jueves, 9 de enero de 2014

Capitulo dos.

· Capitulo 2.

· Tres meses después… Septiembre del 2013.

En la vida, hay momento que todos queremos que queden en el olvido. La primera vez que entramos en un instituto nuevo y nadie nos hace caso por ser novato. La primera vez que nos rompen el corazón y todos se burlan de ellos. La primera vez que hacemos el ridículo en público, o la primera vez que dejamos que alguien no pisotee solo por no perder esa persona. Momentos que quieres olvidar, fechas que no quieres tener grabadas en tu mente, pero no puedes sacarla de ahí, porque de alguna manera negativa, es marcó tu vida, como el sello de un notario cuando hay algún papel importante, o tu primer beso.

La vida es una montaña rusa llena de cosas que no queremos vivir, cosas que no queremos que por algún motivo sucedan. No queremos que nos separen de aquellos que más queremos, o tener que mudarnos a la otra punta del mundo por motivos ejecutivos o personales. No queremos levantarnos cada día sin ganas de nada, y mucho menos queremos sentirnos alejados del resto de la gente por ser diferente. Y ahí vienen los cambios, pasamos a ser algo que no queremos por la vida misma nos hace ser así. Es duro, pero real. ¿Quién no ha cambiado algo de sí mismo para encajar cuando aún no eres consciente de que quien te quiera te va a querer igual? Pura adolescencia, pura vida.

| Narra Beth  |

El puto despertador suena, sacándome de mi placido sueño. Abro los ojos y tengo la vista nublada, y un dolor de cabeza terrible. ¡Maldita resaca! ¿Quién me mandaría a mí salir anoche?

Apago el despertador, y me tapo hasta la cabeza. Respiro hondo, y suelto un bufido. Cuando estoy a punto de encontrar la postura perfecta para volver a dormirme, mi padre está pegando voces desde las escaleras, diciendo mi nombre cómo tal poseso. ¿Qué cojones pasa?

-¡BEEEEEEEEETH! —Dice mi padre desde la parte de arriba desde las escaleras. —No me hagas entrar ahí—dice ahora con un tono más basto.
-¿Qué quieres Liam? —Digo enfadada mientras salgo de mis sábanas—¿Me vas a dejar dormir o qué? —digo irónicamente.
-No—dice seco.
-¿Por qué? —Digo asomando mi cabeza por la puerta de la habitación y amago un puchero.
-Porque es tu primer día de clase, señorita. —sonríe divertido e irónico—¿Quieres llegar tarde?
-¿QUÉ? —Grito acobardada.
-Eso. —Dice mientras baja las escaleras—En el armario tienes el uniforme—termina diciendo.

Cierro la puerta de un golpe, y camino hasta el armario donde está el uniforme. Falda de listas azul marino, con unas calzas blancas, una camisa blanca y un jersey de color azul marino con el escudo del instituto y unos zapatos de color negro horribles. Lo peor no era eso, era la corbata de color azul marino que tenía que ponerme.

Después de colocarme aquel horrible uniforme, camino hasta el cuarto de baño y saco mi neceser donde guardo el maquillaje. Recojo mi pelo en un moño mal hecho, y esparzo la base sobre mi cara para tapar las ojeras, creo que he dormido unas tres horas y media. Cojo el e-line y marco una raya totalmente recta en mi ojo en la parte inferior y hago lo mismo en la parte superior, y así en el otro ojo. Cojo el rímel, y moldeo mis pestañas para que aún parezcan más grande, un poco de labial rosa, y estoy lista.
Deshago el moño, y cepillo mi pelo hasta que quede totalmente liso y sin ningún nudo, y acto seguido, me hago una coleta alta, sin flequillo.

Camino hasta el tocador donde por arte de magia ha aparecido mi cepillo de dientes, río antes la estupidez que acabo de pensar y entro al baño. Está sonando mi canción favorita en la radio, subo el volumen y me cepillo los dientes al ritmo de la canción, un poco de colonia y estoy lista para la jodida rutina.

