hasta las lágrimas. Tara está realmente sexy mojada. Esa camiseta hace que se le transparente el sujetador. Es azul, de encaje. Y le rellena bastante bien.

Las chicas salen de la fuente, todas ríen menos Tara. Este asunto ya es algo más personal. Todas corren hacia sus novios, o mejor dichos llamémosle relaciones de verano con una sonrisa de oreja a oreja.

- ¡Bieber! Corre.
- ¿O si no que?
- Si no te mataré - dice divertida.

Se desprende de sus converse blanca y empieza a correr detrás de mí por el césped. Mi respiración está agitada porque no puedo dejar de reírme, y no sé si aguantaré mucho más corriendo sin que me pille.

|| Narra Tara ||

Llevo diez minutos corriendo detrás de Justin. Se me ha olvidado el motivo de porque lo estoy haciendo. Sólo sé que me siento bien. Estoy cómoda. No puedo parar de reírme. Me siento feliz.

Justin se tropieza y cae al suelo. Cojo velocidad e intento llegar hasta dónde está él, cuando de repente caigo. Justo a su lado.

- Vale, me rindo - dice en un suspiro.
- Sabía que terminarías rindiéndote. Quizás no sea demasiado buena cogiendo velocidad, pero tengo mucha resistencia ¿sabes? - digo cogiendo una bocanada de aire - Venga, vamos con los demás. No estarán esperando. Llevamos diez minutos dando vueltas a este parque cómo estúpidos.
- Dos estúpidos enamorados.
- Estúpidos, sin más. La gente no sabe si estamos enamorados o no, para ellos somos simples estúpidos. Venga, levántate.
- No. Yo me quedo aquí.
- Está bien.

Me levanto de un impulso. Cuando siento que mi cuerpo vuelve a caer. Esta vez cae encima de él.

Hacía demasiado tiempo que no le sentía tan cerca. Puedo notar su agitada respiración en mi cuello. Escucho a su corazón latir cada vez más rápido. Está nervioso. Lo sé. Lo presiento. A penas nos separan dos centímetros  y medio.

- Echaba de menos ver tus ojos desde tan cerca.
Y se acerca un poco más a mí. Ahora estamos sentado uno enfrente del otro. Estoy colgada en sus ojos. Esos ojos miel. Esos ojos miel que me vuelven completamente loca y que cada vez que se cruzan en mi vida, terminan poniéndola patas arriba.
- Yo realmente digo sincera echo de menos tus besos.
- Estas tardando en darme un, Weasly.
Y ¡boom! Un millón de mariposas vuelven a retomar mi estómago. Cuando él me llama Weasly suena un poco mejor, incluso.
-Eh, Bieber — digo recortando la distancia — para que te de un beso, tienes que merecértelo.
- Te encanta hacerme sufrir — dice él acercándose a mí un poco más. Ahora solo nos separa medio centímetro. Nuestras respiraciones agitadas chocas - tú también lo estás deseando - termina añadiendo.
- Quizás sí.
- ¿Quizás?
- Venga, Bieber.
- Tara, bésame ya — dice ahogado — por favor.
- ¿Es una orden?

Y cuando menos me quiero dar cuenta. Sus labios han capturado los míos. Son besos dulces. Besos con sabor a ‘te necesitaba’. Besos lentos.

- No sabes la falta que me haces.
- Cállate.

Y esta vez soy yo la que se lanza a sus labios. Ahora, nuestras lenguan se encuentran en un duelo de haber quién es la que se apodera de la boca del otro. Un duelo de pasión. Una lucha por no abandonar la boca del otro. Podría pasarme así pegada a él toda mi vida.

-Tara, déjame decirte una cosa — dice dándome un tierno beso en los labios — te quiero.
- Y yo.