[…]

-Ahí tienes tus libros, mételos en la mochila—Dice mi padre señalando la mesa del comedor—¡Venga! —dice empujándome. —¡Vamos a llegar tarde!
-¡Que pesado! —Digo mientras camino hasta el salón—¡Me agobias! —grito esta vez.
Ed camina hasta a mí con cara de pocos amigos, y recoge sus libros también. Ed está un curso por debajo de mí, eso quiere decir que iremos al mismo instituto. Yo me saltaré el paso de ser la nueva y que todo el mundo te margine, ya que Jade es animadora. Lo peor será Ed, que se ha ido a juntar con lo más friqui del barrio. Video juegos, redes sociales, camisetas con frases estúpidas y demás, ¡que Dios le coja confesado!
-¿Estas lista? —dice mi hermano sonriendo.
-Sí, lo estoy.

Alice se carga su mochila a la espalda. Alice tiene 12 años, y es su primer año de instituto. Por suerte, ella estará en otro edificio distinto al mío, aunque iremos al mismo instituto. Ya solo me faltaba tener que cruzarme cada hora con el pequeño grano en el culo y que me grite con su horrible voz de pito ‘¡hasta luego, hermanita!’.

[…]

Mi padre aparca el coche en el recinto del instituto, y deja a Alice en el primer edificio. Realmente, tengo ganas de vomitar de lo pastelosos que son. Mi hermano Ed me mira, y se ríe como si supiera lo que estoy pensando, y le devuelvo el gesto moviendo su pelo de un lado a otro, y bufa enfadado.

-Ed, tu clase está en la segunda planta, 1C. —Dice mientras le da un cálido abrazo. —El horario te lo entregarán ahora a primera hora ¿vale? —sonríe.
-Vale, papá—dice mi hermano mientras se despide de mí y de mi padre.
-Y tú Beth, tu clase está en la primera planta, 2C. —Dice mirándome con una amplia sonrisa esperando a que me despida de él como lo ha hecho Ed. —A la salida os esperaré aquí ¿vale? —sonríe.
-Liam—digo mientras saco el teléfono de mi bolsillo—No hace falta que me trigas al colegio, y me lleves como si tuviera once años—le reprocho—Tengo 18 y se cuidarme solita, parece ser que olvidas que vivo aquí obligada, y que no me caes bien.
-Lo haces todo demasiado difícil.
-Tú te lo buscaste ¿recuerdas?
-Pero…
-Pero nada, Liam. No vengas intentado recuperar el tiempo perdido cuidando como si tuviera la edad de Alice, ya la tienes a ella, que es una increíble hija, y también a Ed, ¡disfruta de ellos! —digo en un tono más alto— Y ahora me voy, me están esperando. ¡Nos vemos en casa!

[…]

-¿En qué clases estás? —Dice Jade dándole la última calada al porro.
-Segundo ce, ¿y tú? —Digo mientras pienso en todo lo que he dicho a mi padre hace cinco minutos.
-Segundo a. —Dice soltando un bufido—Estarás en clase con todos los empollones, Beth—dice a carcajadas.
-¿Por qué? —digo mientras muevo nerviosa mis manos.
-En el ce, suelen meter a los mejores estudiantes de todo el instituto—dice mirándome—¿Eres buena estudiante? —ríe—No te voy a juzgar por ello.
-Sí—suspiro—Tengo un nueve y medio de media en primero de bachillerato, y un diez en la ESO—digo tímida—Siempre me han gustado las ciencias—bromeo.
-¿Sabes? Yo también era una buena estudiante hasta que mi madre se largó con mi profesor de física del instituto. —carcajea—Ahora cada vez que le veo, me entran ganas de vomitar—ríe ella.
-¡Dios! —rio con ella—¡Que duro!
-Sí—dice tirando el porro—Demasiado duro, podría ser su hijo—dice mirando a la nada—Me aprobaba por ser la hija de su ‘aventura’ y decidí dejar de estudiar, total me iba a aprobar igual, y ahora aquí estoy, me he sacado primero de bachillerato con cinco raspados y a base de tutores y castigos.
-¿Estas orgullosa? —digo en un tono más borde.
-No, Beth, no lo estoy—dice mirandome a los ojos. Sus ojos han perdido el brillo—Pero si no lo hubiese tomado con humor estaría en su psiquiátrico. —dice colgando la mochila en su hombro. —¡Venga, vamos
Entramos en el edificio, y hay dos pasillos enormes llenos de taquillas, que a su vez se separan en dos pasillos más a izquierda y a derecha. Estoy perdida, y me siento agobiada. Camino hasta mi taquilla, la taquilla número dieciséis, está justo al lado de la de Jade. Ella me pone la mano en el hombro, nota que estoy asustada y me sonríe. Estoy encada y orgullosa de haber encontrado a Jade. A pesar de que quizás, mi conducta ha cambiado algo desde que la conozco, me apoya y me ayuda siempre. Y eso es lo más importante.
Abro la taquilla, y suelto todos los libros allí. Veo que se cae un papel, y es mi horario. A primera hora biología. ¡Empezamos bien! Entre la resaca que tengo, lo que me ha pasado con mi padre y que estoy con la mugre del instituto en clase, empiezo de puta madre.

Jade cierra su taquilla, y se despide de mi dándome un beso en la mejilla y susurrándome un suerte, la sonrío y camino hacia el pasillo de la izquierda que es donde está mi aula. El timbre ya ha tocado y voy dos minutos tardes. Soy la nueva, y voy tarde. ¡Genial!

Me paro enfrente del aula, y sonrío irónicamente. Toco a la puerta, y escucho una voz aguda que me dice ‘adelante’. Abro la puerta, y veo como todos los ojos se posan en mí. Creo que ahora mismo tengo que estar del color de un tomate. Roja, como el vodka.

-¿Puedo pasar? —digo mientras intento esconder mi cara.
-Usted debe ser la señorita Nelson —dice la profesora, por su apariencia puede tener unos cuarenta años,  y tiene que ser una sota cómo un convento.
-Sí, soy yo—digo agachando la cabeza.
-¿Usted no ha escuchado el timbre? —dice el tono irónico.
-No. —Digo ahora con un tono vacilón—Se me olvidó conectar el sonotón, señora. —sonrío.
-¡Vaya! —Dice mirándome de arriba abajo—Ya tenemos nueva payasa.
-¿Se refiere a usted, verdad? —digo mirándola desafiante.
-Siéntese al lado del señorito Justin Bieber, señorita Nelson, y espero que esto no se vuelva a repetir—dice señalando la primera mesa la de fila izquierda.
-Está bien, señora—Digo caminando hasta mi pupitre.
-Señora Watson, para usted. —dice desafiándome de nuevo.

Paso de ella olímpicamente, y saco mis libros de biología. Estoy rodeada de friquis, con gafas de culo de botella, calculadoras que utilizan los científicos, y empanados en lo que la señora Watson escribe en la pizarra. Y para chasco, me toca sentarme con un friqui que no deja de mirarme embobado, mientras sonríe como un estúpido. ¿A este que le pasa? Parece que no ha visto a una tía normal en su vida.

-¿Quieres una foto? —digo riéndome a carcajadas—Dura más, y al menos si la babeas yo no lo notaré.
-Lo…lo…siento. —dice al mismo tiempo que se pone colorado.
-No es nada—río—Es un halago para mí que me miren de esta forma, bueno sería un halago si fuese guapo, y no tuvieras esa pinta de empollón—digo mientras resuelvo el ejercicio que la repelente de Watson ha puesto en la pizarra.
-Tú deberías estar en el aula A. —dice el empollón de mi derecha.
-¿Por qué?
-Tu carácter.
-¿Mi carácter?
-Si—dice mientras posa sus ojos en mis piernas—Tú eres como las animadoras, estirada y hueca.
-No sabes nada de mi vida, majo—río irónica—Antes de hablar infórmate, ahora déjame en paz, friqui.
-Me llamo Justin.
-Déjame en paz, friqui Justin.