Y de nuevo una ronda más de besos.

|| Narrador ||

Hay días en los que la necesidad de tener una persona a tu lado que día a día te demuestre lo mucho que le importas es mayor a cualquier otra necesidad, incluso a la necesidad de respirar. Cuando esa persona está lejos de ti sientes que tu mundo se va haciendo más y más pequeño. Es más, sientes que tu vida no tiene ningún tipo de sentido si él no forma parte de ella. El motivo por el que se termina es igual, lo único que importa es que ya no está esa persona haciéndote tus días más especiales, o diciéndote que te quiere entre besos y beso. Que ya no habrá más despedidas a las doce de la noche cuándo cada uno vuelve a casa, y no habrá esas eternas ganas de tenerle a tu lado, en tú cama las veinticuatro horas del día, que ya no habrás más noche de lujuria desenfrenada y que tú ya no serás el motivo de sus sonrisas.

Pero por algún motivo, el destino vuelve a poner en tu camino a una persona que te haga sentir lo mismo, o incluso parecido, incluso a veces vuelve a ponerte a la misma persona. Porque la vida está llena de segunda oportunidades, de trenes que vuelven a pasar para que esta vez no los dejes escapar.

Tara y Justin tiene otra oportunidad. La oportunidad de volver a hacer feliz el uno al otro, y el otro al uno. La oportunidad de tener que dejar de echar de menos lo que un día necesitaron. La oportunidad de quererse hasta que el sol se apague, o el oxígeno sea lo menos importante de nuestra existencia.

-Te quiero — dijo él robándole otro beso más.
-No más que yo — replicó ella apoyada en su pecho con la mirada pérdida en cualquier lugar, y una sonrisa inconsciente en su boca.
-Te prometo que recuperaremos todo el tiempo perdido dijo el sonriendo.
- No me defraudes, idiota.


Y otro beso más. 

Da RT AQUÍ. si has leído el capitulo treinta y cuatro de 'me enamoraste con odio' para poder avisarte.

*****

Hola. Soy Inés, la gran mayoría me conocéis por Hini. Bueno, os quería dar las gracias por leer mi novela. Sé que este invierno he subido de mil en mil, pero he estado demasiado ocupada. Sé que os he echo sufrir bastante con la separación de los personajes, y también se que dejé la novela aparcada durante un tiempo. 
El caso, es que gracias por leerla. Sin vosotras no sería posible escribir. Porque escribir para que nadie lo lea, es algo estúpido. 

El caso, es que gracias. Si queréis darme vuestra opinión sobre el capitulo, ya sabéis. Mi twitter es @biebsdrauhl_ y si no debajo con un comentario.

2 comentarios:

  1. Genial, estoy enganchada no, lo siguiente. Si, cuando se separaron Tara y Justin yo lo pase realmente mal jajajespero el siguiente con ganas, un besoo:) @FA_AMOUTH

    ResponderEliminar
  2. OH MY GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOD.
    Ya hice RT ( cyruskidrauhlx )
    Me ha encantado este capítulo . Diría que es uno de mis favoritos. ¡POR FIN ESTAN JUNTOS! No veía el momento. Lo he pasado muy mal con su separación pero afortunadamente todo se ha solucioando y las cosas han vuelto a la normalidad pero me asusta pensar en Septiembre y en otra separación, eso me da miedito.
    Cuándo se han besado. oehgoehgoe oh dios mio, en ese momento mi corazón ha empezado a latir rapidisimo.
    Me encanta como escribes, de verdad. Logras detallar todo con precisión y haces que se me pongan los pelos de punta con muchas escenas.
    " Y cuando menos me quiero dar cuenta. Sus labios han capturado los míos. Son besos dulces. Besos con sabor a ‘te necesitaba’. Besos lentos."
    Esa parte me ha matado. En serio. Me he quedado como *_*. Es obvio que se necesitan, SE AMAN y tienen que seguir juntos. Sin terceras personas. Cómo dos adultos que serán en breves.
    Yo solo espero que esto no quede en un tipico amor adolescente y que sea duradero, en serio, no soportaría otra separación.
    Un besazo cariño :))
    ATTE: ALYSA BIEBER SMILER UNBROKEN

    ResponderEliminar

martes, 2 de julio de 2013

34.



Capitulo 34.

|| Narra Tarra ||

El olor a café se cuela por mis fosas nasales haciendo que me despierte con una sonrisa. Amo el olor a café por la mañana, junto al olor de las tortitas que mi abuela prepara. Están demasiado ricas y son algo irresistibles.

Me levanto de la cama de un pequeño salto. Y camino hasta el ventanal para subir las persianas y abrir la ventana para ver el día que hace hoy. Aunque por el ambiente que hay en mi habitación parece hacer más calor que de costumbre. Y así es, no me equivoco un día más soleado en Miami, un día más de verano.

Y al fondo estás tú. Sentado en tu ventanal mirando hacia mi ventana. Lo sé. Te presiento. Sonríes al verme recién levantada, sé que te gusta verme así. Me quedo observando diez minutos tu ventana, y estoy enganchada en tú sonrisa. Cuando de repente, sacas papel escrito a rotulador rojo en el que pone ‘bésame, estúpida’ y no puedo evitar reír. Me doy la vuelta en busca de un papel y un folio para poder contestarte, y al final lo encuentro y en él escribo ‘Bieber, suplicar no es lo tuyo. Déjalo’ al que me contestas con un ‘bésame, y cállate ya’ y no puedo evitar carcajear. Lanzo un beso al aire, y cojo de nuevo el folio ‘date por besado, idiota’ y me voy dejándote con una sonrisa de oreja a oreja que yo misma he creado de forma inconsciente.

Bajo las escaleras dando pequeños saltos y tarareando una de mis canciones favoritas ‘let it be’ de The Beatles. Amo esa canción, y me ha acompañado a lo largo de la vida. Es cómo mi banda sonora. Mi mamá me la cantaba de pequeña, y yo recuerdo que me quedaba colgada en su mirada. Recuerdo que brillaba, y que ella se sentía feliz cantándola. Y ahora, se siente feliz cuando soy yo quien la canto.

- ¡Buenos días! - digo dándole un muerdo a una de las tortitas.
- Hola, fea - dice Michel.
- ¿Y mamá? - pregunto confusa - O sea, yo creía que era ella la que estaba haciendo café.
- Y lo era, pero hace diez minutos Tara. - carcajea.
- ¿Y dónde han ido?
- Han ido al pueblo de al lado a hacer una compras, volverán por la noche.
- Todo el día fuera de casa estos cuatro - carcajeo de nuevo.

Sigo conversando con mi hermano. Carcajadas. Risas. Más carcajadas. Ataques de cosquillas. Contestaciones graciosas. Y así durante una hora y media.

[…]

-¿Vas a venir al parque?
-Sí, supongo.
- Te espero.
- Sí, dame diez minutos.
- No tardes, Tara.
- Que pesado eres, hijo mío

Y ambos carcajeamos.  Michel es lo mejor de mi vida. Él está cuando caigo. Está cuando me equivoco. Está cuando río. Está cuando lloro. Está en cada uno de los pasos que doy. Lo que más adoro de mi relación con él, es que me dice todo tal cual lo piensa. Él es sincero conmigo, y eso es lo que más valoro de todo esto. Sí. Tuvimos nuestra época mala, pero gracias a Dios todo terminó. Aquellos días eran completos infiernos para mí. Cuando le decía que le odiaba, o que me daba real asco me dolía más a mí que a él, nunca he sentido odio hacia él. ¿Cómo voy a odiar a la persona que es capaz de mantenerme de pie aunque me estén pegando golpes para caerme? Es algo imposible, bueno improbable. El día que tenga separarme de él, lo pasaré mal. Estamos creciendo y está claro que en nuestro destino no está escrito que tengamos que vivir ambos bajo el mismo techo.

Salgo de la ducha, y solo me quedan dos minutos y medio para arreglar. Sólo dos minutos para ahorrarme las voces de mi hermano mayor gritándome que baje corriendo o él se va. Sé que son amenazas insignificantes, y sé que no se irá sin mí, pero la presión me agobia y me pone de mala leche. Cosa que es muy común en él. Sí me regala los mejores días, pero también me hace ponerme cabreada con sólo dos palabras.