[…]

El timbre toca, y todos los friquis se levantan corriendo y salen del aula dejándome sola. ¡Por fin! Ha llegado ese momento en el que he dejado se sentirme un bicho raro, algo así como ellos, pero no, no estoy sola. Mi compañero de mesa, está justo detrás de mí recogiendo algo del suelo.

-¿Qué pasa friqui? —digo mirándole y estallo en una carcajada. —¿Buscas algo?
-Sí.
-¿Y no ves? —digo haciendo hincapié en sus gafas—tienes que tener diez mil dioctrias en cada ojo para ese aumento.
-¡Déjame en paz, estúpida!
-Tú no sabes a quién has retado, friqui. Puedo ser mejor que tú en todo lo que me proponga, desde las matemáticas del nivel de segundo de carrera de la mejor universidad de Ohio, hasta la frase más difícil de sintaxis que exista.
-¿Tú?
-Sí, yo friqui.
-Demuéstralo.
-Deja de mirarme así, friqui. Nunca estaré a tu altura. —carcajeo, y le tiro todo los papeles al suelo. —¡Hasta mañana, compi!



Y el intenta decirme algo, pero es tarde las voces de los novatos de primaria corriendo de un lado a otro por este edificio hacen que no pueda distinguir sus palabras. Este quiere guerra, y la tendrá.


****
¡Hola! Quiero pedir perdón porque me he tirado un mes sin subir capitulos, pero he tenido varios motivos, y por decirlo de alguna manera tengo escusa. Mi ordenador se fastidió y tuve que pedir una torre a unos amigos de mi padre, y hasta hace dos días no me funcionaba, y el portatil le tuve que formatear. Después he estado trabajando todas las navidades, y entre salir con mis amigas que estan estudiando fuera y el trabajo no he tenido tiempo para sentarme tranquilamente a escribir, y después también he estado super liada con el teorico del carnet, que por fin he aprobado y me lo he quitado del medio. Ahora, os prometo que intentaré subir al menos cada dos días, o una vez a la semana, y en Febrero cuando termine de trabajar intentaré subir cada dos días, o así. También os quiero pedir, que me deis vuestra opinión sobre la novela, porque no sé si os gusta, o si tengo que cambiar el argumento, o dejarla. Dejadme el comentario por twitter, o aquí bajo. Mi twitter es (@biebsdrauhl__) 
Estos capitulos serán un poco aburridos, ya que Beth contará un poco cómo es su dia a dia y a penas tendrá contacto con Justin. Pero os prometo, que merecerá la pena, ya tengo un montón de ideas en la cabeza que espero poder llevar a cabo con vuestra ayuda. Por último, os quiero pedir que me recomendeis porque a penas tengo veinte lectoras, y bueno alguna que otra más no me vendría mal. Sé que no es una gran novela, pero intento dar en cada capitulo lo mejor de mí como he dado en la otra.

Nada más que deciros, solo que lo siento una vez más, y que gracias por vuestra paciencia. ¡Os quiero!

Si has leído el capitulo dos, y quieres leer el tres da RT al enlace que aparece -> aquí. Espero vuestro RT y vuestro comentario.

Hini. ♥

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  2. Oye persona de este mundo, mira la fecha de esta novela y mira la fecha de la otra, esta es e 14 de diciembre y la otra el 17 y te planteas quien ha copiado a quien. Porque estoy muy segura de que esta preciosa novela de esta preciosa chica no es copiada ya que tiene una imaginacion que a muchos les gustaria tener y si no te lees sus otras dos novelas.
    Tu ni caso a la gente esta que se aburre, sigue con la novela que a mi me encanta y que vales mucho para esto. Nada mas que decir. Un besito y espero el siguiente :)

    ResponderEliminar

jueves, 9 de enero de 2014

Capitulo dos.

· Capitulo 2.

· Tres meses después… Septiembre del 2013.

En la vida, hay momento que todos queremos que queden en el olvido. La primera vez que entramos en un instituto nuevo y nadie nos hace caso por ser novato. La primera vez que nos rompen el corazón y todos se burlan de ellos. La primera vez que hacemos el ridículo en público, o la primera vez que dejamos que alguien no pisotee solo por no perder esa persona. Momentos que quieres olvidar, fechas que no quieres tener grabadas en tu mente, pero no puedes sacarla de ahí, porque de alguna manera negativa, es marcó tu vida, como el sello de un notario cuando hay algún papel importante, o tu primer beso.

La vida es una montaña rusa llena de cosas que no queremos vivir, cosas que no queremos que por algún motivo sucedan. No queremos que nos separen de aquellos que más queremos, o tener que mudarnos a la otra punta del mundo por motivos ejecutivos o personales. No queremos levantarnos cada día sin ganas de nada, y mucho menos queremos sentirnos alejados del resto de la gente por ser diferente. Y ahí vienen los cambios, pasamos a ser algo que no queremos por la vida misma nos hace ser así. Es duro, pero real. ¿Quién no ha cambiado algo de sí mismo para encajar cuando aún no eres consciente de que quien te quiera te va a querer igual? Pura adolescencia, pura vida.

| Narra Beth  |

El puto despertador suena, sacándome de mi placido sueño. Abro los ojos y tengo la vista nublada, y un dolor de cabeza terrible. ¡Maldita resaca! ¿Quién me mandaría a mí salir anoche?

Apago el despertador, y me tapo hasta la cabeza. Respiro hondo, y suelto un bufido. Cuando estoy a punto de encontrar la postura perfecta para volver a dormirme, mi padre está pegando voces desde las escaleras, diciendo mi nombre cómo tal poseso. ¿Qué cojones pasa?

-¡BEEEEEEEEETH! —Dice mi padre desde la parte de arriba desde las escaleras. —No me hagas entrar ahí—dice ahora con un tono más basto.
-¿Qué quieres Liam? —Digo enfadada mientras salgo de mis sábanas—¿Me vas a dejar dormir o qué? —digo irónicamente.
-No—dice seco.
-¿Por qué? —Digo asomando mi cabeza por la puerta de la habitación y amago un puchero.
-Porque es tu primer día de clase, señorita. —sonríe divertido e irónico—¿Quieres llegar tarde?
-¿QUÉ? —Grito acobardada.
-Eso. —Dice mientras baja las escaleras—En el armario tienes el uniforme—termina diciendo.

Cierro la puerta de un golpe, y camino hasta el armario donde está el uniforme. Falda de listas azul marino, con unas calzas blancas, una camisa blanca y un jersey de color azul marino con el escudo del instituto y unos zapatos de color negro horribles. Lo peor no era eso, era la corbata de color azul marino que tenía que ponerme.

Después de colocarme aquel horrible uniforme, camino hasta el cuarto de baño y saco mi neceser donde guardo el maquillaje. Recojo mi pelo en un moño mal hecho, y esparzo la base sobre mi cara para tapar las ojeras, creo que he dormido unas tres horas y media. Cojo el e-line y marco una raya totalmente recta en mi ojo en la parte inferior y hago lo mismo en la parte superior, y así en el otro ojo. Cojo el rímel, y moldeo mis pestañas para que aún parezcan más grande, un poco de labial rosa, y estoy lista.
Deshago el moño, y cepillo mi pelo hasta que quede totalmente liso y sin ningún nudo, y acto seguido, me hago una coleta alta, sin flequillo.

Camino hasta el tocador donde por arte de magia ha aparecido mi cepillo de dientes, río antes la estupidez que acabo de pensar y entro al baño. Está sonando mi canción favorita en la radio, subo el volumen y me cepillo los dientes al ritmo de la canción, un poco de colonia y estoy lista para la jodida rutina.