Me coloco mis pitillos vaqueros de color amarillo. Las converse bajas blancas y una camiseta de mangas cortas que deja mi barriga un poco al descubierto. Me desenredo el pelo, y me coloco una diadema blanca a conjunto con la camiseta y las zapatillas, y me echo un poco de mi perfume favorito. Estoy lista. Tiempo récord. Dos minutos.

- ¿Te queda mucho?
- No, pesado. Cojo las cosas y nos vamos.
- Vale.

Cojo las gafas de sol, y todas las demás cosas para meterlas en la mochila. Y hoy, no sé porque me apetece sacarme la cámara. Quizás, surja un día de fotos. No hay nada mejor que hace.

|| Narra Justin ||

Estoy en el parque sentado con Chaz, Nolan, Ryan y Chris. Estamos esperando a las chicas y a Michel que no terminan de venir. Nuestra conversación es mínima ya que estamos o con el móvil, o fumando.

- Tío, esto parece un velatorio.
- Nos espera así toda la tarde, no hay planes mejores, bro - añade Somers.
- Me niego - dice Ryan dándole la última calada a su cigarro.
- Yo también me niego, esto es insoportable - dice Nolan.
- Bueno, yo ya sabéis lo que pienso - digo yo sacando un cigarrillo de mi mochila.
- ¿Y qué hacemos? - dice Chaz.
- No sé, man. Algo. Tú eres un perezoso.

Y se me viene una idea a la cabeza. Esta tarde será divertida. Carcajeo por mis adentros.

|| Narra Tara ||

Michel está enfadado conmigo. Al final, he decidido ponerme un short vaquero y he tardado dos minutos más de lo acordado. Le miro con carita de cachorro, y hago que termine carcajeando. Está listo, me ha perdonado. Michel es de enfado rápido, es decir se enfada por todo y al rato se le ha olvidado que estaba enfadado. Otra cualidad más de él que me encanta. A días, me encantaría parecerme un poquito más a mi hermano en muchos aspectos, lo que está claro es que yo soy mucho más guapa.


Llegamos al parque y al fondo se encuentran todos. Ya solo faltamos Michel y yo. Ryan llama a Michel porque tiene algo que contarle.  Traman algo y puedo notarlo en la mirada de Justin. Le conozco y sé que tiene algo entre manos, y algo no muy bueno. Me asusta.

- Taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaara - dice Desirée a lo lejos.
- Voy chicas. Un momento.

Camino hasta dónde está mi hermano con Ryan, y le miro de una manera algo cómplice. Cojo mi móvil de su bolsillo, y camino hasta dónde están las chicas.

[…]

Los chicos vienen hacía nosotras. Michel corre hasta Kels para cogerla en brazos y darle un beso. Es su forma de recibirse. Ryan camina hasta Desi para hacer lo mismo. Chaz camina hasta Alex para decirle algo al oído que hace que esta se sonroje. Sí, Alex y Chaz están juntos. Llevan juntos todo el invierno. Él iba a verla a California, y nadie sabía nada. Ni yo, que soy la mejor amiga de Alex. Y por último, Nolan. Que no es Nolan Murray el mejor amigo de Justin, es Nolan Smith camina hasta Marie también para saludarla. Y entre todos esos, estoy yo que me encuentro mirándoles como una estúpida mientras pienso en lo maravilloso que sería que tú y yo estuviésemos juntos, y estas tu que te encuentras cómo yo o en peores condiciones.

- ¿Estáis listos? - pregunta Justin.
- Sí. - dicen los demás.

Cuando menos me quiero dar cuenta estoy en volandas. Justin me ha cogido y se dirige hasta la fuente. Espero que no se atreva a tirarme al agua, si no él y yo tendremos algo más que palabras. Los cinco corren al mismo ritmo. Y cuentan tres. Y sí, ha tenido el valor de tirarme al agua con ropa.

|| Narra Justin ||

Dije que esta tarde iba a ser divertida. Estoy sentado en el banco enfrente a la fuente con un ataque de risa que está haciendo que se me salten hasta las lágrimas. Tara está realmente sexy mojada. Esa camiseta hace que se le transparente el sujetador. Es azul, de encaje. Y le rellena bastante bien.