[…]

-Ahí tienes tus libros, mételos en la mochila—Dice mi padre señalando la mesa del comedor—¡Venga! —dice empujándome. —¡Vamos a llegar tarde!
-¡Que pesado! —Digo mientras camino hasta el salón—¡Me agobias! —grito esta vez.
Ed camina hasta a mí con cara de pocos amigos, y recoge sus libros también. Ed está un curso por debajo de mí, eso quiere decir que iremos al mismo instituto. Yo me saltaré el paso de ser la nueva y que todo el mundo te margine, ya que Jade es animadora. Lo peor será Ed, que se ha ido a juntar con lo más friqui del barrio. Video juegos, redes sociales, camisetas con frases estúpidas y demás, ¡que Dios le coja confesado!
-¿Estas lista? —dice mi hermano sonriendo.
-Sí, lo estoy.

Alice se carga su mochila a la espalda. Alice tiene 12 años, y es su primer año de instituto. Por suerte, ella estará en otro edificio distinto al mío, aunque iremos al mismo instituto. Ya solo me faltaba tener que cruzarme cada hora con el pequeño grano en el culo y que me grite con su horrible voz de pito ‘¡hasta luego, hermanita!’.

[…]

Mi padre aparca el coche en el recinto del instituto, y deja a Alice en el primer edificio. Realmente, tengo ganas de vomitar de lo pastelosos que son. Mi hermano Ed me mira, y se ríe como si supiera lo que estoy pensando, y le devuelvo el gesto moviendo su pelo de un lado a otro, y bufa enfadado.

-Ed, tu clase está en la segunda planta, 1C. —Dice mientras le da un cálido abrazo. —El horario te lo entregarán ahora a primera hora ¿vale? —sonríe.
-Vale, papá—dice mi hermano mientras se despide de mí y de mi padre.
-Y tú Beth, tu clase está en la primera planta, 2C. —Dice mirándome con una amplia sonrisa esperando a que me despida de él como lo ha hecho Ed. —A la salida os esperaré aquí ¿vale? —sonríe.
-Liam—digo mientras saco el teléfono de mi bolsillo—No hace falta que me trigas al colegio, y me lleves como si tuviera once años—le reprocho—Tengo 18 y se cuidarme solita, parece ser que olvidas que vivo aquí obligada, y que no me caes bien.
-Lo haces todo demasiado difícil.
-Tú te lo buscaste ¿recuerdas?
-Pero…
-Pero nada, Liam. No vengas intentado recuperar el tiempo perdido cuidando como si tuviera la edad de Alice, ya la tienes a ella, que es una increíble hija, y también a Ed, ¡disfruta de ellos! —digo en un tono más alto— Y ahora me voy, me están esperando. ¡Nos vemos en casa!

[…]

-¿En qué clases estás? —Dice Jade dándole la última calada al porro.
-Segundo ce, ¿y tú? —Digo mientras pienso en todo lo que he dicho a mi padre hace cinco minutos.
-Segundo a. —Dice soltando un bufido—Estarás en clase con todos los empollones, Beth—dice a carcajadas.
-¿Por qué? —digo mientras muevo nerviosa mis manos.
-En el ce, suelen meter a los mejores estudiantes de todo el instituto—dice mirándome—¿Eres buena estudiante? —ríe—No te voy a juzgar por ello.
-Sí—suspiro—Tengo un nueve y medio de media en primero de bachillerato, y un diez en la ESO—digo tímida—Siempre me han gustado las ciencias—bromeo.
-¿Sabes? Yo también era una buena estudiante hasta que mi madre se largó con mi profesor de física del instituto. —carcajea—Ahora cada vez que le veo, me entran ganas de vomitar—ríe ella.
-¡Dios! —rio con ella—¡Que duro!
-Sí—dice tirando el porro—Demasiado duro, podría ser su hijo—dice mirando a la nada—Me aprobaba por ser la hija de su ‘aventura’ y decidí dejar de estudiar, total me iba a aprobar igual, y ahora aquí estoy, me he sacado primero de bachillerato con cinco raspados y a base de tutores y castigos.
-¿Estas orgullosa? —digo en un tono más borde.
-No, Beth, no lo estoy—dice mirandome a los ojos. Sus ojos han perdido el brillo—Pero si no lo hubiese tomado con humor estaría en su psiquiátrico. —dice colgando la mochila en su hombro. —¡Venga, vamos
Entramos en el edificio, y hay dos pasillos enormes llenos de taquillas, que a su vez se separan en dos pasillos más a izquierda y a derecha. Estoy perdida, y me siento agobiada. Camino hasta mi taquilla, la taquilla número dieciséis, está justo al lado de la de Jade. Ella me pone la mano en el hombro, nota que estoy asustada y me sonríe. Estoy encada y orgullosa de haber encontrado a Jade. A pesar de que quizás, mi conducta ha cambiado algo desde que la conozco, me apoya y me ayuda siempre. Y eso es lo más importante.
Abro la taquilla, y suelto todos los libros allí. Veo que se cae un papel, y es mi horario. A primera hora biología. ¡Empezamos bien! Entre la resaca que tengo, lo que me ha pasado con mi padre y que estoy con la mugre del instituto en clase, empiezo de puta madre.

Jade cierra su taquilla, y se despide de mi dándome un beso en la mejilla y susurrándome un suerte, la sonrío y camino hacia el pasillo de la izquierda que es donde está mi aula. El timbre ya ha tocado y voy dos minutos tardes. Soy la nueva, y voy tarde. ¡Genial!

Me paro enfrente del aula, y sonrío irónicamente. Toco a la puerta, y escucho una voz aguda que me dice ‘adelante’. Abro la puerta, y veo como todos los ojos se posan en mí. Creo que ahora mismo tengo que estar del color de un tomate. Roja, como el vodka.

-¿Puedo pasar? —digo mientras intento esconder mi cara.
-Usted debe ser la señorita Nelson —dice la profesora, por su apariencia puede tener unos cuarenta años,  y tiene que ser una sota cómo un convento.
-Sí, soy yo—digo agachando la cabeza.
-¿Usted no ha escuchado el timbre? —dice el tono irónico.
-No. —Digo ahora con un tono vacilón—Se me olvidó conectar el sonotón, señora. —sonrío.
-¡Vaya! —Dice mirándome de arriba abajo—Ya tenemos nueva payasa.
-¿Se refiere a usted, verdad? —digo mirándola desafiante.
-Siéntese al lado del señorito Justin Bieber, señorita Nelson, y espero que esto no se vuelva a repetir—dice señalando la primera mesa la de fila izquierda.
-Está bien, señora—Digo caminando hasta mi pupitre.
-Señora Watson, para usted. —dice desafiándome de nuevo.

Paso de ella olímpicamente, y saco mis libros de biología. Estoy rodeada de friquis, con gafas de culo de botella, calculadoras que utilizan los científicos, y empanados en lo que la señora Watson escribe en la pizarra. Y para chasco, me toca sentarme con un friqui que no deja de mirarme embobado, mientras sonríe como un estúpido. ¿A este que le pasa? Parece que no ha visto a una tía normal en su vida.

-¿Quieres una foto? —digo riéndome a carcajadas—Dura más, y al menos si la babeas yo no lo notaré.
-Lo…lo…siento. —dice al mismo tiempo que se pone colorado.
-No es nada—río—Es un halago para mí que me miren de esta forma, bueno sería un halago si fuese guapo, y no tuvieras esa pinta de empollón—digo mientras resuelvo el ejercicio que la repelente de Watson ha puesto en la pizarra.
-Tú deberías estar en el aula A. —dice el empollón de mi derecha.
-¿Por qué?
-Tu carácter.
-¿Mi carácter?
-Si—dice mientras posa sus ojos en mis piernas—Tú eres como las animadoras, estirada y hueca.
-No sabes nada de mi vida, majo—río irónica—Antes de hablar infórmate, ahora déjame en paz, friqui.
-Me llamo Justin.
-Déjame en paz, friqui Justin.