Las chicas salen de la fuente, todas ríen menos Tara. Este asunto ya es algo más personal. Todas corren hacia sus novios, o mejor dichos llamémosle relaciones de verano con una sonrisa de oreja a oreja.

- ¡Bieber! Corre.
- ¿O si no que?
- Si no te mataré - dice divertida.

Se desprende de sus converse blanca y empieza a correr detrás de mí por el césped. Mi respiración está agitada porque no puedo dejar de reírme, y no sé si aguantaré mucho más corriendo sin que me pille.

|| Narra Tara ||

Llevo diez minutos corriendo detrás de Justin. Se me ha olvidado el motivo de porque lo estoy haciendo. Sólo sé que me siento bien. Estoy cómoda. No puedo parar de reírme. Me siento feliz.

Justin se tropieza y cae al suelo. Cojo velocidad e intento llegar hasta dónde está él, cuando de repente caigo. Justo a su lado.

- Vale, me rindo - dice en un suspiro.
- Sabía que terminarías rindiéndote. Quizás no sea demasiado buena cogiendo velocidad, pero tengo mucha resistencia ¿sabes? - digo cogiendo una bocanada de aire - Venga, vamos con los demás. No estarán esperando. Llevamos diez minutos dando vueltas a este parque cómo estúpidos.
- Dos estúpidos enamorados.
- Estúpidos, sin más. La gente no sabe si estamos enamorados o no, para ellos somos simples estúpidos. Venga, levántate.
- No. Yo me quedo aquí.
- Está bien.

Me levanto de un impulso. Cuando siento que mi cuerpo vuelve a caer. Esta vez cae encima de él.

Hacía demasiado tiempo que no le sentía tan cerca. Puedo notar su agitada respiración en mi cuello. Escucho a su corazón latir cada vez más rápido. Está nervioso. Lo sé. Lo presiento. A penas nos separan dos centímetros  y medio.

- Echaba de menos ver tus ojos desde tan cerca.
Y se acerca un poco más a mí. Ahora estamos sentado uno enfrente del otro. Estoy colgada en sus ojos. Esos ojos miel. Esos ojos miel que me vuelven completamente loca y que cada vez que se cruzan en mi vida, terminan poniéndola patas arriba.
- Yo realmente digo sincera echo de menos tus besos.
- Estas tardando en darme un, Weasly.
Y ¡boom! Un millón de mariposas vuelven a retomar mi estómago. Cuando él me llama Weasly suena un poco mejor, incluso.
-Eh, Bieber — digo recortando la distancia — para que te de un beso, tienes que merecértelo.
- Te encanta hacerme sufrir — dice él acercándose a mí un poco más. Ahora solo nos separa medio centímetro. Nuestras respiraciones agitadas chocas - tú también lo estás deseando - termina añadiendo.
- Quizás sí.
- ¿Quizás?
- Venga, Bieber.
- Tara, bésame ya — dice ahogado — por favor.
- ¿Es una orden?

Y cuando menos me quiero dar cuenta. Sus labios han capturado los míos. Son besos dulces. Besos con sabor a ‘te necesitaba’. Besos lentos.

- No sabes la falta que me haces.
- Cállate.

Y esta vez soy yo la que se lanza a sus labios. Ahora, nuestras lenguan se encuentran en un duelo de haber quién es la que se apodera de la boca del otro. Un duelo de pasión. Una lucha por no abandonar la boca del otro. Podría pasarme así pegada a él toda mi vida.

-Tara, déjame decirte una cosa — dice dándome un tierno beso en los labios — te quiero.
- Y yo.

Y de nuevo una ronda más de besos.

|| Narrador ||

Hay días en los que la necesidad de tener una persona a tu lado que día a día te demuestre lo mucho que le importas es mayor a cualquier otra necesidad, incluso a la necesidad de respirar. Cuando esa persona está lejos de ti sientes que tu mundo se va haciendo más y más pequeño. Es más, sientes que tu vida no tiene ningún tipo de sentido si él no forma parte de ella. El motivo por el que se termina es igual, lo único que importa es que ya no está esa persona haciéndote tus días más especiales, o diciéndote que te quiere entre besos y beso. Que ya no habrá más despedidas a las doce de la noche cuándo cada uno vuelve a casa, y no habrá esas eternas ganas de tenerle a tu lado, en tú cama las veinticuatro horas del día, que ya no habrás más noche de lujuria desenfrenada y que tú ya no serás el motivo de sus sonrisas.

Pero por algún motivo, el destino vuelve a poner en tu camino a una persona que te haga sentir lo mismo, o incluso parecido, incluso a veces vuelve a ponerte a la misma persona. Porque la vida está llena de segunda oportunidades, de trenes que vuelven a pasar para que esta vez no los dejes escapar.

Tara y Justin tiene otra oportunidad. La oportunidad de volver a hacer feliz el uno al otro, y el otro al uno. La oportunidad de tener que dejar de echar de menos lo que un día necesitaron. La oportunidad de quererse hasta que el sol se apague, o el oxígeno sea lo menos importante de nuestra existencia.

-Te quiero — dijo él robándole otro beso más.
-No más que yo — replicó ella apoyada en su pecho con la mirada pérdida en cualquier lugar, y una sonrisa inconsciente en su boca.
-Te prometo que recuperaremos todo el tiempo perdido dijo el sonriendo.
- No me defraudes, idiota.


Y otro beso más. 

Da RT AQUÍ. si has leído el capitulo treinta y cuatro de 'me enamoraste con odio' para poder avisarte.

*****

Hola. Soy Inés, la gran mayoría me conocéis por Hini. Bueno, os quería dar las gracias por leer mi novela. Sé que este invierno he subido de mil en mil, pero he estado demasiado ocupada. Sé que os he echo sufrir bastante con la separación de los personajes, y también se que dejé la novela aparcada durante un tiempo. 
El caso, es que gracias por leerla. Sin vosotras no sería posible escribir. Porque escribir para que nadie lo lea, es algo estúpido. 

El caso, es que gracias. Si queréis darme vuestra opinión sobre el capitulo, ya sabéis. Mi twitter es @biebsdrauhl_ y si no debajo con un comentario.

2 comentarios:

  1. Genial, estoy enganchada no, lo siguiente. Si, cuando se separaron Tara y Justin yo lo pase realmente mal jajajespero el siguiente con ganas, un besoo:) @FA_AMOUTH

    ResponderEliminar
  2. OH MY GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOD.
    Ya hice RT ( cyruskidrauhlx )
    Me ha encantado este capítulo . Diría que es uno de mis favoritos. ¡POR FIN ESTAN JUNTOS! No veía el momento. Lo he pasado muy mal con su separación pero afortunadamente todo se ha solucioando y las cosas han vuelto a la normalidad pero me asusta pensar en Septiembre y en otra separación, eso me da miedito.
    Cuándo se han besado. oehgoehgoe oh dios mio, en ese momento mi corazón ha empezado a latir rapidisimo.
    Me encanta como escribes, de verdad. Logras detallar todo con precisión y haces que se me pongan los pelos de punta con muchas escenas.
    " Y cuando menos me quiero dar cuenta. Sus labios han capturado los míos. Son besos dulces. Besos con sabor a ‘te necesitaba’. Besos lentos."
    Esa parte me ha matado. En serio. Me he quedado como *_*. Es obvio que se necesitan, SE AMAN y tienen que seguir juntos. Sin terceras personas. Cómo dos adultos que serán en breves.
    Yo solo espero que esto no quede en un tipico amor adolescente y que sea duradero, en serio, no soportaría otra separación.
    Un besazo cariño :))
    ATTE: ALYSA BIEBER SMILER UNBROKEN

    ResponderEliminar