[…]

El timbre toca, y todos los friquis se levantan corriendo y salen del aula dejándome sola. ¡Por fin! Ha llegado ese momento en el que he dejado se sentirme un bicho raro, algo así como ellos, pero no, no estoy sola. Mi compañero de mesa, está justo detrás de mí recogiendo algo del suelo.

-¿Qué pasa friqui? —digo mirándole y estallo en una carcajada. —¿Buscas algo?
-Sí.
-¿Y no ves? —digo haciendo hincapié en sus gafas—tienes que tener diez mil dioctrias en cada ojo para ese aumento.
-¡Déjame en paz, estúpida!
-Tú no sabes a quién has retado, friqui. Puedo ser mejor que tú en todo lo que me proponga, desde las matemáticas del nivel de segundo de carrera de la mejor universidad de Ohio, hasta la frase más difícil de sintaxis que exista.
-¿Tú?
-Sí, yo friqui.
-Demuéstralo.
-Deja de mirarme así, friqui. Nunca estaré a tu altura. —carcajeo, y le tiro todo los papeles al suelo. —¡Hasta mañana, compi!



Y el intenta decirme algo, pero es tarde las voces de los novatos de primaria corriendo de un lado a otro por este edificio hacen que no pueda distinguir sus palabras. Este quiere guerra, y la tendrá.


****
¡Hola! Quiero pedir perdón porque me he tirado un mes sin subir capitulos, pero he tenido varios motivos, y por decirlo de alguna manera tengo escusa. Mi ordenador se fastidió y tuve que pedir una torre a unos amigos de mi padre, y hasta hace dos días no me funcionaba, y el portatil le tuve que formatear. Después he estado trabajando todas las navidades, y entre salir con mis amigas que estan estudiando fuera y el trabajo no he tenido tiempo para sentarme tranquilamente a escribir, y después también he estado super liada con el teorico del carnet, que por fin he aprobado y me lo he quitado del medio. Ahora, os prometo que intentaré subir al menos cada dos días, o una vez a la semana, y en Febrero cuando termine de trabajar intentaré subir cada dos días, o así. También os quiero pedir, que me deis vuestra opinión sobre la novela, porque no sé si os gusta, o si tengo que cambiar el argumento, o dejarla. Dejadme el comentario por twitter, o aquí bajo. Mi twitter es (@biebsdrauhl__) 
Estos capitulos serán un poco aburridos, ya que Beth contará un poco cómo es su dia a dia y a penas tendrá contacto con Justin. Pero os prometo, que merecerá la pena, ya tengo un montón de ideas en la cabeza que espero poder llevar a cabo con vuestra ayuda. Por último, os quiero pedir que me recomendeis porque a penas tengo veinte lectoras, y bueno alguna que otra más no me vendría mal. Sé que no es una gran novela, pero intento dar en cada capitulo lo mejor de mí como he dado en la otra.

Nada más que deciros, solo que lo siento una vez más, y que gracias por vuestra paciencia. ¡Os quiero!

Si has leído el capitulo dos, y quieres leer el tres da RT al enlace que aparece -> aquí. Espero vuestro RT y vuestro comentario.

Hini. ♥

2 comentarios:

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  2. Oye persona de este mundo, mira la fecha de esta novela y mira la fecha de la otra, esta es e 14 de diciembre y la otra el 17 y te planteas quien ha copiado a quien. Porque estoy muy segura de que esta preciosa novela de esta preciosa chica no es copiada ya que tiene una imaginacion que a muchos les gustaria tener y si no te lees sus otras dos novelas.
    Tu ni caso a la gente esta que se aburre, sigue con la novela que a mi me encanta y que vales mucho para esto. Nada mas que decir. Un besito y espero el siguiente :)

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